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No love. por Cuandomipadreduermee

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Notas del fanfic:

Hola!! :DDDDD Estoy tan feliz de volver a escribiir..que saltariia! Oh, wait, voy a hacerlo! :)))

Uhmm, mi inspiracion viene y se va, por eso hago shorts fics! one fics, como queraiis llamarlo! Tan cliché que dan ganas de vomitar, pero a mii me gusta!

Oh, para los ''seguidores'' de Miami Beach :(( no creo que lo termiine, no con un final practico, sii daré respuestas, pero lo siiento! Es que no tengo nii ganas ni nada para acabarlo, y lo siento de verdad! ;(

Les dejo leer, va?

 

 

Gus mira ansioso la puerta de entrada de su no-piso. ¿Dónde está? ¿Por qué tarda tanto? Son preguntas que rondan su cabeza una y otra vez. A ver, que yo no estoy enamorado...Se dice, pero, claro que lo está, lo está como nunca lo ha estado, y posiblemente como nunca lo estará. Y menos de ese imbécil, de sus malas maneras, sus caras de indiferencia, sus gritos, su pelo castaño, sus ojos grandes y...Mierda. Gus suspira otra vez. ¿Por qué todo lo malo le pasa a él? No tiene ni veinte años y está tan estresado que en un par de años más parecerá su padre.

 

Cuando se levanta, arrastrando los pies por las baldosas frías, la puerta se abre y no duda en abalanzarse sobre ella.

 

—¡Andy! ¿Dónde te habías metido, ¡estúpido!? –cierra sus brazos sobre el cuello del mayor.

 

Éste le devuelve el abrazo por un momento, en el que Gus se siente bastante feliz. Pero después Andrew le aparta con no demasiada suavidad, haciéndole trastabillar un poco y le mira de soslayo mientras se deshace el nudo de la corbata.

 

—No me llames Andy, Gus.

—Vale, lo siento –hace un puchero –. ¿Qué tal el día? ¿Dónde estabas?

 

Andrew no contesta y va a la cocina para coger una de esas bebidas energizantes que tanto le gustan. Luego se tira al sofá y enciende la tele, sin responder a ninguna de las preguntas del joven.

 

—Andrew, anda, responde.

—¡Joder! Cállate que están repitiendo el partido y me gustaría enterarme.

Gus aprieta los puños. —¡Te puedes enterar después de contestar a mis preguntas!

—¿¡Cómo!? ¡Si solo oigo tu voz de pito!

 

Gus duda un momento, pero después enfila hacia la puerta y se va de un portazo. ¿Me he ido descalzo? Bueno, pues así Andrew se sentirá más culpable, si es que tiene la culpabilidad por algún lado. Como está descalzo, baja al bar de abajo, donde Andrew suele ver el fútbol con sus compañeros de trabajo. No sé porqué alguien aparte de mí se juntaría con él. Si es idiota...

 

Andrew se debate –solo unos minutos –sobre salir a buscar a Gus, que se ha ido descalzo, pero desiste cuando su equipo marca un gol. Sabe que el otro no dudaría si fuese él el que se hubiese ido.

 

Horas más tarde, cuando el bar cierra, Gus sube, con los calcetines negros, de nuevo a su no-piso. Abre la puerta con cuidado, no quiere ver la mirada de ''Sabía que volverías'' de Andrew. Qué considerado, me espera en el sofá.

 

—Gus, ¿qué hacías por ahí tan tarde? ¿Dónde estabas?

 

Gus no responde. Toma de tu propia medicina.

 

—Gus –espera un momento –. ¡GUS! ¡Contesta!

—¿¡Por qué tendría que hacerlo!? Tu no lo has hecho, ¿no? ¡Y yo he tenido que irme! Vale que es tu casa, pero es que yo no tengo a donde ir. ¡Perdona por querer quedarme con el tío al que quiero! Ah, sí, ese que es un idiota, un cerdo, un...¡gilipollas! ...¿De qué te ríes?

 

En realidad Andrew no se ríe, solo ha soltado una carcajada, pero para lo que acostumbra. Niega con la cabeza y le señala.

 

—Es que me hace gracia tu enfado, estás tan poco acostumbrado que apenas te sale.

—...vete a la mierda, And...

 

Andrew aprieta sus labios contra los de Gus, como pocas veces hace. Normalmente es Gus quien le besa, pero ahora está ocupado controlando –o intentando controlar –el temblor de sus piernas. Andrew saborea el frescor de la boca del joven y pega sus caderas a las de él. Desliza la lengua por sus labios y le lame la mandíbula. Le besa el cuello. Después, le abraza un momento, solo para que no se caiga. Pega los labios a su oreja y susurra.

 

—He parado a cenar en un burguer, tenía mucha hambre y tus comidas dan asco, no te preocupes tanto, Gus.

 

Andrew se dirige a su habitación; ya ha hecho la buena obra de la semana, ha contentado a su pequeño novio. Y está contento, y enamorado también, pero él todavía no lo sabe.

 

Gus se desliza detrás de él, como siempre hace, para meterse en su cama y abrazarle cuando se descuida.


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