Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Amo del Rey por Kiane

[Reviews - 263]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no son míos, pertenecen a Kishimoto.

Narusasu

BDSM: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo, Masoquismo

 

Notas del capitulo:

Bueno, acá estoy emprendiendo este proyecto, no quería empezarlo hasta no tenerlo terminado en mi mente y ya lo logre.

Este fic es BDSM, de todas formas es leve. Aun así al principio de cada capitulo voy a dar todas las advertencias que puedan importar (préstenle atención mas adelante), y al final voy a explicar las palabras que capaz no se hallan entendido.

Advertencias: voyeurismo auditivo. Mención de bondage.

Este capitulo fue beteado por el equipo de SoloHumo

 

La aparición del protector de pantalla lo sacó de su ensimismamiento. Le avisaba que ya llevaba diez minutos exactos con los dedos encima del teclado sin teclear una sola letra.

Movió el ratón para limpiar la pantalla, y se puso en posición de nuevo, decidido a escribir aunque fuera una mísera "A", cuando su impulso fue cortado por el inoportuno sonido del teléfono.

—¿Qué carajo pasa, Karin? —dijo en forma de saludo.

—¡Hey! ¡Qué carácter de mierda que tienes! Deberías respetar más a tus empleados. ¡Uno cosecha lo que siembra! Si tú…

El sonido se volvió difuso cuando alejó el auricular de su oído, realmente hoy no estaba para escuchar el mismo discurso de nuevo. Esa semana su secretaria se había encargado de repetirlo sin falta cada día, y ya estaban a viernes. No fue hasta que vio aparecer el protector de pantalla de nuevo que se acercó el auricular para continuar con la conversación.

—… un completo amargado. ¿Realmente tienes veintisiete años? Porque realmente aparentas muchísimos más...

—¿Y llamabas para…?

—¡Ah, sí! Pero ni pienses que vas a desviar el tema. Te hablo como amiga cuando te digo que estoy preocupada po…

—Karin, por amor a Dios, ¿para qué me llamabas? —estaba agotado y de mal humor. ¡Y apenas era mediodía! ¿Cuántas veces vería aparecer el protector de pantalla antes de poder irse a su casa a recrearse en su desánimo? El sillón de su oficina se veía cada vez más cómodo y tentador, la única razón por la que todavía no se había recostado en él era porque él mismo se había auto impuesto no hacerlo hasta pasadas las dos de la tarde.

—Sí, escúchame bien, Sasuke. Llamó el señor Orochimaru —el Uchiha no pudo reprimir un gesto de sorpresa. Iba a preguntar si había escuchado bien cuando Karin siguió hablando—, quiere reunirse contigo en su propiedad, acá en Konoha —oh, oh, eso era demasiado raro—; dijo que no venía como el líder de la Capital del Sonido, sino como el vicepresidente de Icha Icha Paradise.

—¿De qué me estás hablando, Karin? —no pudo contenerse. Ya era raro que Orochimaru quisiera hablar con él, cuando correspondía que hablara con su hermano; pero que el tema a tratar tuviera relación con la compañía más grande de pornografía del mundo ya era demasiado… bizarro. Y apenas pasaba un minuto del mediodía. ¿Había alguna posibilidad de que el reloj estuviera atrasando?—. Lo dudo… es digital —susurró resignado, sin darse cuenta, mientras cerraba los ojos.

—¿Qué? ¿Ya estás delirando? Escúchame, Sasuke, mañana tienes todo el día libre así que le dije que podías ir a eso del mediodía —eso lo bajó de su nube enseguida.

—¡¿Que qué? ¡Karin! Mañana había dejado el día libre a propósito, no lo voy a desperdiciar en algo como esto cuando ni siquiera conozco la razón de por q-…

—Sasuke, piénsalo bien. Puede que no venga en calidad de Otokage, pero eso no significa que no lo sea. Muéstrale aunque sea un poco de respeto respondiendo enseguida a su llamado. Solo tienes que escuchar lo que tenga que decir y después disfruta de tu día libre, ¿bien?

—¿Para qué preguntas si ya lo hiciste? —suspiró. ¿Podría ponerse a discutir con ella sabiendo que aún faltaban dos horas para poder descansar en su sillón? No. Realmente no—. Deja, no tiene caso. Mañana voy y doy por terminado el asunto. No vuelvas a concertar una cita sin mi autorización, ¿entendido?

Colgó el teléfono, no queriendo escuchar la respuesta. Sabía que la imprudencia de arreglar la cita sin consultarle estaba más ligada al hecho de que ella solía trabajar antes para Orochimaru, que a su preocupación por la forma en la que él atendía los asuntos internacionales.

oOo

Y ahí estaba. Veinticuatro horas después del aviso, había interrumpido su único día libre en semanas para poder presentarse. Su humor no había mejorado desde entonces, aunque estaba más descansado.

Aparcó su auto en la entrada de la enorme vivienda, ubicada perfectamente en medio de las sierras de Konoha, casi saliendo de la capital. Ya había pasado el portero de la entrada, así que no se extrañó cuando, apenas se acercó a la puerta, una mucama le abrió dándole la bienvenida.

—El señor Orochimaru lo espera en el hall —le informó la señorita con una respetuosa inclinación; él respondió con un leve asentimiento y entró.

El hall era bastante amplio, le gustaba la sobriedad y la sensación de vacío que provocaba la escasez de muebles. Pero Orochimaru no se encontraba ahí, no sabía muy bien cómo sentirse ante semejante falta de atención a su presencia. Molesto con el mundo en general se dio media vuelta para salir por donde había venido, pero fue alcanzado por otra mucama.

—El señor Orochimaru se disculpa por tener que haberse ausentado, acaba de recibir un llamado de suma importancia de su superior y tiene que atenderlo —se inclinó profundamente —. En consecuencia, lo invita que pase a su despacho y lo espere ahí, le asegura no tardar más de unos minutos —señaló el pasillo que había a su derecha—, su oficina se encuentra en la última puerta, permítame acompañarlo, por favor.

—No va a ser necesario. Puedo guiarme solo —¡realmente estaba molesto! Él estaba sacrificando su día libre por estar ahí, su presencia tendría que ser prioritaria a cualquier llamado.

—Como usted guste, señor. ¿Le puedo traer algo para hacerle más leve la espera? —realmente un Valium hubiera sido genial, pero dudaba que fuera parte del ofrecimiento. Simplemente negó con la cabeza y se dirigió al despacho, esperando terminar rápido con todo eso.

Ya había pasado delante de dos puertas cuando escuchó un leve grito y un susurro. Se detuvo en seco y volvió sobre sus pasos. ¿Podría ser que estuvieran torturando a alguien en esa habitación? No sabía por qué se le había cruzado ese pensamiento, pero conocer el historial de Orochimaru daba para pensar.

—¡Mmm! ¡Ah! Espe… espeahhhra

—¡Oh, vamos! Que recién empiezo.

—Si el señor Orochimaru nos escucha…

—Quizás se nos una —le respondió entre risas—. No te preocupes, solo no manchemos la alfombra y jamás lo sabrá.

Sasuke se alejó de la puerta como si le hubiera dado un choque eléctrico. ¿Era posible que hubiera dos personas follando ahí dentro? Miro a los lados, pero el pasillo seguía desierto, miró la puerta del fondo. Sólo tenía que seguir caminando y hacer como si no hubiera escuchado nada, ¿no? Se había alejado un paso, cuando una frase susurrada a media voz lo dejo congelado en su sitio.

—A parte si tu Dueño te dejó atado de esta manera aquí, era porque sabía que yo vendría, ¿no? ¿Cuánto tiempo llevas así?

No supo por qué, pero se acercó más a la puerta. ¿Curiosidad, tal vez? Es decir, no siempre se escuchaba de alguien que tuviera "dueño" y estuviera atado.

—No sé qué hora es, pero eran cerca de las nueve cuando llegamos, señor.

—Ese tipo es genial, ¿no, pequeño? Siempre me sorprendió lo bien que maneja las cuerdas. Debe ser difícil llevar tantas horas con tu miembro atado de esta manera, ¿verdad?

Momento, momento. ¿Eran dos hombres? Hubiera jurado que la voz de la persona atada era de una mujer. Y de la otra voz, no había duda de que pertenecía a un hombre, de hecho… de hecho se le hacía curiosamente familiar. Como la de un pariente lejano que no veía desde la infancia.

—Si te portas bien, puede que te deje un collar de perlas* para cuando vuelva tu Dueño.

Bien. Ni puta idea de qué estaban hablando, pero algunos gemidos aislados llegaban desde el otro lado de la puerta y Sasuke se empezó a preguntar qué hacía ahí, parado como un idiota.

—Por favor… por fav-

—Shhh… tú eres el que está preocupado por que nos escuchen, ¿no? Así que no digas nada —silenció, aunque al momento se escuchó una risa—. Mira nada más, ya estás lubricado. Realmente es un bastardo. El haberte atado así, en esta posición, y haberte dejado listo para cualquiera que entrara aquí —más risas—. Y estás tan caliente… ¿Seguro que soy el primero que entra a la biblioteca?

—Sí… Mmm…

—Debes de estar ansioso. Pero, ¿sabes?, no es a mí a quien le corresponde abrirte ese hermoso culo que tienes. Aunque eso no quiere decir que no pueda jugar un poco contigo, ¿verdad?

Se escuchó el ruido de un mueble, probablemente una silla, siendo corrido y el sonido de la tela y el cierre.

—Podría aprovecharme de esa boquita tuya.

Sasuke se tensó un poco, miró a ambos lados del pasillo. Y luego se miró a sí mismo extrañado. Estaba teniendo una erección.

—Debería haber traído la cámara para filmarte ahora… usas la boca como toda una puta profesional, ese bastardo tiene suerte de tenerte para que se la chupes todo el jodido día.

Era esa voz la que lo ponía así, o quizás el hecho de no poder ver y tener que imaginarse todo lo que estaban haciendo. Pero aun así, esa reacción en él, no era normal.

—Vas a tener que tomarla con más profundidad si quieres tu collar.

En especial porque él no era una persona a la que le interesaran esas cosas, de hecho ya había olvidado la última vez que se había acostado con alguien. Había intentado tanto con hombres como con mujeres, pero lo único que obtenía del sexo eran algunos orgasmos desabridos y polvos* que, lejos de satisfacerlo, lo dejaban aún más caliente. Finalmente, optó por eliminar esa parte de su vida y concentrarse más en su trabajo. Al parecer esa decisión ahora le estaba pasando factura.

—Eres… muy bueno mmm… se ve que estás acostumbrado a lidiar con cosas grandes.

Una risa floja que venía del "hombre atado" le sacó levemente de su trance, lo suficiente para saber que había puesto una mano sobre su miembro. Con un movimiento rápido volvió a mirar a la puerta del fondo, pero esta vez no con intención de dirigirse hacia ella, sino para comprobar que Orochimaru no había llegado todavía. Podía ver que había otro pasillo que pasaba por enfrente de la puerta, Orochimaru podría a parecerse por ese, o directamente venir desde el hall como él había hecho. Tenía que estar atento a ambos lados del pasillo.

—Tu padre debe estar muy orgulloso de como mamas, pendejo.

—Lo está.

Quería moverse, pero era como si sus pies estuvieran pegados al piso. Antes de que se diera cuenta, estaba desabrochando el primer botón del pantalón. Una profunda necesidad se estaba apoderando de su autocontrol a pasos agigantados. Sentía el corazón latiendo tan rápido y tan fuerte contra el pecho, que temía que se parara en cualquier momento para recuperar fuerzas. No iba a animarse a más, pero al menos quería poder tocarse sin la gruesa tela del pantalón. Solo rozarse el glande con el dedo, eso era todo.

Dejó que su mirada se quedara observando la puerta del fondo. ¿Realmente estaba haciendo eso? Era posible que fuera por su tiempo en abstinencia… o podía ser por esa voz, o el sonido de succión. Lo único que tenía claro, era que pocas veces había estado tan caliente en su vida, y no sabía cómo manejarlo. Su hermano tuvo razón cuando le advirtió que tanto trabajo iba a terminar por quebrar su férrea cordura. No había prueba mejor que esa, Orochimaru se podía aparecer desde cualquier extremo del pasillo y verlo, y él se había empezado a tocar como si estuviera solo en su departamento.

—¡Ah! ¡Mierda, sí!... Traga cuando llegue al fondo.

El sonido de arcada le llegó tan nítido que por un momento creyó que estaban al lado de él. Con una mano se aferraba con rudeza su miembro duro por encima del pantalón, haciendo movimientos toscos y leves de arriba hacia abajo, y con la otra tocaba su glande con el dedo mayor y el índice, pasándolos por su uretra, tomando las gotas de presemen y usándolas para mojar alrededor.

Imágenes borrosas se formaban es su cabeza. No tenía idea de cómo estaba atado el sujeto, ni quiénes eran ninguno de los dos, pero eso no le impidió imaginarse la escena.

El hombre dominante seguro lo tenía agarrado del cabello, obligándole al otro tragar más de lo que podía. Sin dejarle escapatoria. Asfixiándolo.

¿Por qué le ponía tanto un acto como ese?

¿El hombre atado se estaba resistiendo? ¿Sentía cómo la erección del hombre que lo estaba sometiendo se deslizaba dentro de su garganta?

Apretó más fuerte la mano que estaba acariciando su miembro pero, con el pantalón de por medio, la fricción no era suficiente. Desesperado por sentir, imprimió más fuerza en su agarre. Tubo que morderse el labio inferior para aguantar el dolor, pero eso no evitó que siguiera aplicando presión.

Cuando lo gemidos del hombre se hicieron más profundos y las arcadas más frecuentes, él mismo cerró sus ojos, y apoyó su nuca en la pared. Ya no vigilaba el pasillo, ya no recordaba a Orochimaru, ni siquiera recordaba en dónde estaba. En su cabeza solo estaba su propia imagen de la escena, sincronizándose con los sonidos que llegaba a captar.

El bombeo ininterrumpido de su propio corazón le fue provocando una creciente falta de oxígeno. Aguantó la escasez de aire respirando sonoramente por la nariz, hasta que no tuvo más elección que abrir la boca si quería seguir manteniéndose en pie. ¿Sería capaz de tener un orgasmo con esas escasas caricias? ¿Solo escuchando los sonidos que llegaban de forma tan nítida a su sensibilizado oído? Estaba tan cerca…

—A ver, pendejo… ¡Nhn!

Escuchó perfectamente el orgasmo del hombre a través de la puerta, lo sintió trepando por su columna como un fuerte escalofrío. Casi de forma inconsciente, usó los dedos que había logrado colar dentro de la ropa interior para pellizcar su glande con fuerza. La intensidad inusual de su propio orgasmo lo tomó completamente por sorpresa.

Y, probablemente no debió haber gemido... o al menos debió darse cuenta de que lo había hecho. De esa manera, habría estado mejor preparado cuando la puerta a su lado se abrió de golpe, llevándose su calentura al carajo en cuestión de segundos.

—¡¿Quién mierd…? ¿Sasuke?

¡Oh, no! No, no, no, no. El moreno sintió perfectamente como la sangre de todo su cuerpo bajó completamente a sus piernas y su corazón empezó a latir como desesperado en algún lugar cerca de su estómago, intentando salir de su cuerpo, supuso. Porque cuando miró a su derecha, se encontró con la persona que menos esperaba ver en un lugar como ese. De todas las situaciones en las que hubieran podido encontrarse, tuvo que ser precisamente esa.

Naruto.

Esos grandes ojos azules lo miraban con sorpresa e interrogación, buscándole alguna explicación a su presencia.

Y él solo pudo darse cuenta de que aún tenía su mano derecha sobre el pantalón, aferrada de tal manera a su miembro, que parecía que temía perderlo en cualquier momento. O que se estuviera haciendo la paja de su vida, según fuera el caso.

 

Notas finales:

Y acá termina este primer capitulo.

Términos:

Polvos: He sabido que en algunos países usan esta palabra para referirse a la droga, quería aclarar (por las dudas) que Sasuke no se esnifó nada, sino que es una forma de referirse a una sesión de sexo.

Collar de Perlas: Se refiere al acto de eyacular sobre el pecho de otra persona.

¿Alguien puede adivinar con quien estaba Naruto?

Soy novata así que pido encarecidamente cualquier crítica que se pueda hacer sobre el fic, y así poder mejorar. También quería saber si prefieren capítulos así o mas largos ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).