Artes de Seducción.
By Chaotic Kittie
“Love Game”
Es hora del juego. Acércate como puedas
Mi trasero esta apretado, es hora de comenzar.
No puedes evitarlo, te excito como una máquina de sexo
Soy la película grafica más magnifica que has encontrado.
No puedes controlarte, cariño. ¡Oh cariño! Tómame y poséeme.
Uno: Un reto es lo que se encuentra en el corazón de la seducción.
Era hora del juego.
Se me había ocurrido una grandiosa idea.
Esta sería una gran oportunidad para torturar a algunos especímenes. Y tenía varios en mente.
Sin pensarlo me largue al bar de “Pecados”. Claro, si me llamaba Tetsu era por algo importante, además, prometió retribuirme por ir para allá. Algo me había adelantado por celular pero necesitaba de un estímulo para sentirme motivado. Ustedes entienden.
Él me estuvo esperando, por lo que llegue rápidamente y me dirigí a la barra.
Fuimos directo al grano, como siempre.
—¿Y qué opinas, Yume? —dijo apoyándose en la barra, como de costumbre.
—¿Qué opinas tú? —Respondo con otra pregunta
Me acerco lo suficiente para que nuestros labios de rocen de manera juguetona, mis manos sobre la superficie y mi trasero levantado. Lo observo fijamente teniendo en cuenta el espécimen que tengo delante.
Cabello rubio atado en una coleta media —hablando seriamente siempre he tenido cierto fijación hacia los tipos ordenados de cabello largo—. Dos años mayor que yo, dueño de unos ojos color miel y una mandíbula marcada. Labios carnosos de un color pálido, una nariz levemente respingada y lo mejor de todo, en un traje apretadísimo que le hacía ver bastante sexy.
Por si se lo están preguntando. Sí, me lo he servido más de alguna vez. Sin embargo, Tetsu tiene las cosas claras por eso es tan divertido incitarle a caer en mis garras.
Él levanta una de sus manos tomando mi rostro, el beso pronto se hace más candente, ahora nuestras lenguas se encuentran compartiendo toda clase de secretos absurdos. Nos desconectamos y un hilillo de saliva aún nos une, sonrío pícaro.
Me acerco una vez más robándole un último beso y complacidos nos seguimos mirando con intensidad.
Qué fácil es tentarlo.
—Veo que ya lo convenciste —Asevera un impertinente recién llegado.
Ni siquiera me doy la vuelta, no es que me avergüence pero no me interesa, el muy cabrón me ha arruinado la diversión. Tetsu se da la vuelta a mirarlo y agarra una servilleta, la que pasa por un vaso lentamente.
—Creo que más que eso —hace una pausa momentánea mientras tanto me gano de lado viendo con atención a los dos sujetos—. El me estaba convenciendo a mí, jefe.
Río por lo bajo al escuchar las palabras de Tetsu, el muy descarado no tiene ni una vergüenza. Me tapo con una de mis manos tratando de hacer que tengo algo de recato.
—Mocoso, te conozco bastante—susurra el tipo.
—No tenía idea que era tan famoso —una falsa modestia se acomoda en mi tono de voz.
—Yume, Yume. ¡Yume! —Se acerca lo suficiente como para ver una barba de dos días sin afeitar—. Eres un pequeño encanto.
Jura que diciendo eso va a llamar mi atención.
—Gracias —sonrío.
¿Qué más me queda por hacer? Así funciona el mundo, lleno de falsas sonrisas y fingido recato.
—Él es el Jefe, Fujiwara Daitan —habla el barman mientras sigue con su trabajo.
—Vale —respondo secamente.
—Ya que nos conocemos… —dice pasando una de sus manos por mis hombros—. Hablemos de negocios.
—Claro.
—Entonces pequeño —Me suelta y se sienta a mi lado. Su cabello totalmente blanco me llama la atención, al parecer es natural—. ¿Qué tal, aceptas la oferta?
Miro a Tetsu travieso, sabiendo que luego el caballero me pagaría más que con dinero.
Coloco un dedo bajo mi mentón por un par de segundos mirando al viejo.
—Está bien —Muevo el cabello para que el jefe este más baboso—. Aunque, tengo algunas condiciones, jefe.
Controlo el tono de mi voz, lo justo para hacerlo caer. Tetsu mueve la cabeza, ese barman me ha visto más veces que todas las parejas estables que he tenido en mi perra vida.
Hace sonar un vaso en la superficie, asustando al hombre.
—Tome Jefe, sírvase un trago .
La alarma para despertarlo había sonado, diantres. Le voy a perdonar la intervención, solo porque el tipo ni siquiera me gustaba.
—Bueno, ¿cuáles son tus condiciones?
Estos hombres tan apurados que me salieron. Suspiro por lo bajo y arreglo el cuello de mi camisa, me estiro pareciendo un gato perezoso que acaba de despertar, paso mi lengua por mis labios que tienen sabor a frutilla.
—Son tres cosillas —Sonrío travieso y alzo mi mano derecha enumerando las condiciones—. Uno, quiero que varias personas sean invitadas personalmente. Dos, no me vestiré de mujer, soy gay pero no travesti. Y la última, Tetsu tiene que estar como uno de mis bailarines.
—Es un trato —dice sin pensarlo. Ni siquiera me estaba escuchando. Les dije siempre consigo lo que quiero
Un gran evento estaba a punto de comenzar y yo no dejaría de estar presente. Simplemente, haría el show más candente de toda la historia.
La semana paso rápidamente, ya que me había comprometido con ellos. Tuve que limitarme al sexo por las noches, sólo con el hombre que me esperaba en casa. Sin embargo, no importo demasiado.
Esta sería una noche sensacional.
Yo, como siempre, la sorpresa de la noche. Las invitaciones estaban listas y entregadas, la publicidad un boom en las calles homosexuales y yo dispuesto a dejar a todos babosos con mi llegada.
Teniendo a nueve bailarines a mi disposición, una coreografía que yo mismo había confeccionado y los vestuarios según mis indicaciones. Espere a que se haga de noche.
—Yume ¡Vamos a tomar algo! —Hablo Tetsu agarrándome por la cintura—. Nos has sacado el jugo esta semana, pequeño demonio.
—Claro, tiene que salir perfecto —respondí haciendo un puchero.
—Algo estás tramando, estoy seguro.
—¿Quién lo niega?
Aún estábamos en medio de la pista pero eso no quito que él me pegara a su cuerpo y yo agarrara una de sus nalgas.
—Mira niñito como me tienes —susurro en mi lóbulo mientras me daba la vuelta y se refregaba contra mí.
Me quito de allí de un momento a otro.
—Eso es solo tu culpa —digo guiñándole un ojo y luego, me bajo del escenario.
Nos hidratamos con lo que pudimos mientras nos hacíamos insinuaciones de todos tipos, debo aceptarlo, el chico sabe cómo hacer las cosas. Aunque sólo es porque yo le dejo libre albedrio.
Cerca de las diez nos fuimos todos a los camarines.
Nos cambiamos con el atuendo que correspondía, Por mi parte. Enteramente de blanco, pantalones apretados al estilo policial. Una remera ceñida al cuerpo que decía “100% Pasivo”, un chaquetón de cuero brillante y encima una gabardina de color negro.
Mis acompañantes vestían al revés y sin poleras, dejando ver sus trabajadas figuras. Claro, yo no iba a aceptar a cualquier fenómeno como bailarín.
A las once estaba repleto de gente, complacido me fui a pasear oculto en mi atuendo por todo el local.
Con cuidado y disimulo, fije mi vista en los interesados que pretendía hacer correrse aquella noche. Al primero que encontré con cara de pavo entre toda la multitud fue a mi querido y virginal Kureru.
Ese hombre me hacia tanto reír.
Lentamente me aproxime por detrás, como un lobo acechando a su presa. Cuando ya estuve detrás de su corpulenta figura le agarre una nalga para acaparar su atención. Él, muy avergonzado se dio la vuelta buscando a quien osaba hacerle aquello. ¡Uh! Lo pude ver en su cara, le guiñe un ojo y desaparecí.
“¿Todo listo?” Grito alguien desde bastidores mientras yo les hice una seña a mis chicos.
—¡Quiero que todo salga perfecto! —musite caprichosamente mientras rodeaba con la mirada a mi elenco de bailarines.
—Ya que estamos aquí—apoyó a mi lado un moreno de ojos marrones—. ¡A por todos caballeros!
En el mismo instante que pose mi pierna derecha en el primer escalón la música de Just Dance invadió mis sentidos.
A red one, convict, Gaga, Oooh. I've had a little bit too much. All of the people start to rush. A dizzy twister dance.
Camino apareciendo en la pista seguido por la doble fila de mis bailarines. Nos formamos haciendo un pequeño triangulo.
Yo por supuesto en la punta, dos detrás de mí en la segunda fila, tres en el tercer nivel y cuatro al final.
Miro hacia la multitud mientras las luces de distintos colores comienzan a hacer un pequeño juego alrededor. Al momento en que me levanto, quito mi abrigo y comienzo a pasearme con sensualidad alrededor de mis acompañantes.
Vuelvo a mi puesto y nos colocamos en parejas. Por supuesto coloco al barman como la mía.
Can’t find my drink or man. Where are my keys, I lost my phone. What’s going on the floor? I love this record baby, but I can’t see straight anymore.
La segunda estrofa llega y es el punto de partida para Tetsu.
Los otros bailarines se quitan el abrigo, dejando su pecho al descubierto. Las luces aclaran todo el escenario y es el comienzo de un descontrolado juego sexual.
Lascivo pasa su mano por el cierre de la chaqueta mientras yo retrocedo al ritmo de la música, muevo los hombros imitando a una serpiente, y él se permite avanzar hasta llegar al rincón en donde me quita la chaqueta con agresividad.
Entonces, avanzó hasta la mitad de la pista girando mi cuerpo para quedar frente al público. Indiferente paseo la mirada por los rincones, encontrando a los babosos que esperaba.
Tetsu recorre mi abdomen con sus manos mientras yo muevo mis caderas en forma circular chocando con su parte delantera.
Keep it cool what's the name of this club? I can't remember but it's alright, alright.
Just dance. Gonna be okay. Da-doo-doo. Just dance. Spin that record babe. Da-doo-doo
Just dance. Gonna be okay. Duh-duh-duh. Dance, dance, dance. Just dance.
Elevo las manos como si fuera un sube y baja. Tetsu se encarga de agarrarme por la cintura y elevarme por un par de segundos. Ya dejándome en el suelo, toma mis cabellos –Aún detrás de mí—. Quedando con las caderas elevadas hace que me agache y desliza sus cabellos por mi espalda para luego sentir su respiración cerca de mi oído.
Muerde mi oreja mirando al público.
Me tiro al suelo y doy la vuelta quedando debajo de las piernas de mi bailarín. Elevo mis manos recorriendo sus pantorrillas para finalmente llegar a sus nalgas, las que golpeo con fuerza. Me doy la vuelta nuevamente quedando boca abajo.
En un salto, otra vez está sobre mí.
Sin tapujos se mueve sobre mi culo, como si nos estuviéramos apareando y yo imito gemidos de placer en el suelo. Nos volvemos a levantar, con el cabello desordenado, esta es la segunda señal.
Nos volvemos a colocar en posiciones y ellos, se sacan la ropa que les queda, permaneciendo precariamente vestidos con unos bóxers apretadísimos.
Wish I could shut my playboy mouth. Oh, oh oh. How'd I turn my shirt inside out?
Inside out, right. Control your poison babe. Roses have thorns they say.
And we're all gettin' hosed tonight. Oh, oh oh...
Doy media vuelta quedando de espaldas al público, coloco mis manos en las caderas y avanzo hasta el centro de la pista. Soy rodeado por los apetecibles bailarines.
Ellos se acercan y se alejan moviendo su cuerpo con gracia, la majestuosa imagen del sudor pegado a sus cuerpos sólo me anima más. Muerdo mi labio inferior y juego con mis manos haciendo formas frente a mi cara.
Dos se acercan un poco más dejándome acorralados entre sus cuerpos, sus manos se deslizan por mi cuerpo y me quitan la pequeña y estrecha camiseta, ahora estoy tan desnudo como ellos.
Mi piel blanquecina se hace notar, a pesar de no poseer músculos soy mucho más apetecible que ellos.
Tetsu se pasa adelante y comienza a moverse de adelante hacia atrás, agarrando su cabello desordenado. Avanzo hasta su cuerpo y en un acto de extrema provocación sexual, lamo uno de sus pezones.
Él pasa su mano por mi espalda recorriendo mi espina dorsal. Llega hasta mi espalda baja y me sujeta con fuerza, volvemos a sobarnos como salvajes en celo. Hecho mi cabeza hacia atrás esparciendo el sudor por toda mi cara.
Su mano izquierda llega hasta mis labios y lamo sus dedos con la lengua.
I'm gonna hit it, I'm gonna hit it and flex and do it until tomorrow, oh yeah.
Let's have some fun. This beat is sick. I wanna take a ride on your disco stick.
Volvemos a ser rodeados por los demás, mientras siento a lo lejos los chiflidos y estruendosos gritos. ¡Oh! Esto es increíble. Ahora la música se mezcla y suena “Love game”
Seguimos con el juego sin poder parar de abrir la boca en incansables gemidos de placer, la velada se hace más interesante. Nos separamos y volvemos a nuestros puestos iniciales,
Nos agachamos hasta la mitad abriendo las piernas, paseamos nuestras manos hasta llegar a nuestros miembros. Cinco de nosotros nos quedamos en esa posición y los otros se ganan detrás de nosotros.
Hold me and love me. Just want to touch you for a minute
Baby three seconds is enough for my heart to quit. Let's have some fun; this beat is sick
I wanna take a rideon your disco stick. Don't think too much, just bust that kick
I wanna take a ride on your disco stick.
Se abalanzan sobre nuestros cuerpos imitando un abrazo infernal, recorriendo todo nuestro cuerpo. De una manera desesperada nos tocamos mientras un beso junta nuestros secretos libertinos.
Seguimos el ritmo que ya va llegando a su final.
Nos levantamos de un salto, mientras la última estrofa se pega en nuestros oídos.
Tetsu se adelanta quedando al frente, lo que hacen los otros también. Yo paso una de mis manos por encima y la dejo contra su miembro. Su cara de gira a medio lado mostrando una sonrisa radiante.
Levanto la cara y nos miramos cuando todo acaba. Tan pegados como piel armiña, con el sudor vagando por todos lados, con las respiraciones agitadas y con una multitud de aplausos.
El objetivo estaba totalmente logrado.
Las luces se apagan mientras se escucha la voz del animador. Nosotros desaparecemos como almas ambiguas tras el escenario.
—Estuve a punto de agarrarte allí mismo —susurró en mi oreja mientras pasaba a mi lado.
—Lo hubieras hecho, Tetsu —conteste sacándole la lengua.
—Sinvergüenza —comentó riendo mientras buscaba algo de agua.
Me acerco y le quito la botella esparciéndola en todo mi cuerpo. Los otros bailarines se me quedan mirando.
—Muy bien hecho chicos —digo dejando la botella a un lado y aplaudiéndolos—. Estuvieron fantásticos.
Ellos se sientan en cualquier lugar que pillan, agotados por todo el ejercicio.
—Ojalá podamos repetirlo —Mi acompañante no se hace de rogar—. ¿Nos vemos más tarde?
—Claro, te estaré esperando afuera —respondo—. Por ahora tengo cosas que hacer.
—Ok, no hagas muchas maldades.
Sonrío de lado. Ni loco dejo pasar toda la oportunidad que seme venía encima. Ahora tenía que ir a ver a mis victimas y sacar provecho de alguna manera a todo el esfuerzo que había puesto en esta candente coreografía.
Seducimos valiéndonos de mentiras, pretendiendo ser amados por nosotros mismos.
Sanada Yume.