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Si hay amor... por rumstaken

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Notas del fanfic:

gracias por preferir mi relato, espero les guste y comenten acerca de él.

Shaoran esperaba ansioso la hora de salida, lo único que quería era ver a Yukito solo una vez, contemplar su rostro blanquecino y tan hermoso, los ojos de Lee brillaban al contemplarlo y no podía aguantar el sonrojarse al observarlo. A pesar de haber tenido un amorío con Sakura anteriormente, todo aquello cambió luego de darse cuenta que a quien amaba realmente era a su querido y amado Yukito, no podía resistirse a él y menos permitirse no amarlo, pues era inevitable, y como no serlo si era real y completamente bello, pero lo triste y amargo de todo es que, a pesar de amarlo de manera tan ferviente, el corazón de su amado pertenecía a otro, su rival desde siempre, aquel joven alto de cabello negro, aquel sujeto que llevaba por nombre Touya y que era, sin poder cambiarlo, el hermano de su antigua novia.

El timbre suena, el joven agarra rápidamente su mochila y sale disparado por la puerta para luego salir de la institución hecho una bala, y poder alcanzar a su querido, joven pero a la vez mayor, amor. La suerte está de su lado, no porque su escuela quede justo al lado de la de Yukito, sino mas bien, por el hecho de que el muchacho de cabello gris, estaba recién saliendo del recinto. La sonrisa de Lee se ensanchó de sobremanera al divisar a Yuki, y al comprobar que él también lo mira, sale corriendo en su búsqueda, pero sus pasos se tornan lentos al ver que llega junto a su amor, la figura imponente del hermano de Sakura, queda parado a mitad de camino viendo como sus brazos se posan alrededor de la cintura de Yukito y como éste, en un movimiento veloz, se gira y lo besa. Las lágrimas comienzan a brotar por sus ojos marrón, cayendo por sus mejillas y llegando hasta el límite de su rostro, cayendo completamente al suelo, sus manos se movieron instintivamente hasta su cara secándose aquel río incesante de angustia, da media vuelta y se dispone a salir apresuradamente de ese lugar, Yukito lo observa preocupado e intenta zafarse de su amante para ir en su búsqueda, pero no lo logra, divisa el cuerpo del muchacho disolverse en el horizonte.

Al llegar a casa, Lee se encierra en su cuarto, su mayordomo toca a la puerta.

-          Amo Lee ¿sucede algo?

-          Nada, no te preocupes, solo déjame solo, estaré bien en unos momentos- su respuesta fue realmente desgarradora, tanto por su tono de voz (entrecortado) como porque sabía que aquello no era cierto.

-          Está bien, amo Lee, pero no dude en llamarme si surge algún inconveniente.

-          Gracias Wei.

Los sonoros pasos del mayordomo se van extinguiendo conforme los dirigía a la cocina.

El timbre suena con un sonoro “DIN-DON” y Wei va a la entrada. Al abrir la puerta se encuentra con la figura angelical de Yukito, un tanto perturbado.

-          Si, caballero ¿en qué puedo serle útil?- dice muy cortés mente Wei.

-          ¿Se encontrará Lee en casa?

-          El amo Shaoran se encuentra ocupado en estos momentos.

-          ¿Puede decirle que Yukito está aquí, por favor?

-          Claro, veré que puedo hacer.

Wei da media vuelta para dirigirse hasta el cuarto del joven, sin esperar que su amo estuviera ya en el umbral, escondido tras la puerta, esperando que terminara la plática entre su mayordomo y su amado. Wei lo mira extrañado, pero no le presta mayor importancia, se encamina nuevamente a la cocina, comprendiendo que su presencia en aquel lugar estaba de sobra.

-          Hola, Yukito- dice Lee, un tanto acongojado y cabizbajo.

-          Hola, Lee- dice preocupado- vine a ver como estabas. Me preocupé mucho al ver que te alejabas llorando sin haber comprendido el porqué.

-          ¿Quieres pasar?- pregunta el jovencito, haciendo un gesto con su mano izquierda.

-          Por supuesto.

Pasaron a la sala y tomaron asiento sin decir nada. Al final, quien rompió el hielo fue Yukito.

-          ¿pues bien?

Shaoran sale de su trance y lo observa sin articular palabra.

-          ¿no vas a decirme por qué te fuiste de esa manera?

-          Oh… claro-dice el muchacho, tornando su ostro sombrío al recordar ese momento- no fue nada.

-          Lee, por favor, confía en mí, no tienes por qué temer decir nada.

-          Es que…- no sabía que decir.

-          Vamos, solo dime.

-          Tú me gustas y mucho- la cara de Shaoran pasó de sombrío a sonrojado al decir aquella frase.

-          Ah, eso era- Yukito mira hacia otro lado, como tratando de evitar la mirada enamorada de su adorador.

-          Yukito, no quiero que por esto dejes de hablarme, ni menos que no te acerques a mí, sé muy bien que no soy correspondido, pero el amor que siento por ti es muy grande.

El joven se acerca a Yuki y lo besa seductora y cariñosamente, Yukito se aleja apresuradamente de sus labios y dice:

-          Yo amo a Touya y eso jamás cambiará.

-          Lo sé- dice Lee derrotado- pero solo te pido que finjas ser mío aunque sea una sola noche y no te volveré a molestar jamás.

-          Lo que me pides es muy grande- dice complicadamente- yo amo a otra persona y no a ti, no finjo amor y jamás lo haré, pues es algo que jamás podré hacer- la voz de el muchacho de cabello gris se desvaneció y su mirada volvió a posarse en los ojos de Lee- eres un chico fantástico, atractivo y muy bueno, pero debes comprender que mi corazón está en otro lugar.

Un sollozo débil se comienza a escuchar proveniente de Shaoran.

-          Yo te amo- dice difícilmente- y te pido, con toda mi alma, poder poseerte solo por esta noche y mañana partiré y no sabrás nada de mí.

-          Eso tampoco es lo que quiero- dice Yukito un  tanto molesto- compréndeme, no quiero que te vayas, pero a la vez tampoco quiero que te enamores completamente de mí.

-          La solución a eso está solo en tu decisión- aclara el jovencito- ya te di mi… ya te di una solución rápida e indolora para ambos, solo… solo tienes que elegir.

Yukito se encuentra en una disyuntiva: engañar a su querido y adorado amor o ver sufrir a su enamorado por siempre…

La decisión está tomada.

En su cuarto Shaoran espera al que pasará la noche con él. Entra completamente desnudo y un poco avergonzado. El muchacho comienza a besar a su acompañante muy sensualmente, los labios carnosos y provocadores de aquel joven hacen que Lee los desee con locura.

-          Te amo Yukito- dice Lee mientras el otro muchacho le besa el cuello y le quita el pantalón.

El joven recorre todo el cuerpo de Shaoran hasta llegar a su miembro viril y comienza a succionar y lamer cada centímetro de aquel exquisito aparato. Lee, con los ojos cerrados por la sensación emite unos gemidos inaudibles, entre tanto el muchacho goza de la entrepierna de este, saboreando desde la punta hasta la base y de izquierda a derecha.

-          Lee, esto no puede ser- comienza a arrepentirse, aunque comprende que aquello le gusta demasiado. El joven de cabello marrón hace caso omiso de la declaración y sigue disfrutando de cómo su falo es tomado, literalmente, como un juguete sexual, mientras su compañero, a la vez, moja sus dedos y comienza a dilatar el agujero por el cual luego pasará el miembro que está utilizando.

El muchacho de cabello un tanto plomizo se asegura de cubrir cada parte del cuerpo de Shaoran con su lengua, terminando de lamer en sus pezones. Luego de esto se coloca sobre Lee dándole la espalda e introduce el aparato de su compañero en su cuenco y con un leve gemido comienza a moverse lentamente, de arriba abajo. Lee toma el falo de su compañero, y entre tanto este sube y baja, lo masturba sin problema alguno. La mirada cerrada de Lee hace pensar a su acompañante que está totalmente extasiado. El muchacho no aguanta más y termina en las sabanas del camastro de Lee, mientras este último hace emerger su liquido viscoso, dentro de su compañero. El joven se recuesta al lado izquierdo del muchacho de cabello marrón y su de su agujero brota aquel sabroso y salado líquido blanco, corriendo como un torrente por las sábanas, mezclándose con su color puro. El muchacho de la izquierda intenta abrazar a Shaoran a lo que él evade rotundamente. Lee solo dice:

-          Nos veremos mañana en la escuela, Yamazaki.

El joven se levanta y se viste rápidamente, para luego salir de la habitación. Su corazón y alma están heridos, pero aún conserva el amor que le profesa a Lee.

Caminando hacia casa de Touya, Yukito piensa si tomó la elección correcta, y al ver el rostro de su pareja y amante fiel, comprende que fue la mejor decisión de todas, pues nunca engañaría a quien es el amor de su vida.  


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