Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor sin barreras. por Aphrodita

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Amor sin barreras.


 


Aphrodita

 


¡¡¡Hola!!!... Perdón por súper-poblar la pagina con mis horribles historias... ésta tarde un poco en publicarla por que creí, ya se estaban cansando de mi *_*. Lo que sucede es que hace rato que vengo escribiendo, entonces junto fics hasta que los publico... ¡Algunos son realmente viejos!... Y otros (como este) son relativamente nuevos... n_n


Espero que les guste... Se que no soy buena para el romance pero igual sigo insistiendo... Que bueno que hay personas que aun siguen leyendo historias mías... Entonces... Va dedicada a ellas... ^_^


Gracias por los revews de mis otros fics!!!!!!!!!!!!!!!!!


 


Suficiente tiempo para amar:


 


“No... no puede ser...”. Pensaba Ikki mientras desayunaba en la mesa junto a su otouto. “¿Yo?... ¿por ese idiota?... No pienso gastar un segundo en él...” Lo cierto, es que últimamente no había un segundo en el que no pensara en él. “¿Yo... Enamorado?”. La simple idea le causaba gracia... si alguna vez sintió o creyó sentir amor, fue sin duda, gracias a Esmeralda, pero en ese entonces era solo un niño. Ahora, un adulto con sentimientos y deseos propios de un adulto. “Encima de ser hombre... ¡tenia que ser él!”. Su hermano menor comía una tostada observando la mirada perdida de su niisan. “Aun si me gustaran los hombres, en él ultimo en el que me fijaría seria en él... ¡Ja!... ¡Hyoga!... que chistoso...” Su rostro acompañaba sus pensamientos, cada idea era gestualizada de manera muy obvia.


 


--Niisan... estas muy callado... ¿Te sucede algo?.


--¿Hee?... N-no, no me pasa nada Shun, es que... aun tengo sueño...


 


A pesar de que el atrevimiento de Hyoga lo hacia merecedor de una golpiza,  Ikki reacciono de la manera mas calma... tal vez una calma inexistente en el Phoenix.


  Luego de aquel acercamiento peligroso, las cosas habían cambiado entre ellos... si antes se hablaban solo para agredirse, ahora ni siquiera se hablaban. De todos modos Ikki no quería analizar demasiado los “por que” de su reacción tan pasiva: un hombre lo había besado y él ni se había inmutado, o mejor dicho si... por dentro fue toda una revolución de sensaciones y sentimientos. Mas aun, lo que le hacia pensar tanto en Hyoga, era la proposición indecente de este... Ikki no aceptaría algo así, pues según se decía él: No le gustaban los hombres.


 


--Perdón que insista... pero... estas raro Ikki... ¿Seguro que no sucede nada?


Sonriendo como si fuera Shun, de manera muy forzada (tal ves por que en Ikki una sonrisa así era forzada), le contesto:


--No te preocupes Otouto... estoy bien... ¿Por qué dices que estoy raro?


--Estas... muy... (como decirlo)... Ausente... Con la mirada perdida...


--¿Ausente, mirada perdida?


--Si... Y sonríes sin sentido... Sí Ikki, definitivamente: Estas raro.


 


Ikki se quedo muy sorprendido de ello... ¿sonriendo sin sentido y sin motivo aparente?... ¿Desde cuando?... Bueno, el Phoenix no lo quería aceptar, pero lo cierto es que, desde que Hyoga, tan alegre como él a causa del alcohol, se le acercara de una manera no propia de un amigo, de un simple amigo. No había pasado mucho desde aquel día que Ikki consideraba un día nefasto, tan solo tres días...  quería tratar de convencerse de que, tal vez, ese arrebato del Cisne había sido producto del alcohol y que si se daría la posibilidad de hablar, de seguro el tema quedaría aclarado como un simple suceso, una equivocación. Pero sin embargo, desde ese día, ellos no habían cruzado palabra alguna, así que se complicaba un poco aclarar las cosas. Lo cierto es que Ikki huía, cobardemente y de la manera más vil: Ignorándolo y negando todo. No quería afrontar la dura realidad... que lo que había pasado, había pasado... fue un beso, y el se dejo besar... eso había ocurrido y nada cambiaba aquello.


  Mientras seguía analizando los hechos, como venia haciendo los últimos tres días, Hyoga bajaba para desayunar. En ese momento el Phoenix quería salir corriendo, pero quedaría muy evidenciado frente a su hermanito. El Cisne por su cuenta, saludo secamente, sin dejar de mirar directamente a los ojos a Ikki, quien escondía la mirada de una forma muy graciosa, notablemente se sintió incomodo y nervioso. A pesar de esquivarle la mirada a su amigo, podía sentir como Hyoga lo penetraba con la mirada sin vergüenza de ser tan obvio frente a Shun y a sus otros dos amigos, Seiya y Shiryu, que recién bajaban a desayunar para irse cuanto antes a sus respectivos trabajos.


  Luego de pasarse toda la mañana esquivando al Cisne, el Phoenix decidió que como mejor excusa para no enfrentarse a Hyoga era ayudando a su otouto en la cocina a preparar el almuerzo.


 


--Dime Shun... ¿En qué te puedo ayudar?


Shun, sonriéndole, le contestó:


--Gracias Niisan... no necesito ayuda...


--No, pero dime... ¿Qué hago?... te quiero ayudar.


Era la primera vez, quizás, que Ikki se interesaba por la cocina; por eso dudo Andrómeda, pero como su hermano insistía tanto le pidió:


--Tráeme el libro de cocina que esta en la biblioteca, el tomo de “las salsas”... gracias... (Sí que esta raro... ¿desde cuando se intereso por la cocina?).


 


Servicialmente, Ikki fue hasta la biblioteca y tomo el libro, justo cuando escucha una voz, demasiada conocida, a sus espaldas pronunciar su nombre... dejo caer el libro, preso del pánico (¿El Phoenix asustado?), Automáticamente el dueño de aquella voz tomo el libro entregándoselo.


 


--Gra...gracias... Hyoga.


Sin darle tiempo a nada, Hyoga rápidamente dijo:


--Quiero hablar contigo sobre lo de la otra noche.


Así, sin anestesia se lo largo, dejando a Ikki sin respiración, y sin argumento.... Quien torpemente respondió:


--N...no sé a que te refieres con lo de la otra noche.


El Cisne lo miro con un gesto de desaprobación por hacerse el desentendido:


--Sabes a lo que me refiero Ikki.


Falsamente dijo el joven de cabellos azules:


--Disculpa Hyoga... esa noche estaba... borracho, y bueno... pues... no recuerdo bien...—Siguiendo con la farsa acoto—Te pido perdón si hice o dije algo ofensivo... pero no cuenta ¿no?... digo... uno borracho dice y hace tantas cosas...


Hyoga descubrió el mal actor que era Ikki, un poco enojado por la negación de este, le respondió:


--Esta bien Ikki... Si quieres hacer de cuenta que no paso nada, bien por ti... pero yo si lo recuerdo por que no estábamos tan borrachos como dices... es mas... yo no estaba borracho.


Eso a Ikki lo desarmo... sin embargo le dijo, nuevamente actuando:


--Lo siento, no sé a que te refieres...


Queriéndose escapar del lugar, el Cisne lo frena del brazo y le saca el libro.


--Espera Ikki... No puedes negar el beso.


--No lo niego.


Reconoció finalmente Ikki, dejando de lado la falsedad.


--Por que ese beso...


--Hagamos de cuenta que nunca paso Hyoga... ¿Sí?


El Cisne se quedo helado al escuchar eso, y profundamente dolido.


--¿Hacer de cuenta que nunca paso?... que te piensas Ikki ¿qué voy por la calle besando a cuanto hombre se me cruce?... no te das una idea de lo que me costo besarte esa noche, decidirme a hacer eso... iba en contra de mis principios, de mi hombría... ¿y me dices que hagamos de cuenta que nunca paso?... Vete a la mierda Ikki... y para que sepas, yo no estaba borracho, y lo que hice lo hice por que así lo sentía... no fue ni por el momento, ni por el alcohol... y la propuesta de que seas... de que seas mío, te la hice por que así lo deseaba... y así lo deseo... por lo tanto, mi propuesta aun sigue en pie...


Hyoga se quedo esperando una respuesta, a lo que Ikki huyo diciendo con la voz apagada.


--Shun me necesita en al cocina, debo irme... otro día hablaremos...


El Cisne se sintió muy decepcionado... Y antes de Ikki escapara alcanza a decirle:


--Cobarde...


Eso le cayo pésimo al Phoenix, fue un puñal directo a su ego.


Ikki llego a la cocina con una cara de amargura que no pasaba desapercibida. Mientras Shun revolvía la sartén, se le quedo mirando:


--Te tardaste mucho niisan...


--Sí, lo sé... perdón.


Shun se quedo observando a su hermano quien se había sentado en una silla.


--¿Que sucede otouto... que me miras así?


--Estoy esperando...


--¿Que cosa?


--El libro que te mande a buscar...


Incorporándose rápidamente, el Phoenix dijo:


--¡Cierto!...¡El libro!...—Sonrió torpemente-- Enseguida te lo traigo...


Ikki se sintió muy estúpido.


--Sí, definitivamente estas raro Ikki...


 


Ikki, al volver a la sala a buscar el libro, pude ver a Hyoga sentado en el sillón, quien al verlo se incorporo nuevamente para huir de allí. El Phoenix pudo apreciar en el bello rostro del Cisne una profunda tristeza adornada por esos ojos, luceros celeste, llenos de lagrimas. Paro en seco a Hyoga dándose cuenta, recién en ese momento que su amigo hablaba en serio.


 


--Lo siento Hyoga—Pero fue interrumpido abruptamente.


--No Ikki. No te preocupes, ya lo entendí... no tienes que explicar nada.


--No entiendes Hyoga...


--¿Qué no entiendo... que no quieres saber nada de mí?... eso ya lo entendí, y muy bien por cierto...


--No quise hacerte sentir mal... yo no sabia...


--Dejémoslo así... ¿Esta bien?


--No. Primero escúchame y después has lo que quieras...


--¿Que te escuche?... ¿para que?... ¿para sentirme peor de lo que me siento ahora?— Hyoga quería evitar llorar, pero las lagrimas corrían igual por sus mejillas.


--Quiero que entiendas que... para mi no es fácil esto...


--¿Y te crees que para mi sí?... ¿No?


--No quise decir eso... digo que... yo no sabia... nunca me puse a pensar en eso... y bueno, no es fácil... pero quiero que sepas que todavía no te respondí...


El Cisne se quedo sorprendido al escuchar eso, y mágicamente las lagrimas cesaron.


--Mira... no te he dicho que si, ni que no... solo te pido tiempo para asimilar todo esto que esta pasando... recién van tres días de lo sucedido... no quisiera herirte, ni arrepentirme de mis decisiones. Tengo muchas cosas en mi cabeza... dirás que tal vez son prejuicios, pero no dejo de pensar en... por ejemplo: Shun... ¿sabes? No digo que para ti sea fácil... solo digo que cada uno tiene su tiempo... respeta el mío.


Hyoga solamente, en respuesta, sonrió sintiendo en su interior que Ikki era suyo, que había sido correspondido, tal vez en forma indirecta... pero eso significaba mas un sí que un no.


--Lo entiendo Ikki... Quiero que sepas... que sepas que para mí eres mucho más importante de lo que crees...


--¿Desde cuando?... ¿Desde cuando comenzaste a sentir algo así... por mí?


--No hace mucho... pero fue paulatinamente...—El Cisne no pudo evitar sonrojarse—Quise evitarlo, te lo juro, pero a medida que pasaba el tiempo este sentimiento crecía mas y más en mi interior... no sé exactamente cuando deje de verte con “ojos de amigo”, pero te descubrí de otra forma, y eso hizo que me... que sintiera esto... en fin... creo que eres distinto al que te muestras... como si te impusieras un personaje, pero eres de otra forma...


 


Nunca nadie había descubierto eso en él... no pudo evitar sonreír, y como impulsado, abrazo fuertemente a Hyoga dejándolo estupefacto. Ante esto, el Cisne no sabia como reaccionar, su cuerpo se manejaba solo, quería besarlo, pero se repetía interiormente que no debía, que debía darle espacio a su amigo, aun así, busco el contacto con los labios de Ikki...


--¡No Hyoga!...¡Espera!... Shun esta en la cocina... y me puede ver...


Hyoga no quería demostrar que ese rechazo le había dolido, por lo que se separo y sin decir palabra se alejo, no sin antes decirle desde las escaleras


--Si te decides para hoy... te estaré esperando en mi cuarto...


El Phoenix volvió rápidamente a la cocina, pues hacia mucho tiempo que se había ido. Se sentó automáticamente y al ver la cara de Shun comprendió...


--¡Otra vez!... Lo siento Shun...


--Deja, ya no necesito el libro, ya casi termino de cocinar... ¡Y me dices que no te pasa nada!


Ikki solo sonrió...


--Estas enamorado—Soltó de “una”, Andrómeda.


--¡¡¡¿QU…?!!!... ¡¡Yo!!... ¡¿ENAMORADO?!...


--Si niisan... tienes todos los síntomas de un enamorado...


El Phoenix se quedo helado, sin palabras.


--Otouto... cambiemos de tema...¿Si?... ¿Falta mucho para el almuerzo?...


--No. Prepara la mesa para comer... “Cabecita de novio”...


--Ja-ja—Rió Ikki, sarcásticamente—Ya estas hablando como un anciano... Esa frase la usaban nuestros ancestros...


--Si... pero el que esta “gaga” eres tu... no olvides de colocar los platos—Hablo Shun irónicamente. (N.A: Cabecita de novio se refiere a los enamorados / Gaga: Olvidadizo, se utiliza para las personas mayores cuando son olvidadizas.)


--Ve a llamar a Hyoga...


--No.


Shun se le quedo mirando sorprendido de su negativa


--¿Por qué no?


--Esta bien... ahora voy.


 


Tenia miedo, Ikki tenia miedo de lo que podría llegar a suceder en el cuarto de su amigo. Mientras iba pensando, se encontró con que ya había llegado. Golpeo y una vez que Hyoga autorizo el paso, entro:


--Venia a avisarte que ya esta la comida...


--Gracias...


El Phoenix se quedo parado en medio del cuarto mirándolo fijamente de una manera innecesariamente graciosa y tal vez, tonta... por lo que el Cisne le pregunto:


--¿Al...algo... mas?


--¿He?... ¡Ha!... no, era eso nomás...


--Ha... bueno... enseguida bajo...


--¿Te espero?...


--¿Tu... quieres esperarme?...


--Y si “no”, no te lo hubiera preguntado...


Ikki tenia razón.


--Bueno... pero con una condición--- Dijo Hyoga incorporándose de la cama rápidamente—si me das un beso...


--¿Y que gano yo con eso?


--¿Cómo que ganas?... ¡un beso mío!... ¡que mas pudieras desear!—Dijo el Cisne divertido mientras se acercaba a su amigo.


Ikki rió y también se le acerco, susurrándole en el oído:


--No tardemos demasiado... si no, mi otouto sospechara algo raro...


Luego de eso, el Phoenix atrajo de la cintura a su amigo rubio y lo estrecho contra su cuerpo, con la otra mano tomo el rostro de el, depositando en sus labios un cálido beso. Hyoga cerro sus ojos dejándose llevar, descubriendo nuevamente lo bien que besaba su amigo. Comenzaran a juguetear con sus lenguas, hasta volverse la situación un tanto “calurosa”, indicador de que debían detenerse o llegarían mas lejos... Ikki no creyo conveniente ni el lugar ni el momento... mas que nada por su otouto.


--¿Sabes que Ikki?... No deberías preocuparte tanto por Shun...—Dijo el joven rubio, una vez que los besos cesaron.


--Para ti es fácil... No tienes un hermano pequeño a quien cuidar.


--Ahí esta tu error... Primero... ¿Quien dijo que Shun es un niño?... El ya es un hombre.... Segundo... ¿De que tienes que protegerlo?...


--Bueno, pues...de todo esto... ambos somos hombres, Hyoga... ¿Que pensaría Shun si nos viera?... Yo soy su hermano mayor...—Dijo Ikki casi con orgullo-- ...Y tal ves la figura paterna que nunca tuvo... No quisiera darle una mala imagen.


--¿Estar con migo es dar una mala imagen?—Pregunto el Cisne arqueando las cejas, completamente sorprendido, tanto que dejaba sin lugar a la angustia, por aquellas palabras.


--Bueno, pues... Si—respondió el Phoenix en un susurro lo suficientemente audible.


--O sea que... ¿No piensas decir nada?...


--¿Nada de que...?


--¡¡De nosotros!!... ¿¡Como: “de que”!?


--Pero si aun no decidí nada... No dije “Si” ni “No”...


--¿Me estas hablando en serio Ikki?...—Hyoga comenzaba a enojarse por no llorar, estaba realmente ofendido --...¡Me besaste, me abrazaste!... ¡¡¿Y me dices que no somos nada?!!... ¡¡¡¿Me besas y me abrazas para decirme luego que te doy vergüenza?!!!... ¡¿QUE TE DA VERGÜENZA ESTAR CON MIGO Y QUE NO SOMOS NADA!?


--¡¡¡SHHH!!!... ¡¡No grites!!... ¡Te puede oír Shun!...


Esa fue la gota que colmó el vaso. Bajo enfurecido por la escalera para irse cuanto antes de allí, necesitaba caminar. Al pasar fugazmente por la cocina Shun alcanza a gritarle:


_¿Qué?... ¿No vas a comer Hyoga?...


--¡¡NO!!


Andrómeda se quedo sorprendido, parado en medio de la cocina con el cucharón en la mano, cuando ve que entra su niisan por la puerta, con cara de “pocos amigos”.


--¿Que le pasa a Hyoga?... ¿¡Que esta pasando en esta casa!?... ¡¡Están todos locos!!.


Ikki solo hizo un gesto con el hombro, indicando que le importaba muy poco.


 


Ikki estuvo callado toda la tarde, sentado en el pasto en las afueras de la mansión. Esta actitud no fue desapercibida para su hermano, quien al atardecer lo invito a entrar para tomar algo juntos.


Una vez en la cocina:


--¿Quién es niisan?


--¿Quién es quien?


--La persona en cuestión... aquel ser capaz de hechizar al Phoenix de esa manera... por que no me lo puedes negar Ikki... estas MUY enamorado...


--¡No estoy enamorado!... no se si se puede llamar amor esto que siento... ¡Un momento!... ¡¿por que estoy hablado de esto contigo?!


--Por que soy tu adorable hermanito... tu Shun—Dijo Andrómeda tiernamente regalándole una dulce sonrisa a su niisan.—Dime Ikki... ¿van todas las cosas bien con “ella”?


--(¿”Ella”?)... Pues... no se... igual me tiene sin cuidado eso—Dijo esto con aires de autosuficiencia, como si no le importara, aunque en realidad se estaba muriendo por dentro.


--No parece...—Dijo Shun revolviendo su te—Hoy no almorzaste casi nada, estuviste todo el día callado, afuera y muy pensativo... yo creo, que ella si te importa... y mucho... Solo por curiosidad: ¿Ella lo sabe?


--Pues... no, nunca le dije nada...


--Deberías, digo... si realmente te importa... ella... ¿Te hace sentir importante?


--Bueno, cuando hable con ella me dijo muchas cosas... y me trata de una manera—Dijo recordando todo lo sucedido sin poder evitar sonreír—Si... me hace sentir... alguien especial, mas de lo que realmente soy—Dijo subestimándose—Me hace sentir importante...


--Eso es lo que cuenta Niisan... Y si no sabe lo que sientes por ella, deberías decírselo... acaso: ¿cuál es el problema?


El Phoenix no sabia que decir, que excusa dar que sonara creíble, por que... ¿cuál era el problema?


--Bueno, pues... he... es una persona un tanto...complicada—Dijo sin mucha convicción—Me da miedo la relación.


--Tendrás tus motivos...—Al concluir la frase, irrumpe Hyoga en la cocina.—Hyoga... ¿donde estuviste toda la tarde?.


--Por ahí...—Contesto sin mirar siquiera.


Ikki se quedo callado y con la mirada gacha.


--Bueno, les cuento... por que ustedes dos desaparecieron toda la tarde...


El Cisne se pregunto interiormente a donde había ido Ikki toda la tarde, pero no demostró su preocupación.


--Me llamó Seiya diciendo que había invitado a Shiryu al cine... ¡Por fin se decidió a declararse!... pero bueno eso no era lo que tenia para decirles...


--¡¿Qué?!—Pregunto sorprendido el Phoenix--¿¡Seiya y Shiryu!?... Se...Seiya... ¿¡Declararse!?... No entiendo.


--¿Qué tiene Ikki?—Pregunto, todavía enojado, Hyoga--¿Acaso, eso tiene algo de malo?


--No... No decía eso...


--¿Dos personas que se quieren no pueden estar juntas a pesar de ser hombres?...


Ambos se miraban fijamente, sin bajar la vista... Shun en el medio, observaba la situación sin involucrarse.


--Estas malinterpretando Hyoga... No me molesta... solo me llama la atención, eso es todo.


El Cisne reparo en la situación y sonrojándose decidió que lo mejor era callarse.


--Bueno en fin—Siguió hablando Shun—Tendremos que cocinar nosotros... ¿Me ayudan?.


Ante la afirmativa de los dos... pusieron manos a la obra.


Durante la preparación de la cena tanto Hyoga como Ikki permanecieron callados, pero la actitud del Cisne era muy distinta. El Phoenix creyó, que nuevamente había sido muy duro con el, y buscando un momento oportuno para hablarle se le acerco:


--Hyoga... lo siento...


--Ya estoy cansado de que me digas lo siento y que me pidas perdón a cada rato... — Dijo Hyoga cortante, sin dejar de mirar la sartén mientras revolvía.


Ikki quería ser sincero, quería dejar de lado esa postura indiferente para decirle que si... que era un cobarde, que tenia miedo de comenzar con una relación de ese tipo, que le costaba horrores, que temía por Shun, pero que ante todo... si... lo amaba... o eso creía sentir.


--Hyoga quería hablarte... quería decirte...


--Sabes que Ikki: No me importa lo que tengas para decirme.


-- Hyoga... se que estuve mal, pero quiero remediarlo... — Susurraba para no ser oído por Shun quien se había alejado.


--No Ikki, ya me canse... aun así me digas que me amas con locura... no seria sano para mi salud mental estar contigo... ni en mil años... Jamas estaria con alguien asi, como tu....


había sido duro, muy duro... pero Hyoga estaba realmente enojado y dolido, y cuando se sentía amenazado comenzaba a actuar así, defendiéndose con una muralla de hielo, una coraza que lo protegiese de ese tipo de sentimientos... como el amor... quería demostrar que no le importaba, y le había salido muy bien...


Ikki por su lado busco enojarse, quería enojarse para no sentirse dolido ni humillado, y lo consiguió, su postura fue hiriente por demás, no dejaba en paz al Cisne quien, cualquier comentario que hacia era menospreciado por su “no tan” amigo. Asi fue como terminaron discutiendo de una manera muy desagradable:


 


--...¡Que te piensas Hyoga!... ¿¡que todo lo que dices es importante!?...


--¡Podrías tratar de no faltarme el respeto!...


--¿¡Respeto!?... ¿¡mereces respeto!?... ¡No eres el centro del universo rubio!... Te crees importante y no lo eres—Ikki habia sido muy duro, tal vez demasiado.


Shun intervino sorprendido por las agresiones verbales de su niisan hacia Hyoga.


--¡Ikki!... Detente por favor... ¿¡que te sucede!?...


--Deja Shun... no te preocupes, no vale la pena hablar con alguien tan... tan... ¡Tan “Ikki”!... No pienso dejarme tratar así.


Acto seguido, el Cisne se levanto de la silla, y se dirigió a su cuarto. En ese momento Andrómeda giro rápidamente la cabeza y miro fijo a su hermano mayor con un gesto de desaprobación.


--No debiste tratarlo así... ¿¡Que esperas!?...


--¡¿Que!?...


--¡Ve hablarle y pídele disculpas!.


--No, no lo haré.


--¡Si lo harás Ikki!... ¡No me hagas enojar!


Shun parecía el hermano mayor ahora... hablaba tan serio que a Ikki no le quedo mas opción que ir al cuarto de Hyoga.


  Al llegar a la puerta escucha como del interior del mismo, su amigo sollozaba, eso le partió el alma en mil pedazos. Se quedo parado frente a la puerta con la mano a punto de golpear... pero no se atrevió... escuchar como ese ser tan especial sufría, era demasiado para él... encima por su culpa, por su cobardía, por ser quien era... eso se decía él: por ser quien era había lastimado a Hyoga... No podía, simplemente no podía... Hyoga ya estaba cansado de escuchar las disculpas constantes de el. Ikki sentía que no podría entrar a su cuarto así como así, y decirle: “Lo siento Hyoga, perdóname”... Las piernas le temblaban, su corazón latía a mil, y tenia muchas ganas por un lado: de entrar y estrechar entre sus brazos a su rubio, y por el otro lado: quería largarse a llorar, impotente de la situación... desgraciadamente, Ikki opto por lo segundo... se encerro en su cuarto y no seso su llanto hasta quedarse dormido por completo.


   Ikki tuvo horribles pesadillas durante toda la noche... en ellas su amor se iba por siempre, se alejaba... el lo iba a buscar pero nunca lo podía hallar... siempre lograba verlo de espaldas pero cuando intentaba llegar a el, este se alejaba... por suerte había amanecido, y todo había sido un horrible sueño. Creyó que era conveniente hablar todo con Hyoga, no podía seguir comportándose como un cobarde y como un adolescente... no quería volver a lastimarlo, mas aun, quería hacerlo feliz... feliz entre sus brazos.


  Cuando se prepara para salir del cuarto descubre un sobre en el piso, como si alguien lo hubiese pasado por debajo de la puerta... No tenia firma ni decía nada. rápidamente lo abrió, destruyendo el sobre, descubrió en su interior, en el papel, que la letra era del Cisne:


 


Ikki:


        Debo decirte, debo ser sincero de una buena vez. Tal vez lo que tenga para decirte no sea de tu agrado, pues ya no importa, por que me voy.


  Realmente me dolió mucho tu actitud, y perdón por ser tan sincero: Te amo, muy a tu pesar y al mío. Por lo tanto no puedo seguir así, no puedo mas... debo alejarme de tu lado. Las palabras del ser que amamos duelen el doble, y lo sabes.


  Me iré hoy mismo, cuando leas esto yo ya no estaré en este suelo... y te juro Ikki, juro por mi madre, que en paz descanse, que no volveré una vez que llegue a destino, aun si Athena corriese peligro, que los Dioses no lo permitan. No podré verte a la cara sin dejar de sentir esto que siento: Amor, y dolor por sentirlo.


 Adiós, eternamente tuyo (aunque no te importe).


 Hyoga


 


La carta cayo de las manos de Ikki, quien se quedo petrificado unos segundos antes de reaccionar. Salió corriendo del su cuarto cuando se cruza a Seiya saliendo de la habitación de Shiryu, quien parecía, recién se levantaba de dormir.


--¡Seiya... dime!¿¡Donde esta Hyoga, adonde se fue, hace cuanto?!... ¡DIME!


--¿Hee?... no se de que me hablas Ikki...—El Pegasus estaba visiblemente dormido todavía.


El Phoenix libero a su amigo, y fue a buscar al único que podía darle esa información, encontrándolo desayunando en la cocina:


--¡Shun!—Le dijo sorprendiéndolo y tomándole por los hombros fuertemente y sin soltarlo.


--¡Ikki, tranquilízate, no me sacudas así!... ¿¡que sucede!?


--¡¡Dime, por favor!!... ¿¡¡Hyoga... donde, donde esta!!?


--Se fue... no quiso decirme el “por que”...


--¿¡Adónde!?


--A Siberia... vuelve, me dijo para quedarse y no regresar nunca mas...


--¿¡Hace cuanto que se fue!?


Ikki sentía desfallecer de la angustia.


--Se ve que lo amas...


Ikki se sorprendió frente al comentario de su otouto:


--¿Hee?... ¿y tu?... ¿y tu como lo sabes?...—Dijo visiblemente nervioso.


--Solo me di cuenta Ikki...


--¿Desde cuando lo sabes?


--Ayer, mientras cocinábamos, ambos estaban raros... yo ya sospechaba, y bueno... lo confirme cuando los escuche hablando...


--Shun... yo... no se que decirte...


--¿A mi?... a mi no tienes nada que decirme... en todo caso a Hyoga...


--Ya es demasiado tarde...—Dijo Ikki dándose por vencido (¿El Phoenix dándose por vencido?... algo nunca visto)


--Nunca es tarde niisan... además se fue no hace mas de media hora, talvez aun estés a tiempo de llegar al aeropuerto antes de que tome el avión.


Desesperadamente, Ikki busco las llaves del auto.


  Dándose cuenta del estado de su hermano, Andrómeda intervino:


--Vamos... yo te llevo... no puedes manejar así... además, me gustaría poder hacer algo por ti, y por ustedes...


--Entonces Shun... ¿no te avergüenzas de mi?...


--¡Avergonzarme de ti niisan!...—Exclamo Shun casi riendo --Creo que lo sabes... sabes lo orgulloso que me hace sentir y saber que soy el hermano de Ikki el Ave Phoenix...—Dijo esto regalandole a su niisan una de sus mas tiernas sonrisas, una de esas guardadas y dedicadas solo para Ikki --Cuantos quisieran estar en mi lugar...


Ikki no podía sonreír a causa de los nervios y de la angustia, pero lo que le dijo su otouto por demás, lo alegro, restándole un peso importante al asunto.


  Camino al aeropuerto el Phoenix no paraba de darle indicaciones a su hermano:


--¡Apúrate Shun, que el avión no va a estar esperándonos toda la vida!


--¡tranquilízate Ikki... No me dejas manejar... hay mucho trafico, no puedo evitarlo!.


Mientras tanto Ikki pensaba: “Lo pierdo, se va para siempre... lo pierdo ¿ahora que haré?... ¡por favor Dioses del Olimpo, no lo permitan!... no lo alejen de mi lado, que sin el, sin el... yo me muero”.


--Tranquilo Niisan, cuando quieres algo, cuando deseas algo con todo tu corazón... el mundo conspira para que lo consigas...—(N.A: Frase no textual de Cohelo).


 


Al llegar a la puerta del aeropuerto Ikki no espero a que su hermano estacionara, prácticamente se arrojo del coche, y entro corriendo al inmenso lugar, descubrió la difícil tarea que seria hallar a alguien en ese sitio. Shun por su lado, espero en el coche.


 Se acerco a informes para comprobar muy a su pesar, que el avión de Hyoga había partido hacia 5 minutos... por cinco malditos minutos, lo había perdido para siempre... “Esto no puede ser así, no puede terminar así... ¡maldito destino!” Pensaba Ikki mientras se desplomaba en una silla, comenzó a llorar de impotencia y de bronca. “Pensar que ayer, ayer pude haber... ¡si tan solo no lo hubiese tratado de esa manera ayer!... estaría hoy aquí”. No quería dejar esperando demasiado a su otouto, pero tampoco quería ir con lagrimas en sus ojos. “Nunca pensé... nunca creí... que llegaría a esto, y menos por un hombre... ¡diablos! No puedo dejar de llorar”. Al levantarse, vencido, del asiento, a sus espaldas escucha una voz dulcemente conocida:


--Ikki...


Sus ojos no daban crédito a lo que veía... era el, era su rubio, su solcito.


--Hyoga... ¿No te...?— No podía hablar a causa del asombro...


--Sentí tu cosmoenergia acercándose, y supe... bueno... que venias a buscarme... y no pude, no pude subirme a ese avión— Hyoga sonrió justo cuando una lagrima rodaba por su mejilla sin poder evitarla.


--Tenia miedo, de no volver a verte nunca mas... Tenia tanto miedo...


--¿El Phoenix con miedo?— Dijo burlonamente el Cisne. Ambos rieron por el comentario--No se por que... pero no estoy enojado contigo en este momento... se borro en mi corazón toda la furia de ayer.


--Lo siento...—El Phoenix se abstuvo de hablar – Lo siento por volver a decir “lo siento”... ¡Haaay! Hyoga... Te fuistes por una hora, y te extrañe como si te hubieras ido por un año.


--Perdón por haberte hecho sentir mal...


--Me lo tenia bien merecido...


--No... te equivocas, no mereces sufrir Ikki, si no todo lo contrario...— Hyoga se acercaba a Ikki lentamente dejando sus maletas de lado.... para el Phoenix la figura de su amigo era mágica, como un sueño.—...Creo que, junto con Shun, eres la persona que menos merece sufrir en este mundo... ya has sufrido demasiado, y no lo mereces... no Ikki... si me dejaras... si me permitieras hacerte feliz.


Ikki comenzó a acariciar lenta y muy suavemente la mejilla de su amigo, palpando con sus dedos esa piel blanca tan deseada por el... Hyoga solo cerro los ojos y se dejo hacer, se dejo acariciar por esa mano morena... despierta de su ensueño a causa de un cálido beso, por el contacto de los suaves labios de Ikki. comenzó a llorar, pero esta vez de felicidad


--No llores... no quiero hacerte llorar nunca mas Hyoga... yo también quiero hacerte feliz... no llores.


--No te confundas Ikki... estas son lagrimas de felicidad.


--Eres mi sol...—Luego de decir esto abrazo fuertemente a su amor, como si eso evitara su partida, no lo liberaba... no quería dejarlo ir—No dejare que huyas de mi otra vez...


--Esta bien amor... no tengo intenciones de irme de tu lado... ahora eres mi vida...


--Aun no te he dicho...—Ikki no dejaba de abrazar a su chico.


--¿Que cosa Ikki?...


--“Si” o “no”... aun no te he dado una respuesta...


--¿¡Me hablas en serio!?—Hyoga temía por la respuesta, no vaya a ser como la ultima vez.


--¡No te enojes, era broma!...—Ikki sonrió divertido --Pero igual te daré una respuesta...


--Entonces... tu respuesta es: ¿si o no?...—El Cisne cerro sus ojos preparándose mentalmente para cualquier cosa que pudiera decir el Phoenix.


--Mi respuesta es... Te amo.


--Lo tomo como un si.—Dijo respirando aliviado.


--Ahora quisiera escucharlo de tus labio Hyoga... dímelo... dime lo que sientes... en este momento...


El Cisne medito la respuesta unos segundos, hasta finalmente susurrar en el oido del Phoenix:


--Hambre... ahora, en este momento tengo mucha hambre...—Dijo Hyoga muy serio


La cara de Ikki se transfiguro... El Cisne rió divertido al ver la cara de enojo de su “amigo”, y rápidamente lo tranquilizo:


--¡Te amo, tonto!... ¡si lo sabes!... sabes que te amo con locura...


--Definitivamente... Estas loco para amarme...


--Que no me den la cura entonces...


 


Ikki amaba ese cinismo en Hyoga, amaba eso tanto como amaba todo su ser. Y ahora, esos luceros azules; esos labios suaves; ese cuerpo escultural; ese cálido corazón... por que si, el corazón del Cisne era cálido y no frío como aparentaba... esa voz hechizante; Ese ser, era suyo, le pertenecía...  Hyoga era suyo... así como él, le pertenecía a Hyoga, en su totalidad... en completa entrega mutua.


 


Fin...


 


El final mucho no me gusto... pero bueno... así quedo... así lo dejo.


 


Exclamaciondeathena@hotmail.com


 


Si quieren publicar sus fics en mi P.web contacten con migo a: exclamaciondeathena@gmail.com


O a la casilla anterior... ¡Besos! Y gracias por leer...


¡¡¡Lean: Malentendidos!!! Y dejen sus reviews que queremos saber sus opiniones...


Gracias Kita-chan!.


2005 Monte Grande, Buenos Aires, Argentina.


 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).