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El tango del pabellón por Alezita_Depyran

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Notas del fanfic:

Amo esta canción: El tango del pabellón de la película Chicago,   desde que la vi no he podido dejar de imaginar que seria una hermosa escena de ukes engañados, traicionados y locos, estoy demente lo se, pero la idea simplemente me fascino,   escribo esta locura mas para mi propia  satisfacción personal, dudo que a alguien pueda interesarle, pero de igual forma dejo el link de la canción por que es sencilla hermosa y se que les gustara mas que esta tontería mía.  




Aquí esta el link http://www.youtube.com/watch?v=mE1H6af3I_g&feature=related  




gracias por leer en cualquier forma a las y los que lo hagan les adoro hoy y siempre  




Alezita Depyran 20/01/2012

Notas del capitulo:

Este es un SongFic, después de crear un fic corto hecho de un poema y muy romántico, me dieron las ganas locas de crear este oneshot de esta  canción,  esta  bastante desquiciado el fic, lleno de  OOC (Out of character)  y  aunque intente adaptarlo lo mejor que pude creo que  si cometí algunos errores,  incluso sentí que me faltaron mas parejas para hacerlo pero utilice todos los recursos que  tenia a la mano.  




Esto es un Universo Alterno (AU) y aunque trate de ser lo mas fiel a los personajes, ninguno esta relaciono con el otro mas de lo que se muestra en el fic. 




Como sea, ni la canción ni los personajes me pertenecen, y que bueno que lo aclaro por que con eso de la ley SOPA quien sabe  que pueda ocurrir  




las quiero y los quiero a todos  




¡gracias por leer!

EL TANGO DEL CORREDOR

By : Alezita Depyran

Yu Gi Oh

AU, Angst, Song Fic

 

 

 

El abogado miro a su cliente a través de la ventana  polarizada. Estaba balanceándose de manera juguetona en la silla de plástico, desafiando la gravedad, mientras distraídamente paseaba una mano por su cabello y  la otra la  tenía en la mesa por si perdía la estabilidad. 

 

Lucía un cabello rubio, largo y lacio que caía sobre un par de preciosos  ojos marrones  grandes  e inocentes y  una piel blanquecina  que le  tapizaba el cuerpo; era  de estatura promedio. Quizá con los años  su complexión  mejoraría, pues sus brazos ya mostraban algo de musculatura, sin embargo tenía una contextura  fina  y  altura moderada, pero en general era un atractivo adolescente en la flor de su juventud. El chico no tenía nada que envidiarle a nadie. 

 

Según lo que había leído en su expediente tenía  17 años, por lo cual no había sido enviado a la cárcel sino a un centro correccional para menores.  

 

Vestía  un mono  azul  oscuro con una camisa interior blanca y unas botas viejas de color negro.  

 

Leyó su expediente una vez más, sería su primer cliente tras la escuela de derecho, estaba emocionado y  nervioso,  apenas era unos años mayor que el chico al cual según los papeles del juez, se le acusaba de homicidio  en primer grado del empresario y al parecer pareja del chico  Seto Kaiba.  

 

Reviso de nueva cuenta la hermosura del  joven, comprendiendo porque aquel hombre lo había preferido ante cualquier chica, guardo sus papeles en el maletín mirando con  ligero nerviosismo a los guardias que le abrieron las puertas. Suspiro y entro en la habitación para encarar al joven.  

 

El chico dejo de mecerse por un instante al verlo pasar, su boca perfecta y sensual se curvo en una sonrisa  de ángel.  

 

  • Hola viejo, ¿eres mi abogado? - le pregunto casual, con la jerga del típico adolescente.  

 

  • ¡Por Dios! , si el chico ni siquiera había terminado la preparatoria y estaba cerca de estar en el corredor de la muerte.

 

Asintió, sentándose correctamente frente a él y colocando su maletín en la mesa

 

  • Así es, mi nombre es  Maximilian Pegasus - Se presentó mientras estrechaba su mano y le miraba a través de las cortinas de pelo platino y liso - Soy el abogado que te  estableció el juzgado -le dijo soltándole despacio tras sentir la cálida y suave mano que encajaba con los finos dedos que poseía.  

 

  • Yo soy Joseph Wheeler, llámame  Joey - le dijo con una sonrisa confiada  mientras dejaba de balancearse, pero cruzaba sus piernas sobre la mesa en actitud desenfadada 
  • Bueno Joey, ¿ cómo te la estás pasando ?, ¿cómo va todo  con tus compañeros de celda ?  -le pregunto tratando de aligerar el ambiente con su conversación. Ganar la confianza de los clientes era algo esencial.  

 

Joey sonrió de forma que sus  armónicas facciones hacían su rostro aún más atractivo.

 

  • Bueno me han puesto en el pabellón de los asesinos pasionales, o al menos es así como llaman a ese lugar los chicos  – Respondió con una sonrisa, como si aquello le divirtiera en demasía – Puedo contártelo – Le dijo cómplice mientras cerraba por un segundo  sus ojos en gesto pensativo para comenzar a relatar sus recuerdos :

 

 

***********

 

Había llegado a su celda,  algo asustado y  confuso tras una  rápida sentencia de condena. El juez  había dictado  un fallo en su contra  mandándolo directo a la correccional, donde le habían  tenido despierto  para interrogarlo entre abusivos golpes y palabras groseras, quitándole todas sus pertenencias de valor después de  revisarlo y manosearlo a su antojo; para luego  darle un uniforme  azul y llevarlo a unos baños donde mangueras a presión le  habían  duchado frente a los ojos de los guardias que le hostigaban, para al final escoltarlo hasta  el que sería su nuevo hogar.  

 

Al cerrar la puerta de su celda, el ruido  metálico hizo que un chico saltara desde la cama de arriba; tenía el cabello  de un color extraño, teñido de tres colores diferentes,  negro, rojo y rubio, en un estilo  peculiar con  picos,  llevaba el mismo atuendo desabrido que él,  parecía de unos 14 o 15 años  por lo pequeño que era, sus ojos eran enormes y de un color  violeta que reflejaban una inocencia  que no había visto  en mucho tiempo . 

 

  • ¿Así que chico nuevo? - Pregunto con una voz suave y dulce mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en sus facciones. 

 

El rubio asintió a sus palabras aun intimidado por los rostros que le habían observado al pasar, varias caras maliciosas acompañados por una gran cantidad  de gritos enloquecidos  y burlones. 

 

  • La cama de abajo es tuya - dijo tranquilo mientras se apoyaba en los barrotes y miraba a los guardias. - Soy Yugi Motou, pero aquí me llaman el chico del rompecabezas - Comento con una sonrisa burlesca y un brillo de malicia en sus ojos, como si sus palabras  guardaran un significado oculto aun para Joey.  

 

El rubio no entendió bien aquello pero tomo posesión de la cama que se le otorgaba, los guardias pasaron golpeando las rejas con sus porras mientras  el sonido de una sirena  llenaba el lugar seguido del  chirrido del resto de las puertas metálicas al cerrarse.   

 

  • Todos a sus camas,  la luz se  va en 3 minutos - Grito la voz masculina de uno de los guardias que  pasaba  revisión a las celdas antes de llegar al otro lado para cerrar.  

 

De un momento a otro todo quedo en obscuridad, dejando a todos los presos sumidos en un momentáneo silencio, los ojos de Joey trataban de acostumbrarse a la falta de luz cuando un  cerillo se prendió, iluminando la faz del chico llamado Yugi, este  sostenía entre sus  delgados labios un cigarro; inhalando  despacio mientras sus ojos violetas se entrecerraban como evaluándole, para después soltar pequeñas bocanadas de humo blanco de manera lenta y sensual.

  

  •  Chicos.... tenemos a un nuevo – Dijo suficientemente alto para que los demás escucharan. En ese momento  Joey  pudo ver como de la celda frontal se encendían cerillos que iluminaban algunas caras  que fumaban. 

 

  • ¿Quién es Yugi? -Respondió una voz que por el sonido, identifico se encontraba en la celda de la derecha.

  

  • Un rubio bonito, parece un cachorro perdido, ladrón de tumbas -le dijo a la voz de Yugi mientras fumaba  pausadamente. 

 

  • Un cachorro, ¿eh? - Dijo una voz  distinta con una risa irónica - ¿Qué te trajo aquí chucho?, Vamos cuéntanos tu  historia - le dijo  otra voz  desde lo que reconoció Joey como la celda de  la izquierda. 

 

  • Calma Dados, lo asustas - Dijo Yugi riéndose entre dientes, mientras  miraba al rubio - Pero es cierto, ¿ Joey verdad ?- Dijo para confirmar su nombre  - ¿ Qué te trajo aquí ? 

 

  • A... A... Asesinato - Dijo tartamudeando súbitamente,  tímido y con la lengua pastosa.  

 

Escucho risas burlonas provenientes de todos lados y agradeció la oscuridad que  no dejaba  ver sus mejillas rojas de pena  y enojo  entremezclado.  

 

  • Todos estamos aquí por asesinato cariño - Le explico Yugi  dando una nueva calada a su cigarrillo, aun riéndose de su tonta respuesta.  

 

  • Este es el pabellón de los asesinatos pasionales - Le dijo  con una sonrisa de gato Cheshire*

 

Joey asintió, empezando a comprender la situación en la que se encontraba. 

 

  • Es todo un perro asustado con la cola entre las piernas, Un Cachorro como dijiste Yugi – Dijo la voz  burlona del chico al que había identificado como Dados - Dejémosle así, Cachorro - Termino con una risilla sarcástica – ¿ Por qué no le cuentas tu historia  Chico del Rompecabezas ?, así  sabrá lo que queremos de el – le dijo  mientras se escuchaba el chirrido de los resortes viejos del colchón.  

 

  • ¿Por qué no? No parece tan mala idea Duke – Dijo  mientras suspiraba y  aventaba el cigarrillo al suelo para aplastarlo con ligera furia.  

 

 

Si se lo merecía,  si se lo merecía, él es el único culpable  de haber estado,  de haberlo visto, ¡ seguro abrías hecho los mismo !

 

 

  • Sabes, hay personas que tienen manías extrañas... Como Yami, a él le apasionaba el antiguo Egipto- No... No le apasionaba;  era su vida entera. Mi abuelo  era arqueólogo y mis padres también lo habían sido, así que en un viaje a  Egipto nos conocimos y  nos enamoramos al instante,  teníamos muchas cosas en común y no dude al entregarme por completo a él,  pero Yami hacia muchos viajes para buscar  tesoros,   iba y venía constantemente del Cairo a Ciudad Domino, ahí fue donde encontró a Mana y a Mahad, con quienes no solo me engañaba, si no que también organizaba tríos. Cuando me entere; decidí ser compasivo  y terminar por las buenas, pero al vernos todo termino mal, muy mal--- El solo grito y  exigió que le devolviera su rompecabezas del milenio. Un raro artículo que  me había  regalado y pues como era lo único que le importaba, decidí que lo mejor era que volviera a ser parte de el  -dijo con una sonrisa  retorcida - 40 pedazos... Eso fue lo que quedo del después de que tome la sierra y comencé a cortarlo en aquellos pequeños pedacitos tan parecidos a su precioso rompecabezas... 

 

  

Si se lo merecía, si se lo merecía, es el único culpable,  de haber estado, de haberlo oído,  seguro que abrías hecho lo mismo 

 

 

Yugi rio asustando al chico rubio que atónito le miraba, pero  no tuvo mucho tiempo de analizarlo porque enseguida  la voz del chico llamado Dados  a su izquierda comenzó a hablar. 

 

  • Ahora te contare yo Cachorro- le dijo -Soy Duke, pero aquí todos me llaman chico de los dados o dados- Noto como este se pegaba a los barrotes de su celda, extendiendo su mano para mostrar como jugaba con unos dados en su mano.  

 

  • Conocí  a  Tristán hará cosa de dos años;  me dijo que era gay y los dos congeniamos enseguida, así que comenzamos a vivir en mi  departamento al poco tiempo. El trabajaba   en una empresa que  ensamblaba  motocicletas, tenía ese aire de chico malo y pandillero que me volvía loco.

 

Pero lo descubrí...  ¿Gay me dijo?, Si como no...  Tenía a una hermosa chica en su trabajo,  con la cual se acostaba...  Una tal Serenity... Pelirroja con ojos de perrito bajo la lluvia - Dijo malicioso mientras removía una vez más los dados. - Un día llego a casa.  Sabía que había estado con ella, así que le hice la cena y bebimos,  en algún punto le propuse un juego de dados; cubilete, si es que lo conoces- Dijo  con aquella voz sarcástica y sensual. Cada vez que alguien ganaba puntos podía quitar una prenda al perdedor, la meta era terminar en la cama; donde en medio del ardor pasional me permitió atarle de manos y pies. Ahí fue donde moví su cabeza hacia atrás para concederle el placer de disfrutar de un buen vino, mientras le introducía uno a uno los dados del juego...  Comenzó a ahogarse; mientras yo seguí metiéndolos, uno tras otro... Hasta que la  botella quedo vacía y el... El dejo de moverse -  Finalizo  su relato con una risa estridente que llenaba el pasillo,  mientras los dados caían de su mano resonando en el piso. 

 

 

¡Si se lo merecía!, ¡si se lo merecía!,  tomo a un chico en la flor de la vida,  y lo uso, y hasta abuso, fue un asesinato, pero no un crimen.  

 

Cuando comenzó a hablar  el chico de su derecha, al que apodaban:  Ladrón de Tumbas, su atención volvió a centrarse. 

  • Nosotros fuimos el dúo perfecto: Bakura y yo éramos los ladrones más hábiles;  no había fortaleza ni  cerradura que no pudiéramos doblegar. En ese entonces estábamos en nuestro refugio, yo me encontraba revisando la artillería cuando de repente apareció; venia como loco, apuntándome con un arma  gritando " te has robado mi dinero ¿eh?, ¡te has robado todo!”  estuvo a punto de dispararme pero fui más rápido. Le había envenado un par de horas antes con arsénico en su comida  y para ese entonces su efecto paralizante  comenzó su función haciéndole caer de bruces contra el suelo. Tome todo y lo lleve conmigo fuera de la guarida, estábamos  en unas viejas criptas de un cementerio en ruinas, así que  cave un pozo y lo metí en una caja mientras miraba el terror en sus ojos -  " Buenas noches Bakura cariño mío " - fueron las palabras con las que me despedí de él, antes de cerrar la caja y enterrarlo vivo... -  Rio como los otros; con petulancia, mientras un Joey asustado se tapaba la boca para reprimir la exclamación de asombro que estuvo a punto de salir de sus labios. 

 

 

De haber estado, de haberlo visto, seguro que abrías hecho lo mismo 

 

 

Poco a poco los relatos continuaron, todos  los presos parecían dispuestos a contar sus historias con cierto placer triunfal al exponer el por qué estaban ahí,  porque sus actos, habían sido justificados.  

 

  • ¿ Que  hago aquí ?... Según la policía de Domino; mate a mi Seto... - La desesperación al escuchar esos relatos, comenzó a hacerse presente en ese pequeño y frágil joven rubio - Pero yo no fui,  no soy culpable... No puedo creer que la policía diga eso cuando en realidad soy inocente - Dijo Joey deslizándose por la pared entre sollozos. 

 

  • Eso dicen todos los que vienen aquí - Respondió Yugi - Yo no fui... El se merecía lo que le paso... El tiene toda la culpa, no yo- dijo burlón a sus palabras.

 

  • ¡Hey cachorro! - Dijo una voz  de las celdas del frente, de donde  apenas pudo distinguir una piel bronceada y unos cabellos rubios cenizos, impresionantemente acompañados de unos ojos  violetas que relucían misteriosos en la oscuridad - Es mi turno - Le dijo mientras escuchaba como Joey controlaba su llanto. Y entonces, comenzó a relatar su propia historia :   

 

  • Fui miembro de una  numerosa familia, donde Marick, Odion e Ishizu fuimos integrados rápidamente a : " Los guardianes de la tumba del faraón", un servicio de seguridad privada que se encargaba de  resguardar; arte, joyas o documentos, muy al estilo de los bancos. Y  aun cuando éramos hermanastros, siempre fuimos muy unidos. En especial  Marick y yo que éramos  mellizos, nuestro lazo era tan fuerte que nos enamoramos,  de manera que manteníamos una ardiente  relación incestuosa, donde él se quedaba a dormir en mi cuarto, se bañaba conmigo y teníamos sexo todas las noches.

 

Pero un día, salimos de viaje al hotel Cizaro- dijo relatando mientras sus manos se aferraban a los barrotes - Esa vez; a diferencia de lo común,   nos dieron un cuarto con varias camas, donde bebimos, estábamos realmente alcoholizados; pero yo debía salir a checar  un paquete de un cliente importante... Así que  cuando regrese,  encontré a mis queridos hermanastros teniendo sexo entre ellos. Fue tanta mi sorpresa que mi mente se bloqueó por completo y  no supe que paso sino hasta la mañana siguiente, cuando sus  cuerpos  aparecieron amontonados en las cajas fuertes de la empresa y yo... Yo, estaba bañado con su sangre....-   Cuando termino apretó los barrotes como quien quiere retorcer una garganta y  soltó una risa estridente y fría -Así que... Cachorro - retomo su tono muerto al hablar - Cuéntanos la verdad, di que ha pasado contigo - pregunto, mientras se  lamia los labios como dispuesto a devorar un gran festín. 

 

 

Se lo merecían, ¡Se lo merecían!,  ¡hacía tiempo que se lo merecían!,  yo no lo hice,  y si lo hice ¿quién puede decirme que estaba equivocado?,  ¡se lo merecían!,  ¡se lo merecían!,  ¡hacía tiempo que se lo merecían!,  yo no lo hice y si lo hice,  ¿quién puede decirme que estaba equivocado? 

 

 

  •  Quería a Seto más de lo que podría expresar - Inicio su relato el rubio - El era muy inteligente, un genio empresario que necesitaba encontrarse a si mismo, así que salía todas las noches a buscarse. Así fue como me encontró a mí;  un pobre chico de la calle repartiendo periódicos y tratando de ir a la escuela

Nos conocimos por estar en clase juntos y entre peleas  me enamore de él, hasta que en alguna de ellas las cosas nos  llevaron a más de un roce y  termino haciéndome suyo. Yo fascinado con él, deje que siguiera convencido de que esa sería la única vez que podríamos estar juntos,  pero él  dijo que me amaba y me llevo con él.   

No dejo que saliera nunca más, me encerró  y  lo hicimos tanto tiempo y estuve  tan lejos de todo que perdí la cuenta de los días,  no volví a saber de mis amigos, familia, escuela o incluso de mí mismo... Y entonces tan pronto como ocurrió  todo termino.  Seto  ya no iba a mi cuarto, ya no me hablaba, no me miraba; le rogué que no me dejara, pero  dijo que quería botarme al lugar  de donde me había sacado como el perro callejero que era. Había conseguido a alguien nuevo, Una tal Kisara... – ¡Ja!, se burló con rabia de lo que aquellos recuerdos le causaban - Porque ahora quería ser hetero y formar una  familia. 

 

Se podría decir que rompimos por nuestras diferencias sexuales, así que decidí que sino seria para mí... No sería de nadie.

Cuando la llevo a la casa, me saco de los cabellos de mi habitación, tenia mis cosas en la entrada, listas para tirarlas al igual que a mi, me estaba humillando enfrente de ella, exhibiéndome,  le rogué y suplique que no me hiciera eso, y entonces saque el arma que había tomado de su cuarto, le advertí que lo haría…se lo dije…-soltó un suspiro cansino –pero no quiso escucharme…así que dispare dos tiros de aviso….justo en su cabeza…

 

 

Ese animal!, ese animal!  Ese animal!, ese animal!,  

 

 

  • Se lo merecía !- grito furibundo el rubio. 

 

  • Sí que se lo merecía !-  secundo en un grito Yugi.  

 

  • Se lo merecían desde hacía tiempo ! - Chillo  Duke.  

 

  • Nos usaron-  Dijo Ryo  resentido. 

 

  • Y  hasta abusaron- Completo Malik con un golpe a las rejas que le apresaban. 

 

  • Quien puede decirnos que nos equivocamos ? -dijo  desquiciado el  rubio mientras las risas de  cinco chicos se fundían en una hasta la locura. 

  

************************** 

 

 

El peli plata miro a Joey boquiabierto,  impresionado por lo escuchado.

 

Mientras relataba lo sucedido en la pasión y entrega que le secundaban,   el rubio se había levantado de golpe  y con sus puños machacaba la mesa una y otra vez  desquitando en ella su ira. 

 

 

  • Se lo merecía !...  Si, se lo merecía...   Es el único culpable…. De haber estado, de haberlo visto...  Seguro que abrías hecho lo mismo.... - declaro al final antes de que entraran los guardias para llevárselo de nuevo.  

 

 

 

 

Notas finales:

 

Aclaraciones: 

Cheshire: gato del país de las maravillas, se caracteriza por su blanca  e intrigante sonrisa que se desvanece en la oscuridad

Bueno, en mi intento por escribir mas cosas y explorar en nuevos géneros, ha salido esto, no tuvo beta reader por que mi beta Erato-chan esta  ocupada y quien sabe donde 

Aun asi muchas  gracias a mi papa Elia que  me hizo de Beta Reader 

si  este fic  pudo ver la luz fue  gracias a ti

te lo didico por completo!




gracias por sus comentarios y su motivación, ¡tratare de seguir publicando mas historias! 




les quiero siempre :D


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