You seem to need hope
Capítulo 1
El fuerte sonido de un tren. La sensación de que me faltaba algo más importante que mi propia vida y después oscuridad. Oscuridad absoluta. Y ya nada quedaba.
***
Me senté de golpe en mi cama, respirando agitadamente. Otra vez esa pesadilla, pensé mientras me secaba las lágrimas que habían caído. Me parecía raro que mi mamá no estuviera ya en mi habitación preguntándome que me pasaba, ya que cuando tenía ese mal sueño, solía gritar muy fuerte.
- Tranquilo, LuHan- me dije a mí mismo, apoyando una mano en mi pecho a la altura del corazón, tratando de calmarme.
Me puse los anteojos y miré la hora. Faltaba bastante para que sonara la alarma de mi despertador pero como no tenía más sueño, decidí levantarme.
Fui a la cocina y encontré una nota de mi mamá que decía que había tenido que salir más temprano a causa del trabajo. Sonreí. Ella se esforzaba mucho por mantenernos a los dos y gracias a eso no nos faltaba nada. Éramos felices en nuestra casa, con nuestra pequeña familia de dos.
Desde que mi papá se había fugado con una mujer con la que ya tenía un hijo de tres años, todo estaba mejor, tranquilo y en paz. Ya no habían peleas y yo podía estar relajado de que nadie estaba lastimando el corazón de mi mamá con sus engaños y mentiras.
Me hice un rápido desayuno y lo comí mientras leía uno de mis libros preferidos. Cuando terminé, lavé lo que había ensuciado y subí para ducharme antes de ir al colegio.
***
Salí de mi casa más temprano de lo normal, así que decidí pasar a buscar a mi mejor amigo XiuMin. Su verdadero nombre era Kim Min Seok. Él era coreano, y vivía en China desde hacía unos años. Cuando su mamá murió, su papá se volvió a casar con una mujer y se mudaron a mi barrio junto con el hijo de ésta.
- ¡LuHan!- exclamó cuando me vio parado en la puerta de su casa -¿Qué haces acá?- preguntó, asombrado.
- Salí más temprano y quise pasar a buscarte para que fuéramos juntos al colegio- respondí sonriente.
- No te hubieras molestado- dijo palmeando mi espalda mientras empezábamos a caminar.
- Quedaba de paso- argumenté, encogiéndome de hombros y despeinándole su rojizo pelo corto para molestarlo.
Sentí mi cuerpo tensarse a medida que llegábamos a esa cuadra, donde sabía que estaban ellos. Yo podía tolerarlos, pero sabía que a XiuMin le costaba más. Los divisé a mitad de cuadra, recostados contra su pared de siempre.
- Ahí viene la Barbie- comentó el "líder" de ese patético grupo, refiriéndose a mí. Su nombre era Yixing, aunque él se hacía llamar Lay. Tenía el pelo hasta la nuca, castaño con flequillo al costado, y llevaba el uniforme bastante desprolijo.
- Y el bollo- agregó Chen, la “mano derecha” de Lay. Tenía el pelo negro y muy corto. Le quise dar una bofetada: Había dado en el punto más débil de XiuMin.
- No les hagas caso- le susurré -Son unos idiotas- miré con odio a Lay, Chen y Yimou, el tercer chico que estaba ahí.
Frené en seco cuando Lay se paró adelante mío para frenarme el paso.
- Barbie...- dijo con una sonrisa arrogante.
- En serio, ¿nada mejor?- pregunté. Él alzó una ceja interrogándome con la mirada.
- ¿Cómo querés que te diga? Si con ese color de pelo casi rubio y tu cara de nena parecés una Barbie. Sólo te falta un vestido…- se agachó los pocos centímetros que me sacaba -y no me extrañaría verte usando uno- susurró desafiante y burlonamente. Un tic se hizo presente en mi ojo al escuchar "cara de nena". Desvié la mirada y vi a su novia, que antes no había notado.
- ¿Y yo como debería decirte?- di un paso atrás recuperando mi espacio personal -¿Toro? ¿Cabra? ¿Alce? ¿Unicornio?- me reí. Normalmente no reaccionaba a sus burlas, pero esa mañana estaba irritable.
- ¿A qué te referís?- frunció el ceño con una expresión seria, cruzándose de brazos.
- No lo entenderías- agarré a XiuMin de la manga y lo empujé a Lay con el hombro para pasar, dejándolo a él y sus amigos sorprendidos.
***
- Gracias, Lu- dijo XiuMin avergonzado después de caminar unas cuadras.
- No es nada, aunque no sé qué me pasó… normalmente no me dejo guiar por sus estupideces. Son insoportables...- fruncí el ceño.
- ¿Por qué le llamaste de esa manera?- preguntó curioso.
- Su novia lo engaña con muchos hombres- giré la cabeza para mirarlo un momento.
Sí, Lay era un idiota. Pero ella era una perra, y podía ser incluso peor que él. La había visto usar sus encantos como mujer para lograr sus fines, sean cuales sean. Incluso había escuchado rumores de que llegaba a acostarse con chicos para que ellos hicieran lo que ella quería. Y después iba y le decía a Yixing que lo amaba. Era incluso más detestable que él, pero Lay estaba muy enamorado como para darse cuenta. Aunque claro que eso a mí no me incumbía.
Entramos al colegio, hablando animadamente y nos dirigimos a clase. En seguida buscamos nuestros asientos habituales y nos sentamos, acomodando nuestras cosas mientras esperábamos a que viniera el profesor.
- Conseguí clases de piano- le conté muy feliz -Acá mismo, en el colegio. Me dijeron que hay un alumno que sabe mucho y está dando clases para ganar créditos extra.
- ¡Qué bueno!- exclamó XiuMin -Hace mucho que querés tomar esas clases- comentó alegre.
- Sí, y lo mejor es que no tengo que pagar nada extra. Viene incluido en la cuota del colegio -le devolví la sonrisa. Estaba muy ilusionado por aprender a tocar el piano bien. Sabía muy poco, pero quería aprender más para poder tocarlo mientras cantaba.
***
Después del almuerzo, vi a Lay molestando a un chico nuevo. Lo odiaba. No me molestaba que se la agarrase conmigo, yo podía manejarlo o ignorarlo, pero los nuevos no sabían qué hacer. XiuMin me imitaba en ignorarlos, aunque yo sabía que cada día se sentía más lastimado... Su principal “abusador”, por catalogarlo de alguna manera, era Chen. Lo cual es ridículo, pensé.
Lay, en cambio, parecía tener un gusto especial por molestarme cada vez que me tenía cerca. Y a mí me encantaban las caras de enojo que ponía cuando, de vez en cuando, se me ocurría enfrentarlo. Se veía completamente indignado y perdido.
- Tsk, qué idiotas- comenté en voz alta cuando pasamos por al lado de ellos. Estaban riéndose de ese chico nuevo porque usaba anteojos y hacía ruidos raros al respirar debido a que tenía graves problemas respiratorios. Ignoraba si ellos estaban al tanto o no de la enfermedad del chico nuevo, pero yo lo sabía porque había hablado con él algunas veces. Era muy agradable.
- ¿Qué dijiste, Barbie?- me preguntó Lay agresivamente. Se paró enfrente de mí y me miró con los ojos entrecerrados.
- Que son unos idiotas- respondí simplemente -¿Se burlan de alguien porque no puede respirar bien? Es patético. ¿Ustedes saben que no puede alterarse? ¿Qué van a hacer si le pasa algo? No creo que la directora se quede de brazos cruzados si ponen en riesgo la vida de un estudiante- exageré. La expresión de Lay cambió. No a una de miedo (A ser expulsado o lo que fuera) como esperaba, sino a una de arrepentimiento. Fue leve y rápido, pero lo noté porque nuestros ojos no se despegaban. Estábamos en una lucha de miradas, y ninguno pensaba ceder. Él abrió la boca para responder, pero fue interrumpido.
- ¿Qué está pasando acá?- preguntó una profesora enojada asomada desde la puerta de un salón -Alumnos, la campana sonó hace diez minutos. Vayan inmediatamente a sus respectivos salones.
Le dediqué una última mirada a Lay y me di vuelta para irme con XiuMin. El chico del cual no recordaba el nombre e iba a un curso inferior, me agradeció y se fue a su clase.
Con XiuMin íbamos lentamente detrás del grupo de Lay ya que, lamentablemente, compartíamos esa hora.
***
Al sonar la campana me encaminé feliz a la sala de música: Esa misma tarde empezaban mis clases de piano.
Era amplia y luminosa: El sol entraba por las enormes ventanas e iluminaba un lindo piano negro de cola. La recorrí con una sonrisa y acaricié el instrumento cuando pasé por su lado. Me senté en una silla y me puse los auriculares para esperar al profesor.
Cerré los ojos, disfrutando de la música y empecé a cantar lo que escuchaba muy bajito. Amaba cantar. Era de las pocas cosas que me relajaban y me hacía sentir plenamente feliz.
Me sentí observado y abrí los ojos lentamente, encontrándome a Yixing con los brazos cruzados parado frente a mí. Me levanté de la silla y prácticamente arranqué los auriculares de mis oídos.
- ¿Qué hacés vos acá?- le pregunté secamente.
- ¿Yo? ¿Qué haces vos acá?- hizo una mueca de desagrado.
- Yo vengo tomar las clases de piano- esperaba que cuando obtuviera mi respuesta entendiera que tenía que irse. Sus ojos se abrieron exageradamente y pareció palidecer.
- Yo soy el profesor- susurró bajito.
¿Él el profesor? ¿Desde cuándo sabe de música? ¿Desde cuándo le interesa algo que no sea molestar? ¿Qué hago? No puedo irme, voy a quedar como un cobarde. Y realmente quiero estas clases, pero no quiero molestar a mi mamá agregando un gasto. Decidido, me planté frente a él.
- Bueno. ¿Vas a enseñarme o no?- dije antes de arrepentirme. Él me miró sorprendido, pero enseguida recompuso su expresión de molestia. Esa que siempre tenía cuando estaba conmigo.
- Sí. Como veo, cantás. Tenés...- respiró hondo -buena voz...- pareció costarle hacerme un cumplido. Reí con ironía y me miró mal.
- Gracias... creo- él sacó unas partituras de su mochila y se sentó en la butaca del piano, dejando un lugar a su lado.
- Sentate- casi ordenó. A regañadientes hice lo que me pidió y la clase comenzó.
***
Resultó que realmente sabía mucho del tema, se mostraba seguro como un pianista profesional. Era tan interesante lo que me explicaba, que casi olvidé con quién estaba hablando. Hasta bromeamos un par de veces.
Pude notar que él también amaba la música. Yo sabía que bailaba además de hacer deporte, pero no sabía que tocaba el piano y además cantaba, como pude comprobar cuando me hizo una pequeña demostración. Empezó enseñándome cómo se leían las notas y cómo se colocaban las manos.
Pudimos llevarnos bien un rato, al descubrir que había algo que nos unía. Algo que ambos amábamos.
Sí, era Yixing, el mismo idiota de siempre. Sólo que ahora era un poco más interesante.