Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo el tiempo lo supe por PrincessIce

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Para Shun4ever May te prometí un capítulo especial yaoi puesto que el fic original era Heterosexual... espero que te guste,,, gracias por haberme seguido 43 capitulos !!!¨*la apapucha*

A la vida nuevamente a ocupar el lugar que siempre había sido suyo y que para los demás por un tiempo fue usurpado por aquella mujer idéntica a él, llegó al jardín a respirar de nuevo embriagándose sus pulmones con esa esencia venenosa, esas rosas tan bellas que con los cuidados de esas manos femeninas habían conseguido sobrevivir.

Pero no todo podía ser perfecto, su estúpida idea de decirle en su ultimo aliente en la isla de Andrómeda que ocupara su lugar, había sido su peor error, la arrojo a la desdicha, al sufrimiento, ella su sangre, la que siempre soñó con ser el caballero dorado de Piscis, estaba en problemas.

Aun estaba fresca en la mente de Afrodita el día que murió en manos de Albiore cuando el falso patriarca Saga lo envió a darles un susto a los bronceados, justo cuando cayó ahí estaba parado frente a él, Isabella su hermana gemela.

–Que ironía me fui y Saga era el supuesto patriarca, regreso y Athena lo nombra patriarca después de lo que hizo– aprieta los puños estrujando unas de sus rosas– espero que a mi hermana la perdonen igual por estar ahora del lado de Ares.

Tenía unas ganas inmensas por verla de nuevo, el patriarca tenía lista la expedición hacia las ruinas del templo de Ares, y por supuesto que Afrodita estaba incluido. El momento estaba listo, Piscis decidió adelantarse al encuentro que fue mayormente emotivo, conoció su verdad, esa traición que solo lo hacía por amor, por querer garantizar el localizar y bienestar de sus hijos, era preocupante el saber que sus sobrinos estaban desaparecidos, ese secreto que su hermana pidió le guardara, le cuestiono sobre el padre, y mayor fue su sorpresa el saber que el traidor hermano del recto y bondadoso patriarca era el progenitor y que además no lo sabía, acordaron intercambiarse de nuevo, ella regreso al santuario y el con Ares.

….

<<Tengo que apresurarme a llegar al santuario>> se repetía una y otra vez Afrodita con el pequeño Axel en brazos, el tiempo que se infiltró en el templo de Ares descubrió que tenían cautivo a su sobrino, así que lo raptó pero fue interceptado lamentablemente por uno de los espíritus guerreros del Dios.

Con las manos vacías y herido se cruzó con algunos dorados que lo capturaron confundiéndolo con Isabella pues estaba portando la coraza de guerrero de ella, no pudo explicar nada, lo llevaron al santuario donde quedó frente a frente a el supuesto Piscis.

–Suelten a mi hermano– gritó molesta ante la mirada atónita de Shura, Saga y Kanon, no podía creer que de nuevo les habían tomado el pelo los gemelos de Piscis intercambiándose de lugar.

–¿Tu eres Erik?– pregunta Kanon mostrando una mirada de regaño a Isabella

–¿Acaso nos has traicionado?– pregunta Saga en su postura rígida.

–El no es ningún traidor– reclama Isabella –¿Qué fue lo que paso?– pregunta preocupada al verlo en esas condiciones.

–Lo encontramos casi desmayado en una trampa de coral– responde Shura alarmando a la chica.

–Lo encontré y me lo quitaron– le susurra Afrodita a su hermana acercándose un poco para que no lo escucharan los demás.

Mientras llora desconsolada por lo sucedido trata de ayudar a su hermano a ponerse en pie, unas pisadas se acercan a ellos, esos ojos gélidos se centran en los hermanos Piscianos.

–Camus, ayúdalo a llevarlo a su templo – ordena el patriarca, Acuario asiente con la cabeza y toma en brazos al dorado de Piscis para llevarlo a su templo en compañía de Isabella, en el templo reinaba el silencio, ninguno de los tres decía nada, curaron las heridas de Afrodita y  alimentaron con un poco de sopa.

–Necesito hablar con Athena, cuida por favor de mi hermano– se levanta del regazo de Afrodita la gemela. –Todo estará bien Erik– se despide con un beso en cada una de  sus mejillas y se retira del templo.

Al quedarse solos, por fin se atreve hablar el caballero de los hielos– Siempre lo supe Erik.

–¿A que te refieres? – le pregunta Afrodita intrigado por el comentario acomodando su espalda para quedar bien sentado en su cama.

–A que a todos engaño menos a mi, sabía que no eras tu– le responde tomando la silla para sentarse al pie de la cama mirándolo serio, se acerco mas para acomodarle la manta.

–Camus… – responde casi en un susurro Afrodita atrapándole la mano a su compañero de armas, logrando entre lazar sus dedos.

Con un brinco en su corazón se dejo hacer Camus en ese juego de manos, logrando que soltara una pequeña sonrisa– Me alegro que estés de vuelta– se atreve a confesar acuario.

–Lamento no haber podido despedirme de ti– le responde Afrodita con mirada melancólica – Camus… – le toma del hombro para acercarlo a él y darle un cálido y fuerte abrazo.

–Te extrañe mucho, no sabes lo que me dolió el darme cuenta que ese día que te fuiste ni adiós nos pudimos decir– responde Camus emocionado correspondiéndole el abrazo.

–No nos despedimos pero puedes darme la bienvenida– le dice Afrodita separándose un poco para acercarse a sus labios tiernamente que con el mismo sentimiento fueron correspondidos, esos labios que por tanto tiempo se habían secado de esa miel, ahora se buscaban con desespero, no tardo Camus en abandonar la silla para sentarse en la orilla de la cama para degustar de mejor forma la boca carnosa del caballero de Piscis.

–Erik mi amor– intentaba hablar Camus entre besos cortos que se regalaban.

–Bésame, bésame hasta cansarte, bésame por todos estos años sin poder estar juntos– pedía Afrodita con la respiración jadeante tratando de colar su lengua en la cavidad cálida del otro, no podían dejar de demostrarse su amor entre esa lucha de lenguas.

Las manos de Erik no se quedaron quietas tratando de sacarle la camisa al francés encontrándose con un escultural pecho – Estas tan hermoso como siempre– le murmuro el peliceleste.

Separando las sábanas se acomodó de mejor forma dentro de la cama el caballero de hielo despojando de la ropa al sueco dejándolo en su desnudez, acarició cada centímetro de esa nívea piel que tanto le enloquecía.

–Como extrañe el tocar tu suave piel, el probar cada rincón tuyo– le decía Camus mientras besaba fervorosamente el pecho lastimado de su amante entre los leves gemidos que comenzaba a dar el sueco.

–¡Ah Camus!,  hazme el amor– pidió arqueándose un poco Afrodita pues cada caricia le estremecía en demasía, vio como se perdía su querido Camus mas abajo sintiendo su húmeda y hábil lengua en su miembro, el cual comenzó a degustarlo lamiendo su punta como un caramelo.

–Ohh Dioses, me encanta cuando haces eso– gemía mas y mas el caballero de las rosas enloqueciéndose entre las sábanas,  Camus le estaba atendiendo muy bien notándose su necesidad de mucho tiempo por tenerse cerca, los delicados dedos de Afrodita se perdían entre los mechones de cabellos aguamarina.

El de acuario se detuvo para despojarse de su pantalón y ropa interior, tomo suavemente las piernas de Erik para separarlas y colocarse en ese espacio para volver a degustar sus dulces labios mientras cadenciosamente manejaba su cadera rozando exquisitamente con la entrepierna de su amado, esa fricción bombeaba a mil el miembro de Piscis provocando que le atrapara con sus piernas rodeando su cadera para ayudarle a rozarse con mas deseo.

Mientras Camus dedico un poco de tiempo a sus hombros y cuello, Erik acariciaba lo más que podía a su pareja, desde la espalda hasta su trasero. –¿Quieres que entre?– Camus le pregunta deseoso con ese exquisito acento francés.

–Si si, quiero sentirte dentro mi amor– rogó Afrodita besándole insistentemente.

Camus tomó su miembro erguido para dirigirse a la entrada de Afrodita y suavemente empujo mientras le besaba los labios hasta que sintió como era embriagado por ese cálido y estrecho lugar, se quedo quieto hasta que Piscis le indicó con un leve movimiento de caderas que podía continuar, ahí comenzó con esa danza parsimoniosa saliendo y entrando logrando una electrizando sensación en su miembro y en la próstata de su pareja que cada embestida sujetaba con fuerza su espalda hundiendo su rostro que reflejaba placer en su cuello, los gemidos cada vez eran mas audibles para ambos, se habían extrañado mucho, sus cuerpos les pedían mas, esa necesidad de sentirse unidos otra vez les hacía perderse del resto del mundo, solo existían ellos amándose, sintiéndose, embriagándose de amor, de placer, de tanta necesidad.

No querían que se terminara rápido, Camus se separo un poco saliendo delicadamente de su amado, mientras era recostado completamente en la cama, y entonces Afrodita se sentó en sus caderas para tomar ese palpitante miembro y auto penetrarse soltando un gran gemido de placer, prácticamente en cuanto lo sintió todo dentro comenzó a montarlo con tanta hambre mientras contraía su musculo para abrazar mas la virilidad de su querido Camus, para el semental ver así a su pareja disfrutando de el amor que se estaban dando era tan excitante, le dedico una mirada de profundo amor, estaba muy feliz de tenerle en sus brazos, por mas que mordía sus labios el francés los guturales gemidos salían de sus labios, ver como subía y bajaba Erik le volvía loco, y ese miembro que estaba resultado abandonado solo agitándose en cada vaivén del sueco fue aprisionado por la gentil mano de Acuario, dándole unos suaves masajes…

–Te amor Erik– logro decir Camus antes de sentir el palpitar de su miembro derramando su semilla en su pareja al tiempo que la virilidad del sueco comenzaba a gotear su culminación.

Exhaustos se acomodaron en la cama para seguir abrazados desnudos mirándose con amor.

–No me vuelvas a dejar– le susurro Camus, el frío caballero que en brazos del mas bello de los ochenta y ocho caballeros del santuario resultaba ser un ardiente volcán.

–Te prometo que no me volveré a separar de ti– le sonrió a su pareja mientras ese momento mágico lo sellaron con un cálido y apasionado beso.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).