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Vampire of the Dream Forever Lover’s por karuNeko

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Notas del capitulo:

Hola…

¿Qué tal como se encuentran?

¿Últimamente he actualizado seguido no cree?

Yo estoy muy contenta… ¿saben por qué?

¿No?

Bueno se los diré, hoy 25 de Enero cumplo años XD

Por tal motivo estuve muy inspirada y logre terminar este capítulo, incluso traigo nuevo resumen jejeje…

Espero lo disfruten, nos leemos abajo ;3

 

Parte III Los sangre pura: Uzumaki, Uchiha y Namikaze

 

 

Cap. XXXI Nuestro primer encuentro

by karuNeko

 

Algunos rayos de sol comenzaron a filtrarse por los ventanales cubiertos por hermosas cortinas blancas con bordes dorados, estas se ondeaban de manera suave por el viento, una de las ventanas se encontraba entreabierta permitiendo que el viento se colara.

La habitación poco a poco comenzaba a iluminarse dando paso a la luz en vez de la obscuridad, una amplia cama se encontraba en medio de la habitación y un bulto sobre ella cubierto por mantas blancas con bordes rojos y una sabana de seda color perla.

La puerta de la habitación se abrió despacio sin que rechinara, con sumo cuidado fue cerrada de la misma manera, los pies desnudos de una figura caminaron hacia la cama, levanto un pie para poder subir a la cama, una vez se subió completamente se quedo de rodillas sentado sobre sus pies observando al bulto, viendo como una mata de cabellos dorados sobresalían. La figura se acomodo a modo de quedar recostada junto a la persona de cabellos dorados, extendió su mano para delinear con su dedo índice tres marquillas en la majilla del contrario. El chico rubio frunció el ceño aun con los ojos cerrados, sus labios formaron un puchero por el insistente contacto en su rostro.

La otra persona sonrió por su logro sabía que en poco tiempo el dueño de cabellos dorados despertaría, movía los ojos con insistencia a pesar de no abrirlos, poco a poco sus pestañas doradas se abanicaron dejando ver sus hermosos ojos que con dificultad lograban adaptarse a la luz, entonces vio a la figura frente a él observándole con una linda y radiante sonrisa. Azul contra azul choco una vez abrió por completo los ojos, veía su rostro reflejado en aquellas orbes iguales a las suyas, le dedico una sonrisa y un puchero lo remplazo a la vez que se daba cuenta que había sido despertado de un agradable sueño que estaba teniendo. Dejo de lado su mueca para acercar su rostro al del contrario y depositar un beso en su mejilla.

-¡Buenos días Naru-nii! – Su voz infantil resonó en la habitación, el rubio sonrió a aquella persona de rubias cabelleras que caían como cascada por su espalda.

-¡Buenos días NaruNaru! – La menor se abalanzo al cuerpo del contrario aprisionándolo en un abrazo.

-Me estas asfixiando ttebayo…- Se quejo tratando de zafarse del agarre.

-No es verdad…- La rubia se quejo realizando un puchero y cruzándose de brazos sobre la cama una vez se alejo del rubio.

La puerta de la recamara fue abierta una vez más dando paso a una mujer de cabellera roja.

-Niños dejen de jugar.- Los reprendió.- Veo que ya despertaron de la siesta.- Los rubios asintieron.- ¿Tienen hambre?

-¡Si ka-chan! – Dijeron ambos mostrando un brillo especial en los ojos al ver como la mayor se acercaba a ellos con la intención de alimentarlos. La peli-roja se sentó en el bode de la cama y los menores no tardaron en acercarse a ella, cada uno se coloco frente a ella; la peli-roja con ambas manos tomo de la cintura a los menores que mostraron una par de colmillos que hicieron crecer. Los menores incrustaron sus colmillos en el delicado cuello de la mujer que no pudo evitar gemir ante el contacto. La peli-roja sentía como su sangre era succionada en ambas partes de su cuello, se estremeció al sentir el aliento de los menores chocar contra su piel.- ¿Ya tuvieron suficiente? – Los menores asintieron y en uno de ellos un hilillo de sangre se escapo de la comisura de sus labios.- Naruko ya te dije que debes de comer correctamente.- La peli-roja limpio la sangre con su lengua al pasarlo por los labios de la rubia.

-¿Ya despertaron? – Un hombre rubio se asomo por la puerta. Al entrar vio a las tres personas sobre la cama.- ¿Kushina ya los alimentaste?

-Si querido.- Se levanto de la cama dirigiéndose al mayor.- ¿Durmieron bien?

-Si to-chan.- Dijo de manera energética la rubia.

-To-chan, Naruko me despertó.- Hizo un mohín el menor.

-Naruko ¿qué te he dicho de venir a molestar a tu hermano?

-Pero to-chan, tú también lo haces.- Recrimino

-Ese es el ejemplo que les das.- La peli-roja se llevo una mano a la frente al ver a su pareja sin palabras.- Niños será mejor que regresen a la cama, apenas esta amaneciendo.- Fue hacia el ventanal observando el cielo despejado con sus tonos mañaneros, cerro la ventana al oír el cantar de los pájaros, de cada esquina jalo unas gruesas cortinas negras dejando la habitación a obscuras, la luz se hizo presente una vez más con uno de los candelabros de cristal que adornan el techo.

-Pero ka-chan… no podemos ir a jugar.- El rubio se levanto de la cama con la intención de asomarse por la ventana.

-No Naruto, hoy en la noche será su presentación y necesitan estar descansados para lo que viene.

-Su madre tiene razón, Naruko, Naruto regresen a la cama.

-To-chan, ¿puedo dormir con aniki?

-Si él quiere, no hay problema

-Naru-nii.- Sus ojos brillaban esperanzados de que el menor aceptara.

El menor suspiro y acepto, ganándose un fuerte abrazo de su hermana.

Ambos se acomodaron en la cama, los mayores los arroparon con amor y cariño dándoles un beso de “buenas noches” –Puesto que como vampiros tienen que dormir de día– una vez terminaron salieron de la habitación dejando a los menores en completa obscuridad.

-¿Naru-nii, vendrán muchos invitados verdad? – Susurro

-Sí, obaa-san dice que será un evento de grandes magnitudes

-Estoy nerviosa dattebayo.- Se sincero

-Yo también ttebayo…- Atrajo a la menor hacia si abrazándola protectoramente.- Si no queremos defraudarla será mejor que durmamos un poco.- Aconsejo el menor, la rubio con sus brazos rodeo el cuerpo de su hermano, acomodo su cabeza en el pecho de este para poder dormir.

 

 

-Madre, hoy mis hijos serán presentados ante la aristocracia vampírica, te agradezco que nos permitieras realizar la ceremonia.

-No tienes que agradecer nada… después de todo son mis nietos.- Una mujer de cabellera peli-roja se encontraba sentada en un trono, su expresión era indiferente y su voz autoritaria.- Kushina desde el día en que elegiste a otro vampiro fuera de nuestro clan manchaste nuestra sangre.- La peli-roja se tenso, ella se encontraba inclinada frente al trono de la mayor. Esta se levanto dejando ver su esbelta figura cubierta de un kimono violeta. En su frente una piedra verde jade resplandecía y su corona brillaba al reflejar las luces.- Sin embargo, mi amor hacia ti es tan grande que perdone esa falta, a cambio Minato y tú me dieron a esos adorables niños. Es una pena que tengan el pelo rubio de su padre, eso demuestra el clan al que pertenecen.- suspiro.- Pero esos niños son más fuertes y poderosos que el clan Namikaze, ellos posen el poder de los Uzumaki.- Sonrió con prepotencia mientras bajaba las escaleras en dirección a la peli-roja.- Kushina ellos son capaces de dominar el poder del kyubi, me sorprendieron cuando los vi jugando, estoy muy orgullosa de ellos, por esa razón decidí mostrar ante los demás a nuestros futuros reyes… así como lo hice con ustedes.- La peli-roja tomo del mentón a su hija para que la mirara.- Recuerda que tus hermanos y tu son mi orgullo…

-Oka-san yo…

-No te lo había dicho antes pero me alegro que te hayas revelado… que antepusieras tus sentimientos por el hombre al que amas me quito la venda de los ojos, estabas tan decidida a dejar todo por él que no me diste otra opción más que acertarlo… si tan solo ella…

-Madre eso ya no importa, eso quedo en el pasado.- La voz de Kushina quería quebrarse.- Mejor, hablemos de los últimos preparativos.- Le sonrió.- Minato se está encargando de que la guardia real este en posición, no quieres que nada salga mal y mucho menos que ocurran incidentes durante la presentación.

-Estoy de acuerdo, ¿los Namikaze también vendrán?

-Mis suegros confirmaron su asistencia, no podrían perderse la presentación de sus únicos y primeros nietos.

-Concuerdo con ellos, nuestra unión ha hecho que nuestro poder se engrandezca y ellos ganaron más respeto y una posición más alta ante la sociedad.

-Madre le recuerdo que los Namikaze son sangre pura, al igual que usted se sorprendieron cuando Minato y yo anunciamos nuestra unión.

-Si a lo que varios clanes creyeron que podrían obtener posición uniendo un miembro de su familia con la nuestra.- Frunció el ceño con claro desagrado.- Incluso los Uchiha se alarmaron cuando otros clanes ofrecieron a sus hijas en matrimonio para sus herederos.- Rio por su comentario.

-Oka-san…

-No te preocupes aclare todo ese embrollo, después de todo cada uno de tus hermanos eligió a su pareja y los Uchiha aclararon que no emparentarían a ninguno de sus herederos con otro clan a menos que sus hijos así lo decidieran.

-No tenía idea de lo ocurrido

-Por supuesto que no, eso lo maneje con las cabezas de cada clan en privado, los Namikaze parecían divertirse por la situación ya que solo tienen un hijo y este está contigo.- Sonrió.

Kushina se sonrojo por el comentario.

La puerta de la entrada principal se abrió llamando la atención de ambas mujeres, un hombre de cabellera plateada realizo una reverencia ante su intromisión.

-Sus majestades.- Se encamino hacia las mayores.- Reina Mito, los preparativos están hechos tal y como los pidió.- Se inclino.- Reina Kushina los príncipes están arreglados, por ahora juegan en la habitación de la princesa Naruko.

-Perfecto.- Ambas mujeres sonrieron.

-Kakashi dile a Anko que me prepare el baño.

-Como ordene su majestad- Realizo una última reverencia antes de salir de la sala real.

-Kushina, también debes tomar un baño antes de que lleguen los invitados.- La menor asiente y se retira.

 

 

La noche estaba es su completo apogeo, en la mansión, la familia Uzumaki estaba al borde de un ataque pues hoy sería el día de la presentación ante la sociedad nocturna de sus primogénitos; los últimos nacidos desde hacía siglos, los nuevos príncipes de la rama principal. La madre de los pequeños es quien se encarga de arreglar los  últimos detalles de sus hermosas y brillantes vestimentas: el rubio llevaría una yukata mientras la menor llevaría un kimono ambos del mismo color y bordado de color naranja brillante.

Los invitados comenzaron a llegar desde hace unos minutos cada uno tomando un lugar en el amplio salón de baile siendo guiados por la servidumbre hasta sus respectivas mesas redondas adornadas con delantales blancos con los bordes dorados y floreros de jade con rosas rojas como el centro de mesa, los cubiertos lucían de plata fina pero solo era una imitación ya que eran de un metal fino muy caro conocido en esa época, copas de cristal y platos de porcelana china, en el techo desbordaban listones gruesos de un color carmesí adornando todo el lugar en el centro de este se encontraba un candelabro con la figura de una estrella con alargados picos en total ocho.  Los menores se encontraban entusiasmados por fin serian reconocidos como príncipes de la familia real mientras sus padres les pedían se comportaran y no ensuciaran sus ropas para que ellos se pudieran arreglar con tranquilidad, los dejaron solos en su habitación.

-Ne… Naru-nii ¿crees que los invitados nos traigan regalos? - Preguntaba entusiasmada la pequeña rubia.

-Yo espero que si dattebayo.- El menor se encontraba sentado al borde de la cama, mirando a su hermana menor jugar con una muñeca a la que le estaba quitando la cabeza.- ¿Por que le quitas la cabeza? - Dio un pequeño brinco de la cama para ir al lado de la menor.

-Se porto mal y está siendo castigada.- Sonrió de forma zorruna la rubia, el oji-azul sabía que su hermana tenia tendencias retorcidas en cuanto a los juegos  pues le gustaba decapitar y destrozar algunos juguetes alegando que los traidores merecían morir de la peor forma; torturar era algo que le gustaba más que nada: su sadismo aumentaba cada día conforme iba creciendo.

Las personas que llegaban se sentaron en los lugares que se les asigno, comenzaron a cotillear sobre la tan anhelada fiesta, mientras que dos de los Uzumaki hicieron acto de presencia. La música que escuchaban los invitados se detuvo mientras que un hombre hacia el anuncio de que los más jóvenes entraban al salón. Al verlos, los invitados se levantaron e hicieron una reverencia mostrando su respeto a la familia.

-Sean bienvenidos y disfruten de la fiesta.- Dijo una joven peli-roja de cabellera corta y lisa de un lado mientras que del otro lo tenía en capas, sus ojos rojos se posaron en su pareja.

-Por favor continúen con lo que hacían.- Dijo el hombre su lado, un hombre alto, de piel blanquecina, su cabello rojo y liso de lo largo que estaba dejaba caer un mecho de cabello cubriendo su ojo derecho.

-[Nagato, nuestra madre aun no aparece] - Con el pensamiento se comunico la peli-roja mientras avanzaba con el peli-rojo tomada del brazo.

-[Karin, ka-san aun no termina de arreglarse, vendrá en unos momentos; no te preocupes] – Sonrió a los invitados que aun se mantenían de pie esperando a que sus majestades tomaran asiento al lado del trono.

-[¿Cuánto tiempo más tendré que fingir que me agrada estar rodeada de todos estos vampiros?]

-[Hasta que acabe la fiesta]

-[Aun no empieza la ceremonia y ya me canse de sonreír]

-[Ten calma y paciencia, hazlo por nuestros sobrinos]

-[No prometo nada]

Los dos tomaron su lugar del lado derecho del trono donde estaban colocadas siete asientos en total, el de en medio era de la reina de un color dorado, con toques rojizos al igual que el forro que lucía de terciopelo haciéndolo ver cómodo, mientras que los otros seis eran sencillos y lujosos anquen no imponentes como el trono de la reina.

El sonido de la música seso una vez más cuando la presencia de la imponente reina apareció

Los invitados se hincaron inmediatamente al notarla.

-Con ustedes su majestad; la reina Mito Uzumaki.- Anuncio el sirviente.

-Sean bienvenidos, espero se estén divirtiendo, la ceremonia será al llegar la media noche mientras tanto disfruten del ambiente.- La reina llevaba un kimono rojo escarlata que resalto el tono claro de su piel, su obi en tono negro la hacía lucir un cuerpo esbelto, en el cabello lucia un par pergaminos que colgaban de dos mechones en forma de cebolla a cada lado de su cabeza. Camino con suma elegancia hacia el trono donde observo a sus hijos en su respectivo lugar. Al llegar hizo una seña a los músicos para que comenzaran a tocar otra pieza.

-[Ka-san llegas tarde] – Le recrimino Karin mientras que por fuera le mostraba una sonrisa.

-[La realeza nunca llega tarde] – Le devolvió una sonrisa apacible a lo que la menor miro al frente una vez más.

Los minutos pasaron, el sirviente aclaro una vez más la voz para anunciar a los anfitriones de la fiesta. Los músicos dejaron de tocar para también hacer una reverencia hacia los recién llegados.

-Todos presten atención.- Hablo con voz grave y fuerte resonado en todo el salón.- Con ustedes sus majestades: la futura reina Kushina Uzumaki, su esposo el futuro rey Minato Namikaze y los príncipes Naruto y Naruko Uzumaki futuros sucesores del linaje Uzumaki.- Los invitados se inclinaron y se hincaron como lo hicieron con los demás miembros de la familia real.

Los menores avanzaron delante de sus padres con aire superior ante los invitados, sus rostros eran fríos e indiferentes ante todas las personas que se inclinaban ante ellos, avanzaron hacia el recinto donde la reina los miraba con orgullo al ver el porte aristocrático que ambos gemelos posen. Los padres de los menores los siguieron de cerca sin apartar la mirada al frente. La reina se levanto del trono; acercándose a los recién llegados.

-Esta noche todos la recordaran como el día en que los herederos Uzumaki presentaron a la futura generación de príncipes herederos, nuestro linaje...- Al decir aquellas palabras los peli-rojos que aun estaban en sus lugares prestaron más atención.- Es favorecido con estos dos pequeños.- Extendió la mano para que se acercaran los mellizos.- Sus futuros reyes….- Dijo con orgullo.- Mi descendencia y la de los Namikaze…- Todos los invitados estaban absortos ante las palabras de la reina Mito.- Ellos llevaran el apellido de mis ancestros.- Acaricio las cabelleras rubias de los gemelos una vez se situaron delante de la peli-roja.- Y llevaran orgullosos su linaje respetando nuestras leyes nocturnas.- Una vez termino su pequeño discurso los invitados aplaudieron, nadie se podía negar ante las palabras de la reina, sus palabras eran ley y si alguien quisiera revelarse se tendría que enfrentar a todos los clanes de sangre pura que vivían y juraban proteger un linaje tan puro como el de la reina Mito Uzumaki.- Que la fiesta continúe.- Extendió sus brazos en señal de que volvieran a hacer lo que estaban realizando, algunos de los lideres de sus respectivos clanes se acercaron a la reina para comenzar a entablar conversaciones ya sea vanas y ambiguas o una que otra seria.

Los invitados se arremolinaron alrededor de los futuros reyes, no podían perder la oportunidad de presentar a una que otra heredera y a sus herederos, ninguno quería perder la oportunidad de emparentar a uno de su clan con uno de sus futuros gobernantes de la obscuridad.

-Mi señora, como se encuentra.

-Oh mi señor luce estupendo esta noche

-Esta es una magnifica noche no cree

Mientras algunos invitados comenzaban con sus planes de ganarse el favor de la nobleza Uzumaki y Namikaze otros acercaban a sus hijos a los gemelos.

-Mi joven príncipe no le gustaría conocer a mi hija.- Una mujer de cabellera obscura le acerco una pequeña de cabellera negra y ondulada.- Se llama Jee-jin

-Princesa por favor conozca a mi hijo.- Coloco delante de la menor a un niño de cabellera castaña.- El es Henry, se que será de su agrado.

Los menores intercambiaron miradas con claro fastidio

-[Nii-chan]

-[Si, Naru-chan ya sabes que hacer] – Ambos sonrieron cómplices ante lo que estaban por hacer.

-Lo sentimos.- La rubia entrelazo sus manos con las del menor

-Pero nosotros.- Continuo Naruto

-Ya estamos comprometidos.- Dijeron al mismo tiempo.

Los rostros de las personas que los rodeaban fruncieron el ceño con desagrado pero lo cambiaron por una fingida sonrisa.

-No se preocupen príncipes, solo les estábamos presentando a nuestros hijos para que fueran amigos.

Naruko sonrió y beso la mejilla de su hermano

-Gracias por el ofrecimiento.- Dijo Naruto a la vez que era guiado por su hermana fuera de ese círculo de personas.

-Debimos saber que esos gemelos estaban hechos el uno para el otro.- Ambos rubios escucharon el comentario de uno de los invitados, en verdad parecían decepcionados por no tener la oportunidad siquiera de pensar en ser parte de los pura sangre Uzumaki y Namikaze.

-[Eso fue divertido, ttebayo]

-[Pobre ilusos ttebayo]

-Parece que se divierten.- Una voz interrumpió sus pensamientos, ambos rubios voltearon encontrándose el rostro aniñado de un hombre alto.

-¡Jii-chan! – Ambos rubios saltaron a los brazos del mayor que les extendió las manos recibiendo el cálido abrazo, los levanto del piso a ambos.

-¿Cómo se están portando mis sobrinos favoritos?

-¡Bien Saso jii-chan! – Dijeron al mismo tiempo que se abrazaban al mayor con efusividad.

-¿En verdad? – Ambos asintieron con la cabeza.- Entonces les daré un regalo.- Los ojos azules de los pequeños brillaron.

Los bajo al piso y saco del interior de su yukata gris un par de muñecos de madera.

-¡Títeres! – Alzaron sus pequeñas manos para alcanzar el objeto que les mostraba el peli-rojo. Este antes de entregárselos les dio un pequeño espectáculo, manipulo ambos títeres con las manos, los muñecos eran parecidos a ellos; de cabellos rubios uno con dos largas coletas descansando a cada lado de su cabeza, con tres marcas en cada lado de su mejilla vestida con un Kimono rosa pastel y un abanico en su mano derecha, y el otro con cabellos rubios y revueltos una yukata naranja y una espada en su mano al igual que la primera con tres marquillas en cada mejilla.- Somos nosotros.- Los rubios se entusiasmaron al ver como los títeres comenzaban a danzar uno cerca del otro; el peli-rojo complacido les entrego ambos títeres a los pequeños que no dudaron y comenzaron a jugar con ellos.

-Veo que ya les diste su regalo.- Una voz lo hizo erguirse para mira tras su espalda encontrándose a un chico de cabellera rubia y lacia.

-Te tardaste demasiado arreglándote.- Le reclamo, miro mejor al rubio que llevaba una yukata azul zafiro, perfectamente amoldado a su delicada figura, su peinado era una media coleta con un mechón de cabello descansando en un lado de su rostro tapándole un ojo.- Pero valió la espera.- Dijo en modo coqueto provocando que el rubio se ruborizara.

-Jii-chan, jii-chan mira lo que nos regalo Saso-nii – Ambos rubios tiraban de las ropas del rubio quien les regalo una sonrisa y se inclino a la altura de los menores tratando de ignorar el comentario del peli-rojo.

-En serio, ¿qué les dio? – Pregunto curioso aunque sabía bien que era, los rubios mostraron las imitaciones de ellos en títeres.- Son hermosos.- Les dio una pequeña palmadita en la cabeza.

-Deidara, tenemos que ir con mi madre.- El rubio se reincorporo y asintió; ambos mayores se perdieron entre el mar de gente dejando a los mellizos solos.

-Con que aquí estaban.- Dijo al peli-roja

-Ka-san.- El rubio se acerco a la mayor

-Vamos niños vengan.- Tomo de la mano a los rubios que las siguieron sin objetar.

Vieron a su padre conversando con alguien a quien no conocían,  se preguntaron mentalmente de quien se trataba, al acercarse se dieron cuenta que solo era un hombre de cabellera castaña largo hasta el cuello, de orbes oscuras; ambos gemelos se estremecieron al sentir la mirada fría que les dedico. Pero su mirada paso al lado del hombre al ver a una mujer asomarse, con una mirada curiosa que se instalo en ellos, aquella mujer de cabellera y ojos negros les regalo una sonrisa.

-Mira Fugaku son hermosos.- La mujer de cabellera larga hasta la cintura se acerco a ellos que por instinto y timidez se escondieron detrás de kimono lila de su madre, la mayor que vestía un hermoso kimono azul rey, se hinco a la altura de los niños que aferrados a la ropas de su ka-san la miraban tímidamente.- No sean tímidos, ¿acaso no recuerdan a la tía Mikoto? – Les regalo una cálida sonrisa, los menores negaron con la cabeza sin responder.- Oh es cierto eran unos bebes cuando los vi.- Se lamento.- Vengan no muerdo.- Los menores avanzaron a la moreno, internamente no querían hacerlo pero su madre los tomo de los hombros alentándolos a acercarse.

La morena los estrecho entre sus brazos, el contacto que sintieron los rubios fue cálido, aquella dama en verdad les estaba dando un abrazo sincero no como los que otros vampiros les daban. Los mellizos Uzumaki correspondieron el gesto con una mueca de felicidad.

-Kushina tus hijos son encantadores.- Alzo la mirada para ver a la peli-roja.

-¿Que esperabas? después de todo son mis hijos ttebane.- Alardeo la mayor

-No olvides que también son míos.- Reclamo el rubio

La morena soltó a los niños y se incorporo

-No te enfades Minato pero en verdad son tan tiernos y adorables.- Dijo sin despegar la mirada de los rubios.- En cambio los míos.- Se lamento.- Dejaron la ternura atrás…- Suspiro.

-Ellos no tienen por qué ser adorables ante nada.- Hablo por primera vez el castaño.

-Tú tiene la culpa de que mi adorable Sasuke no quiera que lo mime.- Bufo fingiendo molestia la morena.

La familia Uzumaki sonrió por el comentario.

-Ka-chan.- Le jalo la ropa Naruto para llamar su atención.

-¿Quiénes son ellos? – Pregunto la rubia completando lo que diría Naruto.

-Ellos son nuestros mejores amigos; casi hermanos: el es Fugaku y ella es Mikoto, su esposa, ambos hermanos de la familia Uchiha.- Minato se acerco a los menores.- Hace cinco años que no los vemos.- Miro a ambos adultos.- Ellos tenían deseos de verlos.- Les sonrió

-Pero no solo venimos a verlos.- Menciono la morena.- Tambien venimos a presentarles a nuestros pequeños.

-[Oh, genial otro pretendiente] – La menor de los Uzumaki rodo los ojos con claro fastidio.

-[No creo que quieran separarnos] – Naruto entrelazo sus dedos con los de Naruko.- [Solo quieren preséntanos a sus hijos]

-[Mas les vale, tú eres mío nii-chan] – Reforzó el agarre de sus manos.

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Una cantante comenzó a interpretar una melodía, su prodigiosa voz inundo los oídos de todos los presentes, el sonido del arpa  y el sonido de una flauta hicieron eco en las paredes de mármol pulido de la sala real.

-Hijos vengan.- Detrás del mayor de cabellera castaña aparecieron dos jóvenes de cabellera obscura, uno alto y el otro más bajo. Ambos niños de mirada seria fueron caminaron hacia la morena. Los menores no supieron descifrar la mirada que ambos chicos les dedicaban.

-Niños ellos son Sasuke mi hijo menor.- Tomo de la mano a un niño que aparentemente tiene la misma edad de los rubios hermanos, de cabellera azabache lisa y en puntas en la parte de atrás, unos mechones de cabellos caen elegantemente a cada lado de su rostro, sus ojos inexpresivos de color ónix intimidaron a Naruto que sintió la mirada de este por breves instantes, su piel era blanca sin llegar a los pálido le recordaba a los muñecos que suele hacerle su tío Sasori.- y el es Itachi mi hijo mayor.- Atrajo al mencionado a su lado, el chico de no más de 9 años cabellera igual negra pero más larga y lacia atada con una cinta roja en la parte de atrás en una coleta que cae con elegancia; su piel al igual que el del menor es del mismo tono pero a diferencia del más joven este tenía una mirada cálida, sus ojos negros en la parte inferior están adornadas de una marca que asemejan ojeras dándole un toque maduro o eso es lo que piensa la rubia menor.- Saluden hijos.- Dijo la mayor una vez los coloco frente a los rubios; por inercia los menores dieron un paso atrás apretando fuertemente sus manos.

Estaban a punto de ir a esconderse tras sus padres pero el mayor de los azabaches tomo de la mano a Naruto.

-Hola mi nombre es Uchiha Itachi, encantado de conocerte.- Le sonrió, provocando que el menor se sonrojara.- ¿Cuál es tu nombre? – Estaba a punto de responderle pero el menor de los Uchiha se coloco al frente.

-Mi nombre es Uchiha Sasuke, ¿por qué no respondes enano? – El rubio se ofendió inflando sus mejillas, ese acto provoco ternura en los presentes y el enfado de su gemela.

-No tienes por qué responderle a un niño altanero y grosero.- La menor se coloco al frente de su hermano con el fin de protegerlo.- Eres un maldito bastardo ttebayo.- Afirmo la menor mirando a Sasuke, los adultos se sorprendieron por el lenguaje de la menor al igual que los Uchiha menor, pero los mayores se echaron a reír restándole importancia a sus palabras.

-Lamento si te ofendió la presentación de Sasuke, él no suele ser así.- Itachi tomo la mano de la rubia y la beso, la menor se sonrojo ante el acto provocando que ahora fuera Naruto quien la jalara hacia sí.

Los rubios que aun se tomaban de la mano se alejaron de los azabaches.

-Niños no sean tímidos.- Kushina los empujo hacia los morenos.- Ellos son Naruto, el mayor.- Dijo empujando al menor hacia Sasuke, este acto hizo que se deshiciera el agarre de su mano con su hermana. Sasuke tomo a Naruto de los hombros para evitar que callera.- Y ella es la pequeña Naruko, la menor.- La rubia iba a protestar al ver a su hermano en brazos del pequeño grosero pero fue empujada hacia Itachi, quien encantado la tomo de su pequeña cintura.

Las dos pequeñas parejas se miraron fijamente a los ojos, chocando negro contra azul, algo estaba ocurriendo en su interior y ni ellos mismo sabían de que se trataba.

 

 

Cont. *OOoo*ooOO*

 

 

 

Notas finales:

El capitulo sin querer me quedo algo largo, pero como mencione anteriormente estaba inspirada, XD como verán nuevos personajes aparecieron y aun falta por que aparecerán mas :p tal vez no tenga mucha relevancia este capítulo, tal vez si, ustedes juzguen…

¿Se esperaban que Naruko fuera hermana de Naruto? ¿Les sorprendió? O ¿Ya se daban una idea?

Gracias por sus hermosos comentarios y a las personas que me leen desde las sombras, les mando un fuerte abrazo y muchos pero muchos besotes SasuNarutescos >3<


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