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EXCESOS por HakudiNN

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Notas del fanfic:

Hola! De nueva cuenta aki, sin embargo con otro fic, la vdd queria esperar a terminar el otro q tengo perooo...la vdd es que preferi subirlo!!!

Bueno este fic se me ocurrió y poooooff tuve que escribirlo xD...No descuidare "Subasta Humana" =) 
En fin, espero que les guste.
Disclaimer: Death Note NO me pertenece ni sus personajes, escribo de el sin animo alguno de lucro.
ADVERTENCIA: Este fic contiene hard lemon (hard sex), consumo de drogas, alcohol y estupefacientes, violación y sadismo. NO pretendo hacer promoción a nada de ello, es mas, esta comprobado que el consumo de alcohol, drogas, enervantes y estupefacientes son MALOS para la salud, y por ello NO deberían consumirse.
Hecha la pertinente advertencia, insisto que si eres menor de edad (y si no), las drogas son malas =D xD
Sin mas, espero que no le arrojen tantos tomatazos x.X

PD FINAL: Este fic esta siendo publicado actualmente en otro foro ademas de este, si lo encuentran no es plagio: soy io misma: HakudiNN!!!!

Notas del capitulo:

Oliiii!! ok ok aki esta el primer capitulo (introduccion)

La primera aparte no esta narrada en primera persona, sino en narración normal.

¡¡Mello, Mello, Mello…!! 
El enardecido público clamaba su nombre una y otra vez, arrojando las botellas vacías hasta la reja, donde rebotaban antes de estrellarse contra el duro concreto.
El tugurio subterráneo estaba a media luz en medio de las bodegas a las afueras de la ciudad. La concurrencia se arremolinaba excitada en torno a la especie de jaula circular del medio. Aullaban por más.
Dentro de la jaula un hombre vestido solo con shorts deportivos yacía tendido mientras luchaba por ponerse en pie, la sangre le empapaba el rostro ennegreciendo sus fracturadas facciones. En el extremo opuesto una esbelta y alta figura le daba la espalda, el joven se sostenía de la reja con ambas manos mientras se recuperaba; la oscuridad le cubría el rostro, los largos cabellos despeinados y apelmazados se ceñían a la figura de su cabeza hasta rozar con sus hombros desnudos, como el resto de su torso. Solo vestía pantalones de cuero y un par de botas negras salpicadas con sangre de su oponente.
La multitud gritaba eufórica sin ton ni son, algunos maldecían, otros celebraran, unos mas aumentaban sus apuestas; solo un espectador seguía inmóvil, recargado sobre el marco de una de las rampas de acceso al clandestino lugar. Miraba en silencio el violento espectáculo.
Los googles de negras micas cubrían el color de sus ojos, y vestía abrigador para estar en ese lugar repleto de gente. Saco el humo de sus pulmones sin dejar caer el cigarro de su boca, la pantalla de smog subió por su rostro hasta jugar con sus cabellos.
Una nueva descarga de gritos y aullidos estallo en el lugar cuando el hombre de la jaula logro incorporarse, furioso. El otro muchacho giro el rostro levemente sobre su hombro, extendió una media sonrisa autosuficiente, escupió la sangre que lleno su boca y se despego de la reja para encarar al otro peleador. La mortecina luz de las sucias lámparas parpadeó iluminando el atlético cuerpo que dejaba ver varias marcas de peleas anteriores.
La reja tembló descontrolada cuando los frenéticos espectadores la agitaron. El silencioso espectador dio una calada a su cigarrillo y aparto los ojos del triste final que aquello tendría.
Dentro de la jaula el hombre de shorts grito furioso acercándose peligrosamente con el puño listo. Basto orientar el cuerpo hacia un lado para que su contrincante esquivara el torpe ataque. Entonces el muchacho arremetió contra el otro peleador con el puño desnudo, mandándolo de vuelta al suelo. No le basto, una…dos…tres patadas directo al rostro del tipo hasta que perdió el conocimiento.
El publico celebro el final de la violenta pelea.

POV MATT

Casi tiramos la puerta cuando la cruzamos para entrar a nuestro desordenado y sucio departamento. Sujete con fuera la espalda de Mello para evitar que se me cayera al cerrar la puerta tras nosotros; su brazo colgaba detrás de mi cuello y se dejo hacer sin oponer resistencia. Efectos del cansancio físico, la debilidad y, por supuesto, toda esa droga que le corría por el cuerpo.
Avanzamos hasta el sofá donde lo deposite, él se sentó con desgana recargándose en el respaldo.
En realidad hace no mucho que lo conozco, no se nada sobre su vida pasada a pesar de que conoce todo acerca de mi. Supe de sus existencia una noche en que baje con unos amigos (a quienes no volví a ver) al bodegón que sirve de teatro para las peleas clandestinas que ya me acostumbre a presenciar, tan ilícitas como todas las apuestas que se hacen allí abajo. No hay réferi, ni reglas, tampoco guantes…solo dinero y alcohol a precio medio.
Allí lo vi, encerrado en ese círculo de muerte cercado, donde gana más dinero el primero que deje sin posibilidades a su contrincante, o…quien mate primero al otro a golpes.

Resople volviendo al presente, saque el cigarro de mi boca dispuesto a ir por el botiquín, lo único limpio que tenemos allí.
--Matt—mascullo Mello, llamándome. Ah, si, no le gusta mi nombre real, así que me lo cambio. No le presto atención. Su mano tira de mi playera para para hacerme caer sobre el, me muevo para levantarme, mas no me deja, y en nuestro movimientos encontrados termino hincado sobre sus muslos con las rodillas pegadas a su cadera. Me rodea la cintura con sus brazos ejerciendo fuerza.
Ya no me debato. Lo contemplo, sus ojos azules vidriosos me devuelven la mirada, tiene una cortada bajo el labio que debo limpiarle, y varios golpes en el torso desnudo bajo la chamarra que viste.
--Mello…--me quejo apartándome de encima suyo. Camino por el descuidado piso hasta el cuarto de baño. Me saco los googles de la cabeza para botarlos sobre la caja del sanitario. Me obligue a calmarme para evitar otra pelea, por esta noche ya fueron suficientes.
La ventanilla oscura pronto reflejara una luz grisácea proveniente del casi amanecer.
Sin esperar mas, porque no tiene cas, saco del botiquín antibióticos y agua oxigenada, de paso también cojo una botella de vodka a medio terminar. Si, guardamos el licor con los medicamentos.
Cuando regreso con Mello, el esta con el torso desnudo otra vez, cierra los ojos y respira pausadamente. Pronto el efecto de placentera anestesia que le causa el éxtasis va a pasársele y entones le dolerán los golpes recibidos.
Me acerco hasta el sentándome a su lado para pasarle un trapo húmedo por la herida del labio, luego le limpio el sudor y la sangre seca del pecho…bajo por sus perfectos relieves firmes de su abdomen. Mi perdición.

Cuando le conocí actué sin pensar, simplemente fui hasta el cuartucho donde esperaban los contendientes su turno, Mello siempre es el ultimo en pelear. Movido por la atracción que experimente al verlo semidesnudo medio matando a un sujeto, cerré la puerta, a sabiendas de lo estúpido y peligroso que era estar en las mismas cuatro paredes que ese violento hombre. Mello estaba vistiéndose cuando me vio, sus amenazadoras pupilas azules y su brillante cabello rubio fueron la combinación perfecta…y cuando me di cuenta ya tenia la boca entre sus muslos.
Unas semanas después nos mudamos al departamento (nunca supe donde vivía antes de mi, y yo deje el internado donde mis padres me enviaron a estudiar la universidad). Vivimos en un cuarto pequeño para los dos, en uno de los barrios bajos de Estados Unidos, de esos en los que te acostumbras al sonido de las peleas de pandillas, a las prostitutas trabajar y las sirenas dela policía.

Roce con calma su cuerpo, mojándolo, repasando el contorno de su torso desnudo.
--Matt—llamo con ese tono que tan bien conozco, lo usa cuando esta dispuesto a complacerse, es su tono de sexo. Pero yo tengo que terminar de curarlo mientras le doy tragos a mi botella de vodka.
Me detiene la mano haciéndome soltar el trapo y se lleva uno de mis dedos a la boca para lamerlo. Así es cuando esta perdido en droga. Nunca le he visto sufrir una sobredosis pero…
Me atrae con la otra mano enredando sus dedos a mis cabellos. Obedecí como siempre. Deja en paz mis dedos y recibió mis labios, se queja levemente por la cortada que tiene en la boca. Oh, si Mello, se acabó el efecto.
No le importo. Jala del cuello de mi playera y me subo sobre su regazo pateando mi botella y regando todo el licor. Siento la dureza bajo su pantalón, pensó cosas mientras yo no estaba en la habitación.
El olor picante del vodka inunda el lugar, pero a mi me embriaga el sabor salado-metálico de sus labios. Saben a sangre.
El cardenal rojizo bajo su ojo derecho se esta oscureciendo y pronto será un feo hematoma negruzco, a menos que lo atienda.
No me deja, y no lo hará.
En su lugar recorre mi piel bajo la ropa con el ansia brusca propia de él. Me estremezco, no puedo evitarlo. Sus dedos se entierran en mi espalda cerrando cualquier espacio que pueda haber entre ambos.
Su lengua se adentra en mi boca con exigencia, explorando la cavidad que debe conocer de memoria ya. Pero no importa, me gusta que lo haga.
Llevo mis manos hasta su torso para acariciarlo con fuerza, sentir su piel bajo la mía. Sus uñas se entierran en mi espalda arañándola en toda su extensión mientras succiona mi lengua con sus labios, mi miembro despierta ante el contacto.
Atraigo su rostro hacia mi con desesperación, si, Mello acaba con mi raciocinio. La dureza en su pantalón palpita debajo de mí, invitando a que llegue la mía…y no tarda.
Bebo de su saliva con ganas, rozo sus labios con mis dientes, los suyos me muerden con fuerza hasta hacer sangrar mi piel.
--Estamos iguales—susurra con la voz ronca que me nubla los sentidos.
Estoy duro, por completo duro sobre el.
Sus manos bajan hasta el botón de mi pantalón, lo botan sin cuidado y baja mi cierre de golpe. No necesita desnudarme, no, esta demasiado excitado para ello, y poco le importa también.
Lucho por sacarme el pantalón, apenas logro zafar una pierna es suficiente para el, me regresa a su regaño con fuerza, suspirando satisfecho jalando de mi cuello para morderlo. Un gemido ahogado se me escapa, busco con ansias liberar su miembro, sin sacarle los pantalones tampoco, cuando por fin logro mi cometido…Mello se olvida de cualquier concierto previo.
Baja mi rostro despacio pero con dureza, dirigiendo mis labios hacia su extensión, puedo sentir su miembro rozar mis labios y tal como la noche en que lo conocí, llevo su miembro a mi boca. Me gusta su sabor. Siempre me ha gustado.
Lamo aquel falo que parece explotar en palpitares de placer, lo oigo gemir con la garganta, tratando de ahogarlos sin mucho resultado. Mueve su cadera conmigo pensando en las sensaciones que están corriendo por su cuerpo. Su respiración esta entrecortada y su sonido me sirven de incentivo.
Me atrevo a alzar los ojos sin dejar de succionar, logro ver como hecha su cabeza hacia atrás satisfecho, se muerde el labio inferior con excitación y sus manos aun juegan entre mis cabellos. Dirigiendo la intensidad y profundidad del sexo oral.
Subo una mano por su perfecto torso hasta su pecho, el regresa el rostro hacia mí al sentir mis dedos, me sonríe excitado ante la imagen que esta mirando: a mí con su miembro dentro, con la lengua lamiendo como si se tratase de un caramelo.
Sus manos ejercen presión para introducir su extensión por completo en mi garganta, por un momento sufro un simulacro de ahogo, mas me concentro en relajarme, si Mello nota que pierdo el aire solo lograre que no me deje apartarme para respirar. Se apoya con una mano en el sillón para empujar su cadera hacia mí, ejerciendo presión con su otra palma sobre mi cabeza.
Otra vez sus gemidos son audibles. La saliva de mi boca esta inundándola mojando por completo su miembro caliente…este pareciera crecer y calentarse con el paso de los segundos.
Sin aviso me levanta del suelo donde estaba arrodillado, permitiéndome recuperar el aliento antes de guiar mis labios hasta los suyos para besarme lentamente…lascivamente, con una carga impresionante de obscenidad y poder en el acto. Me gusta.
Me subo de nuevo sobre el, a pesar de todo ese tiempo, mi miembro no ha perdido su firmeza, sujeta mi pelvis, me levanta la cadera y lo único que puedo hacer es cerrar los ojos.
Su miembro se abre paso de golpe por mi cuerpo, entrando en el sin preparación pero manteniéndose quieto para que pueda acostumbrarme pronto.
Trato de relajarme…es difícil porque realmente me esta doliendo.
Mello muerde la unión de mi garganta con el hombro, eso me sacude con una corriente de electricidad. Me gusta. Me excita.
Y el movimiento comienza. Lento…poco a poco…
Mi dureza contra su abdomen suave es una perdición de placer, estoy yendo al paraíso.
Respiro agitado, las sensaciones son deliciosas…dolorosamente placenteras. Una de sus manos sujeta mi trasero para pegarme a su cuerpo, mi excitado miembro queda aprisionado entre nuestros cuerpos, la piel de Mello es caliente y suave a pesar de los golpes y hematomas.
El ritmo se acelera, él lo controla, dejo que lo haga…QUIERO que me controle. Refugio mis jadeos cada vez mas sonoros en su cuello, mordiéndolo y probablemente dejándole una marca, Mello se estremece enterrando sus uñas en mi cuerpo, el dolor que experimento es curiosamente placentero.
Las embestidas están a punto de partirme en medio del asombroso clímax del sexo, mi respiración se agita peor, la vista seme nubla, solo oigo sus gemidos roncos contra mi oreja, su lengua invadiendo mi oído despertando mas sensaciones…aunque parezca imposible. Su piel contra la mía y mi extensión en medio masajeada por ambos cuerpos esta a punto de llevarme al cielo.
Esta enterrado en mi, su miembro caliente va a explotar dentro mio y deseo que así suceda…por fin su garganta se abre en un gemido en forma y dejo a la mía imitarlo con algo parecido a un jadeo gritado producto del orgasmo, siento mi liquido derramarse sobre su cuerpo, embarrarnos a ambos. Y su esencia caliente esta dentro de mi cuerpo, mojándolo, llenándolo.
Su sexo palpita aun, caliente y sensible. El sexo bajo el influjo de la droga nunca me ha sabido tan delicioso…si, esta es mi vida de excesos. Esta es mi existencia en un barrio sucio y peligroso donde cualquier día pueden matarme, donde las peleas son pan de cada día, donde las armas son la única forma de alquilar seguridad. Alejado de mi vida anterior de comodidad y tranquilidad… por el. Mello.
Él es mi mayor adicción, no el tabaco, no los videojuegos (si, soy infantil), no el alcohol…el, solo Mello, él es mi mas grande exceso.

Notas finales:

Gracias por leer =DDDD

 


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