No sé cómo expresar la forma en la que me conmovieron los detalles de la historia. Si se trata de la teoría de la recepción, tu historia es perfecta. Dejas los vacíos precisos para que el lector complete con su imaginación lo que se insinúa como un susurro entre las líneas, sobre todo en el capítulo de Cassandra. De alguna manera logras transformar la miseria en el lecho perfecto para que germinen las fantasías, tanto en Cassandra como en Beretrice. 

Y la narración de Bretrice... sí, su mundo no era tan colorido como el de Cassandra, pero rezuma sentimientos tan reales... no quisiera explicarlos, porque siento que no podría y sería pretensioso, pero puedo decir que, para mí, tu prosa es sencillamente formidable.