Ecstasy?
Chunjoe
[L.joexChunji]
Le acorraló contra la pared apretándolo hacia sí, sintiéndole, deseándole. Gruñó con desesperación mientras le tomaba de la cadera y se restregaba descaradamente contra él, sonriendo al sentir como despertaba. Escuchó con excitación el gemido que salió de los labios del otro, entrecortando el beso. Sonrió un poco y le miró con lujuria.
Se sentía avergonzado por haber dejado salir ese gemido tan… vulgar. Le miró a los ojos y se sonrojó. Esa sonrisa socarrona le hizo sentir un escalofrío recorrerle la espalda y a la vez le excitó, aún más. Desvió su mirada.
Frunció el entrecejo al sentirse ignorado, alejó una de sus manos de la cadera del castaño para llevarla a su nuca, lo tomó y le apretó más contra la pared iniciando otro candente beso.
Chan Hee se sorprendió un poco por el repentino beso pero correspondió pasando sus brazos por el cuello de Byung Hun. Sintió la mano del otro retirarse de su nuca para recorrer su espalda con suavidad hasta llegar a su trasero, gimió al sentir el apretón.
Sonrió entre el beso e introdujo su lengua a la boca del otro recorriéndole con descaro. Sintió un tirón en su cabello, gimió separándose ligeramente del castaño, este le miraba travieso, sonrió con picardía y se abalanzó a su cuello.
-Ngh… -Gimió bajito Chan Hee al sentir cómo le lamía el cuello. Bajó sus manos hasta la espalda del rubio acariciándole sobre la sudadera, disfrutando la atención que le estaba dando.
Succionó con prisa el cuello de Chan Hee dejándole una marca rojiza. Todo suyo. Subió las manos por su espalda sintiendo cómo se le erizaba la piel. Le dio un beso húmedo y recorrió con tranquilidad el torso del chico por debajo de la camiseta.
El castaño sintió que sus piernas no le durarían, comenzaba a cansarse, sus piernas temblaban como gelatina y no tenía idea del porqué. Jadeó deshaciendo el beso y empujó con delicadeza al otro, separándoles. Byung Hun le miró perplejo “Pero qué…?” pensó mirándole incrédulo. Jamás, jamás le habían rechazado tan abruptamente; nunca, ya se estaba poniendo interesante y Chan Hee se separaba interrumpiendo todo.
El chico castaño se rió por lo bajo al ver la reacción de su novio.
-¿Te estás burlando de mi? –le dijo enojado el rubio.
-¿Eh? No seas tonto… -sonrió recargándose en la pared. Le miró divertido, Byung Hun se veía gracioso enojado. Suspiró y se dejó caer al suelo. El rubio le miró con la ceja alzada.
-Hey… -
-¿Sí? –Alzó la mirada con inocencia. Byung Hun se sonrojó y se acuclilló hasta quedar a la altura de Chan Hee. Lo analizó serio, y de un momento a otro se volvió a abalanzar a los labios del chico. Abrió las piernas del otro para acomodarse mejor. Chan Hee le volvió a tomar del cuello acercándole más, rozando aquella parte. Jadeó emocionado y se concentró en el beso. Con algo de fuerza de voluntad se separó del beso y empujó insistentemente a L.joe dejándolo semi-acostado en el suelo.
Le miró confundido recargándose en sus antebrazos, sosteniéndose. El castaño se colocó encima de él y le sonrió lamiéndose los labios. Jadeó excitado. Era increíble la forma en la que Chunji le controlaba.
Se inclinó relamiéndose los labios. Lamió el cuello de Byung Hun gozando al sentir cómo se tensaba, mordisqueó con delicadeza una zona específica para después succionar, se separó y sonrió al ver la pequeña marca en la piel del otro. Le gruñó en el oído y mordió el lóbulo de su oreja.
“Maldición” Pensó el rubio mientras sentía como volvía a despertar.
Sonrió con malicia, y con cuidado se sentó sobre el bulto de su acompañante haciéndole gemir con fuerza. Música para sus oídos. Comenzó a restregarse.
Jadeó y se dejó caer por completo en el suelo, movió su cadera con insistencia contra el trasero del otro. Tenía tanta presión contenida. Dirigió sus manos a la cadera del castaño haciendo el contacto aún más placentero. Escuchaba gemir a Chan Hee y sonrió.
-Ah… Chan… Hee… -Gimió lujurioso. Le necesitaba, le necesitaba ya.
El susodicho sonrió y dejó de moverse, provocando un gemido de frustración en el chico rubio. Apartó las manos del otro de su cadera y se levantó. “¡¿Eh?!” pensó Byung Hun, quien se incorporó quedando sentado en el piso.
-… ¿Chan Hee? –dijo confundido. El otro le sonrió.
-Dejemos esto para otro día, ¿sí? –le dijo sonriente el castaño, comenzando a caminar hasta la puerta del cuarto. La abrió y le sonrió una última vez cerrando la puerta detrás de sí.
-¡¿EH?! ¡Lee Chan Hee, no me puedes dejar así! –Gritó con ganas. Estaba enfurecido, ¿qué demonios había sido eso? ¿Cómo diablos se le puede dejar a alguien así? ¿En ese estado? Ese Chan Hee ya se las vería.
Y ahí quedó Byung Hun; gruñó. Estaba enojado. Caliente. En el cuarto de la limpieza. En la hora de educación física.