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Los próximos Gemelos del Altar por Sigma

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Notas del fanfic:

Fatal Frame II: Crimson Butterfly © Tecmo.

Notas del capitulo:

Hallo!

No sé qué es esto. >3< Me dieron muchas ganas de escribir algo acerca de Mutsuki e Itsuki Tachibana. Sé que son sólo personajes secundarios, pero de todos modos me encantan y tienen un lugar muy especial en mi corazón.

Bueno, espero que sea de su agrado.

¡Nos leemos en las Notas Finales!

Fallaron. No lograron escapar del pueblo y ya no había nada más por hacer.

Mutsuki se encontraba muy débil como para huir del pueblo e Itsuki simplemente no podía dejarlo atrás. No había ninguna otra opción: ellos, los gemelos Tachibana, tenían que ser los Gemelos del Altar para el próximo Ritual Carmesí. Itsuki, a quien los habitantes consideraban el mayor a pesar de no serlo, mataría a Mutsuki con sus propias manos.

Durante el último día, ambos jóvenes habían estado bastante callados y perdidos en sus propios pensamientos. Era obvio que no querían hablar con nadie, muy apenas eran capaces de dirigirse unas cuantas palabras y oraciones cortas el uno al otro. El tiempo pasó y llegó la hora de volver a casa juntos… por última vez. Se animaron a hablar un poco más entre ellos hasta esa noche.

—Todo saldrá bien —aseguró de repente un joven delgado de 15 años de edad, con lacio cabello negro, mientras caminaba junto a una persona idéntica a él.

—Mutsuki… —El otro joven volteó a verlo con preocupación y miedo, sin poder cargar nada que no fuera una tristeza profunda en su mirada—. Parece que tú estás muy tranquilo, pero yo… no sé si podré hacer esto…

—Debes hacerlo, Itsuki —le dijo, a pesar de que él tampoco deseaba participar en el Ritual que se acercaba—. Es por el bien de nuestro pueblo…

Los gemelos Tachibana se miraron fijamente, sin decir nada. Después de varios segundos, el menor de los gemelos asintió. Siguieron con su camino, ya no les faltaba mucho para alcanzar su hogar y pasar su última noche juntos.

Ya estaban convencidos de que no podrían escapar de lo que venía, era su destino… Ellos eran los Gemelos del Altar.

—Itsuki, quiero que por favor me prometas algo —habló el mayor de los gemelos, quien era considerado el menor por los habitantes del pueblo.

—¿Qué cosa? —Cuestionó a Mutsuki.

—No permitas que Sae y Yae pasen por esto. Ellas no deben sufrir lo mismo que tú y yo estamos sufriendo ahora —hizo una breve pausa—. Después de que me mates mañana, el Ritual Carmesí no debe realizarse nunca más.

—Mutsuki…

—Prométeme que no dejarás que este Ritual se vuelva a realizar.

—Te lo prometo —se acercó a su gemelo y lo abrazó fuertemente, siendo correspondido a los pocos segundos.

Al llegar a casa, fueron recibidos por su hermana menor: la pequeña Chitose Tachibana. Era una niña muy linda, de cabello tan oscuro como el de sus hermanos, aunque ella tenía algunos problemas para ver claramente.

—Bienvenidos a casa —les dijo, siendo capaz de reconocerlos a pesar de que su visión no era de lo mejor.

—Gracias —respondieron ambos al mismo tiempo, mirándola con ternura y logrando formar una pequeña sonrisa únicamente para ella.
Chitose era muy inocente y desconocía todo acerca del Ritual Carmesí. La pobre pelinegra no sabía que muy pronto ya no podría ver a su hermano Mutsuki otra vez. Sí podía notar cierta preocupación en los rostros de sus hermanos mayores, pero no dijo nada por miedo a molestarlos.

Esa misma noche, los gemelos Tachibana estaban en su habitación, haciendo el esfuerzo por cerrar los ojos y descansar aunque fuera un poco.

—Realmente no quiero hacer esto —habló Itsuki, pasando una mano por su cabello negro y revolviéndolo un poco sin querer.

—Yo tampoco —contestó Mutsuki—. Lo lamento… Desearía sí estar en condiciones para escapar. ¡Nos iríamos de aquí junto con Yae y Sae!

—No es tu culpa —volteó a verlo—. Lo importante es que el Ritual Carmesí no vuelva a realizarse.

Mutsuki se acercó a su gemelo y le reacomodó un poco el cabello con cariño. Se dedicaron una débil sonrisa y se abrazaron. Si se trataba de hablar con honestidad, ambos estaban un tanto asustados, pero sabían que la única cosa que quedaba por hacer era seguir adelante, hasta el final.

—Cierra tus ojos —le pidió Mutsuki de repente.

—¿Para qué? —Preguntó el otro joven con curiosidad.

—Tú sólo ciérralos.

—Está bien —le hizo caso a su hermano y cerró sus ojos, quedándose quieto.

El mayor sonrió y se inclinó un poco sobre él, hasta que sus labios se unieron con los de su hermano durante varios instantes. Itsuki estaba muy sorprendido, tanto que no pudo reaccionar. No correspondió a ese beso, pero tampoco apartó a su gemelo. Simplemente se quedó ahí, inmóvil.

—Mutsuki… —Un sonrojo se apoderó de su rostro.

—Será mejor tratar de dormir —le dijo con total tranquilidad, acariciando su mejilla suavemente y alejándose un poco.

—¡O-oye!

¿Cómo era posible que su hermano estuviera con tanta calma después de haber besado sus labios? ¿Acaso eso era una despedida? Mutsuki no contestó nada, así que Itsuki sólo suspiró y se acostó también. Con su mente perdida en el Ritual Carmesí estando tan cerca y con ese beso que acababa de recibir por parte de su hermano, dormir sería imposible.

El tiempo pasó velozmente. En menos de lo que los gemelos Tachibana se esperaban, había llegado la hora del Ritual Carmesí y ya era muy tarde para retroceder. Itsuki y su querido hermano gemelo lo sabían bien.

—Mutsuki… Perdóname…

—Hazlo —le pidió—. Debes hacerlo, Itsuki. No temas… Todo estará bien —intentó sonreírle, pues sabía que sólo le dificultaría las cosas a su hermano si éste notaba que se encontraba sufriendo.
Itsuki estaba sobre Mutsuki, temblando un poco por culpa del miedo y de los nervios. Se sentía incapaz de dañar a su hermano, apenas y podía creer que estaba haciendo algo como lo que hacía en ese momento.

—Perdóname… —Repitió.

El menor colocó sus manos alrededor del cuello de su gemelo y comenzó a presionarlo con fuerza, dejando una marca roja con sus dedos. La respiración de Mutsuki se dificultó hasta cortarse por completo. Los ojos del mayor se cerraron para siempre, no sin antes alcanzar a pronunciar un sincero "Te amo" para su hermano.

Alcanzó a escuchar aquella última frase, entendiendo también la profundidad de la misma y el verdadero significado del beso que había recibido la noche anterior. Se sorprendió y por fin soltó el cuello de su gemelo, quien ahora estaba muerto. El Ritual Carmesí estaba cerca de terminar, parecía que todo iba a ser un éxito y el pueblo estaría a salvo durante varios años más.

Mutsuki se convertiría en una mariposa carmesí y así se volvería uno solo con Itsuki, quien quedaría como el sobreviviente.

—No… —Susurró Itsuki—. ¿Qué he hecho? —Miró con horror sus manos y luego miró el cuerpo inmóvil de su hermano.

Era momento de finalizar el Ritual. Sin embargo, cuando los habitantes se acercaron a tomar el cuerpo de Mutsuki para lanzarlo al Abismo, Itsuki no lo permitió.

—¡No! —Se abrazó con fuerza al cadáver de su gemelo—. ¡Mutsuki! —Gritó con desesperación.

Varios hombres tuvieron que reunir su fuerza para lograr separar a Itsuki de Mutsuki y así finalizar de una vez por todas con el Ritual Carmesí.

—¡Mutsuki!

Las lágrimas se apoderaron de los ojos de Itsuki y resbalaron por sus mejillas. Asesinar a su hermano había sido terrible, la culpa lo invadió en cuestión de segundos. Su cabello negro comenzó a tomar una tonalidad más clara poco a poco, hasta terminar siendo completamente blanco.

—¿Qué he hecho? Yo… —Sollozó, todavía sin poder creer que había matado a su hermano—. Mutsuki… Por favor, hermano… Perdóname.

El Ritual Carmesí falló porque Itsuki y Mutsuki se amaban demasiado. El amor entre ellos no podía permitir que se volvieran uno solo. Al haber fracasado, eso quería decir que las hermanas Sae y Yae serían las siguientes Doncellas Gemelas para el Ritual Carmesí, y lo tendrían que realizar el próximo año.

—Le hice una promesa a Mutsuki —dijo Itsuki en voz baja, todavía con los rastros de las lágrimas sobre su rostro—. No puedo dejar que esto suceda otra vez.

Esa noche, Itsuki regresó a casa… solo.

Fin.

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! Siéntanse libres de dejar cualquier comentario.

Cuídense mucho. Hasta luego.

Sigma Min.


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