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Sin sentido por faby nan

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Ni SHINee ni ninguno de sus miembros me pertenece, sería un poquito bizarro que fuera así ¿no creen? 

Advertencia: Posible OoC, UA muy ¿raro?, ¿drama?

Notas del capitulo:

Le tengo una amor exagerado a los fics con "Muerte de personaje" pero no soy tan cruel, así que...bueno, ya verán porque lo digo. Lo acabo de escribir y no veo bien (creo que estoy cansada), así que me disculpo si encuentran errores de tipeo, de puntuación o de acentuación (aunque todos mis escritos los tengan...).

Sin sentido

El viento le agitaba el cabello y le acariciaba el rostro. Mantenía los ojos cerrados y la cabeza en alto. Como si saboreara cada instante.

No lo entendía, jamás lo había hecho. Pero debía detenerlo, aunque ¿realmente podría?

Estaba tan cerca del borde que apenas y podía reprimir el impulso de correr hacia él y hacerlo parar. Abrazarlo y llevarlo lejos de ahí, lejos de todo. Lejos de esa fantasía irracional por la que parecía dispuesto a todo.

—Jin Ki…—su voz sonó baja y suave, como si tuviera miedo de sobresaltar al otro, como si con sólo su voz fuera capaz de arruinar aquel frágil equilibrio del otro. Tenía miedo, tanto miedo.

El aludido abrió los ojos y quedo mirándolo de frente, sus ojos pequeños brillaban tanto y sonreía como nunca antes. Parecía tan tranquilo, tan satisfecho. Jamás había visto un semblante tan sereno. Jamás lo había visto más hermoso. Pero era imposible sólo contemplarlo, tanto regocijo le dolía.

—Jin…—de nuevo un susurro, desesperado. Sentía el escozor de las lágrimas. Su voz temblaba y no tardaría en romper en llanto.

—Está bien—. No, no lo estaba. Aun así sonaba tan seguro, tan confiable. Tan increíblemente incongruente si considerabas la situación entera.

No iba a engañarlo con su voz dulce y a la vez firme, amable y convincente. No iba a dejarle ir, no ahora. Ni nunca.

—Jjong, yo…—No iba a engañarlo. No iba a perderlo—. Lo necesito…Tú sabes…

—Por favor—por un momento dudó que aquello lo hubiera dicho él. Tan patético, tan suplicante. Tenía las mejillas húmedas y heladas. Aquel viento que parecía acariciar al mayor no hacía más que cortarle la piel—. Por favor.

—Necesito volver.

—Quédate…conmigo—. Y aquella última palabra la dijo con voz tan baja, tan temblorosa, tan rota, que podía asegurar que el otro no lo había escuchado. No había vergüenza en su confesión, sólo miedo. Miedo a que su deseo fuera rechazado. Quizá era egoísta, pero eso poco le importaba. No le quedaba más por hacer.

Los ojos del otro se llenaron de pánico y Jong Hyun temió seriamente que saltara.

De pronto parecía vacilar en sus decisiones. De pronto parecía no existir en el mundo nada más que él. De pronto aquellos ojos parecían tan profundos, tan tristes y tan llenos de algo que no sabía especificar y tan fijos en él.

—De verdad…yo…—Toda esa seguridad se había esfumado. Y la esperanza y el alivio empezaban a remplazar a todo ese miedo que hubo sentido antes. Jin Ki no era un suicida. Jin Ki no era un suicida. Aquello jamás había tenido sentido.

Todo era silencio, mientras el mayor pensaba mordiendo despiadadamente sus labios. Tan indeciso que resultaba tierno. Como si buscara la decisión correcta.

Un escalofrío le recorrió entero y entonces…

—Lo siento—. Las lágrimas no habían parado, dudaba que fueran a parar pronto, pero aquellas palabras no hicieron más que avivarlas. Las gotas saladas caían una tras otra mientras aquellos ojos se llenaban de culpabilidad y se volvían opacos. Jamás había visto tanta tristeza en ellos.

—Te quiero—su cuerpo tembló ante aquella confesión y aquellos ojos casi lo esquivaron. Era doloroso para ambos—. Te amo, Jin Ki.

Su cuerpo entero se sacudía presa de temblores. Pero no lo dejaría ir. Aquellos ojos estaban ahora fijos en el suelo, mientras sus dientes se ensañaban con sus pobres labios. Las rodillas le flaqueaban, a cada paso sentía que caería. Pero no podía, simplemente no podía.

Sus brazos lo rodearon con fuerza. Todo el camino hasta él había sido una tortura, pero al fin estaba a su lado. Ambos temblaban, ambos lloraban.

—Lo siento, lo siento—. No paraba de repetir aquello entre sollozos. Lee Jin Ki no era ningún suicida.

—Por favor…

—No puedo—.Pero estaba un poco loco.

—Por favor…al menos…

Y quizá, sólo quizá...

—…Llévame contigo.

Él también lo estaba.

El viento le agitaba el cabello y le acariciaba el rostro, pero no podía verlo. No con la cara hundida en aquel pecho, no con los ojos cerrados, no cuando lo único que podía oír era el latir desbocado de aquel corazón. Esos brazos lo rodeaban sosteniéndolo, cerca, tan cerca que casi conseguían hacerle olvidar que tenía miedo. Casi conseguían hacerle olvidar lo que estaban a punto de hacer.

Lee Jin Ki no era un suicida. Y no había una razón en el mundo para que Kim Jong Hyun lo siguiera hasta la muerte. Aunque quizá, esto último era falso. Nada tenía sentido.

Pero ahí estaban, cayendo en picada. Aun abrazados. Cayendo y cayendo. Mientras en su cabeza le decía adiós a su familia, mientras pensaba en lo ilógico que era todo. Pero era tan hermoso.

No tenía sentido, nada lo tenía. No cuando había plumas por doquier y jamás lo había visto más hermoso. No cuando no había crujir de huesos y sangre por doquier.

Y Lee Jin Ki no era un suicida, ni siquiera un mentiroso. Sólo estaba un poco loco. Y, aunque no tuviera sentido, tenía las alas más blancas y hermosas que hubiera visto jamás.

No tenía sentido, nada lo tenía. Pero, ahora, eso no importaba.

Notas finales:

¿Creen que es raro? Yo sí, pero escribo este tipo de cosas cuando estoy algo deprimida y tengo (¿tenía?) un bloqueo.


¿Pensaron que los mataría? Lo pensé, pero no quise ser tan cruel y nunca escribí algo con ángeles :/


¿Dejaré de hacer preguntas? Tal vez.


¡Gracias por leer~!


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