Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNEXPECTED por catsdream

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic lo dediqué hace meses, es para mi querida @namivisi y aunque lo hice pensando en su pervertida mente, bien lo pueden tomar todos como una forma de disculparme por ausentarme por meses... gomen u_u

Notas del capitulo:

El título es cutre y todo pero fue lo único que se me ocurrió, después de todo fue inesperado para mí terminar este oneshot.

 

Disfruten!!!

Aoi

 

Un día más atascado en el tráfico de la mañana. Ya eran las 8:40 am y yo debía haber  llegado a las 8 de la mañana, definitivamente debía empezar a acostarme más temprano, si no, el líder sería capaz de ir a mi casa todos los días para despertarme y supervisar que saliera a tiempo. Yo salía tarde y el tráfico no ayudaba en nada, empezamos mal. Sería un largo día.

 

 

Finalmente pude salir del terrible embotellamiento y llegar al lugar de trabajo con más o menos una hora de retraso, seguro Kai me iba a matar.

Ingresé al lugar en el que normalmente ensayábamos y solucionábamos todos los temas concernientes a la banda. Intenté ingresar de forma natural para que no se notara tanto el retraso, aunque por supuesto, fue inútil.

– Donde carajos te habías metido? Te estuvimos llamando toda la maldita mañana! Incluso pensamos que te habías fugado o yo qué sé!

– Si, si, buenos días para ti también Kai – tomé asiento al lado de un estresado Ruki que fumaba como chimenea - ¿Fugarme?

– No sé! Ruki dijo que tal vez te habías largado de vacaciones porque últimamente no haces más que quejarte de la cantidad de trabajo! Y la verdad no sería raro – dijo con gesto pensativo mi ingenuo líder

Miré a Ruki con una ceja levantada exigiendo en silencio una explicación a tal idiotez pero sólo recibí una discreta risilla

– En todo caso a qué se debe el afán? Ni siquiera veo a Reita o Uruha por aquí

– Eso es porque fueron a traer un poco de té para nuestro alterado líder – respondió Ruki expulsando luego el espeso humo de su vicio

– Volviste a fumar? Creí que habías prometido no hacerlo – hace un tiempo el menor de nosotros prometió no tocar de nuevo el tabaco a fin de cuidar su preciada voz pero al parecer sólo le duró unos meses

— No es eso! Es sólo la ansiedad – se defendió

– Si claro, ahora cualquier cosa es excusa

– Si verdad? Y quisiera saber cuál es la tuya para haber llegado a estas horas Shiroyama – retomó el tema el lider

– Amm , bueno Kai – mi cerebro no parecía ser capaz de trabajar en una excusa creíble

– Veamos – dijo Kai con rostro siniestro – cual debería ser tu castigo? – Oh dios…. Seguramente se desquitaría de todas las llegadas tarde, sin contar todas las bromas pesadas que le ayudé a Uruha a hacerle

- Ya sé! – gritó eufórico – el hobbit a mi lado – deberías hacer que acompañe a Uruha a… ese asunto, ya sabes.

- Acompañar a Uruha? Adonde? No me digas que debo acompañarlo a medirse el próximo vestuario, prefiero invitarlos a todos a cenar antes que escuchar todos los defectos que él suele encontrarle a su vestuario

– La invitación suena tentadora – determinó Kai

– Piénsalo bien Kai – intervino Ruki – si él lo acompaña, todo el tema de la mañana estará solucionado y será un  buen castigo

No tenía la más mínima idea de qué hablaban pero no me sonaba bien, parecía como si me fueran a mandar a alguna clase de guerra o algo por el estilo

– Es cierto Takanori, ese será un buen castigo y además Uruha no estará solo. Decidido! Vas a acompañar a Uruha – declaró el del hoyuelo

– Depende, antes quiero saber a dónde quieren que lo acompañe – si es un lugar que no me gusta, simplemente no voy, no me pueden obligar

– Es muy sencillo! – dijo Ruki – Tan solo es una reunión a la que debe llevar a dos amigos con él, sólo van a divertirse un poco!

– Algo como una cita a ciegas?

– Err… bueno…  – Kai parecía un tanto sorprendido por mi pregunta

– Eso! Algo así como una cita a ciegas. Sólo que no vas a ligar a nadie si no a divertirte, ya sabes, emm.. “Noche de Hombres”, algo así – informó el enano aplastando su cigarro en el cenicero

– Entonces no nos encontraremos con chicas –concluí un poco reacio a la idea

– No pero… bueno, es posible que si lo hagan. Oh vamos Aoi! Cuando te has negado a una noche de copas y buenos amigos? – algo me causaba desconfianza, el enano pintaba todo muy lindo para ser cierto

– Yo nunca, pero entonces porque que no van ustedes?

– Es que… debo visitar a mi madre, se le presentó una situación, ya sabes, creo que tiene deseos de verme y me invitó a cenar – respondió Kai con algo de vergüenza por rechazar la salida, supuse.

– Yo… tengo enfermo a Koron y no puedo dejarlo solo también en las noches, en el día lo cuida la vecina pero debo hacerme cargo de él en la noche – dijo Ruki. Sabía lo importante que era para él su mascota así que me pareció una razón válida.

– Bien, entonces voy, pero antes quiero saber por qué no lo acompaña su amigo del alma – respondí refiriéndome a Reita

– Wow! No te enceles campeón – y ese era Reita que ingresaba a la sala, insinuando como siempre algún tipo de relación romántica entre Uru y yo

– No me encelo, es más, te lo regalo

– Gracias por ser tan considerado Aoi, no esperaba menos de ti – respondió Uruha entrando detrás de Reita y sentándose tranquilamente a mi lado – Y? Por qué la demora?

– Tráfico – mentí descaradamente

– Lo que preguntaste hace un rato Aoi – retomó Reita – es que no quiero ir, así de simple

Uruha torció la boca – Al menos Rei no miente ni saca excusas – dijo acusadoramente mirando al líder y al vocalista quienes a mi parecer fingieron demencia

– ¿Hablas de nosotros? ¡Pero no mentimos Uru! Es más, te encontramos el acompañante perfecto, verdad Aoi? – dijo Ruki sonriendo

– ¿Quien? – cuestionó mi compañero de cuerdas

– Yo – dije – supongo que no es tan malo acompañarte y además es mi castigo por llegar tarde – aclaré con pereza

– ¿Tú? – preguntó asombrado mi compañero, abriendo los ojos como platos – ¿Estás seguro? Es decir ¿No te incomoda?

Una reacción bastante exagerada a mi parecer ­– ¿Incomodarme? ¿Por qué habría de hacerlo? – pregunté con desconfianza

– Bueno, pues… se nota que la cuestión de la salida no te incomoda en sí pero ¿No te sentirás algo cohibido al hacerlo con personas que no conoces?

– ¡Oh vamos Shima! No es como si nunca hubiera salido con gente que no conozco de antes – la preocupación de Uruha por mi incomodidad de salir con extraños no tenía ningún fundamento, pues ya lo había hecho anteriormente

– ¿En serio? Bien, entonces no me preocupo. Debes saber que las personas que irán conmigo serán tú y Hiroto y no te preocupes por nada, ya todo está arreglado – dijo Uruha como quitándole la importancia a un delicado asunto.

A mí realmente poco me importaba quien fuera a la dichosa reunión, si me divertía y había posibilidades de ligarse a alguien o por lo menos de tener un buen orgasmo en la noche, no me iba a fijar en los acompañantes desconocidos.

Luego de esto Kai nos hizo ensayar y dejar listos los arreglos de al menos 4 canciones que no eran precisamente fáciles.

El día siguiente no debíamos ir a trabajar pero en la noche era la dichosa reunión. Me arreglé bien, en todo caso aunque iba a salir con un montón de tipos, no dudaba que esta noche podría conseguir una linda chica por ahí.

Sonó mi celular y en cuanto contesté el guía de esta noche me habló.

– Yuu soy Shima, ya estoy frente a tu edificio, baja pronto que vamos en mi auto – colgó en cuanto terminó de hablar y salí presuroso, ya eran más de las nueve de la noche.

Al salir del edificio encontré a un entusiasmado Shima conversando con Hiroto. Los dos recargados en el auto y bastante bien vestidos si íbamos a ir sólo hombres. Supuse que ellos también esperaban tener algo de compañía femenina esta noche. Subimos al auto luego de un corto cruce de saludos y nos dirigimos al lugar que esperaba me dejara un buen recuerdo esta noche.

 

Llegamos a un poco conocido lugar a donde solían asistir aquellos famosos que no querían exponerse a cámaras, periodistas y demás. Entramos al estacionamiento e ingresamos por una puerta trasera, a pesar de ser desconocido el sitio y poder ingresar sólo con previa reservación, nunca está de más ingresar sin ser visto.

Adentro, el lugar era igual que cualquier discoteca, pero esta estaba llena de jóvenes con dinero, gente del medio, entre los que reconocí algunos rostros por supuesto con sus apariencias normales y otros que no reconocí parecían ir vestidos como si fueran a hacer alguna presentación. Me pregunté si tal vez así sería. Tal vez más tarde pudiera saberlo.

Algo que me inquietó fue el hecho que hubiera muchos más hombres que mujeres por ahí. Cuando Takanori me dijo “Noche de Hombres” lo dijo en serio. Esto disminuía mis posibilidades de encontrar compañía, me fastidió un poco aquello pero esperaba que por lo menos los amigos desconocidos de Shima fueran entretenidos.

Llegamos a la mesa en la que teníamos reservación, guiados por uno de los meseros del lugar. Grande fue mi sorpresa cuando vi en la mesa que nos correspondía a Kyo de Dir en grey y a su lado Kazuki  y Manabu de SCREW, bebiendo y compartiendo lo que parecía una amena plática.

– ¡Qué sorpresa! ¡No esperaba que esta noche nos asignaran viejos amigos! – dijo Shima con entusiasmo saludando a los mencionados con un gesto de manos.

Le siguió Hiroto que también parecía complacido y luego las miradas recayeron en mí que miraba la escena, casi ajeno a ella.

– ¡Aoi! ¡Hombre qué gusto verte por aquí! – dijo Kazuki mientras me extendía la mano para saludarme, gesto que correspondí – si hubiera sabido que te gustaba esta clase de sitios te hubiera invitado antes.

–¿ Esta clase..?

– ¡Por supuesto que le gustan! ¡Tú eres tonto y no te das cuenta, es lógico que a un Donjuan como Aoi-san le guste este lugar! – respondió bastante alegre Kyo. Al parecer ya llevaba bastantes copas de lo que sea que estaba bebiendo. Saludé a los demás y me senté junto a Shima para luego pedir algo de beber. Desde el principio la conversación fue amena, los tragos abundantes y hacia la madrugada ya sabía por boca de Shima por qué me informaron que no conoceríamos a nuestros acompañantes y resulto ser lo contrario. El lugar era un sitio de reunión preferido por  varios artistas y al parecer esta forma de hacer las reservaciones les ayudaba a socializar entre ellos. Se debía hacer la reserva para máximo cuatro personas y los administradores de este lugar pondrían en tu mesa el mismo número de personas  y que tuvieran que ver con el medio. Sin duda una forma interesante de conocer colegas. Lo único que no logre comprender fue el otro aspecto que según Shima era común en todos los asistentes al lugar.

– Luego de socializar u­­­­n rato con los compañeros que te asignan pues… bueno, ya sabes, vamos a un lugar más privado – su sonrisa, que juraría fue un poco coqueta me produjo un escalofrío de terror.

– ¿Que es esa cara Aoi-san? ¿Acaso Uruha-san ya está desesperado y te está molestando? –pregunto Kyo y los demás soltaron una carcajada mientras Shima termino su bebida con las mejillas más sonrojadas que hace un rato - No te preocupes, dentro de poco nos darán un salón VIP – le dijo divertido al castaño

Iba a preguntarle a Uruha de qué demonios estaban hablando cuando llego uno de los meseros del lugar que para estas horas tan solo tenía unas cuatro mesas llenas

– Caballeros, su lugar ya está listo – dijo haciendo una señal para que lo siguiéramos, todos se levantaron de inmediato y francamente yo no pensaba quedarme solo como idiota a pesar de no tener idea a dónde me llevaban o a qué me iba a enfrentar

– ¿Cuántas son esta noche? – pregunto susurrando Hiroto a Shima

– Normalmente son tres pero tú pediste un servicio exclusivo, así que son cuatro chicas – respondió el más alto

¿Cuatro chicas? ¿Servicio exclusivo? ¿A dónde me estaban llevando este montón de borrachos con hormonas evidentemente alborotadas?

– ¡Que mal amigo! ¿No pagaste servicio exclusivo para darle la bienvenida a Aoi-san? – pregunto Kyo con malicia

– No tenía idea que vendría – repuso Hiroto evidentemente avergonzado – en todo caso debía ser Uruha-san quien le diera la bienvenida ¿El lo invitó no?

Mire a Shima pensando en el doble sentido de esas palabras, cosa que al parecer él notó porque de nuevo sus mejillas se encendieron como lámparas en la oscuridad, me miro de pies a cabeza y soltó una risilla.

– Tal vez lo haga luego –menciono sonriendo como para sí mismo

Empecé a pensar rápidamente en qué sentido debía darle a aquellas palabras, esto no me estaba gustando para nada pero mis pensamientos fueron interrumpidos al llegar finalmente a la sala VIP que nos habían asignado.

– Pueden ingresar, dentro de pocos minutos llegaran las invitadas

Nos sentamos en los sillones que formaban un círculo y aprovechando que Shima seguía a mi lado me decidí a preguntarle de una vez por todas.

–Shima – lo llame en voz baja – quiero que me digas de una vez por todas que demonios pasará en este lugar. ¿Cómo que no tardan las invitadas?

– Pues que esperabas Yuu, es obvio que deben venir chicas, se trata de un bukkake, sin las chicas no es posible – me miraba con gesto confundido y también hablaba bajo

– ¿Pero qué…? – lo miraba con ojos abiertos como platos, no podía creer que en realidad me hubieran enviado a este lugar con Shima. Ahora todo el misterio con el que manejaron el tema ayer en la mañana, el que Takanori dijera que era un buen castigo y que Reita no quisiera venir, eran cosas que realmente encajaban en la situación. ¿Cómo no pude ver que esto se trataba de algo tan vergonzoso? Por supuesto que en sano juicio y a sabiendas de en lo que metería, jamás hubiera venido a algo como un bukkake. La idea de humillar sexualmente a alguien que ni conozco no es precisamente una de mis fantasías, así que pensar en participar en algo así… ¡De ningún modo!

Nuestros acompañantes estaban hablando de cosas sin importancia cuando la puerta se abrió y por ella entraron cuatro chicas, cada una más bella y voluptuosa que la anterior, algo realmente sorprendente ya que las japonesas no suelen tener tantas… curvas.

–Shima, no puedo, me voy de aquí –intente levantarme para salir lo más pronto posible de allí

­– ¡No, espera! No puedes irte – me dijo en voz baja tratando de que los demás no se dieran cuenta de lo que ocurría – por favor – me miro suplicante

– Pero Shima yo no sabía que venía a un lugar así, me engañaron – respondí modulando lo mas que podía mi voz

– Lo sé, a mi también pero ahora no puedes irte, si lo haces se cancelara todo lo que esperamos que se haga y tendremos que pagar una multa por solicitar los servicios del bar y no usarlos. Son quinientos dólares por cada chica Yuu!

– ¿Quinientos? ¿Y por qué? ¿Acaso no se alegran de no tener que trabajar?

– Ese no es el punto Yuu, son las reglas del lugar – dijo casi con desespero

Voltee a mirar a las chicas solo para darme cuenta con pavor que ya estaban haciendo su trabajo sobre mis cuatro amigos restantes. Todos ellos estaban sentados con una chica entre sus piernas lamiendo y “prestándoles sus servicios”, algunos de ellos completamente desnudos y alguno a quien realmente no quise mirar a la cara permanecía con sus pantalones puestos pero por supuesto con su miembro al aire siendo atendido. Mire de nuevo a Shima quien veía directamente a mi amigo Kazuki, como ido. Sentí la sangre hervir y lo zarandee un poco para que me mirara de nuevo y me ayudara a buscar alguna solución.

– ¿No podemos tan solo mirar? – Shima negó

– A estas chicas les pagan por la cantidad de veces que te hagan correr, créeme que no te van a dejar ir sin que eso suceda.

– Pero no puedo Shima

– Te aseguro que puedes – me dijo mi compañero de cuerdas y se acercó a Hiroto, le dijo algunas palabras que lo sacaron del éxtasis en el que estaba, el chico lo miro con cansancio y finalmente le dijo algo a la chica que estaba con él. La mujer que no estaba nada mal detuvo lo que hacía y se levanto, me miro y con sonrisa picara se acerco a mí, me puso las manos en los hombros y me hizo sentar. Yo no podía creer lo que la chica estaba a punto de hacer. Ella misma desabotono mi pantalón, bajo mi bragueta y saco mi flácido miembro soltando una risita. Ya visto en esta posición y situación decidí que lo mejor que podía hacer era al menos tratar de disfrutar del momento, ya fuera porque no tendría otra oportunidad en la vida para hacerlo o porque si no lo hacía probablemente los otros cinco me tacharían de cobarde, suspiré y me acomodé en el sillón, al fin y al cabo ya no me era posible salir de allí, además la chica tenía unos enormes senos, cosa que realmente me gustó.

Percibí que Shima se sentó a mi lado suspirando con alivio, abrí un poco los ojos y me di cuenta que Hiroto seguía auto complaciéndose mientras miraba a la chica que estaba con Kazuki a su lado.

Permití que poco a poco me embargara la excitación y después de algunos minutos la chica que estaba conmigo seguía complaciéndome sin meter todo mi miembro en su boca, se ayudaba con las manos y gemía suavemente tal vez tratando de hacerme correr rápidamente. Durante un segundo realmente lo sentí por ella porque suelo tener mucho aguante y esta ocasión no sería la excepción, si Hiroto le había pedido hacerme correr rápidamente y regresar con él, se quedaría esperando. Era extraño estar en esta situación a sabiendas que algunos de mis amigos estaban haciendo lo mismo que yo pero traté de no prestar atención, no era muy difícil, la chica era una experta y ya me tenía jadeando.

De repente, como si todos los demás ruidos de la sala hubieran desaparecido, pude escuchar sólo unos gemidos suaves y contínuos, entreabrí los ojos para saber a quién pertenecían y me encontré con la imagen de mi compañero de cuerdas, Shima. Él se estaba masturbando mientras miraba morbosamente cómo la de senos grandes engullía mi pene hasta donde podía y me apretaba con sus jugosos labios. Podría jurar que la expresión de placer que él tenía me encendió aún más. Quise unirme al morbo de mi amigo y miré la expresión de la chica, poco a poco mi excitada mente empezaba a transformar el rostro de aquella desconocida que hacía maravillas con su boca y en su lugar, no sé si por el alcohol o por lo que acababa de escuchar, los gruesos labios de Shima subían y bajaban, tragando y sacando mi pene de su deliciosa boca. Su lengua y sus manos también hacían maravillas y sus dulces gemidos que eran los únicos para los que yo tenía oídos en ese momento, me estaban llevando al final.

Después de unos minutos de deleitarme la vista con las alucinaciones de mi mente, puse mi mano en los castaños cabellos de mi visión y me dejé llevar al éxtasis absoluto para poder ver cómo se tragaba mi esencia soltando así un ronco gemido que no pude retener. Cuando recuperé la cordura de nuevo, la chica se había escapado de mi agarre en sus negros cabellos y se estaba limpiando la comisura de la boca. Para ese momento Shima me miraba sonriente, casi como un niño y me di cuenta que él también había llegado al final.

La mujer de grandes senos se alejó de nosotros para complacer a su cliente inicial y una nueva chica con algunas mechas rojizas que se destacaban en su oscuro cabello, se acercó a Uruha rompiendo la conexión que manteníamos entre nuestras miradas mientras nos sonreíamos con complicidad y tratando de regular la respiración, luego tomó el miembro en reposo de mi amigo y comenzó a estimularlo de nuevo de forma apresurada. No cabía duda que el objetivo de estas chicas era hacernos correr la mayor cantidad de veces en el menor tiempo posible pero en ese momento mi atención estaba lejos de los glúteos que la chica exhibía con orgullo, mi atención estaba centrada en los deliciosos gestos que Uruha hacía mientras la chica engullía su masculinidad, de vez en cuando se la sacaba de la boca y lo estimulaba con sus manos mientras movía la lengua en círculos en la punta de su apetitoso pene.

Un momento…. abrí los ojos de par en par y como si hubiera acabado de salir de un lapsus de estupidez, me di cuenta de lo que estuve pensando desde que escuché la suave voz de Shima, de lo mucho que me ponía su imagen y de lo mucho que deseaba en este momento ser esa chica para causar todas esas expresiones de placer el él, incluso estaba seguro que yo lo haría mucho mejor que ella. Mis ojos ahora no podían despegarse de sus jugosos labios, por los que repasaba su lengua una y otra vez, lubricándolos…. y yo queriendo que lubricara algo más.

Cuando me di cuenta, mi mano se encargaba de descargar el placer del que me llenaba la imagen de mi amigo, mi compañero de cuerdas y mi ahora reciente obsesión, de ello estaba seguro.

Mi mano acariciaba mi virilidad a un ritmo casi delirante y como no podía más que resbalar mi mirada sobre él, me conformé con seguir mi ritmo y masajear mi punta con el pulgar cada vez que él pasaba su lengua por los labios, sincronizando de alguna manera mis movimientos con los de su boca. Cuando estaba a punto de tener mi segundo orgasmo en la noche, lo miré a los ojos y me di cuenta que mantenía su mirada en mí, al parecer todo el tiempo fue así y se dio cuenta de mis esfuerzos por sentirlo de alguna forma sin siquiera tocarlo. En sus ojos vi el oscuro deseo danzando y supe que llegaría pronto al clímax. Perfecto, yo también acabaría pronto.

Como si nos leyéramos entre sí, nos sincronizamos para llegar al final al mismo tiempo disfrutando de nuestras expresiones de sumo placer sin perdernos absolutamente nada. Solamente pude desviar mi mirada hacia la chica unos largos segundos después para darme cuenta que Shima en el último momento había retirado a la morena halándola del cabello y se había corrido sobre su rostro. Sentí verdadera envidia.

Oficialmente había acabado de tener dos de los mejores orgasmos de mi vida gracias a mi amigo y sin que el siquiera me tocara. Estaba perdido.

Luego de aquello las chicas aprovecharon la última media hora para utilizar sus cuerpos dotados y sus hábiles manos para obtener una última corrida de nuestra parte y así una buena cantidad de dinero. Mis amigos que estaban más que exhaustos se dejaron hacer y terminaron rápidamente, incluso con Shima, yo tuve algo más de resistencia y terminé justo sobre el tiempo y el rostro de la mujer,  obteniendo así una estúpida nominación por parte de Kyo y Kazuki como “El Aguante de la Noche”

 

Luego de esa extraña y enloquecedora experiencia, no fui capaz de ver a Shima con los mismos ojos de siempre. Cuando mis compañeros de banda preguntaron qué tal la había pasado mientras trataban de ocultar risitas burlonas sólo contesté que había sido maravilloso y una pena que se lo perdieran, respuesta que Shima apoyó describiendo a las hermosas mujeres que nos prestaron sus “servicios” al final Takanori y Yutaka dejaron de joderme la existencia y yo no los golpeé por enviarme a ese lugar sin mencionarme nada de lo que allí pasaría.

Ahora era inevitable para mí mirar el cuerpo de mi compañero de arriba abajo con mucho morbo llenando a mis hambrientos ojos de la exquisitez de sus formas. No representó para mí un horrible trauma como lo pensé en un principio el darme cuenta que ahora prefería los torneados muslos de Shima o sus voluptuoso labios, incluso su pequeña cintura  o sus redondos glúteos a los grandes senos y las pronunciadas curvas femeninas. Se volvió casi una necesidad mirarlo con insistencia apenas llegaba al trabajo, tanto que creo que Reita se dio cuenta a pesar de mi afán de disimular frente a los demás, por supuesto Shima sí se daba cuenta he incluso creo que hasta lo disfrutaba y me permitía mirarlo desde todos los ángulos posibles. A veces me tentaba resbalando su lengua sobre su labios como aquella vez, pero sólo cuando sabía que sólo yo lo estaba viendo.

Aún así jamás tuvimos ningún contacto físico, tal vez con el ánimo de dilatar aún más el deseo.

Pasó exactamente un mes y Shima me invitó de nuevo a una de sus reuniones en aquel lugar sin que los demás se enteraran. Por supuesto acepté y cuando llegamos me di cuenta que esta vez la reservación era sólo para nosotros.

– Oye Shima – lo llamé luego de beber un trago del curioso coctel multicolor que nos trajeron – ¿No se supone que en este lugar te asignan compañía?

– Bueno, al ser un cliente habitual se tienen algunos beneficios – respondió con su pícara sonrisa que ya me empezaba a encender.

La noche pasó entre licor, anécdotas y por supuesto bailes. No podíamos desperdiciar la espectacular pista que estaba a reventar, en la que Shima aprovechó de nuevo para seducirme apenas con sus movimientos. En la madrugada de nuevo nos llevaron a una sala VIP, esta vez más pequeña. De nuevo una voluptuosa chica nos “consintió” todo lo que le fue posible mientras nosotros cruzábamos miradas de deseo y jugábamos a tentarnos. La pobre chica terminó con el rostro y el cuerpo completamente sucios, nuestro deseo mutuo manchó la piel de una desconocida pero aún así las ganas de empotrar a Shima contra la primera pared que encontrara no podían ser saciadas, no hasta tener a ese sensual castaño gimiendo solamente por mi causa.

Salimos del bar bastante agotados y cuando ya empezaba a despuntar el alba, afortunadamente ese día no debíamos ir a trabajar y decidimos ir a descansar a casa de Shima, en vista que el auto era de él yo me iría a mi casa luego de recuperarme de semejante jornada. Al llegar a su piso me dijo que tendríamos que dormir en la misma cama debido a que su cuarto de invitados había sido convertido en una especie de gimnasio de pequeñas proporciones y no tenía un futón para tender por ahí así que la decisión estaba entre su cama Queen size o el sofá que aunque se veía cómodo, jamás como la cama. Me permitió tomar una reparadora ducha y acostarme incluso antes que él, mi cuerpo pedía alimento pero yo era capaz de ignorar aquella necesidad para poder dormirme lo más pronto posible, él en cambio tomó un poco de té y algunas galletas luego de asearse, seguidamente se metió en la cama, se acurrucó a mi lado y dejándome llevar por el calorcito de su cuerpo que sólo se cubría con un bóxer al igual que el mío, lo apegué a mí y caí en un profundo sueño.

 

 

Desperté sintiendo una risita suave y una presión sobre mi pecho, aún sin abrir los ojos recordaba a la perfección todos los sucesos de la noche anterior y aún más los de la madrugada. Ahora que tenía a Shima así tan ligero de ropas y encima de mí, dudaba que pudiera mantener la cordura por mucho más tiempo.

– Ya despierta Yuu, tu estómago te está hablando desde hace media hora – dijo el chico sobre mí con tono divertido para luego escuchar rugir a mi estómago como si dentro se librara toda una guerra causando una sonora carcajada en el castaño de encima.

Abrí los ojos con pereza – ¿Qué hora es? – pregunté con voz pastosa

– Las cinco de la tarde – respondió tranquilamente aún apoyando ambos brazos sobre mí

– Tengo hambre – declaré

– ¿En serio? ¡No me digas! Hace un rato tu estómago se encargó de despertarme e informarme que eres un testarudo que no le arroja ni un pedazo de pan desde hace más de 20 horas así que como no podía dormir con semejante ruido tuve que levantarme a hacer desayuno, o bueno, almuerzo….o cena, no lo sé.

– ¿Cocinaste para mí y no te pusiste ropa encima? – repuse haciéndolo sonrojar – eso sí que es buen servicio. Me despierta mi postre y dice que mi comida está servida

Rodó los ojos simulando una mueca de hastío – Eres un tonto Yuu! – y finalmente me dio un almohadazo en la cara

– No te enojes, ok me sentaré y comeré. ¿Bien? – traté de calmarlo antes que decidiera no alimentarme

– Bien – respondió encendiendo la tele mientras yo tomaba mi desayuno que reposaba en el velador

No tenía idea que Shima sabía cocinar tan bien, o tal vez yo tenía demasiada hambre como para saber si realmente sabía bien o no. Cualquiera que hubiese sido el caso, mi estómago realmente agradeció su buen gesto pero ahora que ya no había nada que reclamara mi atención más que mis ganas de devorarlo, no podía negarle a mi piel el placer de sentir la suya ni me podía negar el éxtasis que seguramente significaría entrar en su estrechez.

– ¡Para el carro amigo! – me dijo una voz interna. Yo podía tener toda la disposición para violarlo si acaso él trataba de resistirse, pero evidentemente no podría ser tan ruín como para realmente hacerle algo si no era consensuado y a pesar de todo el jueguito de seducción, yo no estaba seguro si él quería pasar a más. Es decir, él frecuentaba los bukkakes, eso normalmente lo hacían hombres heterosexuales que tenían una muy retorcida y pervertida mente, pero heterosexuales al fin y al cabo.

La cuestión no era si acaso el dueño de casa que ahora reía con el programa de chistes del que salían insoportables voces agudas y risas estridentes, quería ayudarme a desfogar este deseo creciente porque lo más probable es que me sacara a empujones de su piso al siquiera insinuárselo; lo importante era saber de qué manera lo convencería para que se dejara hacer.

 

A pesar de ser un Donjuan como Kyo me había catalogado, no tenía la menor idea de cómo podría seducir a Shima, es decir, cosas como servirle el desayuno en la cama o ver una película romántica seguramente no derrumbarían el muro de heterosexualidad de mi amigo, eso era para las chicas. El alcohol no era opción luego de habernos bebido todos los cocteles posibles y unas copas más en la madrugada. Lo único que podía hacer era tantear el terreno rogando por una respuesta positiva de su parte.

Su posición, con las rodillas recogidas hacia el pecho y los brazos rodeándolas, dejaba expuesta la blanca piel de su espalda, parecía suave al tacto y no me quedaría sin comprobarlo. Apenas con el dedo índice recorrí su dorso en forma ascendente comprobando su tersura, provocándole un escalofrío. Me agradó la manera en que sus músculos se tensaron ante mi tacto. Emitió una risilla preguntándome qué hacía, cuando ni siquiera yo mismo lo sabía pero tenía claro que no quería detenerme ahora.

De nueva cuenta repasé las yemas de mis dedos  de nuevo por su suave piel. Shima suspiró silenciosamente, casi como si ronroneara, seduciendo irremediablemente a mis labios, tal como lo hizo con mis manos para que comprobaran por sí mismos la delicadeza de su cuerpo. Poco a poco me fui atreviendo a más, poco a poco él fue aceptando mis intenciones.

 Luego de unos minutos mis manos ya repasaban sus brazos y llenaba de besos su dorso, los suspiros no se hacían esperar de su parte.

– Mnn Yuu… ¿Qué crees que haces? – me dijo sin un ápice de molestia en la voz, más bien, como alentándome a seguir

– Si no te gusta sólo dime – respondí casi seguro de no ser rechazado                                    

– ¿Sabes que lo que haces puede tener consecuencias? – preguntó esta vez tratando de hacer notar algo de reproche en esa voz totalmente ahogada en placer

– Sólo sé que me voy a arrepentir si no lo hago – dije con sinceridad

Lanzó de nuevo una risilla que fue reemplazada con un gemido ahogado en cuanto mis dedos se apoderaron de sus pezones y mis dientes rozaron su cuello. No sería capaz de describir el fuego que sentí en mi interior, cada vez más avivado con esos sensuales gemidos que él se empeñaba en retener.

– Espera Yuu – me dijo cuando mis besos iban por su mejilla. Me miró a los ojos y pronunció aquello que temía – No podemos seguir, es ahora cuando debes ir a buscar una linda chica que te ayude con eso que llevas entre las piernas – su pícara sonrisa no era más que una provocación para mí

– ¿Acaso estás loco? – pregunté evidentemente ofendido – Por supuesto que no voy a buscar a nadie

– ¿Y entonces cómo piensas solucionar eso? ¿Acaso prefieres una ducha con agua fría? – preguntó con un auténtico gesto de confusión

Por supuesto que no esperaba bajarme un calentón como el que traía con una ducha de agua fría ni mucho menos pensaba darme placer solo, yo ya no era un pobre adolescente con hormonas incontrolables, tampoco es como si no pudiera llamar a alguien a mi casa para que me diera un poco de amor pero este calentón me lo había provocado Shima con sus sonrisitas y sus juegos. Venía provocándome desde hace poco más de un mes, mostrándose siempre ante mí tan inalcanzable por el solo hecho de estar rodeados de gente o en un lugar tan inapropiado como el lugar donde laborábamos. No había otra opción, debía convencerlo de hacerse responsable de sus actos.

– Nee Shima, tú tienes la culpa de que yo esté así – le dije cariñosamente

– No Shiroyama, tú tienes la culpa de fijarte en lo que no puedes tener – respondió con una sonrisa autosuficiente

Tan sólo esa frase mandó a la mierda mi cordura y cualquier noción de respeto, amistad o cariño, se fue con ella.

Rápidamente tomé sus muñecas apresándolas sobre su cabeza y me senté sobre su cadera

– No me digas… has sido un chico muy malo conmigo Shima y pagarás por ello

Por supuesto no iba a obligarlo a hacer nada que él no quisiera, yo iba a aprovechar esa curiosidad insana, esa atracción, ese morbo que sentía cada vez que me estudiaba con atención, aunque lo negara, yo lo sabía bien y pondría la balanza a mi favor.

– ¿Pero qué mierdas crees que haces? ¡Suéltame en este mismo instante Yuu!

– Shh … calla que debo castigarte

– Castigarme? ¿De qué carajos hab… ahmm Yuu

El tono suave con el que dijo las últimas palabras me dijo que atacar sus pezones con mis dientes fue una acertada decisión y ahora que los tironeaba suavemente para seguidamente consentirlos con mi lengua, estaba seguro que el hecho de que él mordiera sus labios y levantara su cadera para rozar deliciosamente su entrepierna con la mía me daba la razón. Él realmente quería que yo lo alcanzara.

Poco a poco se volvía resistente a mis caricias, por lo que tuve que retenerlo con una sola  mano para quitar su bóxer con la otra. Recorrí con mi mano esos esbeltos muslos hasta llegar al firme trasero que se paseaba frente a mí cada vez que podía sabiendo que no me sería posible alcanzarlo pero ya no más, eso se terminaba hoy, porque en cuanto puse mi mano allí y lo acaricié firmemente, sus suspiros se  convirtieron en jadeos.

– Por… por favor Yuu, no sigas – dijo con un hilo de voz

– ¿Por qué pides eso Shima? Tú sabes que quieres que siga – respondí deseando conocer su sabor

– Ammm …no, luego tú no te harás responsable – dijo al borde de las lágrimas, no sé si por el miedo de gustarle lo que le hacía o porque realmente fuera la primera y última vez para los dos.

– Claro que me haré responsable – dije para desaparecer su angustia de un momento en el que debería dedicarse sólo a disfrutar

Finalmente entre pequeños besos que descendían por su abdomen y caricias en sus muslos y glúteos, logré alcanzar su palpitante miembro con mis labios, ya para estas alturas había liberado sus manos que se agarraban con fuerza de las sábanas.

El hecho de sentir al fin el glorioso sabor con el que me vi fantaseando hace poco más de dos semanas era motivo de alivio pero al mismo tiempo de ansiedad, de deseo por probar mucho más. Por ello abrí más mi boca y acogí casi su totalidad, escuchando un ronco, sensual y celestial gemido que me alentó aún más a intensificar mi trabajo.

Era claro que no me iba a amedrentar a pesar de ser la primera vez que hacía esto pero lo que realmente ayudó fue el hecho que el deseo por alguien sea capaz de hacer olvidar las posibles consecuencias y el peligro de que no se pueda evitar de nuevo esa situación.

 

Uruha

Realmente no podía creer lo que estaba sucediendo, una y otra vez me decía que esto debía ser uno de los más perversos sueños que jamas hubiera tenido y que probablemente al despertar estuviera tan empalmado que necesitara mucho tiempo y esfuerzo para “calmarme” pero los suaves mordiscos de Yuu a mi duro miembro me rectificaban lo real de este encuentro y luego su caliente lengua sobre mi glande me llevaba de nuevo al cielo, haciéndome sentir de inmediato que descendía en caída libre.

Cuando me dijeron que él sería mi acompañante a aquel bar hace unos meses, no pude sentirme más extrañado pero emocionado. Esta era una experiencia que quería compartir con algunos de mis amigos cercanos, estaba seguro que de una u otra forma esto fortalecería nuestros lazos al estar compartiendo algo tan íntimo como lo era la complacencia sexual. Con lo que jamás conté fue con el deseo de ser el foco de atención de alguno de esos amigos. Cuando la chica empezó a hacer su trabajo en Yuu, me sentí más relajado porque estaba seguro de que lo disfrutaría y no me odiaría por haberlo llevado a un lugar así sin su conocimiento, al fin y al cabo la chica era una experta y tenía las formas que a mi compañero hacían encender cuando estaba “de cacería” en algún bar.

En todo caso, aún si no lo disfrutara, yo no tenía la culpa que él no se hubiera dado por enterado desde antes cómo iba a terminar aquella noche. ¡A mí también me engañaron! ¡Realmente pensé que aquellos dos idiotas le habían informado de qué se trataba así como yo, sin ocultar nada, se lo informé a ellos cuando les hice mi invitación. De todas formas, el ver la expresión de sumo placer de mi amigo, me encendió a mí también. Sería un total mentiroso si dijera que nunca había tenido experiencias sexuales con otros hombres pero tampoco es como si sólo la testosterona fuera capaz de excitarme, digamos que tenía una mente abierta en lo que al placer sexual se refería.

Lo que sí es seguro es que nunca una expresión de placer en un rostro ajeno, encendió mi libido de esa manera y cuando me dí cuenta de lo que estaba pensando y haciendo, estaba en medio de un juego de miradas y gestos seductores con mi compañero de cuerdas, ya no pude hacer más que dejarme llevar.

En los días sucesivos a esa extraña noche fue evidente la manera en que Yuu me miraba, cómo parecía engullirme con esos ojos tan negros que pude ver el deseo ardiendo en ellos. Sin querer pensar en las consecuencias de mis actos, empecé a tentarlo con gestos, frases de doble sentido y por supuesto dejando al alcance de sus ojos mis mejores ángulos y atributos, haciéndole saber que eso es lo más cerca que estaría de apreciarlos, algo así como una pequeña venganza porque aquella noche yo quería ver más que su pene siendo tragado por esa chica, quería ver su abdomen que hace mucho no lucía, quería ver esos fornidos brazos en los que adoraba ver sus venas marcarse, quería ver mucha más piel expuesta pero ese fue un placer que me negó y debía pagar por ello.

Irónicamente quien ahora parecía estar pagando era yo. Sus ardientes caricias en mi virilidad, sus grandes manos estrujando mis glúteos y luego pasando a rozar suavemente  mi entrada…. él quería que yo le pidiera por más, que le rogara terminar con este juego previo y tomarme inmediatamente pero no lo haría, mi orgullo no se vería rebajado de esa forma y al final sería él quien me rogaría por permitirle deshacer sus deseos en mi interior…. o tal vez en últimas lo haría sin importarle lo que yo le dijera… esa también sería una reacción interesante.

 

Aoi

 

Sentía que no podía más, mi cuerpo entero quería descargarse en él, sentía que en cualquier momento lo haría así tuviera que obligarlo pero seguramente Shima no sentía ni la mitad de excitación que yo si, lo más seguro es que él estaba acostumbrado a esta clase de juegos de seducción porque no me creía que un bukkake fuera lo más perverso que había hecho. El llegar a participar en un acto que humilla sexualmente a otra persona  es algo que no se hace de la noche a la mañana y aunque aquellas chicas estaban allí por su voluntad, trabajando en semejante… ocupación, no es fácil de asimilar que es uno mismo quien actúa como verdugo en aquel acto. Definitivamente Uruha tuvo que haber hecho otras cosas similares para haber llegado a tal punto… a menos que fuera un maldito con una moral tan reprobada como la mía, y eso lo hacía aún mejor.

Repartía besos en uno de sus muslos y acariciaba suavemente su cintura hasta que él se sentó abrazándose de mi cuello, plantando así un fogoso beso en mis labios, haciéndome caer en cuenta que esta era la primera vez que podía saborear sus dulces labios. Sin esperármelo, Shima ejerció fuerza sobre mí, acostándome boca arriba y sentándose sobre mi cadera como hace algunos minutos yo lo hice sobre él. Me dejé hacer pensando con curiosidad qué cosa pervertida sería la que ahora cruzaba por su mente.

Mi mente optimista creyó que a lo mejor se dedicaría a devolverme un poco del placer que hasta el momento me había esmerado en hacerle sentir pero no pude estar más equivocado. Uruha se arrodilló y empezó a contonearse de arriba a abajo  dejándome sentir cómo mi miembro rozaba desde sus testículos hasta esa prieta y ardiente entrada mientras que él se masturbaba con una mano y tocaba mi abdomen con los dedos de la otra. Empecé a jadear sin despegar mis ojos de él, esos gemiditos y todo lo que me estaba haciendo sentir pedía que lo empotrara de una vez contra la cama pero por supuesto no podría ser tan animal como para hacer eso y lastimar a Shima, que se encargaba de mostrarme la imagen más erótica que hubiera visto en mi vida.

Lo tomé de la cintura y detuve sus movimientos sobre mi miembro para así introducir en su entrada un primer dedo con el fin de dilatarlo. A pesar de estar sumamente excitado estaba bastante estrecho, lo que me hizo saber que prepararlo antes era la mejor decisión si no quería romperlo pero la peor si antes había pensado en detenerme… simplemente ya no podría.

Sus gemidos, sus jadeos y la forma en la que él mismo se penetraba con mis dedos, me dijeron que era hora de desfogar este deseo. Lo acomodé boca arriba sobre su cama y mirándolo a los ojos lo penetré, haciendo que el deseo de su mirada se volviera líquido y sus manos se aferraran con fuerza a mis brazos mientras escuchaba el más sensual gemido saliendo de sus labios.

De allí en más todo fue descontrol, yo arremetía con fuerza contra su cuerpo y él entre gritos me pedía por más…. más fuerte…. más rápido…. más profundo

Finalmente calmamos nuestros deseos con nuestros cuerpos unas cuantas veces esa tarde y noche. Por supuesto que no me importó el regaño del líder al día siguiente por llegar tarde, no podría haber hecho nada al respecto de todas formas, estaba más que claro que esa mañana debía ir a mi casa a bañarme y a cambiarme de ropa, además la satisfacción de ver a Shima disimulando su incomodidad al caminar no me la podría quitar nadie.

En las ocasiones siguientes, cada vez que Uru me decía que fuéramos a aquel bar, siempre terminábamos desviándonos a su casa o a la mía para tener nuestra sesión privada, en donde hacíamos lo mismo que hicieran esas chicas pero sin la sensación de humillar a nadie porque era nuestro propio mórbido deseo el que nos llevaba a querer satisfacer de la forma que fuera necesaria al otro, así al final corriéramos el riesgo de involucrar los sentimientos tanto como el cuerpo… si fuera con Shima, seguro que valdría la pena.

 

 

 

Notas finales:

Bueeeeno, espero que les haya gustado.

Dejen reviews para saber si me disculpan o si mejor no vuelvo a escribir en la vida. L@s amo!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).