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Al descubierto por Riku Cortez

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Notas del fanfic:

Cross x Allen (versión neko XD). Je je je je je, hace ya bastante que quería hacer un fic de esta parejita, sobre todo por las "imágenes" de ciertas compañeras de clase ¬¬ (. ///.)

Otra mañana tranquila en la Orden Oscura. Si es que a eso se le podía llamar mañana tranquila. El general Cross llevaba ya tres semanas viviendo de nuevo, y como siempre, se la pasaba más del setenta por ciento de su tiempo molestando a su pobre aprendiz, y el otro treinta porciento... bebiendo y coqueteándole a cada mujer que le pasaba por enfrente, ni siquiera las pobres de Lenalee y Miranda se habían salvado de sus proposiciones indecorosas, claro que, gracias a su sentido común y a las platicas de Allen, ninguna de las dos había caído. Así pues, el ya mencionado mujeriego se encontraba vagando por los pasillos de aquel deprimente lugar en busca de una nueva presa, cuando una explosión proveniente del departamento de ciencias llamó la atención de todos los que allí se encontraban

-Joder, ¿Qué ya es hora de molestar a los demás?- Cross refunfuño mientras caminaba al lugar del qué salía humo negro sin parar, no le costó trabajo pasar por la muchedumbre hasta poder entrar, todo el mundo se encontraba tirado en el piso, solamente Reever y Komui permanecían de pie con una cara de horror incontenible en sus rostros.

-Oigan ¿Qué les pasa? ¿No les parece que es muy temprano para andar causando explosiones?- 

-Y a usted ¿No le parece que es muy temprano para andar buscando sexo fácil?- Replicó Komui sin dejar de ver a un punto perdido en el humo.

-Hey ¿qué pasa?- Cross comenzó a mirar también al mismo lugar que Komui y Reever sin encontrar nada extraño.

-Oh dios mío... ¿qué hemos hecho?-

-¿Alguien me puede explicar que pasa aquí? ¡Oye Komui, ya dime de una buena vez!- Cross ya estaba comenzando a hartarse ¿Qué cosa tan grave pudieron haber hecho? 

-¡Maestro!- Todos, incluyendo al general, voltearon a ver al muchacho peli blanco que se encontraba de rodillas en el piso

-Oh dios...- El general de inmediato comprendió el porqué de sus miradas llenas de terror ¡¿de dónde demonios había sacado Allen orejas de gato y una cola?!

-Maestro- Esos inocentes ojos grises lo miraban con ternura. La cosa era más grave de lo que parecía. Él, nunca de los nuncas lo había mirado con tal sentimiento a los ojos.

-Oigan, ¿Por qué mi estúpido aprendiz tiene esa apariencia?-

-A pues, estábamos probando con sustancias peligrosas, entonces llego Allen siendo perseguido por Kanda y...-

-En un intento de huir, comenzó a lanzarle los frascos con las sustancias sin que pudiéramos hacer algo y...-

-Y claro que Kanda no se quedo cruzado de brazos sin hacer nada, así que tomo el primer frasco que pudo y se lo lanzo a la cara...-

-Mmm, ya veo. Estúpido aprendiz, como siempre causando alboroto eh?- 

-Nya?- Allen solo reacciono a lamerse una de sus manos, como si de verdad fuera un gato, lo cual no causo sino desconcierto en su maestro.

-Eh, general...- Se notaba el nerviosismo en la cara de Komui al comenzara a hablar.

-¿Qué cosa?-

-¿Podría cuidar de Allen hasta que se le pase el efecto? Por favor-                                                                          

-¿Qué tengo cara de niñera o qué?-

-Por favor, solo serán unas horas. Además tenemos que reparar este lugar y con Allen en forma de gato por aqui solo podría causar más problemas-

-¿Y eso a mí qué? Es su problema después de todo, además ¿qué recibiría yo a cambio de cuidar a esta.... abominación?- 

-Eh pues... ¿Qué quiere a cambio?- Cross sonrió maléficamente ante tal propuesta, el ya sabía perfectamente que es lo qué quería... lo cual no sería muy agradable para Komui.

-Quiero una cita con Lenalee-

-... ¡¿QUÉ?!-

-Lo que oíste-

-¿¡COMO TE ATREVES A SIQUIERA PENSAR QUE VOY A DEJARTE SOLO CON MI PRECIOSA LENALEE?! ERES UN...-

-Bien- se agachó y tomó a Allen con las manos- entonces supongo que el pequeñín peludo es SU problema-

-ERES UN...-

-Está bien, aceptamos.-

-Bien, la esperaré hoy a las ocho en el restaurante- Cross dejo nuevamente a Allen en el piso

-¿¡QUÉ?! ¿¡REEVER PERO QUÉ CREES QUE HACES?!-

-Cálmate, no puede ser tan malo después de todo...-

-Ok. Vámonos Allen- Cross comenzó a caminar hasta la puerta, cuando se dio cuenta de que Allen no lo seguía- ¿Allen?-

-Nya?- Allen solo lo miraba con los mismos ojos que hace unos momentos, inquietando a el general

-¿Qué haces Allen?, vámonos!- Pero él seguía incado en el suelo mientras movía su colita, haciéndolo ver realmente tierno y provocando cierto sonrojo en el general.

-Creo que quiere que lo cargue general- dijo Komui con cierto tono relajado en comparación al carácter que tenía hace unos segundos.

-¿Qué? Pero...Ts, genial- El general se aproximo y cargó nuevamente a Allen antes de salir del lugar.

-Ah! Una última cosa general!-

-¿Qué cosa Komui?-

-Los cambios no son solo físicos. Vera, puede que Allen presente cambios hormonales y emocionales así que...-

-¿Me estás diciendo que va a tener síntomas pre-menstruales masculinos?-

-Ehh, si, en resumen-

-Hmp, lo que faltaba...- Mientras caminaban por los pasillos, irremediablemente, todo el mundo los volteaba a ver, ya que, no era muy común ver a el general Cross cargando a alguien, y mucho menos a una combinación rara y a la vez tierna de su aprendiz y un gato. Continuó hasta llegar a su habitación, intentando ignorar las miradas y murmullos de todo el mundo al verlos. Después de llegar al ya mencionado lugar, colocó a Allen en el piso y se recostó en su cama. Su tranquilidad no duró mucho, ya que su tierno aprendiz se lanzo encima de él  como si de un animal salvaje se tratara.

-¡¿Oye idiota, qué haces?!- 

 

-¡Maestro, vamos a jugar!-

-¿¡Eh?! ¿¡Y a ti que te pasa?!-

-Anda maestro, juguemos un poco ¿sí?- Nuevamente, sus ojos grises se encontraron con los suyos. Era muy extraño. Tal vez solo era por efecto del químico, pero sus ojos no parecían decir lo mismo que la lógica del general…

-¡Vamos, no me jodas ahora!- Tomo por el cuello de la camisa a Allen con extraordinaria fuerza- ¿Es que no vez que estoy descansando?- Y de un solo movimiento lo lanzó por los aires, haciéndolo chocar rotundamente con la pared para luego caer sobre el frío suelo de la habitación. El general Cross soltó una risa burlona al ver tal espectáculo por parte de su aprendiz, esperando que en cualquier momento se levantara para reclamarle, igual que siempre. Sin embrago, no lo hizo, solo se quedo incado en silencio. El general, extrañando por este comportamiento, se acerco a él, esperando una respuesta.

-Oye estúpido aprendiz, ¿qué te pasa?- El peliblanco no parecía querer reaccionar, debido a esto, el general no parecía entender muy bien la situación por lo que se acerco aún más a su alumno, solo para descubrir sus orejas de gato cabizbajas y varias lagrimas cayendo por sus mejillas.

-Maestro…- Allen se volteo para ver a su maestro a los ojos nuevamente, Cross se quedo paralizado mientras su alumno se montaba sobre él y colocaba sus brazos alrededor de su cuello- ¿Usted me odia?-

-¿Eh?-

-Dígame por favor  ¿Me odia maestro?- Un nudo en la garganta le impedía hablar a Cross ¿por qué le preguntaba eso?

-¡C... claro que no! y… ¿eso… qué más da?-

-Maestro, si no me odia…- Allen acerco su rostro peligrosamente al de Cross mientras una de sus manos se deslizaba rápidamente hasta las partes íntimas del general- ¿por qué siempre me trata así? ¿Porqué siempre tengo que hacer todo yo?- Comenzó a acariciar con delicadeza, haciendo que el general gimiera al mismo tiempo que entraba en pánico.

-¿¡Pero qué…?!-

-Siempre desde que tengo memoria, yo siempre tenía que trabajar para pagar sus deudas- sus caricias comenzaron a ser cada vez más rápidas y fuertes, haciendo que Cross gimiera aún más fuerte… se sentía muy bien ser tocado de esa manera… pero…- Y usted nunca me hacía caso, ni siquiera se molestaba por saber lo que yo sentía realmente por usted…- Cross se paralizó al instante ¿Él, realmente le había dicho eso? No, no podía ser. *** Tiene que ser efecto del químico*** pensó en un intento de darle lógica al asunto, cuando él ya sabía perfectamente lo que pasaba.

-Es que… ¿es demasiado pedir un poco de atención maestro?

-Un poco de atención ¿eh?- Cross acercó el rostro de su aprendiz a el suyo y comenzó a besarlo tiernamente, Allen correspondió de inmediato la acción de su maestro- Si querías que te prestara más atención solo tenías que pedirlo- Allen se ruborizo un poco y de inmediato hundió su rostro en el pecho de Cross.

-¿Y cómo iba yo a saberlo? Siempre que iba a decir algo me veía muy extraño y terminaba asustándome-

-Bien pero, ahora que ya lo sabes ¿Cómo se dice mi mascotita?-

-¡No me diga así! …bueno… maestro… ¿me daría… un… beso?-

-Claro- Y de un tirón, volvió a besar a su alumno nuevamente en los labios. Vaya que estaba impaciente. Su lengua buscaba desesperadamente a la de Allen, quería recorrer cada rincón de su boca, robarle el aliento, dejarlo pidiendo más. En esos momentos algo pasó por su mente ¿qué dirían los demás al ver a Cross, al mujeriego de Cross enloquecido por un chico de quince años, que además era su aprendiz? Bah! Qué más daba. Lo único que sabía es que quería tener a Allen con él. Sin importar lo que dijeran los demás. Las manos no podía estar quietas por mucho, Cross le indico con sus manos a Allen que prosiguiera con aquellas caricias tan placenteras de hace unos momentos. Allen no dudo en regresar a su trabajo y, de inmediato, comenzó a masturbar a su maestro por encima de la ropa, quería torturarlo de esa manera antes de pasar a  cosas más serías. Cross comenzaba a impacientarse, quería recorrer con sus manos cada centímetro de la piel de su alumno, en serio que ni el mismo comprendía cómo es que un chico podía tenerlo hecho una fiera. Se separó por un momento de él, solo para tomarlo en brazos y depositarlo suavemente sobre la cama, nuevamente busco con desesperación sus labios para volver a devorarlos. Las ansias se lo comían vivo. Rápidamente desabotonó aquel molesto chaleco junto con su camisa y así tener un mayor acceso a la piel de su tierno alumno, su piel blanca, tersa y delicada, el calor que le transmitía cada vez que la tocaba con sus manos era muy placentero. Abandono sus labios para entretenerse lamiendo y mordiendo sus rosados pezones, le gustaba sentir a Allen estremecerse cuando su lengua los rozaba, era demasiado lindo para no disfrutarlo. Allen tampoco se quedaba atrás, mientras su maestro se entretenía con  su pecho, Allen le quitaba lentamente la gabardina a su maestro sin que este opusiera la menor resistencia. Su inocente carita, acompañada de las orejas y la cola de gatos decían por si solos que él nunca en su vida se atrevería a hacer nada de lo que estaba haciéndole al general en esos momentos. Si Lenalee o Komui los vieran  en ese momento, probablemente les daría un paro cardiaco o algo aún peor. Finalmente pudo quitarle al general aquella estorbosa camisa para dejar al descubierto el bien formado cuerpo del general. Aunque Allen tenía un buen cuerpo para lo joven que era, su cuerpo no se podía comparar en lo más mínimo con el de su maestro, por lo que el chico peliblanco no pudo evitar sonrojarse e intentar ocultarlo con un movimiento de su cola.

-¿Te apenas de esto estúpido aprendiz?-

-No… bueno… un poco…-

Cross sonrió maléficamente y nuevamente lo besó. Siguió su camino de besos por su cuello y por su pecho hasta toparse con el principio del pantalón de Allen. Diablos, era muy molesto, también debía desaparecer. Así en menos de unos segundos, toda la ropa de Allen voló por la habitación hasta terminar en el suelo, dejándolo acurrucado en los brazos del general cual indefenso gatito.

-Maestro…-

-¿Si?-

-¿Podría… entrar en… mí?-

-Claro- Esa malévola sonrisa de toda la vida volvió a aparecer en su rostro, no podía evitar sonreír ante tal petición de su alumno. Desabrocho su cinturón y bajo el cierre de su pantalón y finalmente, liberar aquella dolorosa erección que ya se había formando desde hace un buen rato. Allen se ruborizo de tal manera que su cara parecía más que nada un tomate, por lo que procedió a taparse la cara con la almohada. Cross no pudo evitar ruborizarse un poco también.

-¿Q…qué pasa estúpido aprendiz?-

-¡¡¡E… es muy… grande!!!-

-¡¿Y… y qué esperabas?! ¡Estúpido aprendiz!- Intento sermonearlo como siempre, pero aquellos ojos inocentes y tímidos se lo impidieron. Nuevamente se lanzó a besarlo amorosamente pero al mismo tiempo con mucha pasión. Comenzó a meter un dedo dentro de él haciéndolo gemir, sin saber que todavía faltaba un poco más para que verdaderamente supiera el significado de la palabra “placer”. Cross colocó su miembro en la entrada de Allen mientras este colocaba sus piernas alrededor se su cintura y sus bazos alrededor de su cuello. De inmediato sintió la tensión en el cuerpo de Allen.

-Tranquilo. Lo haré con cuidado para no lastimarte- Así comenzó lentamente a embestir a Allen tratándolo con delicadeza… vaya chiste. Cualquiera que supiera sobre los maltratos que Allen sufría por parte de su maestro debía pensar que es irónico que solo lo tratara bien  teniéndolo de esa manera con él. Las embestidas comenzaron a ser cada vez más fuertes y rápidas, estaban a punto de llegar a su límite.

-Aah ¡Ah! ¡Nyaaa, maestro!-

-Incluso gimes como un gato- Dijo Cross dejando salir una leve risa burlona

-¡No se burle! Yo… ¡Ah! ¡Aaah! ¡Me… me vengo!-

-¿Tan rápido?- El general besó al chico en los labios y de inmediato se dirigió a lamer su cuello- Eres muy delicado-

-¡Aaah! ¡Me vengo!-

-Adelante, ¡Ah!… Hazlo- Las embestidas por parte del general alcanzaron su punto máximo en segundos, los cuerpos de ambos reclamaban de manera desesperada el ya ansiado clímax. Prosiguió por un par de segundos más hasta que finalmente tocaron el cielo, aquella deliciosa sensación, culpable de que en esos momentos el vientre de Allen se encontrara lleno de una sustancia tibia y pegajosa. Cross se acercó a Allen y besó nuevamente sus dulces labios, mientras acariciaba su rostro con sus manos.

-Maestro, yo…-

-Hmp, vamos Allen, ya no me digas maestro, tutéame-

-Bu…bueno. M… Marian-san ¿Tú me amas?-

-¿A qué viene esa pregunta?-

-Vamos, dime ¿Tu me amas?- Cross tomó su rostro y de nueva cuenta lo besó.

-Claro que te amo, mi gatito-

-Ya te dije que… Oh bueno, no importa- Cross dejo salir una pequeña risilla al mismo tiempo que Allen para dar paso a besarse nuevamente. Al poco rato, ambos comenzaron a vestirse  nuevamente, temían que alguien pudiera llegar a sospechar y los viera totalmente desnudos, quedando vestidos de una manera más o menos presentable, con las camisas abiertas y sin poder parar d besarse.

-General Cross, vengo a ver como están las…- Komui entro rápidamente y sin avisar al lugar- cosas por aquí?-

-Eh… hola…-

-¿¡Pero qué demonios está pasando aquí?! ¡¡Oh dios mío!! ¡¡¡USTED VIOLÓ A ALLEN!!!-

-Komui-san ¡¡sh!!-

-¡¡Tranquilo Allen, yo te protegeré!! ¡¡LENALEE, LENALEE!!-  Un enorme estruendo se oyó por todos los pasillos cuando el general Cross, de un solo golpe en la cabeza desmayo al pobre Komui antes de que este pudiera hacer otra cosa que no fuera gritar.

-Hasta que cierra la boca-

-¿No crees que te pasaste un poco con el golpe Marian-san? Realmente que eres un salvaje-

-Puede ser- Con ayuda de Allen, ambos cargaron al desmayado supervisor con intenciones de llevarlo a su oficina antes de que alguien más se diera cuenta de lo ocurrido- Pero después de todo tu eres e novio de este salvaje ¿recuerdas?-

-Sí, lo recuerdo-

-Oh, em, Allen, tus orejas…-

-¿Eh?- Allen toqueteó sus orejas y de inmediato recurrió al espejo para asegurarse de que las orejas y la cola habían desaparecido.

-Bueno bueno, luego te admiras en el espejo, mejor vamos a dejar a Komui a su oficina, antes de que Lenalee llegue a armar alboroto-

-Ok-

***

-Bien, dejalo en la silla-

-Listo-

-Ahora solo espero que nadie se de cuenta-

-Bah, que mas da- Cross nuevamente tomó a Allen por la cintura y lo trajoo de nuevo hasta él- Después de todo se tienen que enterar en algun momento ¿no?-

-Si, pero, prefiero que seamos nosotros quienes le demos la noticia-

-Supongo que tienes razón. Oye...-

-¿Si?-

-¿Qué te parece una segunda ronda?-

-¡Marian-san! ¡Eres un pervertido!-

-Si, no te lo niego pero tu eres el novio de este pervertido por si no lo recuerdas-

-Lo se, lo se- dijo para acaparar sus labios una ultima vez antes de abandonar aquel lugar y dejar que el supervisor despertara con un terrible dolor de cabeza y, posiblemente amnesia.

 

Notas finales:

Ah, ¿que puedo decir? Tube un flash de Komui entrando a la habitacion de Allen y comenzé a reirme como estupida XD


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