Capítulo uno
No podía dejar de mirarlo- estaba… ¿Cómo decirlo? Hipnotizado….- por como en su boca entraba y salía, como aquel hombre le sujetaba la cabeza ¿Qué era lo que estaba haciendo? No era un idiota, sabía bien que era lo que- su compañero de clase que hasta ese momento solo conocía por el apellido- le hacía a su profesor de biología ¡Le estaba chupando la pija!
Jack no podía salir de su asombro, no porque fuera la primera vez que viera el acto, tenía diecisiete años y había visto porno antes. Pero lo que no entendía era porque le excitaba tanto, ver a dos, dos…. ¡HOMBRES! No era posible…. Bah posible era ¡evidentemente era posible! Pero era anti-natural- como diría su cristiana madre- eran… eran un par de maricas- usando palabras de sus hermanos mayores.
Se mordió los labios, no podía dejar de verlos a través de la ventana de la puerta. Jack era considerablemente alto así que podía mirar sin problema, sin problema podía ver como lo engullaba hasta tragárselo todo, como lo lamia desde principio a fin, como el profesor se corría en él, como lo tomaba de la cintura, la cara pícara de Lucas, como lamia sus labios y le besaba después. Nunca pensó que su compañero pudiera ser… ¿tan lindo?
Lucas Martínez era el chico que menos llamaba la atención en todo el colegio, era muy pequeño y delgado, casi parecía una chica, pésimo en deportes, no tan inteligente para ser un nerd, no tan creativo para ser un bohemio, tenía el pelo castaño algo largo como a las chicas le gustaba nunca había reparado en él. Nunca hasta que lo vio cuando salía del aula.
Debió haber sido el momento más incómodo en la vida de ambos, Jack tenía una clara erección en sus pantalones para poner la situación peor. Cuando Lucas estaba saliendo lo vio en la ventana, pero no dijo nada caminó hasta la puerta, la abrió y ni lo miro se detuvo solo un segundo para colocar el pelo detrás de su oreja y no pronunció palabra, simplemente caminó hasta la salida.
Jack no espero hasta que el profesor saliera y también le viera, salió de allí corriendo a la otra salida, olvidándose por completo de la campera que había dejado en el aula la razón por la que había vuelto a esas aulas después del entrenamiento. Y corrió a su casa, cuando llegó allí se encerró su cuarto. Y se acostó en la cama, necesitaba desahogarse, pero las imágenes de mujeres no servían en ese momento en el que solo podía pensar en Lucas, una y otra vez.
Lo que Jack no sabía era que Lucas estaba igual o peor que él. Fuera del colegio solo pateaba la pared.
-¡¡¡Mierda, Mierda, Mierda!!!- gritaba mientras golpeaba la pared.
- De todos los chicos de la escuela tenía que encontrarme el maldito (y más que heterosexual) capitán del puto equipo de fútbol- gruñía lleno de furia Lucas quien no había notado la erección de Jack.
Lucas tenía varios problemas con el (puto) equipo de fútbol, quienes gustaban de molestarlo. Le habían hecho de todo desde que inició la preparatoria allí- hace tres años- y ahora que estaba a menos de un par de mes no verlos nunca más ¡el puto capitán del equipo descubre que él era puto (irónicamente)! Estaba seguro de que mañana seria un infierno y peor que padre se iba a enterar. No era fácil ocultar que un menor se acostaba con un profesor de la escuela (eso debía de ser alguna clase de delito).
Se alejó de la escuela, no quería volver allí mañana, por lo que simplemente caminó y caminó por horas hasta que empezó a sonar su teléfono, sonó y sonó cerca de quinientas veces entonces entendió que era hora de volver a casa.
Cuando llegó a su casa, su padre le esperaba para gritarle y gritarle mucho sobre lo irresponsable que era, lo peligrosa que estaba la calle, lo inútil que era él para defenderse, que porque no empezaba boxeo para hacerse un poco más hombre, que debió haberlo enviado a la escuela militar y toda una sarta de quejas que Lucas estaba cansado de escuchar. Como Lucas no quería escucharlo se salto la cena y se fue a la cama. Acostado allí en la penumbra mirando el techo sin pensar en mucho, simplemente esperaba que pasara sus últimas horas de vida.
Al día siguiente fue con unas notorias ojeras a la escuela. Estaba gruñón y de mal humor, listo para contestar cualquier ataque… pero nada. El tipo ese no le miraba. Claro como no pensó en eso, le daba asco… era la puta de un profesor que más podía esperar de él. Se sucumbió en su propia oscuridad y se dejó estar en su banco, sin prestarle atención a nadie.
Jack mientras tanto estaba en sus propios problemas ¡¿Qué había hecho anoche?! ¡Se había pajeado pensando en un chico! No en cualquier chico, en un compañero de clase que vio con un profesor. En sus sueños anoche- no estaba el profesor- estaban solo Lucas y él. Lucas chupándosela a él, Lucas con sus labios carnosos, Lucas sonrojado, besándolo, comiéndolo…. ¡NO! ¡No podía seguir pensando en eso! O tendría un problema allí en la escuela. Se dio vuelta mirándolo estaba en la última fila, con sus auriculares puestos… Como era posible que nunca le hubiera prestado atención….
-¿Miras a Caro?-
Jack miró confundido a la voz que le hablaba, era su amigo Marcos, el arquero (portero) un chico alto como él, delgado como un alfiler, pero sin duda el mejor arquero que se pudiera conseguir. Y era sin duda la razón por la que estaba tan alto en el campeonato.
-Caro- dijo señalando a la linda chica que se sienta delante de Lucas.
-Digo por la cara de embobado que tenes-
Claro, no era normal mirar así a un compañero, ¡no a un compañero varón! Jack simplemente sonrió- Pero tiene novio, así que solo miro-
Marcos levantó una ceja- ¿y eso que tiene? además me dijo Mica (la novia de Marcos) que las cosas anda mal con su chico-
Jack miró a Carolina, no era fea, lindas curvas, simpatica, cabello castaño muy largo, no había nada malo en ella. Debería de gustarle, pero no era a ella a quien miraba.
-Si quieres hablo con mica, podríamos salir los cuatro-
- No mejor no, no sabría que decirle- evitando el tema, porque muy dentro de él (o no tan dentro) sabía que no era con Caro con quien quería salir.
-Vamos- Le animó Marcos- Te hará bien, te olvidaras del campeonato-
Jack sin ánimos de pelear- Esta bien vamos- Marcos sonrió y fue a hablar con Mica que estaba justo con Caro pero se la llevo algo lejos.
Y le dijo casi en un susurro.
En un momento, Lucas noto que Jack le miraba… ¡Cómo no notarle era muy obvio! No le bajo la mirada durante cinco minutos ¿Qué le pasaba a ese pibe? ¿Estaría esperando el momento justo para torturarlo? ¿Lo esperaría algo después del colegio? La cabeza de Lucas no paraba de pensar extrañas torturas.
En un momento pensó que tal vez le gustaba, tal vez el capitán del equipo jugaba para otro equipo, no pudo evitar reírse de lo malo de su chiste internamente. Pero la cosa cambio cuando se puso a hablar con ese idiota de Marcos Salvatierra, maldito boludo que se creía el ‘más mejor’ de todos.
¿Qué era lo que hablaban? Lucas no podía dejar de observarlos, nada de lo que saliera de Marcos podría ser bueno para él.
Pero entonces el idiota se acerco a su banco, ¡¿Qué le iba a decir?! ¡¿Qué le iba a hacer?! Pero se detuvo, aliviado Lucas vio como tomaba a su novia del brazo y la llevaba más cerca de él. Por lo que pudo escucharlo.
-A Jack le gusta Caro- y allí mismo se pusieron a armar un plan para juntarlos.
Claro el cabeza de balón, estaba mirando a Carolina Mendizábal no él. Que idiota se sentía por pensar que el tipo ese podría ser gay. Mejor, digo mejor que no lo fuera, para que quería a un tipo así. Ni siquiera era lindo, digo, a todas las chicas le gustaba, algo lindo era pero no era… No importaba porque era heterosexual, y le gustaba su compañera ¡Qué importaba si era lindo o no! ¡O si tenía buen cuerpo o no!
Se tomó la cabeza, no importaba, no importaba, no importaba, se repitió tantas veces como fuera posible para tratar de olvidar a Jack. No importaba y ahora menos, porque después del recreo (receso) tenía biología. Y cuando el profesor entró, Jack, Marcos, Mica y Caro, quedaron en segundo plano, porque ahora podría divertirse con las indirectas que solo el profesor y él entendían.
Continuará