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Ronronea Zoro por Sakura Hale

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Notas del fanfic:

x3 Espero que les guste! Realmente me emocione con esta idea. 

les aclaro, la mayoria de este fic sera narrado por Zoro y el lo narra desde su perspectiva, asi que si dice "Un sillon enorme" Recuerden que el es pequeño y muchas cosas para el son enormes. 

Los capitulos seran cortos, no quiero hacerlo tedioso... :3

Tengo la idea de como seguira este fic, pero les menciono que mi imaginacion es retorcida por lo cual pueden pasar cosas que yo no me esperaba. 

 

NOTA: No es zoofilia o Furry, lo aclaro debido a un comentario que me dejaron. Mas adelante sabrán porque Zoro es un gato. No mensiono mas, ya que sabrán mas adelante mas sobre esta historia. Una disculpa por no haber aclarado este punto desde un principio. :3

Notas del capitulo:

Wiii~ Espero que les guste :3 

Los personajes pertenecen a Eiichiro Oda-sama.

Disfurten. 

Capítulo 1: Mi verdadero nombre

Siempre me había gustado tomar largar siestas durante el día, mucho más en ese cómodo sofá… Casi una semana había pasado desde que había comenzado a vivir en su casa, era un lugar enorme, y rustico. Con tantas siestas que tomaba durante el día no había notado muchos detalles sobre donde ahora vivía, baje del sofá bostezando, mientras estirabas mis patas.                                             

Mi pelo comenzaba a enredarse necesitaba ser cepillado.  El olor a galletas de chocolate se esparcía por el ambiente, debía ser que mi dueño había llegado, siempre que llegaba me traiga galletas, tenía flojera, lo que quería era seguir durmiendo en ese agradable sofá, pero el había llegado y me traía galletas, quería comer galletas…  

Mi dueño era un hombre, de cabello dorado que me recordaba el sol, él era muy alto; esas cejas suyas me hacían recordar el delicioso sushi. Coloco las llaves de la casa sobre la mesa dejando su mochila en una de las sillas. La mesa era de madera para solamente 6 personas.                                                             

Me acerque a el ronroneándole mientras pasaba entre sus piernas, le saque una sonrisa y me tomo en brazos sentándose en el sofá, me gustaba acostarme sobre sus piernas. Prendió la televisión, sus ojos, como me gustaban eran el mismo cielo en pleno día de verano.                                        

El nombre de mi dueño era Sanji, Kuroashi Sanji. Saco un par de galletas acercándomelas, olían tan bien, las comí lentamente, no había prisa.                                             

Mire en dirección a la televisión, era un programa de cocina del reconocido Chef Zeff, al parecer le gustaba mucho a mi Sanji, nunca se perdía ese programa que solo pasaban un par de veces a la semana.  

-Marimo ¿Cómo te portase? –Solo le mire, ronroneando, ¿Cómo creía que me había portado? Obvio que bien, la casa estaba bien y yo la había cuidado. Mis ojos tenían un semblante serio, desde que me había acogido en su casa no paraba de llamarme así. Aun lo recordaba, sí, había sido hace unos día, menos de una semana, pero me será difícil olvidar ese día.

Yo me encontraba totalmente empapado a causa de la lluvia, estaba en la calle cerca de un poste de luz, seguía lloviendo y el frio me calaba, creí que sería el último día de mi vida; jamás imagine que moriría de esta manera tan cruelmente extraña, entonces aquel dorado color de su cabello me distrajo observando quien me tomaba en brazos empapándose las ropas, tenía un semblante preocupado ¿Yo le preocupaba? Lo último que vi, fueron aquellos ojos azules, yo creí que sería la última vez en mi corta vida que miraría el cielo.                                                                                             

Entonces después de ver ese hermoso azul, desperté en aquella casa, con mi pelaje color entre gris arena con manchas rasgadas verde oscuro casi negro, estaba seco y una manta naranja me cubría dándome calor, la lluvia aun caía y aquellas pesadas gotas de agua resbalaban por las ventanas, aquel sujeto cejas de sushi se acercó a mi sonriéndome.

-Qué bueno que estas bien –Su mano acariciaba mi pelaje, yo solo estaba a gusto, no podía hablarle pero con aquel pequeño ronroneo le hice sonreír. Me miro cuidadosamente lo cual me tenso, mis ojos se posaron sobre los de él, nos miramos un par de minutos cuando su voz rompió el silencio.

-Me recuerdas al mar… y ese verde… ¡Ya se! Te llamare Marimo. - ¿Marimo? ¿De qué mierda hablaba?  ¡No dejaría que me llamara por ese ridículo nombre! Mi pelaje se erizo mostrándome inconforme por aquel nombrecito. 

-Marimo, mi nombre es Kuroashi Sanji. Recuérdame como Sanji. Esta es mi casa, ahora también es la tuya. –Hizo un ademan señalando alrededor, me levante bajándome del sillón observando desde el suelo hasta el blanco techo al cual tenía que ver alzando la cabeza.                                                             

Mi casa... Sonreí para mis adentros, me acerque a él paseándome entre sus piernas, ronroneándole acariciándole con mi frente y nariz. Si con solo ronronearle le hacia sonreír, lo seguiría haciendo cuantas veces fuera necesario.

Desde ese día me había quedado a vivir con él, resignándome al nombre de Marimo y a decirle dueño a pesar de que no pudiera decírselo, ni agradecerle todo lo que había hecho por mí. Por no haberme dejado en la calle cuando pudo haberlo hecho.

Me tomo entre sus brazos, mirándome con aquella sonrisa que le provocaba, una hermosa sonrisa.

-Marimo,  puedes dormir en el sofá, si tienes miedo en las noches puedes ir a mi cama. No vayas a hacer algún desastre en a casa, recuerda que ahora es tu casa y tienes que cuidarla – Me abrazo cálidamente haciéndome feliz mis patas se veían graciosas y el piso estaba muy lejos de mi.

-Por cierto Marimo… No eres muy livianito que digamos –Mi pelaje se erizo en especial el de mi cola, salte de donde estaba ocasionándole unos rasguños en sus brazos, solo me miro molesto. ¿Qué cejillas? ¡Yo no estaba gordo, solo estaba esponjado! Bueno, se lo dejaría pasar por ahora, mi cola estaba hacia arriba, yo estaba feliz, si pudiera expresarme con palabras realmente habría reído calmadamente.

-Me rasguñaste, Marimo… No lo hagas –Camino rumbo a la cocina, yo le seguí mirándole mientras mi cola se movía de un lado a otro, estire mi cabeza hacia delante de él esperando que me viera, quería que me acariciara un poco, sus suaves manos me gustaban. 

-¿Qué?... Voy a hacer comida, para ti y para mí… -Yo insiste, mirándolo a los ojos, quería que me acariciara, y si no o hacia le arañaría la cara.

-Solo esta vez, pero no te acariciare cuando este cocinando, así que si yo estoy aquí, no interrumpas. –Me acariciaba mi cola se movía feliz. Está bien, no le interrumpiría… aunque no tendría nada de malo que cocinara con un par de pelos míos, digo, yo estaba limpio. Ni que fuera para tanto.

Mientras esperaría en el sillón, camine rumbo a la sala, detestaba que me llamara Marimo, detestaba que no me acariciara cuando yo quería, odiaba solo verlo por las tardes y noches, si tan solo pudiera hablarle… ¿Ya había mencionada que odiaba que no me acariciara? También odiaba no poder hablarle, y realmente odiaba odiar tantas cosas.

Mi nombre no era Marimo, mi nombre es Roronoa Zoro pero no podía decírselo; pero si se lo haría saber, aunque no tenía idea de cómo hacerlo, lo haría. 

 

To Be Continued... 

Notas finales:

¿Reviews?

Si tienen alguna duda o pregunta con respecto a este fanfic, no duden en hacerla que yo gustosa responderé.

También es bienvenido cualquier comentario, sugerencia, duda etc :3

Cuídense mucho! Nyappy!!!

Gracias por leer~


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