Una vez más estaba parado en el marco de esa puerta. Odiaba estar ahí viendo su dolor, pero él nunca menciono cuanto le dolía. Tenía un mes visitándolo todos los días, desde que él había decidido decirme el porqué de sus desapariciones. Sus amigos lo habían obligado a decírmelo. Ahora entiendo por qué no me lo dijo desde un principio.
-¿Taemin? ¿Amor, dónde estas? - Su cama estaba vacía.
-Ahora atrás de ti, hace un rato en el pasillo.- Me sonreía a pesar de todo lo que había vivido.
-¿Pero qué haces de pie? Vamos siéntate.
- Es aburrido. Ya no puedo estar más tiempo quieto - Taemin padecía leucemia, y cuando le dijeron que se tenía que internar decidió separarse de mí. Al cabo de un mes sus amigos me contaron que ya no sonreía nunca y que tenía que verlo. Vaya sorpresa la que vi. Sabía que era alguien fuerte, pero nunca tanto como para seguir adelante con algo así, después de convencerlo de que mi amor por él era más grande que cualquier enfermedad decidí no dejarlo solo nunca más.
-No es bueno, anda siéntate aquí conmigo. Quiero tenerte muy cerca de mí.- Lo tome por el vientre y lo obligue a sentarse a mi lado.
-¿Minho?-Me miro tristemente-Sí no quieres estar aquí, puedes irte - Él y yo teníamos un amor prohibido, pero nunca se molestó en ocultarlo. Cuando nos conocimos supimos que estábamos destinados a estar juntos. No quería perderlo; no ahora que sabía lo muy preciado que era para mí.
-No te libraras de mi tan fácilmente- Sonreí entre sus labios- Si es necesario estaré aquí todos los días. Te amo - Lo bese, era lo único que le podía dar, el amor que sentía por él. Esa tarde él dijo sentirse mejor, actuaba como el chico que había conocido siempre sonriendo y encontrándole el lado bueno a las cosas.
Los días a pesar de ser largos y pesados pasaron rápidamente y un año termino. Ese día había ido a comprar flores para Taemin, sabía que le gustaban pero nunca me lo había dicho. Al llegar a su habitación me sonrió, pero esa sonrisa no duro mucho. Se estaba muriendo, mientras yo lo veía irse sin mí. Corrí por el doctor, no podía dejar que el amor de mi vida muriera. Me sacaron de su cuarto, yo solo veía como enfermeras y doctores salían y entraban. Ninguno me decía nada. Después de varias horas el doctor se me acercó preguntándome por su familia. Taemin no tenía familia, yo era el único. Así que dije que respondía por él. El doctor me dijo que lograron estabilizarlo, pero la quimioterapia no estaba sirviendo de mucho. Tenían que encontrar un donante o podría morir. En ese momento el mundo se derrumbó ante mí, no podía permitir eso. Él era la única razón por la que yo existía, de eso estaba seguro.
Al día siguiente al llegar a su habitación lo vi sentado el filo de la ventana. Mirando a la nada. Toqué la puerta para que se diera cuenta que había llegado. Lentamente volteo y cuando me vio hizo una mueca de alegría.
-Pensé...que no ibas a venir- Taemin agachó la mirada y observo el suelo durante largos segundos.
-Estás loco, aquí está el amor de mi vida. Por cierto, ¿no lo has visto?- Me miro y sonrió cansadamente. Me acerqué a él y lo abrace, de repente sentí que su respiración se entre cortaba. Estaba llorando.
-Todo sería más fácil si no nos hubiéramos conocido. No tendrías que estar al pendiente de mí.
-Está equivocado. Sin ti ahora estaría perdido. Ya no podría vivir sin ti a mi lado, te amo.- Lo miraba a los ojos, estaba muy seguro de lo que le decía. Tome sus manos y las acerqué a mi rostro - No te rindas, no sería capaz de estar sin vivo sin ti.
-¡Ay dios!, sabes bien que la única razón por la que sigo vivo eres tú. Pero tengo miedo, si ya no puedo, no quiero que pases dolor por mi culpa.
-¿Dolor? Jamás. Si algo te pasa, tendré el consuelo de saber que viví la mejor parte de mi vida contigo. Te prometo no sufrir, pero no te rindas. Eso es lo único que te pido.- Sonreía, de nuevo tenía esa sonrisa que tanto me había gustado desde un principio. Pero, ¿Cómo podía sonreír a pesar de saber su estado?
-Mira si mi tiempo termina, te vigilare desde el más haya para que no hagas nada malo. Jamás te pienso dejar solo, ni ahora, ni nunca.
-Sabes, eso es lo que más amo de ti. Siempre estás tan optimista, hasta con lo más grave. Desde que te conocí siempre me gustó eso.
- A mí me gustó de ti lo sonrojado que te ponías al hablarme.
- ¿Así? - Lo bese - Eso explica, por qué te reías tanto. Amor, no que sería de mi vida sin ti. - Lo abrace una vez más, ese optimismo que tenía me hacía sentir mejor. Ahora más que nunca deseaba que todo fuera un sueño del cual despertaría. Pero no, tenía que tener en cuenta mi realidad si quería ser de apoyo para Taemin. Aun no entendía por qué el destino nos había puesto ese problema en nuestro camino. No quería perderlo y estaba a punto de hacer algo que Taemin desaprobaba.
-Minho ¿hoy no me querías ver?- Taemin me miraba distrayéndose con un libro para no demostrar su molestia.
-No, no pude venir antes. Tenía algo que hacer. ¿Por qué tan molesto? ¿Desconfías de mí?
-No...Sí...no. Ahhh!... No, pero es que no me gustaría perderte. No ahora que me dieron una buena noticia- Taemin cerró el libro y volteo a verme. Con una seña me dijo que me sentara por un lado de él y me abrazó -Encontraron a un donante
-¿Enserio? ¿Y quién es?
-No sé, me dijeron que quiso ser anónimo. - Taemin no podía saber mi secreto. Ya una vez le había propuesto la idea de hacerme los exámenes para ver si éramos compatibles y lo único que conseguí fue que me regañara y desaprobara esa idea.
-Bueno, mínimo hay una posibilidad más. Dime, ¿ya te dijeron cuando te operan?
-Aun no, pero será pronto. De eso estoy seguro.- Me alegraba verlo así de entusiasta. Él me había dicho en repetidas ocasiones que quería salir del hospital y esta noticia le habría esas puertas.
-Cuando sepas quiero ser el primero al que avises. ¿De acuerdo?
-Claro... Minho, te amo.
-Lo sé, yo también te amo. Más de lo que te imaginas.
Una semana después era la operación de Taemin. Todo iba bien, pero la operación se alargaba más de lo normal. Estaba sufriendo cada segundo que pasaba. El doctor salió buscando a los familiares de Taemin. Una vez más yo tuve que responder. Taemin corría peligro, necesitaban autorización para seguir con la operación o no arriesgar más su vida. No quería arriesgar su vida, pero si detenían la operación no valdría la pena todo el esfuerzo de Taemin por seguir con vida. Lo que pareció una hora pensando en la decisión adecuada resultó ser un minuto. La operación seguiría, no podía perderlo pero tampoco podía ser tan egoísta con mis sentimientos. Esa hubiera sido su decisión, él hubiera querido que la operación continuara. Cuando por fin la operación termino, me dijeron que aún corría peligro, nadie podía verlo. Así paso una semana. Yo muriendo por verlo sonreír de nuevo y que me dijera que todo estaba bien. Cuando por fin los doctores me dejaron pasar a verlo fue como si lo viera por primera vez.
-¿Taemin?
-Hola...
-¿Como estas? -Me acercaba lentamente, no quería perturbar su tranquilidad
-Bien. Ahora mejor porque estás aquí. Te extrañe.
-Y yo a ti. No sabes cuánto. Me alegro de verte, por fin te puedo ver. Los doctores no quería que te viera.- Taemin soltó una risa pequeña.
-Ya estás aquí. Minho... me contaron lo que pasó durante la operación.
-No hables de eso, ya pasó y estas aquí sonriéndome de nuevo.- Taemin aún corría peligro, pero a él no parecía interesarle esa idea.
-Te prometo estar aquí contigo. Siempre- Sonreía por verme, por estar aún con vida y simplemente yo no quise tocar ese tema. Cuando lo dieron de alta fue el mejor día que habíamos vivido en dos años. Podía estar con él siempre ¿no? Debía ser así; pero no lo fue. Poco tiempo después de que Taemin ya podía andar en la calle sin precauciones médicas él y yo íbamos caminando en el parque.
-Y bueno, ¿qué me querías decir?
-Qué te amo, pero eso ya lo sabes - Mire a Taemin, era el amor de mi vida y me agradaba estar con él. -¿Acaso no puedo robarte del mundo por un rato?
-Sí...-Su voz se apagó su voz. Lo tome por los hombros y se desmayó en mis brazos.
-¿Taemin?¡Cariño, despierte! Por favor Taemin despierta, prometiste quedarte conmigo. No me dejes- Su respiración se volvía más lenta. Estaba asustado, lo único que pude hacer fue llamar una ambulancia y rezar por su vida.
A las pocas horas de ingresado, de nuevo, en el hospital me dejaron pasar a verlo. A penas entre y corrí a abrazarlo, quería tenerlo tan cerca como fuera posible.
-Gracias al cielo estas bien. Me preocupe tanto pensé que te había perdido.
-Tranquilo, estoy bien- Me aparto de él empujándome suavemente.
-¿Qué te pasó? ¿No te han dicho nada?
-No, pero pronto lo sabremos. No te preocupes - Me sonrió, sabía que esa sonrisa era falsa. Podía leerle como a un libro y sabía que estaba tan preocupado como yo.
El doctor llegó, él se había encargado del caso de Taemin desde siempre. Su rostro no expresaba nada y eso me preocupaba más.
-¿Cómo te has sentido?
-Bien, doctor ya dígame por que fue el desmayo.
-Son efectos de la quimioterapia, no debes preocuparte. Pero por lo que veo no puedes aun tomar todas las actividades normales.
-Está bien. Doctor le podría decir a Minho que no se debe de preocupar.- Taemin me miró y sonrió por lo bajo.
-Jajaja... Está bien, hablando de ti Minho tú tampoco estas en condiciones de andar por la calle como si nada.
- Sí lo sé.
-¿Ah no? ¿Por qué? - Sin darnos cuenta habíamos hecho una indiscreción y antes de que Taemin hiciera más preguntas el doctor encontró una excusa, aunque no era mentira.
-Minho estuvo enfermo hace tiempo- Si lo había estado, pero tenía que cuidar de Taemin más que nada.
-Minho!¿Por qué no me dijiste? - Taemin me miraba feo, y luego me abrazó - Yo ya estuve mucho tiempo en el hospital, no quiero que tú lo estés.
-Ja... No lo estaré. Hay que irnos. No molestemos aquí más.- Sí estaba decido, guardaría ese secreto para no preocuparlo más. Después de todo ya estábamos destinados a estar juntos -Taemin te amo.
-Y yo a ti.- Nos besamos. Eso era lo que más amaba de él, saber que me amaba como yo a él.