Era una mañana cálida, el sol brillaba y soplaba una fresca brisa, un día perfecto para saltarse las clases o al menos así pensaba el chico de cabellos negros que tomaba una siesta bajo un frondoso árbol del parque cercano a la universidad.
─Lo siento... Sasayama─ Despertó abruptamente, de nuevo ese sueño, desde ese día aquel sueño se repetía en su cabeza una y otra vez ─Sasayama... definitivamente encontrare al culpable... Makishima Shogo─ mascullaba con ira para sí, cuando una serena y profunda voz interrumpió sus pensamientos
─”Para engañar al mundo, toma del mundo la apariencia; pon una bienvenida en tu mirada y en tus manos y lengua; procúrate el inocente aspecto de una flor pero sé tú la víbora que oculta.”
Su mirada buscaba el lugar de donde provenía aquella dichosa voz, cuando su vista se posó en la copa de un gran árbol adyacente a él.
─Macbeth... ─ Contesto sin pensar al chico de cabellos blancos que se encontraba sentado en una gruesa rama con un libro de pastas rojas.
Sus miradas se cruzaron y el viento soplo más fuerte entre ellos agitando las hojas de los arboles estrepitosamente. No hubo palabras, solo una misteriosa sonrisa se dibujó en el rostro del albino.
─ ¿Fan de Shakespeare? ─ preguntó mientras bajaba de un salto de aquel árbol
─Es algo básico
─Tienes razón, lo lamento
─ ¿No deberías estar en la universidad?
─Muy osado de tu parte tomando en cuenta que claramente tú también has faltado
No estaba seguro del por qué pero este sujeto lo exasperaba, había algo en aquel chico de extravagante cabellera que encendía una chispa en su interior.
─Espero que nos veamos después─ Dijo saltando del árbol y dándole la espalda. Lo siguió con la vista hasta que lo perdió entre la multitud, un tipo realmente extraño.
***
─Oye... Kougami, los chicos han organizado una fiesta de cumpleaños para kagari─ la voz amable y cálida de la chica de cabellos y ojos marrones atravesó el aula.
─Kougami ¿sucede algo?
─Si claro, está bien por mí
─Kougami no me estas escuchando ¿qué pasa?
─Lo siento, estaba un poco distraído, no ocurre nada- No podía dejar de pensar en aquella burlona sonrisa, en aquel joven chocante, en aquella penetrante voz.
Akane Tsunemori, llevaban saliendo hace casi dos meses, era una chica realmente lista y emprendedora podía decir que la chica no era fea tenía un fino rostro y unos ojos enormes y brillantes, a pesar de ser delgada era más fuerte de lo que aparentaba, además de tener una fuerte voluntad y una actitud serena y amable. La chica se le había declarado pocos meses después de que entrara a la misma clase que él, se habían comenzado a acercar desde que la defendió de unos rufianes, se volvieron buenos amigos y después comenzaron una relación, no era que Kougami no la quisiera en verdad la apreciaba pero no estaba seguro de tener sentimientos románticos hacia ella, sin embargo acepto creyendo que con el tiempo lograría desarrollar aquellos sentimientos.
─¿Entonces que me decías?
─Una fiesta para Kagari, el viernes después de la escuela, incluso convencimos a Ginoza de venir
─Bueno si han logrado convencerlo a él, seguro que iré pero después del gimnasio así que llegare un poco tarde
-Es mejor que nada- dijo con una sonrisa -Nos vemos más tarde- Y se despidió con un beso.
***
Mientras boxeaba el mundo desaparecía para él, se sumergía en un éxtasis que poco a poco convertía su energía en deseos de venganza, después de investigar un poco se había encontrado con un nombre... Makishima Shogo, al parecer ese tipo había comenzado la contienda entre pandillas en la que su amigo había perdido la vida.
─Demonios, llegare tarde
Si quería llegar a tiempo tendría que tomar un pequeño atajo que comúnmente no era seguro, para el esos delincuentes no serían problema así que se adentró por aquellos corredores obscuros, cuando pudo vislumbrar, gracias a la débil luz de un viejo poste de luz, a un grupo de chicos entre ellos un rostro familiar. ¡Era el! el chico del árbol.
─”Es el fin del chico” ─ pensó para sí y continuo caminando -¡Maldición! No me queda de otra ─ regreso sus pasos al lugar donde vio a aquel chico.
Mientras se acercaba conto a seis chicos a parte de el de sonrisa enigmática, lanzo un puñetazo al más próximo que cayó desplomado en el suelo, un segundo fue a arremeter contra él, lo esquivo fácilmente y le dio un puntapié lo suficiente fuerte para que no se levantara, al volver la mirada se encontró con los otros cuatro chicos tumbados en el suelo.
─No esperaba verte tan pronto─ dijo divertido el chico de larga cabellera
─Tengo que concordar con tigo en eso, no esperaba volverte a ver jamás─ contesto fríamente
─Que cruel, aunque no pensé que fueras de los tipos que corren a ayudar a otros
─Parece que no lo necesitabas
─Me has subestimado─ Sus risas llenaron las calles envueltas en obscuridad
-Pero aun así... ─ El chico comenzó a acercarse al pelinegro y posando su fina mano en el pecho del oji gris musito con aquella profunda voz─Gracias... Kougami Shinya─
Estaban tan cerca que el pelinegro podía distinguir su débil reflejo en aquel par de ojos ámbar que le miraban tan intensamente, era ligeramente más pequeño que él, lo sabía por qué le miraba hacia abajo y su cabellera inusual brillaba discretamente. Estaba inmóvil tratando de grabar aquel rostro en su memoria, aquel momento. Que cambio su vida...
─¿Quién eres?