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Moondance por KatsumiKurosawa

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Notas del fanfic:

Disclaimer: G-Dragon y T.O.P no me pertenecen, porque si así fuera, ya me habrían encarcelado por bigamia y abuso sexual. xDU HyunA tampoco me pertenece, pero su actitud loquilla la trajo a este fanfic.

Ninguna de las marcas usadas dentro del fanfic me pertenece. Es mi estilo de escritura, lamento si les incomoda.

Habrá mucho sufrimiento antes del amor xD paciencia!

Este es el primer fanfic que publico en esta web DDD: así que... los dejo con ese... coso que salió cuando escuchaba Moondance, interpretada por Michael Bublé y pretendo darle coherencia con forme el fanfic avance xD

Bienvenidas :3

Notas del capitulo:

Hago con frecuencia el uso de algunas marcas registradas, como Dolce&Gabanna y Carolina Herrera... incluso Mattel, ninguna me pertenece e_e!

Moondance

 

Por Katsumi Kurosawa

 

Capítulo 1

 

Volveremos a vernos…

 

 

 

       Cómo había llegado a ese antro de perdición, pensó Seunghyun mientras se encontraba parado en aquel aparador, portando un esmoquin negro que recién le prestó la dueña, una corbata de lazo a juego y camisa blanca.

 

      Si bien era cierto que su familia había caído en la miseria, su padre en la cárcel por un crimen que no cometió y asesinado dentro por algún pleito de reos, su madre haciendo lo que podía por intentar pagar las deudas que tenía y cuidar a su hijo al mismo tiempo era sólo el principio de ese extremo al que había llegado.

 

     Sin embargo, la razón principal para llegar a ese lugar retumbó de nuevo en su cabeza: su madre había caído enferma. Gravemente enferma… no había dinero para el hospital. Sus trabajos temporales no fueron suficientes.

 

       Por eso estaba allí. Vistiendo como un Ken de Mattel en ese Dolce and Gabbana, temiendo volver a meter las manos en los bolsillos de sus pantalones ya que la última vez, los depravados que lo observaban a través del cristal, gimieron mirando entre sus piernas, pues aquello había acentuado la tela que se ceñía sobre su miembro.

 

       Los hombres y mujeres que entraban a ese antro de perdición, le miraban llameando lujuria y preguntaban el precio. Gracias al cielo, nadie podía tocarle si no aquello definitivamente sería mucho, muchísimo peor.

 

       Hyuna, la dueña del lugar, había notado el potencial de venta de Seunghyun desde que lo envolvió en aquel caro traje y colocó en ese aparador. La gente enloqueció al punto del pleito por el semidiós que era exhibido y elevó considerablemente el precio inicial.  Esa perra seguro se volvería rica vendiéndolo…

 

        Sí. Vendiéndolo…

 

     Ese esmoquin era su envoltura.  Las personas se mordían los labios de anticipación porque alguno de ellos sería el afortunado de quitarle aquella envoltura al pedazo de caramelo exhibido tras el cristal. Sí, uno de los presentes lo compraría por una noche, su cuerpo…

 

       Dios, ahora que lo pensaba mejor, se arrepentía…

 

     “Esta es quizá la única vez que este hombre esté a su disposición, señores… vamos, la subasta comenzará…”

 

   Genial, por los pleitos constantes ahora sería subastado.

 

       Suspiró con desgana aun con varios pares de ojos siguiendo todos sus movimientos. Todo lo que hacía era vigilado como si él lo hiciera propósito para seducir.

 

       No era su intención obviamente… pero ahora creía lo que SeungRi, su pequeño vecino le decía para molestarle: “Cielos Hyung, las chicas tienen orgasmos sólo de mirarte… ¡Qué envidia!” no comprendía a qué  se refería el pequeño hasta que sus movimientos fueron exhibidos al escrutinio de gente descarada.

 

    Incluso cuando pasaba su mano por su mentón nerviosamente, los jadeos se hacían escuchar en la sala.

 

      Nunca se había puesto un traje antes, menos uno que costara más que el pequeño apartamento donde vivía. Y se veía bien… pero no era para tanto, esa gente estaba demasiado pervertida.

 

     La subasta por T.O.P (apodo que le puso la dueña tanto para no revelar su nombre, como para hacerlo más atractivo, si eso se podía, para la clientela) comenzó media hora después de su aparición en esa pequeña habitación en la que sólo había un banquito y espejos a sus costados.

 

    Se encontró mirándose nervioso al espejo de su derecha, sentándose por fin en el banquito ya que la gente había desviado su atención para pelearse por él con su dinero.

 

      — ¡Vendido! T.O.P ha sido vendido al caballero de cabello rubio en la mesa tres—celebró Hyuna en el micrófono. Y la multitud dio un suspiro decepcionado.

 

       ¿Caballero?

 

      Seunghyun sintió su boca seca y se pasó la mano en el cuello para salir de su adormecimiento nervioso. No se había equivocado al escuchar, lo había comprado un “caballero” y eso no hacía aquel acto de vender su cuerpo, más fácil.

 

    Había estado con chicas, sí. Pero nunca con un hombre… ni se le había pasado por la cabeza tan descabellada idea.

 

       Miró entre la multitud que lamentaba haber perdido la oportunidad de tener a T.O.P en su cama, a aquel muchacho rubio de no más de veintiún años, vestido de blanco de pies a cabeza, corbata negra y unos enormes lentes de sol Gucci que ocultaban gran parte de sus rasgos pero no esa delicada sonrisa.

 

    Alguien fue a sacarlo del aparador, pero estaba demasiado aturdido para fijarse qué  sucedía a su alrededor. Le acomodaban el traje, le rociaban algún perfume, apenas se fijó en la botella… Carolina Herrera, sí.

 

      Presionaron sus mejillas para abrir su boca, rociaron menta dentro de ella.

 

    ¿Cómo es que no podía salir de su shock? Estaba demasiado nervioso.

 

     Sus pies caminaban sin rumbo, siempre halado del brazo por alguien. La persona lo dirigía a por un pasillo, Dios, un hombre… lo había comprado un hombre…

 

      La persona se paró frente a una puerta y lo invitó a entrar.

 

   —Ponte cómodo, El señor G-Dragon vendrá contigo en unos instantes…—abrió la puerta de la habitación para salir. Seunghyun aún no procesaba lo sucedido— Pórtate bien… posiblemente logres que te convierta en su amante y todos tus problemas estarán resueltos.

 

       ¿Qué?

 

      ¿Amante…?

 

      Pero la pregunta no salió de su boca, el hombrecillo había salido del lugar dejándole solo.

 

       Miró a su alrededor.

 

       Era una habitación… todo era blanco con dorado en esa habitación, las sábanas blancas, los muebles dorados.

 

         ¿Y si decidía escapar ahora? ¿Tan malo sería?

 

       Seguro Hyuna lo perseguiría hasta la muerte porque perdería tanto dinero que seguro se lo cobraría con creces y él… ¿Qué más opciones tenía que aguantar?

 

     Los labios finos del muchacho, G-Dragon como lo llamó el hombrecito antes de irse, parecían tan gentiles cuando se curvearon levemente por haber ganado la subasta.

 

    ¿Qué podía esperar de un hombre que lo había comprado para tener una noche loca de sexo salvaje?

 

       ¿Salvaje?

 

       Sí, él había pensado eso.

 

     Lanzó un suspiro doloroso y se sentó en la cama, suave y deliciosa. Vaya, su pequeña cama en el departamento parecía un trozo de cartón tocando aquel edredón blanco, suave como un conejo. Se aventuró a quitarse los zapatos, dejarse sus medias negras y hundir la cabeza en una de las almohadas rellenas de plumas a juego con el edredón.

 

   Hasta gimió de placer, relajándose y a la vez sintiéndose tan estúpido por algo tan simple.

 

        —Oh…—aquella voz le hizo abrir los ojos de golpe y medio incorporarse en la cama.

 

        Allí estaba él.

 

        G-Dragón.

 

      Tenía sus Gucci en las manos y lo miraba muy quieto y perturbado.

 

     Y cómo no. Si había entrado en la habitación con torturante tranquilidad, además de toda la confianza del mundo que como conquistador nato poseía y se había encontrado a ese delicado y a la vez viril espécimen, hijo perdido de Afrodita, tendido en la cama desbordando sensualidad aunque nadie le miraba, soltando ruidos agradados que a sus oídos resultaban ridículamente excitantes. Era como si lo esperara, como si lo deseara, incluso se quitó sus carísimos Gucci para apreciarle mejor.

 

       Cuando el hombre de la cama sonrió relajado, G-Dragon no pudo evitar gemir, eso puso alerta a su acompañante haciendo que se incorporara asustado, mirándole con lo que parecía pavor.

 

     Sabía que tal vez reaccionaría así. Había escudriñando a su presa en el aparador de cristal, notó que T.O.P no estaba familiarizado con la situación y no estaba allí, vendiendo su cuerpo por gusto.

 

       En realidad, G-Dragón tampoco estaba familiarizado con eso de… comprar compañías… en esa noche todo había sido azar del destino.

 

    — ¿Cómo te llamas, cariño? —suspiró G-Dragón actuando cool, dejando sus lentes y su móvil en la mesita de noche, se quitó con parsimonia el saco Giorgio Armani, bajo la atenta mirada de su nueva adquisición.

 

     —Choi Seung… Hyun… —respondió arrepintiéndose instantáneamente de haberle revelado su nombre real. Pero estaba impactado, hipnotizado por aquel rubio bien parecido y de algún modo, femenino. Le atraía… no podía creerlo, un hombre le atraía.

 

    Se sentó al borde de la cama para calzarse los zapatos, muy propio y nervioso, pasando una mano por el cabello negro acomodándolo porque se había hecho una maraña salvaje en la cama, después poniéndose de pie, notando desde su imponente altura, el cuerpo delicado de su comprador.

 

     —Mi nombre es Ji yong. Kwon Ji Yong. Pero finge que nunca lo supiste… por algunos rumbos me conocen como G-Dragon—y le enseñó a Seunghyun una sonrisa juguetona—Tengo 19 años y ¿Tú?

 

   Prendado. Esa era la palabra que describía a Seunghyun cuando delineó con los ojos los labios de Jiyong, quien notó la mirada penetrante, excitante del pelinegro.

 

    —20 —contestó con la boca seca al saber que era mayor incluso que ese hombre. Ya lo había notado pero confirmarlo lo hacía sentir extraño.

 

      Un dongsaeng se lo iba a follar…

 

     Aquella pregunta estúpida y atemorizante rondó por su cabeza.

 

      ¿Quién iba a dar y quién a recibir..?

 

      Su labio inferior tembló

 

  — ¿Quieres tomar algo? —suspiró el rubio distraídamente abriendo una de las puertas de madera en la pared y descubriendo un par de botellas de licores finos.

 

     —Whisky —musitó divisando la botella entre los licores, recibiendo una sonrisa de lado.

 

       Volvió a sentarse en la cama mientras Jiyong servía las copas. Se pasó la mano nerviosamente por el cabello cerrando los ojos fuertemente en un intento fallido de disipar su nerviosismo.

 

        Suspiró un “gracias” cuando recibió su copa y de un trago la bebió entera ante la mirada sorprendida del rubio. Había una extraña tensión sexual entre ambos, casi podía cortarse con un cuchillo.

 

       Una gota traviesa del licor se escapó de sus labios del pelinegro y antes de limpiarla con la mano, esta fue detenida.

 

  —Deja que yo…—jadeó Jiyong hipnotizado acercándose lenta… muy lentamente.

 

     Se inclinó sobre Seung, lamiendo el rastro de aquella gota traviesa,  aprisionó aquellos labios con los suyos. Eran tan suaves, se movían torpemente bajo su toque, con miedo. Lamió su labio inferior recibiendo un jadeo por parte del mayor, lo que hizo que pudiera abrirse paso dentro de esa boca donde inició una batalla entre sus lenguas que claramente el menor ganaría.

 

   Seung gimió contra su boca. No sabía qué estaba haciendo ya que jamás había besado un hombre… sólo tenía en mente que ese hombre podía hacer lo que quisiera con él, ya había pagado por ello… y él recibiría su pago después de entregarle su cuerpo a aquel hombre.

 

     —Nunca has estado con un hombre, ¿No es así? —siseó el menor cuando detuvo su arrebato pasional, depositando pequeños besos en la boca del otro, quien hipnotizado recibía devoto lo que G-Dragon quería darle.

 

    —N… no… —respondió avergonzado, desviando la mirada— Pero… haz lo que desees conmigo… para ello pagaste… ¿No?

 

     La delicada sonrisa de regaló Jiyong, denotaba ternura cuando recostó a su acompañante en la cama blanca y suave, liberándose de sus zapatos y de los de él.

 

        Haz… lo que desees conmigo…

 

Si hubiese sido el depravado que era normalmente, ya tendría jadeando a Seunghyun, atado a la cama mientras lo montaba salvaje… pero esta vez había algo distinto en su pareja.

 

        No era sólo el hecho de que era la primera vez que pagaba por sexo. No sabía… no sabía lo que había distinto. No lo descifraba aun y parecía que esa noche no llegaría a la respuesta.

 

        Se colocó a horcadas sin tocarle, con ambas manos a los lados de la cabeza del otro, delineando sus preciosos y delgados labios. Sus ojos grandes y expresivos eran enmarcados por unas cejas pobladas que le daban un toque sensual inconsciente a esa mirada dulce.

 

        El fuerte aroma masculino invadió sus sentidos. Se acercó a su cuello para aspirarlo profundamente, soltando un jadeo.

 

        Dios, así debía oler el paraíso…

 

        —Me encanta lo que tu piel le hace a ese 212 men… —musitó Jiyong deshaciendo el nudo de la corbata de lazo de Seung, deslizándolo lenta y torturantemente. El ph natural de su piel, mezclado con el 212 Men de Carolina Herrera era lo que estaba volviendo al menor loco, como la bestia que era, oliendo feromonas.

 

        El pelinegro aturdido, sólo le miraba entre asustado y excitado por tanta atención erótica que estaba recibiendo, aun sin entender ¿Lo que le hacía su piel a qué? Ah, el perfume que le roció el hombrecillo antes de llevarle ahí. Para ello, el botón de su cuello se soltaba de su agarre, siguiendo así todos los demás botones de su camisa.

 

        —Hyuna tuvo muy buen gusto al meterte en este Dolce and Gabbana, te ves… demasiado tentador—confesó cuando se deshizo del último botón de la camisa dejando al descubierto el dorso desnudo del mayor. Dios, esa ligera tableta de chocolate de su abdomen parecía tan sólida como una roca. No dejó a su imaginación pensar cómo sería acariciarle, simplemente lo hizo, su mano viajó desde el cuello hasta donde el torturante botón unía los castos pantalones de Seunghyun.

 

        Dejó su cadera tocar la del otro al sentarse y sin poder ocultarlo, su erección hizo contacto con el abdomen de Seung. La mirada inocente del mayor le ponía y mucho… sobre todo cuando excitantes escalofríos recorrían el cuerpo aparentemente más casto, debajo suyo al sentir el bulto caliente entre las piernas del menor contra sí.

 

        El rubio, viajando la mirada llegó hasta aquella marcada manzana de Adán. No lo resistiría más tiempo, se acercó a su cuello y la lamió, provocando que  Seung ladeara la cabeza para darle más acceso a su cuello al cual, no le tuvo piedad, simplemente mordisqueó, succionó, lamió el cuello blanquecino y su clavícula marcada, recibiendo jadeos contenidos como regalo de la otra boca.

 

        Ese G-Dragón sabía lo que hacía al parecer. Seung sentía cómo todos los vellos de su cuerpo se habían erizado bajo la corriente eléctrica que le recorrió entero y para su total estupefacción, lo estaba disfrutando. Todos los gemidos descontrolados que salían de su boca lo delataban, tan profundos y roncos.

 

        Incorporándose y bajando un poco por el cuerpo del mayor, Jiyong enrolló un delgado dedo en la pretina del pantalón ajeno. Le miró a los ojos pidiendo permiso y el brillo curioso en los ojos de Seung era lo que le apresuró a desatar el botón y deslizar el cierre hacia abajo.

 

        Los ojos de Jiyong brillaron ansiosos al ver aquel bien dotado bulto erecto que castamente era cubierto por unos Calvin Klein blancos. Los vellos de la parte trasera del cuello se le erizaron al mayor al ver la mirada hambrienta, inyectada en lujuria del rubio, y la sensación viajó por su espalda cuando este se relamió dispuesto a quitarle hasta la más fina gota de pureza mental que le quedaba.

 

        Si es que me queda algo de ella… pensó mirando como el rubio bajaba sin prisa sus bóxers, liberándole de la dolorosa erección que se irguió casi golpeando los labios de este cuando se acercó a por ella.

 

        Lo haría, se metería su pene a la boca. No es que nadie le hubiese hecho una mamada antes, es sólo que… no un hombre que irradiara libídine y ganas genuinas de engullirle.

 

        El menor lo tomó con una mano, acariciándole delicadamente mientras lamía la cabeza rosada, saboreándole, haciendo que su propia erección se volviese inaguantable dentro de sus pantalones.

 

Jadeó contra el falo, era delicioso sin duda, hasta sentía su cuerpo descontrolarse. La lujuria le estaba ganando la batalla a su razón… eso no era bueno… no quería ponerse salvaje con un chico como Choi... no quería…

 

     —Detenme… —la petición que gruñó pareció más bien un exquisito jadeo, un gruñido sensual, pero el mayor no pudo ni siquiera pensar en el por qué le dijo algo así debido a que el rubio había atacado su falo, devorándole feroz, lamiendo, succionando su longitud con apetito animal.

 

       No, cómo podría detenerle.

 

     Se aferró a las sábanas jadeando como un poseso, echando la cabeza hacia atrás, tensándose de placer. Esa era la mamada de la historia en sus cortos veintiún años.

 

      De pronto se detuvo. Seung abrió los ojos que había mantenido fuertemente apretados así como mordiendo su labio inferior.

 

      Los ojos de Jiyong estaban nublados de excitación. Se desabrochaba el pantalón mientras le arrojaba la mirada más intimidantemente erótica que Seung había recibido nunca.

 

        Estaba tan cegado que ni se tomó la molestia de quitarse el nada, simplemente se quitó el pantalón y ropa interior, lo suficiente para que su pene estuviese descubierto, necesitado y listo.

 

        El aliento se fue del pecho del mayor. ¿Era ese el momento en el que se decidirían los roles de cada uno?

 

        Por el marcador del partido jugado hasta ahora, él era el que iba a recibir. Nunca había sido el que recibía, no con las chicas, él siempre se descargaba como una bestia en ellas…

 

        ¿Es que ahora lo iba a pagar cual karma?

 

        Jiyong llegó hasta sus labios, recostándose sobre él, lamiéndolos, devorándolos también, tan rápido y necesitado, que obligaba a Seung a responder con la misma intensidad mientras enterraba los largos dedos en los cabellos rubios.

 

        Sus erecciones se frotaron. Seung suspiró contra la boca del menor que ni siquiera pareció inmutarse devorando su “hyung” y simulando embestidas sobre el otro quien encantado las recibía, el toque era algo que no había experimentado obviamente y no le desagradaba en lo absoluto.

 

       El rubio había perdido la cordura escuchando ruidillos ahogados de la ronca garganta de su acompañante. Le ponía… le ponía demasiado por lo que concentrándose en el roce, quería llegar al orgasmo, no faltaba mucho. Continuó frotando su erección contra la de él, recibiendo jadeos sonoros, deliciosos de parte del mayor.

 

       Una ola de electricidad invadió ambos cuerpos obligándoles a romper el fogoso beso y gritar de placer. Habían llegado a la culminación de lo que parecía el primer round.

 

        Las respiraciones se volvieron pesadas y toscas mientras se miraban el uno al otro, con sus cuerpos entintados de semen por todos lados.

 

        Jiyong puso atención en ese momento de repentina paz.

 

    Fue entonces que vio claramente lo que estaba haciendo. Seung, con la camisa abierta y revuelta que dejaba ver todas las marcas rojizas que le había hecho, el cabello en desorden, su abdomen bañado con su esencia y la propia, las mejillas rojas, sintiendo cosas que nunca había sentido y seguramente por su poca experiencia. No tenía ninguna idea de su sex appeal, porque ni siquiera pensaba en cuan ridículamente atractivo y sensual podía ser.

 

      Choi Seung Hyun estaba en ese lugar por necesidad. Necesitaba el dinero, no había de otra en su vida puesto que si la hubiera no estaría ahí. El hecho de que era un año mayor que él no evitaba que bajo ese cuerpo exuberante, hubiese un niño, un inocente niño del cual… estaba tomando ventaja.

 

     Se quedó de piedra.

 

     Pero qué estaba haciendo.

 

     Seung  abrió los ojos encontrando unos ojos chocolate clavados en él, pero perdidos en un pensamiento que parecía haberlo asustado demasiado.

 

     — ¿Ji? —preguntó aun sofocado. El aludido se levantó sin decir nada, tomó su móvil entró al baño de la habitación y tomó una de las toallas para arrojársela a Seung, quien entendió que debía limpiar el desastre sobre su cuerpo.

 

        G-Dragon se había encerrado en el baño. Lo único que Seunghyun miraba era la luz encendida que se colaba bajo la puerta de ese baño; no sabía si acomodarse las ropas, quitárselas o qué rayos porque no sabía qué venía, no sabía que querría el otro, sólo sabía que aquello había estado putamente bien…

 

        Se acomodó el pantalón sin atarlo y se sentó a la orilla de la cama. Definitivamente eso había sido algo que no sabía que podía sentir ni física ni emocionalmente, había sido tan fuerte y sofocante.

 

        El tiempo que G-Dragon tardó en ese baño fue exasperante. Los primeros minutos los agradeció porque no estaba para nada listo para enfrentarlo de nuevo, pero luego comenzó a ponerse nervioso y permanecer sentado al costado de la cama con las manos entrelazadas en su regazo, no era precisamente porque estuviese tranquilo.

 

     Debo verme como una señorita… pensaba cuando escuchó la puerta abrirse por fin y su corazón casi estallar.

 

    ─Discúlpame, algo surgió… me retiraré… ─susurró el menor, sus ropas en su lugar, muy fresco y limpio─ Pero yo pagué por el servicio completo… así que nos veremos de nuevo…

 

       La confusión en los ojos de Seung era evidente. Pero antes de que siguiese cavilando, Jiyong tomó su mentón y lo elevó para depositar un suave beso de despedida.

 

        Era como tocar terciopelo… tan delicado y suave con el toque casi imperceptible de su lengua y lo abandonó pronto. Antes de que se diera cuenta, el rubio lo había dejado solo en la habitación, sin saber qué más hacer, además de tomar un baño.

 

        Cuando el agua tibia de deslizó sobre su cuerpo cual caricia, recordó cada toque que ese hombre le había dado. Comenzó a sentirse extraño, no sabía exactamente qué significaba eso “extraño”, pero lo sentía.

 

          ─Sí. Volveremos a vernos…

 

 

 

Contiuará...

Notas finales:

Bueno si llegaron hasta aquí, les agradezco mucho xDD

Espero críticas y consejos >__< inspírenme más! Entre más me inspiren, quizá actualicé muy pronto... ;DD XD

<3


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