Un internado, dos almas destinadas, un juego...
Era época de vacaciones, muchos dejaban el internado para ir a ver a su familia. Otros se quedaban por diferentes motivos, nunca era la mayoría. Esta vez, Taemin se había quedado. Así que una noche antes se despidió de sus amigos, ya que todos se iban. Despertó algo tarde y no se preocupó en ver quienes aún estaban en la misma ala que él. Bajó al comedor, miró cuantos alumnos aún quedaban. Se sentó cuando una voz en el intercomunicador sonó; era el prefecto hablando: "Buenos días, les informo que ya que son pocos los alumnos que se han quedado, serán traspasado al ala norte. Favor de ir, los que no viven en el ala norte, para tomar el número de su habitación. Esto será hasta que este período de vacaciones termine. Gracias, tengan un buen día."
Taemin hizo una mueca al oír esto. No le agradó la idea de tener que traspasarse al ala norte, pero tampoco quería estar yendo del ala sur al ala norte para cambiarse e irse a dormir. Desistió de pensar, volteó a ver su desayuno y lo hizo a un lado. Últimamente no le había dado hambre, estaba algo confundido.
Después de ir a ver la habitación que le habían dado, Taemin deambulaba por los pasillos. Todo estaba en silencio, había gente en los jardines pero él no quería salir. Con la mirada agachada dio unos pasos hasta que se topó con alguien. Alzo la mirada para pedir perdón y se topó con los ojos más bellos que conocía - Lo... lo siento- Taemin dudó en hablar.
-No te preocupes...- Quien estaba enfrente de Taemin era Minho, un chico alto que ponía nervioso a Taemin. Minho le sonrió e hizo un ademan para decir algo, pero se retractó y siguió su camino. Taemin soltó un lángaro suspiro, sin darse cuenta había dejado de respirar y ahora pudo recuperar el aliento que ya le faltaba. Su mente volvía dar vueltas. Así pasó los siguientes dos días deambulando, cuando escucho que los maestros competirían en un juego de baseball contra los alumnos que se habían quedado. Después de mucho pensar y escuchar las suplicas de un chico que si quería participar, Taemin decidió participar también. Estaban todos reunidos en uno de los jardines, poniéndose de acuerdo en las reglas, todos sabía que no iba a ser un juego normal. Y no lo fue.
-Perdón por llegar tarde - Minho llegaba corriendo, los maestros le hicieron una seña y se acercó a ellos. Cuando terminaron de hablar se supo que Minho estaría en el equipo de los maestros. Así empezó el juego, siendo el equipo de estudiantes los primeros en batear. Cuando llegó el turno de Taemin, notó que Minho le dedicó una sonrisa. Una sonrisa bella, pero la mirada que tenía perturbo los pensamientos del chico. Taemin le devolvió la sonrisa, pero no era una sonrisa inocente y pasiva como la solía tener, ahora escondía algo quizás malvado que gente como él no solía idear. Acabó el partido siendo los estudiantes ganadores y Taemin se acercó a Minho.
-Hola, ¿disculpa puedo saber por qué jugaste del lado de ellos? - Taemin actuaba lo más normal que podía.
-Ellos...me pidieron ese favor - Minho se encontraba sorprendido, Taemin era un chico diferente a los que conocía. Minho solía observarlo y pensar si algún día le llegaría hablar, ahora que le estuviera hablando era un suceso raro.
-Mmm, bueno gracias.- Taemin dio media vuelta y se fue con pasos seguros.
Taemin tenía una obsesión con Minho, pero nunca le había hablado. Ahora con la mirada que le había dedicado, Taemin no pudo controlarse. Pasó una semana en la que Taemin siguió sigilosamente a Minho, notó el patrón que tenía para ir a lugares y se los memorizó. Quería que Minho lo viera por todos lados, tenía que entrar en su cabeza. Dos semanas duró haciendo esto hasta que un día Minho al verlo se armó de valor y se acercó a él.
-¿Sabes? Me he dado cuenta que estas en todas mis clases, y para ser sincero, ahora te veo por todos lados.-Minho había tomado a Taemin por el brazo, ya que Taemin había seguido de largo.
-¿Enserio?- Taemin enarco una ceja y sin darle mucha importancia siguió su camino. Minho se quedó helado por la respuesta, había algo en Taemin que le llamaba demasiado la atención. Trató de seguir al chico, pero no lo logro. Este había logrado escapar.
Taemin se encontraba satisfecho con su hazaña, pero ahora quería algo más. No iba a parar hasta conseguir que Minho entrara en su juego. Por su parte Minho se sentía al borde de la locura, había algo en el chico que le ponía mal. Ahora que lo veía por todos lados sabía que no era normal lo que sentía cada vez que lo veía. Minho tembló ante los pensamientos que le cruzaban la mente, se sentía extraño, pero empezaba a agradarle esos sentimientos raros que tenía clavados en la cabeza y el pecho.
Después de aquella vez, Taemin había decido poner al límite a Minho. Cada vez lo provocaba más desapareciendo cuando Minho lo notaba. Si por alguna razón hablaban, Taemin con una voz cortante, pero a la vez interesada, le contestaba. Para Taemin este juego era la única oportunidad de conseguir lo que anhelaba. Ya no le importaba lo que estuviera bien o mal. Un día después de haber despertado Taemin salía de lo que venía siendo su recamara, mientras eran vacaciones, cuando por el pasillo pasa Minho. Este con una mirada totalmente desconcertada le sonríe.
-Buenos días - Minho lo saludo, se dio cuenta que su voz tenía algo de nervios y desesperación.
-Días- Taemin después de decir esto sonrió y siguió su camino. No pudo dejar de evitar notar que Minho lo seguía. Taemin sonrió una vez más, ahora para sí mismo. Sabía que lo que hacía estaba mal. Jugar como si la gente fueran objetos no estaba bien, pero cada vez que veía a Minho, en lo único que podía pensar era en envolverlo en su juego hasta tenerlo. Minho seguía a Taemin sin saber por qué, solo lo dejo de seguir cuando alguien lo llamó y no supo hacía donde se había ido el chico. Ese niño lo estaba volviendo loco. No controlaba su mente, tenía que estar más cerca del chico, o sino terminaría volviéndose loco.
Pasaron dos días en los que Minho ya no vio a Taemin. A pesar de que lo busco, el chico no apareció por ningún lado. Ahora sí Minho creyó volverse loco, escuchaba la fría voz de Taemin por todos lados y su corazón palpitaba fuertemente. Trató de controlarse y saber que le ocurría, no entendía por qué tenía que ver y estar cerca de alguien a quien prácticamente no conocía. Una fugaz idea pasó por su mente. Se aterrorizó. ¡No! Se negaba a sentir eso. ¿Amor? Sí apenas le había hablado un par de veces, pero tampoco podía ser una obsesión. Si hubiera sido una obsesión, hacía ya un rato en que la hubiera notado. Amor. Eso era. No lo podía esconder más, desde que lo vio por primera vez le había fascinado todo de ese niño. Minho rio suavemente, había recordado la primera vez que habían hablado. La forma en que Taemin tartamudeó por los nervios. Un nuevo pensamiento cruzó la mente de Minho. Él sentía amor pero, ¿y sí Taemin no sentía nada? ¿Y sí todo estaba en su imaginación? Tenía motivos fuertes para pensar que Taemin lo estaba provocando, pero también podía estar imaginándoselo todo. Tembló ante esta idea. Sabía que nunca iba a poder saber cuál era la realidad. Suspiró fuerte, tomo una toalla y se dirigió a las regaderas,
Minho entro a las regaderas y vio a Taemin recargado, más bien sentado en los lavabos.
-¿También estas aquí? - Minho decía esto refiriéndose a que lo tenía metido hasta en el pensamiento, no esperaba que Taemin le fuera a contestar.
-Sé que te gusto- Taemin lo miro determinadamente, de un brinco se bajó de los lavabos y se acercó a Minho. -También me gustas- Minho abrió los ojos de par en par. No podía creer lo que había oído, menos comprenderlo. No estaba loco, le correspondía pero ¿entonces por qué lo provocaba?
-¿Por qué no dejas de provocarme?- Minho habló con una voz suave.
-Quería ver quién podía durar más en este juego.- Taemin sonrió fríamente, había caminado alejándose de Minho. Pero este no lo dejó moverse más.
-Sabes, soy muy mal perdedor.- Minho habló sobre los labios de Taemin, no resistía más. Sin pensarlo dos veces lo besó. Un beso desesperado, que casi lo mataba. Quería más y no se podía controlar -Sí no me controlas, no me provoques.- Minho pegó a Taemin contra la pared.
-¿Y quitarle lo divertido? Jamás.- Taemin rio, se burlaba de Minho. Y esté en un acto desesperado lo volvió a besar. Pasó su boca al cuello de Taemin, lo lamió haciendo temblar al chico. Sin dar una señal alguna lo mordió, deseaba tener el sabor de esa piel que lo estaba matando de locura.
-Siente, esta así por tu culpa.- Minho había tomado una de las finas manos de Taemin y la había metido entre unos de los botones desabrochados de su camisa, colocándola en su pecho. Taemin se ruborizo al sentir el pálpito de Minho, se sentía igual que él suyo. Ya no podía dar marcha atrás, estaba seguro de lo que hacía y había hecho. Desabrochó los demás botones de la camisa de Minho, después bajo sus manos hasta el pantalón. Lo desabrochó y jaló a Minho contra su cuerpo.
-Tú también eres cruel, no me habías notado hasta ahora.- Taemin se encontraba totalmente pegado contra la pared.
-Eso...no es del todo cierto.- Minho hablaba besando a Taemin, ahora era él quien le desabrochaba la camisa a Taemin, tocando cada centímetro de piel que encontraba en su paso. Con un movimiento le quitó los pantalones y termino de sacarse los suyos. Ahora se encontraban piel con piel. Minho acarició a Taemin haciéndolo gemir. Esté había enredado sus piernas en la cintura de Minho. Un duró inicio para ambos, pero pronto habían encontrado una sensación de placer en el vaivén de sus cuerpos. Minho buscó la boca de Taemin, pero él se negó. Había recordado que ese era su juego, no se iba dejar perder. En cambio movió las caderas, provocando que Minho gritara. Taemin rio, sus manos recorrieron la nuca de Minho y terminaron entrelazándose en su cabello. Le echó la cabeza para atrás y lo besó salvajemente. Sus lenguas jugaban a descubrirse entre sí. El besó había durado demasiado, como para verse obligados a separarse. El ritmo de sus cuerpos era cada vez más rápido. No querían que ese momento nunca terminara, pero se encontraban lo suficientemente excitados como para detenerse. Minho mordió la oreja de Taemin, se encontraba ya en su clímax y sabía que Taemin también. Taemin acarició la nuca de Minho una vez más. Minho ya no pudo contenerse, se corrió haciendo que Taemin gimiera fuertemente. Ahora los movimientos de las caderas de ambos se hacían más lentos hasta quedar totalmente detenidos. Taemin cerró los ojos fuertemente, había soñado con tener a Minho así de cerca varías veces y ahora era una realidad. Suspiró y de repente sintió la boca de Minho contra la suya de nuevo.
Taemin despertó, sonreía a pesar de que en el fondo temía que todo hubiera sido un sueño. No quiso pensar más en el tema. Bajó al comedor y vio a uno de sus amigos parado junto a la mesa. Era el fin de semana previo a que las clases empezaran. Corrío a abrazarlo cuando se encontraba distraído dándole un susto. Después de reírse ambos se dirigieron al lobby a esperar a que la demás gente llegara. Después de que cada uno de sus amigos llegó y los saludo, se fue. Tenía que recoger unas cosas del ala norte. Cuando de repente siente que unas manos lo jalan por la cintura. Lo siguiente que ve es a Minho echándole seguro a la puerta de la biblioteca.
-Te he extrañado- Minho besó a Taemin fuertemente.
-Solo nos han separado las horas.- Taemin rio burlonamente.
-No me gusta, no quiero.- Minho fingía hacer un puchero.
-Así es este juego, tú decides si quieres jugar conmigo.- Taemin aun pensaba en que tenía que llevar a Minho hasta el fondo de su juego, y esa idea le divertía. Lo besó mientras distraídamente quitaba el seguro de la puerta. Una vez que el besó terminó Taemin le sonrió a Minho -Tú decides- Después de haber dicho esto, Taemin salió corriendo dejando tras de sí una risa juguetona. Minho sonrió, si amaba a ese chico. Y por la forma en que lo besaba sabía que Taemin también lo amaba. Toco sus labios tratando de dejar más tiempo el sabor de Taemin en ellos. Estaba decidido, jugaría con él hasta hacerlo perder. Perder y quedar rendido en sus brazos. Esa misma tarde el juego iba a empezar.
FIN