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En la oscuridad del Bosque por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Bueeenoooo chic@s aquí otro capitulo >< anuncio que este es el penultimo D.D siento haberlo subido tan tarde pero he tenido algunos problemas, mi pc murio y he tenido que usar el de mi hermana. 

Bueno, espero que les guste n_n Saludos a todos! 

PD: Ya saben, cualquier error háganmelo saber y lo corregiré de inmediato

Gracias por leer <3

Lo que se vio después fue una verdadera masacre. De un segundo a otro éramos rodeados por más de cincuenta lobos hambrientos sedientos por nuestra sangre. No sabía de dónde aparecieron tantos, era como si hubiesen llegado al acuerdo de reunirse en nuestro bosque para planear una matanza masiva, pero no íbamos a permitírselo.

Vi como algunos valientes comenzaron a salir de sus casas armados con hachas, espadas, cuchillos o cualquier cosa que tuviesen a mano para intentar luchar contra las bestias, a algunos les vi perecer en minutos, ser devorados como carne seca y a otros los vi levantarse nuevamente. El valor y decisión reflejada en sus ojos me conmovió de sobremanera. Había algo que ellos amaban y que deseaban defender, pero yo…

- ¡Sasha, cuidado!-
El blondo me empujaba y me salvaba de ser mordido por un lobo. La velocidad y la capacidad de reacción en él hoy eran formidables, se movía con una soltura imperceptible a mis ojos. Se elevó por los aires con la velocidad de un ave y desde allá arriba, mezclándose con la oscuridad del cielo disparó tan certeramente que atravesó el cráneo de tres de ellos, cayendo todos al suelo, al unísono, cómo una orquesta.

Las pupilas completamente rojas, los dientes relucientes como hojas de espada, los músculos vibrantes moviéndose con fuerza en cada ataque, estaba hecha una bestia. Fue solo en ese momento cuando le tomé el peso, él era un cazador por naturaleza y este era su trabajo ¿Cuál era la rivalidad gigantesca que tenía la raza de Desmond con los hombres lobo? No lograba comprenderlo y sentía que Desmond tampoco lo hacía, el simplemente le hacía caso a su instinto asesino que comenzaba a brotar desbordantemente.

Vi como una de las bestias se abalanzaba sobre uno de los aldeanos que estaban a mi lado y con sus dientes filosos comenzaba a devorarle el rostro. Sin pensarlo demasiado me lancé encima del animal y le propiné una certera puñalada en la espalda, él se erguió producto del dolor y giró hacia mí. Me observó con esos ojos amarillos que me inspiraban tanto miedo e intentó embestirme, le esquivé con tanta destreza que incluso a mí me asombró y tomé una de las pistolas que Desmond me había obsequiado y atravesé su corazón de un solo disparo ¡Estaba sorprendido de mí mismo! Un nuevo animal intentó acercarse al hombre agonizando y rápidamente volví a tirar del gatillo, atravesando su cabeza. Así comencé a disparar y a atacar a todos los que vi a mi alcance, de alguna forma estaba buscando algo cada vez que arremetía contra las bestias, había uno, uno de ellos que evitaría mi ataque antes de que yo le disparara y eso era justamente lo que estaba buscando.

Buscaba al lobo que había encontrado cuando todo esto comenzó.

 Sentí como algo tiraba de mi pantalón, era la mano del sujeto que había salvado de ser devorado. Su rostro estaba casi por completo mordido y apenas podía divisarse el azul de sus ojos vacíos. Hice una pausa entre todo ese caos y me acerqué a él.

- Te has vuelto un hombre, Sasha- Balbuceó apenas, sus labios estaban a medio devorar. Intenté observarle mejor, este hombre me conocía como muchos otros en la aldea, me habían visto crecer y ahora estaba luchando junto a ellos. Yo solo atiné a sonreírle, aunque no pude reconocerle en la densa oscuridad.

- Por favor, busca a mi hijo Pierre y dile que su padre murió defendiendo su pueblo- Yo asentí con la cabeza mientras sentía como el corazón se agitaba tristemente, produciéndome un incómodo nudo en la garganta. El pareció sonreír.

- Tu madre…- Murmuró en un último suspiro –Tu madre debe estar orgullosa de ti…- Y entonces dejó de respirar.
Esas palabras despertaron en mí  la mayor angustia que he sentido alguna vez ¡Mi madre y mi abuela estaban solas en la mitad del bosque! ¿Cómo demonios había olvidado ese detalle?

- ¡Desmond!- Me acerqué rápidamente al cazador aún sin dejar de disparar. Él tan solo me miró de reojo mientras que con el hacha que llevaba en la espalda le veía rebanar cabezas con agilidad.

- Debo irme…- Comencé nervioso, la situación era tensa, estábamos en medio de un combate mortal –Mi madre…Verás…-

- Vete…- Musitó cortante mientras descargaba la furia de su arma en el estómago de un lobo –No puedes dejar a una mujer tan linda sola en esta situación…- Vi rápidamente como su sonrisa pasó frente a mis ojos antes de cerrarlos, la silueta de Desmond girando hacia mí levantando una pistola en sus manos me asustó, pero tan solo estaba asesinando a una bestia que había aparecido por mi espalda.

- ¿Es qué no confías en mí, Sasha?-  Musitó clavando sus ojos en los míos, que por unos momentos habían vuelto al miel que tanto me gustaba.

- No…no es eso- Respondí nervioso, su rostro estaba muy cerca del mío.

- Creíste que te iba a disparar…- Rió -¡Jamás haría eso!- Sonreí a modo de disculpa.

- ¿Y si yo fuera un hombre lobo?- Pregunté alzando un poco la voz, el ruido producido por el choque de armas y los gritos ensordecían un poco. El ladeó la cabeza, sorprendido.

- Si así fuera entonces tendría que matarte…- Sonrió mientras llevaba su mano a mi cabeza y acariciaba mis cabellos – Pero no lo eres, así que no te mataré- Yo asentí con la cabeza, la verdad es que no entendía muy bien por qué había hecho una pregunta tan tonta, sobre todo si ya sabía la respuesta. El instinto cazador de Desmond era más fuerte que cualquier cosa, incluso más que el cariño que sentía por mí.

- ¿Podrás solo…?- Él me hizo un gesto para que mirase a mi alrededor, apenas quedaba una veintena de ellos, sonreí un poco avergonzado, esa pregunta sí que había sido estúpida.

- Cuídate…- Dijo sin abrir sus labios mientras aún me miraba con esa sonrisa tan bella esbozada en su rostro pálido. Yo me aparté lentamente y me alejé de él.

- Nos veremos luego- Pensé mientras me alejaba corriendo de la batalla. No hubo necesidad de decirlo con los labios, sabía que él me estaba escuchando.

En los próximos minutos yo me encontraba corriendo por el bosque con toda la fuerza que daban mis piernas, la caperuza roja ahora teñida de un tono un poco más oscurecido producto de la sangre escarchada que la manchaba, se hacía un poco pesada por la carga de todas las muertes que tenía sobre ella. El cielo estaba oscuro y la densa neblina carmesí que había comenzado a aparecer hacía juego con la luna sangrienta del mismo color que se alzaba majestuosa en lo alto y era la única fuente de luz en todo el lugar. No había criatura alguna vagando por ahí, los animales estaban escondidos y ni siquiera los grillos cantarían esta noche. Apenas me topé con un par de lobos en mi camino, todo estaba demasiado tranquilo, un silencio que daba miedo invadía todo el lugar.

Llevaba alrededor de treinta minutos corriendo y por fin pude divisar a lo lejos la colina donde vivían mi madre y mi abuela, me sentí aliviado al ver como las luces encendidas y el humo saliendo de la chimenea me regalaban una hermosa satisfacción, sus siluetas a la luz podían verse a lo lejos, suspiré tranquilo y bajé la guardia, podía descansar ahora.

Pero un ruido rompiendo la serena afonía del lugar hacía poner mis sentidos alertas de nuevo, un poco más adelante pude sentir los pasos de alguien, me acerqué sigilosamente pero lo que estaba delante de mí era más sigiloso que yo. De un momento a otro me vi asaltado, él tenía sus manos sujetando mi cuello con fuerza y el aire no tardó en faltarme ¿Debí haberme sorprendido por el rostro que tenía frente a mí? Debí habérmelo esperado, ese cabello oscuro que se me hacía tan familiar ahora y esos ojos anaranjados, tan despreciables como él.

- E…Ethan- Balbuceé en una carcajada mientras observaba como mis pies se levantaban unos cuarenta centímetros del suelo. Él me miraba con una sonrisa dibujada en sus labios.

- Hola, Sasha…- Dijo irónicamente, detestaba cuando hacía eso.

Para mi sorpresa el vampiro no tardó en soltarme y me dejó caer al suelo, desembolsé  mi pistola y le apunté directo al rostro.

- No querrás matarme con eso…- Dijo aun manteniendo esa sonrisa en su rostro y acercándose a mí –Guárdala para matar a algún lobo, ya sabes…La plata no mata a un vampiro-  Su rostro ahora estaba a escasos tres centímetros del mío.

- Aléjate de mí, bastardo- Dije clavando mis ojos en los suyos, desafiándole con la mirada.

- ¡Sabes que no puedo!- Exclamó tomándome ambas muñecas con su mano izquierda y embistiéndome contra el suelo - ¿Te han dicho que tu sangre es deliciosa?- Murmuró a mi oído –Seguramente el maldito de Desmond ya te lo ha dicho-

- Es justamente tu sangre lo que atraerá a esa bestia ahora…- Y entonces sentí una leve punzada en mi muñeca, una de las uñas de Ethan había penetrado mi piel y no tardó en sangrar. Vi como la figura de Vlad se asomó en las penumbras y una mirada cómplice se cruzó entre él y Ethan.

- Ahora me divertiré un poco…- Susurró y con la fuerza de su cuerpo hizo que me girara boca abajo, posándose sobre mí y atrapándome con sus piernas. Me sentí avergonzado, sus caderas chochando contra las mías en el casi inútil forcejeo me hacía sentir la más horribles de las humillaciones, sentí como con su mano derecha acarició levemente la parte trasera de mis muslos, bufé molesto.

- Maldito seas, Ethan- Dije aún intentando resistirme, pero su cuerpo era mucho más pesado que el mío.

- Y bendito seas tú, Sasha- Musitó mientras acercaba su rostro hacia mi cuello, pude sentir su pesada respiración sobre mi yugular y un escalofrío me recorrió por completo, el muy ruin  iba a matarme lentamente mientras me humillaba estando así, sobre mí.

- ¿Algo que quieras decir antes de morir?- Musitó acercando nuevamente sus labios a mi oído. Solo una persona cruzó mi cabeza al escuchar esa pregunta.

- Me hubiese gustado pasar más tiempo con Soul…-  Dije desahogándome, era un sentimiento que tenía guardado desde hace mucho tiempo. El Soul que había encontrado ahora era completamente distinto al de antes, no lo comprendía y me dolía profundamente no poder hacerlo, hubiese querido poder llegar a entenderlo alguna vez, saber su historia, que pasó con él todos estos años, pero nunca lo logré.

- Que triste…- Rió irónicamente volviendo nuevamente su aliento a mi cuello, cerré los ojos mientras sentía el primer pinchazo de sus dientes clavándose en mi piel.

Pero un fuerte estruendo lo alertó y lo hizo apartarse de mí con la rapidez de un rayo, pero no fue suficiente. En cosa de segundos la bestia ya estaba sobre él.

Fue tan rápido que apenas pude divisarlo, de un momento a otro, de entre los árboles un hombre lobo había aparecido, pero no era cualquiera. Su silueta mitad humana, mitad animal y sus brazos corpulentos se me hacían familiares, los ojos amarillos un poco oscurecidos de la bestia se clavaron en los míos, una mirada tensa pero partícipe se dio entre ambos ¡Definitivamente era al que había estado buscando!

- ¡Sabía que funcionaría!- Exclamó Vlad abalanzándose sobre la bestia, pero en un impulso inconsciente me levanté y me interpuse entre ambos, tomándolo aún en los aires y haciéndole caer al piso. Dirigí una fría mirada cuando su rostro toco el fangoso suelo ¡Ellos me habían usado! Sabían que mi presencia atraería a este lobo, que por algún motivo desconocido para mí, parecía especial ante el ojo de los dos cazadores.

- ¿¡Qué estás haciendo, Sasha!?- Exclamó furioso el peliblanco levantándose del suelo - ¿¡Le estás defendiendo, traidor!? – Dí un paso hacia atrás sorprendido, si, le había defendido sin siquiera pensarlo ¿Por qué lo había hecho?

- Yo…- Musité nervioso. No sabía que decir, estaba entre la espada y la pared, odiaba a estas bestias, las quería extintas para que mi pueblo pudiese vivir nuevamente tranquilo en sus tierras, pero yo…

No podía matar a esta.


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