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Día de los Amigos.. por sora-sempai

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo a todos, yo que ande perdido en cuanto a publicar por bastante tiempo he vuelto y con un fic algo "interesante"

 

Buen lo de siempre los personajes son ficción cualquier parecido con la realidad no es mas que mera coincidencia.

tambien, los personajes y sus personalidades son de mi total autoria, así que cualquier uso de ellos deverá ser consultado conmigo primero.

 

Nota: el Fic tiene algo de Shojo Ai.

Notas del capitulo:

Bien espero les guste :D!

Como siempre las fechas festivas no eran más que un alboroto y mucho ruido en las tiendas, pues todos se desvivían por comprar algún regalo barato que dijera a su ser querido cuanto lo amaba, y pues sí, mañana se celebraba el dichoso día del “amor y la amistad” y Arthur estaba preocupado, si bien el le había comprado un ostentoso regalo a su novio ya hace algún tiempo, temía que las cosas salieran igual o peor que cuando intentaron celebrar San Valentín.

 

Bien por ahora no era tiempo para pensar en cosas negativas, necesitaba llegar  su hogar y preparar todo para su linda celebración con Nicolás. Sin embargo y como ya es costumbre para en la vida de Arthur, algo interrumpió los planes del joven químico.

Una llamada de alguien quien jamás espero recibir, y menos ese día. Su amiga de la infancia Carolina. Y es que la chica desde hace algún tiempo se había mudado a España por cosa de su carrera y estudios, y no habían tenido contacto más que por teléfono, email o skype.

--¿Carolina, y eso a qué debo el milagro?—hablo apenas contesto la llamada.

--Coño tío, pero es que ya ni un saludo… --recriminó la joven al otro lado de la línea.

--Bueno, si hola amiga del alma, ¿Cómo has estado? Espero que bien ¿a qué debo el honor de tu llamada?—respondió  Arthur en tono monótono.

--Bien, gracias por tu preocupación—contestó Carolina en tono sarcástico.  Si así era su relación algo tosca pero se querían como buenos amigos. –Bueno y  cuanto a tu pregunta, pues tío necesito que me hagas un favor urgente—hablo, aumentando la curiosidad de su compañero.

-- Con tal de que no sea algo como que te preste a Nico, sabes que puedes contar conmigo—

--Bueno, ya que lo pones de ese modo—calló un momento—Bueno Arthur, quería saber si me ¿puedes dejar quedar en tu casa?—pidió eliminando de su voz cualquier rasgo de acento español. Lo que hizo pensar a Arthur que quizás y solo lo fingía todo el tiempo.

--Vale, por mi está bien solo dime en que fecha vienes de visita para ir con Nico a recogerte al aeropuerto—la posible visita de su amiga lo entusiasmaba bastante.

--Pes Arthur ese es otro detalle, que ya estoy en el país, acabo de llegar estoy en el puente aéreo, y ya que te ofreciste ¿pues venir  a recogernos es que tengo muchas maletas?—habló algo suplicante.

--¡Estas loca amiga como me vas a dar esa noticia así…. Sabes qué hora son!—casi le da un ataque de histeria. Sin embargo tuvo que parar sus reclamos pues analizando lo que su amiga dijo – Espera dijiste “recogernos” o sea que no estás sola—quiso aclarar ese pequeño detalle.

La chica musito algunas incoherecias para luego decir: --Si, vine al país con alguien especial que quiero presentar a mi familia, así que por ahora necesito donde quedarme—esas palabras para Arthur sonaron bastante serias, vaya que entonces el asunto era importante para Carolina.

--Ok, entonces voy para allá—pero que ella fuera seria, no significaba que él como buen amigo que era no tuviera el derecho a molestarla.—así que encontraste a tu chico ideal Europa,--hablaba mientras caminaba con su típico tono burlón—bien  por ti amiga, se te cumplió tu fantasía de secundaria—ciertamente una de los más locos sueños de la chica era casarse con un Europeo de ojos azules. Según ella lo describía.

--Arthur, esto es importante… deja de burlarte y ven, ¿sí?—asintió, para luego colgar el celular. Ahora si apuro el paso, tomando el primer taxi que encontró para llegar al aeropuerto. Si Carolina estaba tan seria algo grave pasaba.

Una vez llego, volvió a marcar el número de su amiga, llevándose un susto de primera cuando el aparato sonó justo detrás de él.

Una vez controlado su ritmo cardiaco pudo saludar como es debido a la chica — ¡Caro! Que alegría tan grande volver a verte…-- la abrazo entusiasta, pero entonces recordó. Así que miro a todo lado esperando encontrar el acompañante especial de la chica. Pero no vio más que una mujer alta de mirada feroz parada justo al lado de Carolina.

--Bueno, niña y ¿dónde está tu galán?—decido preguntar ante la incógnita. Carolina solo mostro una sonrisa nerviosa para luego dar paso a sus palabras.

--Arthur, esta chica que vez aquí a mi lado se llama Milena—Arthur asintió algo confundido—y ella es la persona especial que quiero presentar a mis padres, ella es mi pareja—finalizo algo cohibida, si bien ella sabía que Arthur no la juzgaría si se sentía algo nerviosa.

El muchacho estaba perplejo, jamás de los jamás se imagino que su amiga le gustaran las chicas, o sea eso si que era una sorpresa, con razón no podían llegar directo a la casa de los padres de Caro, tenían que evaluar el terreno. Pues bien que conocía ese ritual de conocer lo suegros.

--Bien, pues ahora entiendo todo… sin más que decir vamos pues—tomo las maletas y se dirigió  a la salida del aeropuerto siendo seguido por las dos muchachas.

Sin embargo durante todo el camino Arthur no hizo más que pensar en esas palabras, y como pretendían decírselas a una familia tan rara como lo  es la de Carolina.

Una vez llegaron Arthur se adelanto a bajar las maletas del paquetero para luego  subirlas al departamento, mientras Carolina y Milena pagaban la cuenta del Taxi.

--Linda, tu amigo no está algo afectado por la noticia, digo yo Qué te digan que tu amiga de la infancia es lesbiana, no es como una gran noticia—Hablo Milena un poco preocupada por la actitud nerviosa de muchacho, y evaluando seriamente si la idea de quedarse en ese departamento era buena, o sea no quería ni de riesgo quedarse en casa de alguien que la fuera a juzgar, ni a ella ni a su querida Carolina.

--¿Arthur? Como crees, debe estar nervioso por alguna otra cosa—hablo la más baja, restándole importancia al asunto.

--¿estás segura linda?—Milena aun dudaba.

--Total, solo espera a que lleguemos al apartamento y entenderás por que mi confianza ciega en él—Milena aun sentía desconfianza, pero decidió darle la oportunidad y el beneficio de la duda.

Una vez el ascensor se abrió encontrar a Arthur algo liado con las llaves para abrir la puerta. Una vez este logro abrir el departamento, entró anunciando su llegada.

Digna de fotografía fue la cara de Milena cuando vio, como un chico rubio  de la misma altura que Arthur saltaba sobre este y se lo comía a besos.

--Ves Mile esto era lo que te decía, él es Nicolás y es el novio/marido de Arthur—hizo referencia al segundo chico que tenia ahora al frente.

--Linda me hubieras dicho que tu amigo era marica, así no me preocupo tanto—hablo aliviada la muchacha. Sin embargo Nicolás que hasta ahora había estado feliz por abrazar a su chico, y luego eufórico por ver de nuevo a Caro. Deformo su rostro en disgusto, al escuchar dicha oración.

--Disculpa, pero ¿quién te crees tú, para andar llamando a mi novio marica? Zorra… —Arthur inmediatamente acudió y tapo la boca de un muy soez Nicolás. Milena que no se quedaba corta iba a responder la piedrita con una roca, si no es por Carolina que previendo lo que iba a pasar, también interviene.

--Tranquilízate nene, estoy seguro que no lo dijo con intención de ofender—si bien sabia que Nicolás lo hacía con la intención de defenderle. No quería una confrontación con la pareja de su amiga.

--Vale cachorro, pero sabes cuánto detesto esa palabra. Y más aun si te la dicen a ti—Arthur conocía muy bien el odio que su novio profesaba a la dichosa.

--Si, si Cariño… pero no vamos a pelear con la novia de Caro, ¿o sí?—aclaro Arthur, con tal de cambiar el tema.

--la novia de…--Nicolás miro a Caro en busca de comprobar lo dicho, y esta se lo afirmo asintiendo con la cabeza. –¡Ay santo Buda! ¿Enserio? Vaya noticia…-- el coctel de emociones que sentía Nicolás era abrumador. No sabía si emocionarse, gritar, felicitarlas, preocuparse por ellas o regañar a Caro por fijarse en una patán como lo era esa tipa.

--ya ves Nico, por eso es que no me duraba ninguna relación—Siendo el rubio su confidente en la secundaria. Eso sin duda aclaraba muchos puntos

--Bueno, pues que mas da Bienvenidas sean… siéntanse en su casa…--hablo el joven chef  dejando entrar a las dos muchachas, Arthur y Carolina se adelantaron para instalar las maletas en el cuarto de huéspedes del apartamento. Pero Milena  y Nicolás se quedaron atrás, esta retenida por el chico.

--La verdad, no sé que vio Caro en una patán que le anda diciendo marica a mi novio—sentenció serio, ante la mirada incomoda de la chica. —Pero espero llevarnos bien—finalizo extendiendo su mano en un gesto afable.

--Eres Raro—Hablo Milena, aceptando el gesto de Nicolás.

Y así las nuevas huéspedes se instalaron temporalmente en el apartamento de los chicos,  ese día termino, placenteramente. Pero el siguiente no será tan sencillo.

Lo primero que ocurrió fue el maravilloso escándalo de Milena, cuando quiso entrar al baño y encontró a Arthur y Nicolás semi-desnudos y uno encima del otro. Obviamente ese tipo de situaciones eran normales, de cada mañana, sobre todo contando con el hecho de que Nicolás es un poco entusiasta a la hora del baño. La escandalosa chica fue calmada por Carolina, que de inmediato acudió a su rescate.

El siguiente evento fue al desayuno cuando una muy sorprendida Carolina al no haber probado nunca ninguno de los platillos de Nicolás, le saltó encima y casi lo besa de no ser por la portan intervención de Arthur que de por más decir: a la hora de ser celoso sus reflejos son sorprendentes.

A la hora del almuerzo todo parecía tranquilo en aquel apartamento, incluso los dos chicos ya hacían sus planes de escapada para el día, sin embargo sus huéspedes temporales les tenían un mucho mejor plan para esa tarde:

--Eh…--Titubeó Carolina—Chicos, queríamos pedirles un favor—Hablo tanteando el terreno. 

--Ni locos—intervino Arthur. El chico ciertamente ya estaba un poco fastidiado con la situación de tener a esas dos viviendo tan cerca, y eso que  no llevaban ni 24 horas bajo el mismo techo.

--Cachorro—regaño Nicolás –lo que este grosero quiso decir, es que depende de cuál sea el favor—hablo el chico. Ciertamente el tenia muchas más paciencia.

--Verán Chicos, queremos que nos acompañen a casa de mis padres—pidió con la cara roja de la vergüenza.

--Si por favor, Caro me conto anoche sobre sus experiencias familiares y creo, creemos que pueden ser un gran apoyo para nosotras—esta vez fue Milena la que intervino, pues Carolina estaba pasmada por la vergüenza.

--Bueno esto…--Inmediatamente Arthur sintió una conexión ya que sus suegros eran unos ogros por completo –Claro que sí, nosotros las acompañamos—esta vez fue el turno de Nicolás para quedar sorprendido, pues jamás imagino que Arthur cediera tan fácil. Y más aun cuando ellos ya tenían planes para el día.

--Si, nosotros les hacemos barra—Nicolás apoyo la idea, sin mucho ánimo. Ciertamente a él no le atraía nada esa idea, pero todo sea por los amigos, ¿no?

El viaje hasta la casa de los padres de Carolina tardo exactamente dos horas y media, pues aunque quedaba en la misma ciudad,  siempre había que recorrer una buena distancia, esto sumado a que decidieron tomar transporte público, y las consecuencias que esto acarrea.

--¡Que cansancio!—exclamo Carolina, algo irritada por el molesto viaje en bus –Si el tacaño de Arthur, hubiera gastado taxi.  Habíamos llegado hace horas—completó su queja.

Arthur la miro con odio, puede ser su amiga, pero vaya que había veces que le gustaría estrangulara, ahora recordaba bien esos tiempos en la secundaria.

Por su parte Nicolás notó la mirada asesina de su novio, he intervino.

--Ya Caro no digas esas cosas que si hubiéramos tomado taxi, nos gastábamos el sueldo de todo un mes…—hablo conciliador, pero como vio que la cara de su chico no mejor ni poco—Es que ya sabes, tu familia vive tan lejos que el agua llega cansada y la luz tiene que hacer transbordo—no sabía que tan buen chiste había hecho, pero sin duda había dado quite a Carolina.

--Ja, si ya lo que digas…--y esa había sido la chica, que no supo cómo responder. Y se escondió en los brazos de Milena.

Una vez estuvieron en frente de la casa familiar, los nervios para todos volvieron. Siendo Arthur el único que se atrevió a llamar a la puerta. Cuando la dichosa se abrió a las dos chicas casi les da un paro cardiaco, siendo calmado cuando una niña de apenas 5 años apareció tras ella. Y detrás de ella una mujer de unos 35 años.

--¡Ja! Y ese milagro que se digna a visitar la familia—hablo cortante la mujer. A la vez que alzaba en brazos a la pequeña.

--… Si hola hermanita, cómo estas,  yo bien gracias—respondió Carolina, irónica ante la frialdad de su hermana. – sabes yo hasta ayer estaba estudiando en España, y llamo seguido… no me reclames nada, igual no soy una vaga como tu—ciertamente la relación entre las dos hermanas no era nada agradable, y se lo demostraban  cada vez que tenían oportunidad.

--Bien, como sea… ¿a qué has venido?—el tono de la mujer no cambio en absoluto.

--¿está mamá y papá?—

 --Sí, mamá está en la sala y papá está arreglando ese viejo cachivache que llama auto—Respondió la hermana mayor.

--Genial, si nos permites…--la hizo a un lado y siguió al interior de la casa, siendo seguida por Milena.

Los dos chicos, estuvieron a punto de irse, si no es por el regaño de Carolina para que entraran.

--má!, ¿dónde estás?—hablo la chica una vez entro en la sala.

La mujer apenas escucho la voz de su hija se emociono enormemente, hacia más de un año no la veía en persona.

--¡Carito! Mi nena hermosa… que bueno verte por acá—se acerco y al abrazo cálidamente. Como cualquier madre haría.

--Si má, a mí también me alegra verte—la chica correspondió el abrazo.

--Pero, mírate como estas de hermosa—le escurrían algunas lágrimas de felicidad—y… trajiste acompañantes—volteó a mirar a las otras tres personas, reconociendo a los dos muchachos de hace muchos años y una cara nueva.

--Si mamá, vine precisamente a presentarte a alguien—dijo en un tono de voz bastante bajo.  Pero lo suficientemente alto como para que la mujer de alrededor de 55 años escuchara y se emocionara por la noticia.

--ehh... espera en la sala  voy por tu padre—la muchacha asintió y su madre salió dispara a buscar a su marido, gritando su nombre por los pasillos —¡Ernesto! ¿Donde estas?—

Entre tanto los 4 visitantes se sentaron en la sala a esperar que toda la familia estuviera junta.

--je, con que vienes a presentar novio… ¿bueno y cuál de los dos es?—hablo la hermana mayor, que hasta ahora se había mantenido solo escuchando la conversación.

--No te interesa Marián, además ahora que venga papá les voy a decir a todos—Hablo sin mirarla a la cara.

--je… pero que odiosa hermanita tengo, bueno da igual puedo esperar unos minutos… pero eso si te digo aquí  entre hermanas, ambos tiene cara de marica. Yo no fiaría mucho—hablo riendo.

En ese momento Arthur tuvo que agarrar a Nicolás de la camiseta y evitar que este explotara.

Pasaron cerca de minuto y medio cuando se escucho como estaba de regreso tanto Ernesto el padre de Carolina como Isabel, la madre.

--¿y bien donde esta mi nuero?—Hablo el hombre una vez llego a la sala. No podía evitarlo estaba feliz de que por fin su querida hija, su tesoro había encontrado alguien a quien amar.

Así que cuando llego a la sala  y vio a los dos muchachos, la pregunta le surgió casi por instinto.

Ganándose claro una reprimenda de su esposa.

--¡Ernesto! Deja que la niña hable por dios— regaño acompañado por un golpe en la cabeza.

--¡ya mujer! No seas agresiva…--reprocho el hombre—Y bien mi niña, aquí tu madre ya me dio un pequeño adelanto que lo único que hizo fue ponerme ansioso. Así que tesoro tu dirás—hablo mientras tanto él como Isabel se sentaban en el otro sofá.

La mirada de los dos padres era de curiosidad y orgullo, ambos preguntaban silenciosamente mirando a Nicolás y Arthur, ¿cuál sería la pareja de su hija?

--Bueno, como ya dedujeron, hoy regrese de España, porque quiero presentarles a mi pareja.—los dos padres asintieron al mismo tiempo.

--Bien—dio un suspiro para agarrar fuerzas de donde no las tenía, sin embargo cuando Milena noto esto la tomo de la mano intentando así trasmitirle un poco de confianza. El gesto no paso desapercibido por La Marián, que empezó a hacer mala cara. –Ella es Milena, mi novia y futura esposa—Habló sorprendiendo a toda la sala incluso a Arthur y Nicolás, que no sabían que esas dos pretendían casarse.

Luego de la sorpresa inicial se formo un silencio muy incomodo. Nadie atrevía de decir nada, y Carolina se sentía peor cada vez.

--¡Bueno ya alguien diga algo!—Milena en un desesperado intento por detener la espiral depresiva que en esos momento sufría Carolina, intervino.

Las palabras de la chica, despertaron a la familia, y entonces Isabel rompió en llanto saliendo de la habitación. Sus lagrimas eran desgarradoras, y aturdían mas los sentidos de Carolina, que cuando vio salir de la sala a su madre intento seguirla; pero don Ernesto la detuvo. Entonces Marián fue tras ella.

--Carolina… ¿quiénes son esos dos?—hablo señalando a los dos jóvenes.

--Papá…--iba a intentar conciliar  pero la mirada rígida del hombre la detuvo. –Ellos son Nicolás y Arthuro, ¿los recuerdas? Son mis amigos de la secundaria, me estoy  quedando en la casa de ellos.—explico la situación.

--la casa de ellos…--repitió en un susurro-¿acaso viven los dos juntos?—levanto la mirada hacia los dos chicos.

--En efecto señor, vivimos los dos bajo el mismo techo—aseguro Arthur.

--¿Por qué ustedes ya no tienen edad de ser estudiantes o algo por el estilo?—el hombre se veía cada vez mas irritado.

--Bueno, es normal que yo quiera vivir como mi pareja, ¿no le parece?—esta vez fue Nicolás el que intervino. Ante la negativa que Carolina le hacía con gestos.

--¡Todos largo de mi casa!—Exclamo  al borde de un ataque.

--Pero papá—Carolina ya estaba llorando, su fuerte corazón no aguanto más

--No…. No quiero que me vuelva a llamar así, para m usted Ya no es mi hija—dictamino, saliendo  de la sala para buscar a su esposa.

Carolina rompió en llanto uno igual o quizás más desgarrador del que su madre, preguntándose ¿era tan mala? ¿Era tanto pecado…? ¿Por qué?

Acogida en los brazos de Milena la chica salió de la casa, dolida y con la mirada ida. Una vez afuera de su hogar familiar, recobro un poco la contextura.

--No te preocupes Caro, ya verás que con el….—Intento consolar Arthur.

--No, no Arthuro, no es así conozco a mi padre mejor que nadie y sé que no me perdonara nunca—milena solo la miro afligida. Ella era más fuerte pero igual le dolía en el alma ver al ser que amaba sufrir de ese modo.

Ambos chicos, se miraron, no sabían qué hacer. Sus casos fueron duros, sí, pero  jamás vieron tal mirada de odio en ninguno de sus familiares. Ni si quiera en el hermano psicópata de Nicolás.

--bueno, ya saben pueden estar todo el tiempo que quieran en casa… --Esta vez fue Nicolás quien fue interrumpido.

--No, ya mismo nos vamos al aeropuerto, regresamos a España—a la chica ya no le importaba nada más, ni la ropa ni nada.

--si amor—y a Milena lo único que le importaba era Carolina, así que estuvo de acuerdo. Ya de regreso comprarían más ropa.

--Bien… supongo que es lo mejor, entonces estamos hablando por correo—Arthur no era bueno en estas situaciones.

La despedida fue algo fría, mas sin embargo pudieron sentir esos lazos de amistad que los unían de tantos años, y aunque las cosas no salieron del mejor modo para Carolina. Pudo constatar que contaba con unos maravillosos amigos.

Notas finales:

Bien, el final me parecio algo "raro" así que pense que quizas continuar con la historia, ya saben decir algo mas sobre Caro y Mile, o de como se quedaron los chicos.

 

no sé algo extra. pero pues quedo a espectante a sus opiniones. y comentarios ya me diran.!

 

 

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