Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre fantasmas, vampiros y cambia formas por Yukikaze

[Reviews - 63]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, aquí Yuki reportándose, hacia ya un tiempo que no lo hacía.


Este fanfic es un crossover de Harry Potter y Crepúsculo, pero también es un AU.


Advertencias: No magia, Lemon, Mpreg, posible OCC. Cannon hasta Amanecer, no cannon en Harry Potter.


Los hechos ocurren en Forks, pueden salir otros personajes de Harry Potter, pero ellos no serán los mismos.


Los lugares, algunos hechos y personajes de este fanfic pertenecen a J.K. Rowling y Stephenie Meyer. Yo solo los he tomado prestados para esta historia.


Esta historia está también publicada en Fanticion a nombre de T.HP.ASlash.


Esto empieza en el último libro de la saga crepúsculo, ó sea Amanecer. Será un Jacob/Harry.


¡Disfruten de la lectura!

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Desde que tenía memoria, Harry había sido capaz de ver cosas que los demás no podían. Él era capaz de percibir todo aquello que escapaba de la mente humana común, cosas que lo aterraban y que a la vez le apasionaban más de lo que nadie pudiera pensar; él podía ver los espíritus de los muertos.

 

-Por favor...ayúdanos

 

-¡Ayuda!

 

-Vamos chico ayúdame

 

Harry se tapó los oídos y se acurruco en la esquina de su habitación, sobre su cama, intentando acallar los gemidos de los muertos a su alrededor, pero era tan difícil ignorarlos sabiendo que podía ayudarlos fácilmente. Él odiaba ignorarlos, pero le había prometido a sus padres que intentaría ser normal, les había dicho que ignoraría a los espíritus - aunque ellos no creyeran que en realidad pudiera verlos - y él estaba intentando cumplirlo.

 

-Por favor chico, mis hijos se mueren de hambre en la calle...

 

-Mi esposa está a punto de suicidarse…

 

-Mi madre se culpa por mi muerte…

 

-Mi tío planea hacerle daño a mi hermana para quedarse con la herencia…

 

-Mi padre está desaparecido desde hace tres días...

 

-Por favor, por favor...-seguían gimiendo los cinco espíritus clamando por ayuda. Harry empezó a tararear una canción en voz baja intentando hacer los lamentos menos sonoros, pero de repente aquellos lamentos se convirtieron en gritos y los libros de su estantería comenzaron a flotar a su alrededor mientras la puerta de su cuarto se abría y cerraba chirriando insoportablemente.

 

-¡Está bien! ¡Está bien!-gritó Harry exasperado. Los libros a su alrededor cayeron al suelo y la puerta se cerró de un portazo mientras los espíritus comenzaban a pelear entre sí para tomar un turno.

 

Harry gimió y se sentó sobre su cama dejando caer sus pies sobre el borde con cansancio. Eran las tres de la mañana, él daba gracias al hecho de que sus padres hubieran ido a un pequeño viaje a Washington dos días atrás para la boda de su prima, Bella e intentar reconciliarse entre ellos, aunque Harry no se hacía ilusiones, él sabía que su relación no tenía arreglo después de lo que se hicieron mutuamente.

 

-¡Silencio!-exclamo cansado-¡Tú primero!- dijo señalando al único espíritu que se había mantenido en silencio esperando pacientemente su turno. El ojiverde ignoro los gritos de protesta del resto de los espíritus y escucho con atención a su nuevo "cliente".

 

-Necesito que le comuniques a mis hijos la ubicación de la caja fuerte que enterré en el patio trasero de mi casa-dijo el espíritu. Era un hombre de mediana edad, calvo de ojos marrones oscuros, iba vestido con un traje negro casi inmaculado si no fuera por la mancha de sangre sobre su camisa blanca debajo del traje, una bala estaba incrustada en su frente. Harry intentó ignorar su obvio motivo de muerte y asintió con la cabeza pidiéndole al hombre un número de teléfono.

 

Era muy común para él ayudar a los espíritus en tránsito que tenían motivos pendientes en el mundo de los vivos y no podían atravesar las puertas al cielo o…al infierno, pero por lo general él intentaba no reunirse con los familiares de las personas que venían a visitarle en busca de ayuda ya que generalmente le trataban de loco y, de vez en cuando, le agredían con más que insultos.

 

Harry ayudo a todos los espíritus lo más rápido que pudo y, por fin a las seis y media de la mañana logró acostarse en su cama y cerrar los ojos para finalmente dormirse.

 

Dos horas después Harry se despertó con el sonido de una puerta abriéndose y las voces de sus padres en el piso inferior. El ojiverde se incorporo sobre su cama mientras bostezaba e ignoraba a su gata siamés frotándose contra su pierna, ronroneando felizmente.

 

-Que buena vida llevas tú Sombra-murmuro Harry rascando la parte trasera de las orejas de su gata. Sombra ronroneo un poco más y se subió sobre su cama para después caminar en círculos hasta encontrar un sitio cómodo para acostarse y bostezar cerrando sus ojos rojos brillantes. Harry amaba a su gato aunque no fuera de lo más común, él la había rescatado hacía tres años cuando la había visto ahogándose, atrapada en las cloacas del barrio.

 

El ojiverde negó con la cabeza ante la acción del felino y se levantó para caminar por el pasillo directamente hacia las escaleras. En la puerta principal había dos pequeñas maletas pertenecientes a sus padres.

 

-Harry cariño ¿Qué haces levantado a estas horas? ¡Son las siete y media!-exclamo su madre nada más verlo entrar por la puerta del comedor. Su padre estaba acostado sobre el sofá, boca abajo.

 

-No pude dormirme hasta las cinco de la mañana y con el ruido que hicieron terminé despertándome-murmuro Harry en respuesta sentándose en la barra. Su madre suspiró pasándole un plato con dos tostadas recién salidas del tostador.

 

-Harry ya hemos hablado de ese tema…-suspiró Lily con renuncia. Harry sabía que a ella no le gustaba que pudiera ver fantasmas, ni siquiera creía que pudiera verlos desde que había gritado a los cuatro vientos en el funeral de su abuela que ella decía que los quería mucho a todos y que los iba a extrañar, desde entonces su madre se mostraba escéptica y odiaba hablar del tema al igual que su Papá.

 

-Pero Mamá, sabes que no lo hago a propósito-replico Harry enmantecando su tostada con mermelada de fresa.

 

-Harry...-suspiro su madre una vez más mirándole intensamente con sus grandes e intimidantes ojos verdes, tan verdes como los suyos propios.

 

-Mamá, como tú dices ya hemos hablado de esto y te he dicho muchas veces que no puedo evitarlo, no lo hago a propósito ¡Puedo ver espíritus!

 

-No le levantes la voz a tu madre, hijo-gruño su padre desde el sofá.

 

-Pero Papá, solo le decía que...

 

-Harry...-murmuro el hombre de ojos avellana en advertencia levantándose del sofá para mirarle con reprobación.

 

-Pero...-volvió a replicar el ojiverde para disgusto de James Potter.

 

-¡Harry!-exclamo el hombre mirándole seriamente-te he dicho que no hables de ese tema. Ves a tu cuarto por favor hijo, tu madre y yo tenemos que hablar

 

-Pero yo...

 

-¡Ves!

 

Harry miro sus tostadas con nostalgia y subió las escaleras hacia su habitación oyendo los gritos de sus padres.

 

Ellos siempre estaban discutiendo y él no era el motivo principal, por supuesto que no. Todo había empezado tres años atrás cuando su padre había engañado a su madre con su mejor amiga, Alice.

 

Su madre como venganza se había acostado con su mejor amigo; Severus Snape. Desde entonces todo fue a peor. Ninguno de los dos tenía la confianza suficiente para dejar salir al contrario solo o sin preguntarle a dónde iba, lo que causaba pelea tras pelea, sinceramente Harry esperaba que se divorciarán cuanto antes, ya no podía soportar sus peleas sin sentido, él y sus notas estaban sufriendo.

 

El ojiverde cerró la puerta de su habitación y tomó su teléfono móvil para distraerse contando sus contactos cuando vio a su solución, su tío, Charlie Swan, el hermano mayor de su madre.

 

Una luz se encendió en su mente y mientras sus padres seguían gritando y arrojándose cosas en el piso inferior Harry llamó a su tío Charlie.

 

-Hola-contestó una voz serena del otro lado.

 

-Hola ¿Estoy hablando con Charlie Swan?-preguntó Harry tímidamente.

 

-El mismo ¿En qué puedo ayudarle?

 

-Tío Charlie, soy yo Harry

 

-Harry, hace un tiempo ya que no hablamos-dijo el hombre al otro lado de la línea telefónica-¿Cómo estás? ¿Cómo están tus padres?

 

-Bien ¿Y tú cómo estás?-contestó resignado.

 

-Oh Harry, a pesar de que no hablamos hace tiempo, te conozco, y sobretodo conozco ese tono de voz ¿Qué ocurre?-preguntó Charlie. Él podía ser distraído, pero cuando se trataba de adolescentes, él era el mejor, después de todo era el tipo de persona que más arrestaba en su comisaría. Harry suspiro antes de contestar.

 

-Son Mamá y Papá-contestó.

 

-¿Que pasa ahora con ellos?

 

-Tú sabes lo que paso hace un tiempo, desde entonces no han parado de discutir. No se tienen confianza, preguntan a dónde va el otro, se enfadan, se pelean...ya no lo soporto más tío Charlie, desearía que se separarán de una vez por todas en vez de hacernos sufrir porque así es como estamos; sufriendo por algo que se podría solucionar fácilmente. No sé porque quieren arreglarlo cuando es obvio que ya no se aman-respondió Harry descargando un poco de su frustración.

 

Charlie suspiró sin saber que decir para consolar a su sobrino. En realidad, sabía que no había nada que decir, él había pasado lo mismo con Reene y los dos habían decidido, por el bien de su hija, divorciarse.

 

-¿Qué quieres que te diga Harry?

 

-Solo...déjame ir contigo, déjame ir a Forks contigo, por favor...-suplico el ojiverde.

 

Charlie cerró los ojos frustrado ante la suplica, él no tenía ningún problema en que Harry se viniera a vivir con él, pero Lily y James eran sus padres, ellos tendrían que dar su permiso.

 

-Lo siento Harry, pero si tus padres no están de acuerdo...-murmuro renuente.

 

-Está bien-susurro Harry resignado-siento haberte molestado tío Charlie, lo siento. Adiós

 

-Adiós Harry, siento no poder ayudarte

 

-Entiendo, te quiero, besos

 

-Igualmente

 

Harry lanzó su teléfono sobre la cama y enterró su cabeza entre sus rodillas intentando taparse los oídos para silenciar los gritos y el sonido de los objetos rompiéndose que se oían desde la planta baja de la casa.

 

Esta situación se repitió una y otra vez en la casa Potter. Lily y James no cesaron sus discusiones, y Harry se fue hundiendo cada vez más dentro de sí mismo y de su "trabajo espiritual".

 

Ya no hablaba en clases, se vestía completamente de negro, y había dejado de esforzarse ¿Para qué? A sus padres no les importaba él, solo sus discusiones y sus amantes, porque él sabía que ellos tenían amantes, no era tonto.

 

Harry se fue oscureciendo poco a poco, se tatuó en el omoplato derecho la cabeza de un lobo solitario aullando a la luna con los ojos amarillos brillantes e incluso se hizo dos piercing’s, uno en el cartílago de la oreja izquierda desde donde colgaba una  pequeña cruz encadenada, y otro un poco más abajo de un simple pendiente redondo de color negro para llamar la atención de sus padres, pero de nada servía, ellos dos estaban tan enterrados en sus peleas y sus vidas con sus amantes que se olvidaron completamente de que tenían un hijo en común; Harry.

 

Aquel día, Harry estaba en clase, con la cabeza enterrada entre sus brazos cruzados sobre su pupitre. Una profesora mayor hablaba sobre la Guerra fría, Harry no le prestaba atención, se había despertado con un mal presentimiento el día de hoy, sabía que algo malo iba a pasar.

 

El ojiverde suspiró alzando su cabeza para mirar hacia afuera por la ventana, estaba lloviendo muy fuerte. Él entrecerró los ojos para ver más de cerca a la sombra negra que había aparecido de repente volando junto a la ventana, alguien estaba muriendo, alguien entraba al mundo de los espíritus.

 

Sus ojos se abrieron con sorpresa, se llevó una mano a la boca, y una lágrima se derramó por su mejilla mientras observaba con incredulidad la apariencia del fantasma.

 

Cabellos rojos como el fuego

 

Piel pálida

 

Ojos verdes idénticos a los suyos

 

Su madre...ella era su madre, pero…

 

¿Cómo?

 

¿Por qué?

 

Y entonces como respondiendo a su pregunta, otra sombra comenzó a formarse a su lado, y su padre se esclareció sobre ella.

 

-No...-susurro casi sin aire. Él aborrecía a sus padres estos últimos meses, pero jamás quiso que ellos... que ellos murieran, estaban muertos.

 

-Harry-habló su madre mirándole directamente a los ojos-lo siento tanto cariño, siento tanto haberme olvidado completamente de ti, siento tanto no haberte creído, siento tanto dejarte...

 

-Lo siento, hijo-murmuro su padre.

 

-No, no, no, no...-dijo Harry desesperado, esto no podía estar pasando.

 

Entonces la puerta de su salón se abrió, el director entró corriendo y le miró directamente a los ojos...ya lo sabía.

 

Lily y James Potter estaban muertos.

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Charlie suspiró colgando el teléfono. Hace unos minutos había estado recogiendo sus artículos de pesca con Billy y Jacob Black cuando le había sonado.

 

-¿Algo malo?-preguntó Billy.

 

-Mi hermana y su esposo murieron-declaró Charlie sin sentimiento alguno, no sabía qué era lo que debía sentir exactamente, su hermana había muerto, el último lazo familiar - a demás de Isabella - que tenía en este mundo había muerto, pero todavía estaba Harry, su sobrino.

 

-Oh-dijo Jacob sorprendido por la tranquilidad con la que fueron pronunciadas las palabras-lo siento

 

-Mi más sentido pésame-agregó Billy sin saber que más decir.

 

-Está bien, solo...recojamos todo esto, debo ir a buscar a mi sobrino al aeropuerto, tengo su custodia ahora y, Lily y James serán enterrados aquí-murmuro recogiendo sus utensilios de pesca.

 

-Por supuesto, te acompañaremos-ofreció Billy.

 

-No es...

 

-No vas a conducir así Charlie Swan. Ya estabas bastante deprimido cuando Bella se fue de luna de miel y ahora esto...no vamos a dejarte ir así-gruño Billy. Charlie suspiró.

 

-De acuerdo

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

El aeroplano aterrizó limpiamente sobre la pista después de dos horas de viaje.

 

Harry suspiró y tomó su mochila dónde descansaba Sombra, su gata siamés, tranquilamente. El resto de sus cosas vendrían desde Seattle dentro de una semana, junto con...los ataúdes de sus padres.

 

Pensar en eso hizo que se le cerrara la garganta y se le formara un nudo, no podía creer que sus padres estuviesen muertos. Al final había conseguido venir a Forks, él jamás lo hubiese deseado por los motivos que lo trajeron.

 

El ojiverde se adentró en el pequeño aeropuerto y cruzó las puertas que le llevaron fuera, se sentó en un banco y espero.

 

El clima de la ciudad seguía tan malo como siempre, llovía, pero a él no le importaba mojarse, de hecho lo prefería, deseaba mojarse para que sus lágrimas no fueran notadas. 

 

-¿Porque lloras?-preguntó una voz entonada infantilmente. El ojiverde alzó el rostro y gimió imperceptiblemente al ver a la niña pequeña de no más de nueve años con un vestido blanco lleno de sangre, su figura era levemente transparente; un fantasma.

 

-Por nada-contestó secamente.

 

-No se llora por nada...

 

-Mis padres murieron-contestó para que la niña le dejará en paz.

 

-Los míos están vivos, pero no pueden verme. Ellos se pelean mucho, se echan la culpa de mi muerte ¿Crees que se separen?-preguntó preocupada la pequeña.

 

-No lo sé

 

-No quiero que se separen porque entonces estarán solos...-la niña continuo hablando, y a Harry no le quedó más remedio que contestarle, no quería ser perseguido hoy, solo quería tirarse sobre su cama y llorar hasta que se le secarán las lágrimas.

 

-No estarán solos, ellos siempre te tendrán a ti aunque no puedan verte. Ellos te llevan en sus corazones-dijo Harry intentando consolarla. La niña le miró con sus grandes ojos azules y asintió silenciosamente posando una mano sobre su corazón mientras miraba a la nada-¿Ves una luz?-preguntó Harry.

 

-Sip, la veo desde que morí

 

-Pues debes cruzarla-aconsejo el ojiverde.

 

-Pero tengo miedo-contesto la niña acongojada-no quiero estar sola. No quiero dejar a mis papás

 

-Ellos irán contigo una vez que llegue el momento. Estoy seguro de que no estarás sola ¿No puedes ver a nadie desde aquí?-preguntó.

 

La niña entrecerró los ojos mirando a la nada, y entonces sonrío y saludo con la mano mientras gritaba.

 

-¡Hola! ¡Abuela!

 

-Ves con ella. Tu abuela cuidará de ti hasta que tu Papá y tu Mamá lleguen-dijo Harry. La niña le miro, miró al vació otra vez y finalmente asintió con la cabeza.

 

-Gracias-murmuro para después desaparecer difuminándose en la oscuridad de la tarde.

 

-¡Harry!

 

El ojiverde alzó el rostro e intentó sonreírle a su tío, pero no le salió. Y cuando este se acerco y lo abrazó, Harry no puedo evitar romperse a llorar.

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Billy Black apartó la mirada sin querer observar la escena delante de él, era algo privado, no tenía derecho a meterse. Jacob gruño a su lado, y cuando Billy giro su rostro para silenciar a su hijo notó sus ojos nublados, y sus dientes apretados, sus puños estaban cerrados como si intentara contenerse de hacer algo.

 

-Jacob que...

 

-Es mío-gruño el chico como única advertencia antes de impulsarse hacía delante. Billy le sujetó el brazo con fuerza impidiéndole escapar.

 

-¡Ahora no!-gruño el hombre mayor. Jacob le miró a los ojos asesinamente y se quedó inmóvil, su padre tenía razón, debía dominar a la bestia, ahora no era el mejor momento.

 

¿Por qué tenía que sucederle justo ahora? ¡Y encima con el sobrino de Charlie! Pero no había podido evitarlo, cuando lo había visto bajo la lluvia con sus ojos verdes brillando de lágrimas contenidas, su cabello negro atado a una cola baja que le llegaba por debajo de los hombros, su piel pálida, sus labios rojos, su cara fina y delicada. Se había quedado completamente extasiado, y algo dentro de él…su corazón había comenzado a latir fuertemente mientras el lobo en su interior aullaba clamando por su imprimado.

 

Tenía que tenerlo

 

Él tenía que ser suyo

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Harry se aferraba con fuerza a su tío mientras este le susurraba palabras calmantes al oído, pero no podía detenerse. Cuando había visto a su tío la imagen de su madre le había venido a la mente y pensar que ella ya no estaba, que ya no estaría nunca más…ya no oiría a sus padres discutir en la planta baja, ya no comería las deliciosas comidas de su madre ni jugaría al fútbol con su padre porque ellos…ya no estaban, se habían…ido.

 

-Shh, todo va a estar bien Harry, todo va a estar bien-le susurro Charlie al oído dándole palmaditas tranquilizadoras en la espalda.

 

-Nada va a estar bien-balbuceo entre sollozos-…ellos, se han ido, ahora estoy solo

 

-No estás solo Harry, te prometo que yo siempre voy a estar contigo-intentó consolarlo su tío.

 

-Todos vamos a morir algún día tío Charlie, nadie es…inmortal-murmuro Harry separándose del pecho de su tío para mirarle a los ojos. Charlie suspiro y limpio las lágrimas del ojiverde con la manga de su chaqueta asintiendo en silencio.

 

-Yo sé Harry, pero te prometo que el tiempo que esté vivo voy a compartirlo siempre contigo así que no llores porque no estás solo

 

Las lágrimas retomaron su camino por las mejillas de Harry mientras asentía, no podía olvidarlos, no podía dejarlos ir, pero tampoco quería atarlos, ellos debían irse, ellos debían ser felices, pero él no quería que se fueran, no quería estar solo ¿Estaba siendo egoísta? No le importaba porque él los quería con él aunque ya no estuvieran.

 

Había dejado que se fueran

 

Había dejado que se desvanecieran mientras la policía le pedía que identificara sus cuerpos magullados y maltratados, pero, aún así, sus recuerdos vivían en él.

 

La mayoría no eran buenos recuerdos, solo eran gritos y peleas, jarrones rompiéndose, lágrimas cayendo, golpes, dolor…pero él no podía olvidar

 

¿Debía olvidarlos?

 

¿Debía arrancarlos de su mente?

 

No

 

¡No!

 

¡NO!

 

¡Él no podía dejarlos ir!

 

-Vamos-le dijo su tío arrastrándolo hasta su coche.

 

Mientras subía a la parte trasera del coche, Harry notó distraídamente a los dos extraños que habían venido con su tío, pero no les prestó atención, él solo se acurruco contra la ventana mirando la lluvia caer mientras sostenía a su gato entre sus brazos que le lamía las lágrimas mientras maullaba silenciosamente.

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Jacob apretó los puños y contuvo un gemido de placer ante el olor que entró en el coche cuando su imprimado subió en él. Olía tan dulce y sabroso.

 

El cambia formas apretó sus dientes y se mordió la lengua intentando no respirar ese olor tan maravilloso, tenía tantas ganas de besar esos labios tan rojos y carnosos, tenía tantas ganas de limpiar esas lágrimas que corrían por las mejillas del chico y consolarlo para que su corazón dejara de dolerle al verle en ese estado tan deplorable, parecía tan pequeño y frágil acurrucado contra la puerta sosteniendo a su gato – del que Jacob se sentía secretamente celoso – parecía tan vulnerable.

 

El camino a Forks se hizo largo ante el pesado silencio. Billy intentó entablar una conversación con Charlie varias veces, pero el hombre no dejaba de mirar por el retrovisor hacía su sobrino, y el anciano de la Push no quería molestarle en estos momentos. El hombre tampoco dejó de mirar a su hijo quién parecía una estatua con los puños apretados y la boca cerrada respirando por la pequeña abertura que había abierto de la ventanilla.

 

Dos horas y media después, Jacob ayudó a su padre a bajar su silla de ruedas del maletero del coche y a sentarse en ella, Charlie, quién también había ayudado, se subió al coche y les despidió con la mano agradeciéndoles por la compañía y pidiéndoles perdón al mismo tiempo por su falta de reacción ante sus intentos de distracción.

 

Jacob no dejó de observar el coche en todo momento hasta que desapareció en la distancia.

 

-Vamos Jacob, ruédame a casa-dijo Billy sujetando la mano de su hijo para que esté no saliera corriendo tras el coche que es lo que parecía querer hacer.

 

-Hn…-contestó Jacob respirando un par de veces antes de empujar la silla de su padre hasta su casa.

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Una vez en su nueva casa, Charlie guió a su sobrino hasta la antigua habitación de Bella, la cual había vaciado cuando ella se había ido colocando sus cosas en cajas en el sótano.

 

La habitación estaba vacía con excepción de la cama, el mueble frente a está, las estanterías incrustadas en las paredes, un escritorio con un viejo ordenador de mesa encima y una mesita de luz con una lámpara junto a la cama.

 

Harry entró en la habitación y cerró la puerta despidiéndose de su tío con un sencillo “Buenas noches” para después tirarse sobre la cama quedándose inmóvil mirando el techo de la habitación.

 

Debía…

 

dejarlos…

 

ir

 

¿Verdad?

Notas finales:

¿Qué tal os parece? ¿Interesante o malo?

 

Cómo los capítulos son bastante largos los actualizare un día a la semana; los sábados. Esto es porque estoy muy atareada con mis estudios y sí pongo dos días a la semana sé que no lo cumpliré y no quiero decepcionarlos.

 

Si os ha gustado

 

¡Nos vemos el próximo sábado!

 

 

 

Besos, Yuki♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).