Puppy Love
Está perdido y asustado, no sabe el camino de regreso a casa ni mucho menos dónde se han metido sus amigos, sólo sabe que ha caminado demasiado y que tiene mucha hambre. También sabe que odia jugar a las escondidas.
Es un cachorro así que no sabe demasiado acerca de nada. Desconoce lo que debe hacer, así como el hecho de que su nariz podría sacarlo del apuro en el que está metido.
Es un cachorro así que no es de extrañar que esté llorando, aunque se esfuerce por no hacerlo. Es un llorón y se lo han dicho un montón de veces. Pero no quiere que le sigan llamando así.
Escucha risas y siente miedo, pero él no es ningún llorón. Es por eso que se acerca a ver qué clase de criatura produce aquel sonido y se encuentra con los animales más raros que jamás haya visto. Al verlo la mayoría huye, temblando. Y Jjong piensa que ellos sí que son unos llorones. Sin embargo, en medio del lodo unos ojos lo contemplan. Y parece tratarse de otro cachorro como él y no de esos animales extraños, aunque su cola tiene una forma rara, ya que está compuesta por una bola de pelo (una que parece millones de veces más suave, menos asquerosa y más curiosa que aquellas que escupe Tae Min de vez en cuando). A pesar de que está cubierto de lodo le es posible apreciar que tiene el cabello largo, aunque no sabe si realmente es café oscuro o si eso tiene algo que ver con el lodo.
Aquel animalito lo mira curioso, con sus ojillos brillantes y recelosos. Lo mira de arriba abajo y se concentra en su rostro, después sonríe. Es una sonrisa pequeña, pero logra que las lágrimas dejen de brotar.
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Ha pasado una semana y Jong Hyun está en ese sitio de nuevo, cerca del lago, justo enfrente de aquel charco de lodo. Esta vez no está perdido, sino en una misión para probarles a sus amigos que ese cachorro existe y que no fue sólo su imaginación.
Sus padres lo regañaron en cuanto llegó a casa, y sus amigos se burlaron de él por inventarse un salvador de pelaje café oscuro y cola en forma de pelota (es por ello que prefiere a Ki Bum y a su hermanito, aunque sean raros y divertidos de perseguir, ellos jamás le han llamado llorón. Bueno, sólo Ki Bum, pero él es su mejor amigo, así que realmente no importa). Sólo le repitieron que dejará de soñar y de ser un llorón.
Pero el crío sabe mejor, no se inventó ningún niño, debe estar por ahí en algún lado. Incluso se ha traído un pastelito para compartir con él, ya que la vez pasada el otro se fue después de guiarlo de regreso a casa y no tuvo oportunidad de agradecerle.
Espera toda la tarde, pero el otro pequeño jamás llega.
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Ha pasado un mes desde aquello.
Jong Hyun se cansó de esperar cada día a que el otro apareciera, es por eso que sólo se dedica a perseguir su pelota, mientras Ki Bum lo fulmina con la mirada y le reclama por ignorarle. Pero no puede evitarlo, está molesto.
Ni siquiera que Tae insista en que lo persiga consigue mejorar su humor. Cualquier perro sin dudarlo aceptaría aquella oferta, pero él no, por lo menos no hoy.
Es un bebé aún, según sus padres, pero aunque lo sea, comprende que quizá, no vuelva a ver a aquel niño del bosque tan amable y divertido.
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Han pasado dos meses y Ki Bum, o Key, como ahora insiste en ser llamado, lo convence de ir al bosque. El más pequeño del grupo no parece de acuerdo en quedarse en casa, pero al final no puede hacer nada más que obedecer cuando ve como Key azota el aire con la cola una y otra vez. Prueba de que está muy enojado y puede tirarle un zarpazo en cualquier momento, aunque todos saben que jamás haría algo así. De todos modos Minnie parece intimidado.
El canino toma la delantera guiando a su acompañante que ya no parece tan convencido de adentrarse en el bosque. Escucha las risas y entre ellas alcanza a distinguir una muy familiar, sin embargo no proviene de cerca del charco sino del lago. Tiene el impulso de correr, pero el felino lo convence de no hacerlo.
Se acercan con cuidado y se topan con una figura agachada, al parecer discutiendo con muchos animales extraños, ya que sus orejas son larguísimas, tanto que están seguros podrían usarlas para volar.
—Papá dijo que no debías acercarte a ellos—sus vocecillas son dulces.
—Mamá te va a regañar.
—Además es peligroso.
—Pero estaba llorando—esa voz la reconoce en seguida, es la más bonita y rara que ha escuchado en su vida.
—Papá dijo que no importaba.
—Pero…—suena como si fuera a llorar en cualquier momento, es por eso que Jjong se decide a salir de su escondite y aquellos animalillos huyen. Exceptuando al que le interesa, que está hecho bolita junto a la orilla del lago, temblando sin cesar.
—¿Estás bien? —deja de temblar y lo mira. Y puede ser un cachorro, un bebé o un tonto, como le dice Key que es, pero sabe que eso no es un perro.
Sus orejas son larguísimas y blancas como la nieve, su cabello es casi color miel y por donde quiera que lo mires parece suave. Se miran un rato, hasta que el otro se seca las lágrimas y mueve su nariz. Luego una chispa de reconocimiento se posa en sus ojillos.
Y no puede evitar sonreír amplia y bobamente, pero está tan feliz que no importa. Y por esa tarde no le preocupa llegar tarde a casa ni qué paso con su felino amigo. Nada importa más que ese animalito extraño.
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Las orejitas cafés y puntiagudas de Tae se mueven de un lado a otro, a la vez que los mira a ambos. La voz chillona y molesta del felino mayor no deja de gritarle idiota.
Jong Hyun espera algún día entender cómo es que Key nunca se cansa de gritar. Pero parece muy molesto, tanto que agita su atigrada cola de una manera que jamás lo había visto hacer.
Sólo repite que es un idiota y que aquel cachorro con el que estaba obsesionado es un conejo.
Es un chiquillo, pero sabe que, por lo menos para su amigo, los conejos son algo malo.
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Todos los cachorros son un poco estúpidos, realmente espera que sea así. Porque se olvidó de preguntar por el nombre de su amigo orejón. No puede evitar sonreír al recordarlo.
Está jugando a perseguir a Minnie cuando ve algo extraño. Hay un cachorro muy alto cerca del bosquecillo, hablando con un arbusto, o eso cree al principio, hasta que distingue aquellos ojitos brillantes.
No puede evitarlo, pero se acerca al arbusto y sobresalta al perrito y a su acompañante. No sabe por qué, pero le molesta ver a aquel conejillo hablando con otro cachorrito.
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Ki Bum está regañándolo, pero francamente está feliz con eso. Porque al menos le dirige la palabra de nuevo. Aquel cachorrito, al que ha decidido que detesta, se llama Min Ho y es nuevo y muy tímido, por eso no tiene amigos. Pero a él no le importa.
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Odia a Tae, aunque sea lindo y totalmente café, aunque tenga ojos lindos y sea suave. Lo odia casi tanto como a su hermano mayor, que sonríe satisfecho y le responde dulcemente (o tan dulce como puede llegar a ser) a Min Ho.
Min Ho no le gusta, es raro y da miedo. Su cabello es oscuro al igual que sus ojos. Y su voz es muy rara, además de que siempre está callado y sonríe poco.
Min Ho no le agrada y nunca va a agradarle.
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El otro cachorro no es tan malo, aunque sigue siendo extraño.
—¿Jin Ki-hyung?—todos están confundidos. Las orejitas negras del canino se mueven y su nariz también, hasta que se acerca a los arbustos. Min Ho lo mira inseguro, pero él sólo asiente. No está seguro de si es quién cree que es, pero está emocionado.
De entre las hojas se asoman las blancas orejas y después sale completamente el conejillo, mismo que parece un poco asustado. Al menos hasta que lo mira. Y entonces sonríe y Jjong está seguro de que jamás vio una sonrisa más bonita.
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A todos les gusta Jin Ki.
A Minnie le gusta porque es muy suave y raro, es por eso no puede evitar tocarlo.
A Min Ho le gusta porque es amable y fue su primer amigo desde que se mudó.
A Ki Bum le gusta aunque no quiera admitirlo, lo ha visto reírse y sonreír varias veces cuando está con ellos el roedor.
A él le gusta, porque…no sabe, pero le gusta mucho.
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Key está asustado porque no es normal.
Está llorando muy desconsoladamente y no quiere que nadie lo sepa. Por eso fulminó con la mirada a Jin Ki cuando apareció, pero al final dejó que lo abrazara.
El gatito dice que está enamorado y que se siente horrible. Dice que todo sería más fácil si se hubiera enamorado de otro gato, pero que es tan idiota que no fue así.
Jjong aún es lo suficientemente pequeño como para no comprender lo qué significa estar enamorado, pero los otros dos no.
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Jin Ki es un pésimo mentiroso, no obstante, se esfuerza en negar haber estado llorando cada vez que va a visitarlos.
Sabe que está triste, es por eso que trata de animarlo. Además de que últimamente siente el impulso de abrazar a sus amigos, aunque el otro parece bastante incómodo.
No puede evitarlo, Jin Ki es muy, muy blanco y huele bien. Es por ello que se le ocurre que está bien lamerle el cuello y la mejilla.
Sin embargo, el mayor, aunque no lo parezca realmente, se asusta mucho y su cara adquiere un color muy raro. Sale corriendo y por más que lo intenta no logra alcanzarlo.
Los conejos pueden ser muy veloces.
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Pide disculpas a su amigo mil veces, no sabe que hizo mal. Pero de todos modos se disculpa. Es la primera vez que siente el impulso de lamer a alguien, por ello está avergonzado.
El mayor le dice que lamenta haber reaccionado así y le besa la mejilla tímidamente.
Al final decide que los conejos son raros, pero sus besos son geniales.
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El cabello de Ki Bum es rubio, es por ello que sus orejas y cola resaltan mucho. Ha atrapado a Min Ho mirándolo fijamente muchas veces, pero no entiende qué hay de interesante en un gato, más en uno tan gritón.
Onew, como ha empezado a llamar el maknae a Jin Ki, le ha dicho que no los mire y que no comente nada. No sabe que significa Onew, pero está seguro de que así se llama uno de los peluches del gatito menor.
Últimamente el pequeño tiene la mala costumbre de morderle las orejas a su hyung. Al principio era divertido debido a los sonidos que producía el mayor, pero ahora es molesto.
A veces quisiera poder abrazarlo y que le besara las mejillas todo el día.
Cuando se lo dijo al rubio, éste sólo le llamó idiota y sonrió, de esa manera en la que sólo le sonríe a su hermanito, con ternura. Es la primera vez que le sonríe así, así que está inquieto.
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—Beso—. Onew no para de besarlo, aunque tiene la cara roja—. Beso—. Éste es su regalo de cumpleaños y no va a desperdiciarlo. Sus labios se sienten bien en su frente y mejillas, incluso en sus párpados.
Sólo de parte de él aceptaría este regalo.
Aunque también le gustan bastante las bayas y frutas que trajo el mayor del bosque.
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Onew luce lindo y feliz cuando come pollo.
Sin embargo, una vez que le reveló lo que estaba comiendo el mayor se echó a llorar.
Jjong no entiende, pero al parecer Key sí.
Los conejos son muy raros y sensibles respecto a la carne
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Jong Hyun es un cachorro así que no sabe demasiado acerca de la vida, en realidad no sabe demasiado acerca de nada. Por eso estaba tan confundido y asustado cuando sus padres y demás adultos en la ciudad encontraron a Onew y lo persiguieron hasta que desapareció de la vista de todos.
También está molesto, porque no comprende por qué le hicieron eso al mayor. Él no le hacía daño a nadie.
Si pudiera le gustaría poder odiar a todos en la ciudad, pero no puede. Y está tan triste que se pasa todo el día recostado sobre el césped esperando a que el otro aparezca.
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Jong Hyun es sólo un cachorro, aunque quizá ya no sea tan pequeño, tan ignorante ni tan tonto. Extraña a Jin Ki y ese es un hecho.
Por eso cuando percibe su aroma no puede evitar correr a su encuentro, aun cuando sabe que todos lo miran raro por haber escapado de casa y echado a correr como un loco. No puede evitarlo. Quiere verlo, necesita verlo.
El mayor está en el claro donde se encontraron la primera vez tiene los ojos hinchados y la nariz roja, y eso le rompe el corazón al instante.
Jjong no sabe en qué momento es que comienza a llorar pero no puede evitar temblar cuando sus ojos y los del roedor se encuentran. Sus labios dicen palabras que no logra comprender y realmente no creen que vengan de su boca, pero puede ver que éstas hacen muy feliz al otro.
No sabe lo que hace, pero sus labios están besando las mejillas del otro. Se siente tan bien, que no sabe por qué no lo hizo antes.
Y Onew mueve su rostro muy rápido y su corazón se detiene. Todo es infinito.
Y Jong Hyun puede ser un cachorro, un bebé o un tonto, como le dice Key que es, pero sabe que eso es un beso.
Y quizá, sólo quizá ya no sea tan pequeño ni tan tonto para saber que ese conejito es muy especial para él de muchas formas distintas.