“Ambos sabíamos que este día llegaría. Porque, mi amado Fuji, todo debe terminar. Las luces del escenario se apagan, las palabras se agotan y la vida llega a un punto final.
Dios mío, si tan sólo las palabras o mis acciones fueses suficientes para mostrarte cuánto te amo antes de irme, sería el hombre más feliz y satisfecho del universo.
Te amo Fuji Syusuke. Desde la primera vez que te vi supe que serías el único por quién daría mi alma y mi vida entera. Por ti viajaría hasta los lugares más recónditos del mundo, sólo para ver tu sonrisa. Para acariciar tu rostro y besar tus dulces labios, y por las noches oírte suspirar mí nombre una y otra vez.
Ah, sí tan solo pudiese permanecer aquí por un poco más. Quería hacerte feliz durante más tiempo, amor mío.
Quería (y aún lo quiero) más mañanas junto a ti, desayunando juntos antes de ir a trabajar. Quería más tardes contigo, abrazados junto al fuego de la chimenea. Quería tenerte más noches en mis brazos. Quería pasar más navidades y años nuevos contigo, ya fuesen a solas o con nuestros amigos; no importaba, estarías tú a mi lado y sólo eso necesitaba.
Quería recibir más caricias de tu parte, de tus manos que a pesar de haber dominado una raqueta de tenis gran parte de su vida, conservaban una suavidad innata. Me encantan tus dedos de pianista. Y con eso, decirte que también amo tus melodías en el piano.
Aún deseo miles de besos tuyos. Desearía besar una vez más, cada rincón de tu cuerpo para que así la gente sepa que eres mío y sólo mío.
A fin de cuentas, quería un cuento más largo contigo. Yo quería una novela de infinitas páginas. Cada día, escribir un capítulo más largo que el anterior. Escribirlo con tus caricias y mis besos. Para siempre.
Pero, ahora me desvanezco. Y a pesar de consumirme junto a la enfermedad que carcome mi cuerpo, soy feliz.
Soy feliz, Fuji, como nunca antes. ¿Será este el grado máximo de la felicidad? Estoy muy agradecido de la vida por haberte conocido.
Tú eres mi ángel favorito. Llegaste desde el cielo a cautivarme con tu sonrisa. Me hiciste el hombre más feliz del mundo todos los días de mi vida. Y podrán decir lo que quieran acerca de nosotros, no me importó nunca que ambos fuésemos hombres, porque yo te amaba y lo hago aún. Te amo.
Quizá, si he de arrepentirme de algo en esta vida, diría que me arrepiento de no haber tenido el tiempo suficiente para casarme contigo. Pero, sé que habrá otra oportunidad allá arriba. Por favor, no te apresures en llegar, te estaré esperando, así que, cuando nos volvamos a ver, ¿Quieres casarte conmigo?
Te amo Fuji, y no me cansaré de repetirlo una y otra vez. Te amo desde el fondo de mi corazón. Te pertenezco para siempre.
Sonríeme, quiero ver tu sonrisa aún después de haber partido de este mundo.
Te amo. Gracias por compartir este cuento de hadas conmigo.
Hasta luego y siempre.
Kunimitsu"