Al despertar Tao siente una presión extraña sobre su cuerpo. En seguida descubre el porqué. O mejor dicho el por quien. Park Chanyeol, su vecino de al lado, esta tendido sobre su cama aparentemente desnudo mientras duerme plácidamente. Para su sorpresa puede comprobar que tampoco lleva ropa en el momento en que se lleva la mano al pecho para intentar tranquilizarse. ¿Qué había hecho la noche pasada para no recordar bien lo que había pasado? Al menos sabía cómo había empezado todo.
Como cada mañana Zitao coge el ascensor con sus vecinos más ruidosos: los Park. Estos son una pareja grande, no hay otra palabra disponible, y ruidosa. Jamás se había quejado de ello pero si podía decir que era lo peor de vivir en su apartamento.
–Esta noche tengo una cena de negocios y no puedo ir a la despedida de soltera de Sunyoung, ¿podrías ir tú? –le pregunta mientras intenta pintarse los labios con el pintalabios color rosa palo.
–¿Por qué tengo que ir yo? –se queja el chico–. Fuiste tú quien prometió ir a… a esa cosa Park Sooyoung.
–¿Por qué gritas tanto ya de buena mañana? –grita ella también mientras Tao piensa que quizás debía de salir antes de su apartamento. Había intentado salir más tarde o antes de su apartamento para ir al trabajo y no encontrarse con ellos pero daba igual que hora fuese, SIEMPRE se los encuentra–. Es tu hermana pequeña –le recrimina esta vez un poco más bajo– y sabes que te va a gustar. Ya te dije ayer a donde pretendían ir y…
–¿Te crees que por ser bisexual me tienen que gustar ese tipo de cosas? –aun por la pregunta él no parece realmente molesto. Park Sooyoung, su mujer, le fulmina con la mirada.
–Ya le he dicho que vas a ir y sabes que alguien tiene que controlarla –alza las cejas como si le estuviese amenazando con matarlo solo con la mirada–. En cuanto bebe dos copas es capaz de hacer cualquier cosa y Jinki es muy importante para ella. No quiero que lo estropee a dos días de la boda.
–¿Acaso eres tu quien decide que es lo que hace ella y que es lo que no? –pronuncia con tono burlón mientras movía la cabeza de un lado a otro con una mueca de burla en la cara. Solo consigue que su esposa le golpee con el codo en la barriga provocando que este se encoja sobre sí mismo.
–Escúchame bien Park Chanyeol –se acomoda bien el elegante vestido que lleva–. Cuando traigas tanto dinero como yo a casa podrás tener voto en este tipo de cosas, hasta entonces yo decido a donde mueves tu feo culo.
La puerta del ascensor se abre por fin bendita bendición divina, ella sale y sigue su pequeño camino mientras que los dos hombres se quedan quietos. Park Chanyeol mientras la maldice y Huang Zitao porque el mayor esta en medio y ocupa demasiado.
El alto suspira fuertemente pero al darse la vuelta luce una gran sonrisa. Zitao lo mira intentando esconder su miedo.
–¿Quieres venir de fiesta conmigo esta noche?
Y lo único que sabe hacer el menor es correr. Llega a salir apartando a su Hyung y lo único que tiene en mente es alejarse cuanto antes. Pero Chanyeol lo alcanza preocupado por si ha malentendido la situación. Sabiendo que es extranjero igual se ha pensado algo extraño, incluso que le podía estar atracando o algo.
No todo el mundo comprende que la bella sonrisa de Chanyeol solo expresa felicidad y no extraños deseos.
Después de eso Tao recuerda haber cedido ante la insistencia del otro. Y que a la noche, después de haberse acicalado de todas las maneras posibles el mayor llego a elogiarlo. La verdad es que no pretendía eso pero como solo sale muy pocas veces cuando lo hace le gusta salir lo que se dice guapo.
El club al que acudieron, durante toda la noche se intento convencer de que era un bar normal y no un boys, estaba a las afueras pero a él le daba igual ya que en Seúl nadie le conocía.
La hermana menor de Chanyeol físicamente es todo lo contrario a él, pero en cuanto vozarrón son iguales. Debe de ser que se han ido a juntar las personas más habladoras e inquietas en la misma familia. Sunyoung se presenta sin la necesidad de su hermano pero a Zitao no le es tan fácil.
–Él es… –me indica con la mano pero en seguida se da la vuelta–. ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Chanyeol –sonríe como si nada pasase.
–Zitao… Tao –responde el nervioso. No le gusta conocer a gente nueva y jamás le gustara. Es algo que tiene bien claro.
–Eso Tao –Chanyeol golpea el pecho del susodicho varias veces–. Es mi vecino y está aquí para controlarte un poco Sunyoung–ah.
La pequeña mira con pena a Zitao, como pidiéndole que en realidad no lo haga porque ella es lo suficiente mayor para casarse y pasar una buena noche con sus amigas, su hermano y el desconocido vecino de su hermano, pero no para beber.
–Eichs. Estas fuerte ¿eh? –sin dudarlo un segundo, como si tuviese toda la confianza del mundo, Chanyeol golpea varias veces más el pecho del menor antes de manosearlo con las manos–. ¿Haces algún deporte?
–Wushu –responde él esperando que este deje de acosarle físicamente sin atreverse a decirle nada, tampoco quiere que se lo tome a mal.
–No intentes tomarme el pelo –ríe el mayor como si creyese que tomarle el pelo a alguien es algo de niños y no algo que lo hacen los adultos–. He visto Mulan muchas veces y Wushu es el dragón. Al menos haberte inventado un nombre chino guay de esos, no me habría enterado.
Y aunque a Zitao le dan ganas de decirle que no le está mintiendo ni nada parecido decide dejarlo para otro momento pues justo por fin Chanyeol ha dejado de toquetearle. Y Zitao lo conoce poco pero lo conoce. Sabe que sus manos poco tardaran en encontrar otra cosa que le guste tocar y manosear.
El chino quiere salir corriendo del lugar pero hay demasiada gente en medio para poder hacerlo rápido.
Se siente en peligro.
Conclusión Nº1: Los hermanos Park no son mala gente, pero son gente muy rara.
El chino tira de la manta par poder taparse, pero el dormido cuerpo de Chanyeol lo agarra con fuerza y estira también, dejando a Zitao sin manta que le tape. Se siente sucio y no sabe que es lo que ha hecho exactamente durante la noche. Todo lo que le viene a la cabeza son recuerdos borrosos; como por ejemplo cuando uno de los boys se le restregó prácticamente encima. No recuerda haber tomado tanto como para no recordar que paso.
No le gusta esa sensación. Quiere volver a su estado natural y llevar el control de su vida, pero por alguna razón que desconoce duda que pueda volver a hacer eso.
Encuentra su ropa interior y unos pantalones cortos en el suelo. En realidad se encuentra toda su ropa fuera del armario. ¿Quién ha osado a hacer eso?
Con dificultad de no tropezar con nada o de no resbalarse es capaz de llegar a la cocina. Necesita un poco de café para que las ideas se le aclaren.
–No te estés aquí quieto sin hacer nada. ¡Vamos a bailar! –el alto coge al chico de la cintura y le obliga a ir a la pequeña pista de baile que tienen en el local. Las chicas, Sunyoung y sus amigas, hace rato que están bailando y quiera admitirlo o no a Zitao le han entrado ganas de moverse en la oscuridad. Que Chanyeol le lleve a bailar es un buen pretexto.
Al principio no quería beber, pero para meterse un poco más en el ambiente decide hacerlo. Mala decisión. Tao no acostumbra a beber y tampoco lo tolera bien, por eso cada vez que mueve la cabeza de un lugar a otro lo ve todo borroso. También incluso cuando mira un punto oscuro fijamente.
No sabe cómo se está moviendo exactamente, pero tampoco le importa mucho. Al lado del Chanyeol bailarín cualquiera puede quedar bien. La poca vergüenza del mayor al bailar le anima a hacer el lo mismo.
Aparte de los boys son los únicos chicos del local, pero ninguna se acerca a ellos, deben de pensar que son gays. Zitao piensa que al menos con Chanyeol no se han equivocado del todo, el es bisexual, aunque este casado.
Alguien más, además de Chanyeol, le pasa la mano por el cuerpo. No nota como si fuese una mano pequeña y delicada, más bien la puede describir como una fuerte y grande. Por lo cual no puede ser la de una de las chicas que hay en el local, debe de ser la de uno de los trabajadores.
Percibe como esta persona está bailando detrás de él, justo antes de notar cómo se restriega contra su culo sin ninguna vergüenza. Debe de estar acostumbrado a ese tipo de actos, el chico que trabaja allí, pero Tao es un caso completamente distinto. Se da la vuelta, con miedo, y sus ojos se cruzan con los de un moreno joven que lleva muy poca ropa. En el pecho, de pezón a pezón, lleva escrito “KAI” con purpurina plateada que contrasta perfectamente con su piel y hace sus movimientos aun más sensuales.
El chino no quiere saber nada de él e intenta esconderse para que no vuelva a arrimarse a él, pero es un poco difícil en un lugar sin ninguna columna ni nada parecido. Parece ser que Chanyeol se da cuenta de lo que está pasando y simplemente sonríe.
–Lo siento, está conmigo –sigue sonriendo como un bobo mientras tira del brazo de su vecino y le hace pegarse a él antes de apoyar su gran mano sobre su costado con fuerza–. Y soy muy celoso pero… –alarga la palabra mientras agarra uno de los tirantes del boy obligándole a pegarse más a él– él no lo es –ensancha la sonrisa antes de empotrar sus labios contra los de él y comenzar a besarlo de manera profunda.
Zitao no comprende porque el boys se dejar hacer. Seguro que no está escrito en su contrato que tiene que soportar a babosos extraños como ese. Pero parece que lo disfruta, o eso es lo que él puede percibir desde el lugar en el que se encuentra.
–No seas vergonzoso –le pide Chanyeol en cuanto termina el baboso beso que se han dado–. También hay para ti.
Y de la nada las tres bocas acaban pegándose una contra otra, en un simultáneo beso que solo Chanyeol sabía que iba a haber. La verdad es que es la primera vez que Tao hace una locura como esa, y no está seguro de si es agradable o deplorable. Simplemente quiere dejarse llevar y probar esas cosas que cuando era adolescente no le dejaron probar ya que su familia siempre fue muy estricta en cuanto a lo que las relaciones sexuales o no sexuales se refieren.
Le habría gustado haber podido aportar un poco más de lo que ha podido aportar por su poca experiencia, pero los otros dos parecen estar satisfechos o sea que decide no preocuparse por nada más. Es joven, aprenderá más cosas con el tiempo. Y más si vive ahora solo, por su cuenta, y en un país diferente al de su familia.
Conclusión Nº2: No bebas alcohol rodeado de personas locas o en un boys, además de arrepentirte puedes llegar a dudar de tu sexualidad porque no solo los labios de personas de tu otro sexo son suaves y esponjosos. Incluso los de un desconocido o los de tu vecino gritón pueden ser lo más delicioso del mundo.
Sin dudar un solo segundo Tao se precipita sobre el chorro de agua para limpiarse la boca. No sabe a qué sabe su boca exactamente ni porque solo después de recordar ese pasatiempo tiene tantas ganas de lavarse, pero quiere hacerlo y lo hace. En parte, el incidente del beso puede explicar porque siente la boca seca, pero no porque ha amanecido con un hombre en la cama y ambos completamente desnudos.
Recuerda haber bailado un rato con Sunyoung y que esta le aseguro que por ella le dejaría ir a la boca y al banquete porque le ha cogido cariño, y la chica es adorable: pequeñita, gritona y bonita, pero que con solo dos días de antelación no puede incluirlo a él en el banquete, aunque si quiere puede ir a la boda. Tao se lo agradece, y descubre que tienen la misma edad haciéndole sentir que ha perdido una gran parte de su vida en no haber encontrado a alguien con quien pasar la vida, y le dice que no pasa nada. Le ha llegado a coger cariño a la chica en solo unas pocas horas.
Sin saber que debe de hacer exactamente, con ese sentimiento de abandono en el pecho camina hasta donde se encuentra Chanyeol y se sienta a su lado.
–Tu hermana es muy buena persona, seguro que hará muy feliz a su prometido y que vivirán muy felices –el hermano mayor asiente y sonríe con orgullo mientras no le quita ojo de encima.
–Entre los tres hermanos ella siempre fue la más lista y espabilada –admite–. Además, si Jinki le hace daño se las tendrá que ver conmigo –y después de esas palabras su sonrisa no se puede ver de otra manera que psicópata.
–Es bonito tener una hermana pequeña de quien cuidar –se encoge de hombros mientras mira sus zapatos los cuales han sido pisados ya unas cuarenta veces–. Ojala yo pudiera tener un hermano pequeño o una hermana pequeña para hacer lo mismo –sonríe tímidamente.
–Si yo fuese hijo único viviría más tranquilo –hace una pequeña pausa–. Tranquilo pero aburrido –echa a reír de manera estrepitosa, pero la música se come gran parte del sonido. Tao piensa que incluso con esas pintas de querer matar a alguien y además torturarlo Chanyeol se ve como un chico muy guapo. Park Sooyoung tiene suerte de haberse casado con alguien como él, pues está seguro de que día a día la hace feliz.
Conclusión Nº3: Si uno quiere puede hablar de buenas maneras con los Park. Además de ser buena gente son amables y en ciertos momentos llegan a tener los pies en la tierra y todo.
Después de haber tenido una conversación como esa Zitao se siente más unido a su vecino y por un momento no se acuerda de aquel beso a tres bandas que tuvieron ambos con boy. En su cabeza no quiere llamarlo stripper porque se perdería a sí mismo el respeto.
Se queda embobado mirando la nada. No sabe qué hora es exactamente pero tampoco quiere saberlo. Solo quiere pasar el día de una manera tranquila y recordar que fue lo que paso anoche.
–¿Has dormido bien? –una mano acaricia su espalda antes de que unos labios besen su mejilla, dejándole una sensación de sobresalto y de cariño. Mira hacia el lado de donde proviene ese contacto y se encuentra con la cara de Chanyeol.
A diferencia de siempre la sonrisa que adorna su rostro no parece agresiva o fuera de lugar, se ve simple y dulce. Y debe de admitir que se ve demasiado bien con ella.
–S–Sí… –tartamudea nervioso–. Y ¿tú?
Aunque está seguro de que el mayor se ha dado cuenta de su nerviosismo este actúa como si nada y lo agradece. Por un momento incluso siente lo gentil que puede llegar a ser ese hombre.
–Bien, bien, aunque tu cama es muy estrecha –en realidad no lo hace sonar como si fuese una queja, suena mucho más suave que eso–. Y…
Los labios de Chanyeol son demasiado suaves para dejar de besarlo. O eso es lo que piensa mientras los besa sin que haya nadie más esta vez. Hace media hora que han cerrado el club y se han parado en un parque de camino a sus respectivas casas. Después de pasarse toda la noche viendo hombres medio desnudos solo ha podido fijarse en el único que iba completamente vestido.
Sabe que está mal lo que está haciendo, pero tampoco quiere parar y el mayor no hace nada por apartarlo de él. Eso hace que se siente menos culpable, y si su mujer sabiendo que es bisexual le manda a un club lleno de hombres semidesnudos no es su culpa. O eso se repite una y otra vez intentando hacerlo real.
El recuerdo del parque es vano ya que después de un foco de oscuridad solo recuerda entrar en su casa, acompañado aun de él. Y es difícil que no entre ya que sus labios no se quieren separar el uno del otro.
¿Cómo se lo ha montado Chanyeol para engancharlo de esa manera?
Conclusión Nº4: Cuando algo te gusta de verdad se vuelve adictivo.
Las superficiales caricias y besos que se daban en la calle no se pueden comparar con los que dan lugar entre las paredes de la seguridad. El más alto de los dos agarra al otro en brazos y lo lleva hasta la cama, no sin antes chocarse contra todo y tirar todo lo que se le ha puesto en medio.
–Querías un pijama ¿verdad? –pregunta el mayor dejándolo caer como un peso muerto sobre la cama y poniéndose a buscar en los cajones tirándolo todo.
–Ya da igual –opina el moreno–. Ven a la cama, anda –su tono de voz casi suena a suplica. Por esto mismo Chanyeol no pierde el tiempo y acude a su llamada.
Deja caer su peso sobre el cuerpo de él mientras sonreí y le va quitando una a una las piezas de ropa que lleva. En realidad el no ha hecho esto jamás. Jamás se ha acostado con alguien a quien conoce de apenas unas horas. Se conocen desde hace mucho, pero no hablarse no lo considera como conocerlo de verdad y está seguro de que el chino tampoco ha considerarlo hasta la noche de hoy. Que sin lugar a duda será memorable.
–..tú no te acuerdas de lo que paso ¿verdad? –alza las cejas mientras utiliza un tono de voz bastante burlón. Zitao le mira con miedo sin saber que debe de decir. Y si cabe ahora sí que tiene ganas de saber qué es lo que ha pasado de verdad–. Podemos hablar de ello mientras tomamos un café después –se despereza un poco, alargando el cuerpo y dejándole ver al chino que sigue completamente desnudo. Tal y como su madre le trajo al mundo.
Conclusión Nº5: Park Chanyeol no tiene vergüenza alguna.
–Ahora quiero irme a casa a tomar una ducha –vuelve a besar la mejilla de su vecino y se da la vuelta para irse. O eso pretende hasta que Tao le detiene agarrándole del brazo.
–Espera… y… –en realidad tiene miedo de preguntar lo que quiere preguntar– ¿tú mujer?
–¿Mi mujer? –frunce el ceño sin comprender. Parece como si no fuese la primera vez que le pusiese los cuernos a Sooyoung.
–No te hagas el tonto –le recrimina–. Vives con ella.
Su voz esta vez parece más segura de lo normal. Al escuchar la sonora carcajada del mayor las mejillas se le tiñen de rojo, avergonzado.
–Está claro que no recuerdas nada de lo que paso ayer –le sacude el pelo de manera conciliadora–. Por enésima vez: Sooyoung es mi hermana mayor, no mi mujer.