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Una gran verdad por niky-cham

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Notas del fanfic:

Hola, mis saludos a todos, esta idea me ha estado dando vueltas hace un tiempo y he decidido plasmarla, aqui les traigo un nuevo fic, en el que hay una razon oculta de por que Ristu abandono el pais luego de su altercado con su "sempai" si quieres conocer aquella Gran verdad por favor, te invito a leer y a disfrutar de mi fic, de paso pueden dejarme algun comentario

Notas del capitulo:

Ya esta casi todo dicho, les invito a leer mi nuevo fic :)

Capitulo 1: Principios...

Aquel llamativo joven, de grandes y brillantes ojos verdes, piel nívea y lisos cabellos castaños, ingresaba a su departamento, era temprano, por primera vez en muchas semanas, llegaba cuando aún quedaban unos tenues rayos de sol iluminando el cielo.

Onodera Ritsu, editor en manga de la famosa editorial Marukawa, designado a la sección de “Emerald”, avanza a paso lento hasta su sofá y se lanza, con el cuerpo cansado y adolorido.

Comienza a cerrar sus ojos, desviando su atención de todo aquel desastre en su casa, aunque la verdad su vida era un completo desorden, hace poco menos de un año había decidido dejar la seguridad de la compañía de su padre, para demostrarle a sus compañeros que poseía talento en la edición de literatura, y también había optado mudarse, como algún tipo de cábala para comenzar una vida nueva…

Pero nada había resultado como esperaba, fue derivado a la sección de shoujo manga, y desde su primer día comenzó a ser acosado por su jefe, quien había resultado ser nada más y nada menos que su primer amor, a quien no había visto hace 10 años y tristemente quien consideraba había roto su corazón, y quien además tenía un mejor amigo “Yokosawa” quien se encargaba personalmente de hacerle la vida cuadritos, recordándole día a día lo mal que estuvo Masamune por su causa, fuera de los problemas en el trabajo y para coronar toda su mala racha, su nuevo departamento no era solo el mismo edificio donde vivía su jefe, podrían haber vivido en distintos pisos, o con algo más de separación al menos, pero NO su puerta quedaba justo a un lado de la perteneciente a Takano.

El joven se dio ánimos y volvió a levantarse de ese sofá, encendió la televisión para no sentir tanto silencio, mientras preparaba algo simple de comer, pues hace ya mucho que su único sustento eran las maravillosas bolsas energéticas.

Luego de 20 minutos en la cocina tuvo algo bastante simple, un par de onigiris y una salchichas, que solo había cocido para acompañar, se sentó frente al televisor, movió algunos papeles apilados sobre una pequeña mesa y allí acomodo su comida junto a un vaso de jugo, estaba a punto de comer cuando escucho su celular sonar.

-Mochi, mochi-Contesto la llamada escuchando por el otro auricular la voz de su madre.

-Ritsu, hola ¿hijo como haz estado?-Pregunto aquella mujer, que a pesar de ser, rígida y moralista, se preocupaba bastante por su hijo, como toda madre.

-Madre, me encuentro bien ¿y tú? ¿Cómo han estado todos en casa?-Pregunto atento el pelicastaño, a pesar de no querer extender mucho la charla, en verdad le interesaba el estado de sus familiares a quienes hace un tiempo que no veía.

-Todos bien por aquí hijo, tu padre anda en unos viajes de negocios, y pronto regresara-Contesto la mujer.

-Me alegro de oír eso, pero ¿A que debo tu llamado? –Ritsu realmente estaba cansado, solo quería comer, darse una ducha he ir a la cama.

-Oh claro, Hijo quiero programar tu revisión anual para dentro de unos meses, en las vacaciones de invierno y quería saber si tienes algún inconveniente en esas fechas- .

-No madre, en esas fechas esta perfecto, disculpa lo cortante pero se me está enfriando la cena y tengo mucha hambre, hablamos luego, dale mis saludos a mi padre-dicho esto corto la llamada.

A pesar de estar viendo la televisión, no procesaba nada de lo observado, se había quedado pensando en las palabras de su madre, él sabía que anualmente debía hacerse varios exámenes, y afortunadamente en 7 años no habían encontrado irregularidades, solo esperaba que ahora fuese igual, le asustaba saber que últimamente su salud decaía muy de vez en cuando, pero siempre lo atribuyo a su nuevo empleo, y no hacia visitas al médico, por falta de tiempo, solo pasaba a la farmacia y compraba un par de medicamentos genéricos, que lograban dar un resultado positivo y aliviar sus males…

Para cuando dejo de pensar en eso ya había acabado toda su comida, se levantó apago la televisión y dejo los trastos en el fregadero, se dio una ducha como tenía planeado y gracias a que no tenía trabajo pendiente se recostó.

Al otro día había despertado con energías renovadas, aquellas dulces horas de sueño le habían sentado bastante bien, se levantó temprano, tomo desayuno y se vistió para tomar el tren puntualmente, como de costumbre se encontró con Takano-san a la salida y ambos fueron juntos al trabajo.

-Te vez muy distinto hoy-comento el mayor.

-Dormí bien anoche eso es todo-Respondió Ritsu, sonrojándose un poco y bajando la cabeza.

-Me alegra que estés mejor, últimamente te veías muy desgastado-Comento, haciendo que el corazón del castaño latiera velozmente, pero pronto arruino el comentario con un escueto-No es bueno que mis trabajadores se ausenten por encontrarse enfermos ¿sabes el problema que nos traería si faltas un par de días? Ahhh… seria tanto trabajo acumulado-Ese hombre si sabía como hacerle enojar.

-Ah, si…pero no se preocupe tanto por mi salud me encuentro muy bien y no le provocare más problemas en el trabajo-Contesto el castaño bastante molesto.

El día sucedió sin contratiempos, el trabajo fue liviano y nuevamente todos se retiraron temprano, esta vez por el contrario a muchas ocasiones Onodera regreso solo a su casa sin encontrarse con su jefe, a pesar de que habían salido casi a la misma hora, Takano-san se había desviado del camino…

-Creo que hoy no estoy tan cansado como ayer, debería hacer la limpieza antes de que las cosas se vuelvan feas en el trabajo-Se dijo a sí mismo.

Se puso ropa cómoda, y comenzó a limpiar, bolsas de basura enormes que había acumulado las últimas semanas y quizás más. Pero luego de un par de horas todo se veía impecable, ordenado y reluciente como debía ser.

Se sentó a descansar un rato, con tanta limpieza y orden había encontrado unos libros que Takano-san le había dado para estudiarlos, ya de eso había pasado bastante tiempo, debía devolvérselos, se levantó para tirar la basura y de camino entregarle esos libros a su dueño.

Primero fue hasta el contenedor y al caminar de vuelta toco el timbre, sin esperar que la persona que le encarara fuese nada más y nada menos que el amigo de su jefe.

-Tú aquí-dijo de mala gana-¿Qué quieres?

Como siempre el pequeño incomodado por la presencia fuerte e imponente del mayor, comenzó a temblar ligeramente y ponerse nervioso, sin dar respuestas.

-Te he hecho una preguntas, es que acaso no vas a contestarla-Elevo la voz-tu sí que eres un imbécil, deberías dejar de molestar a Masamune, lo que sea que debas decirle ¿No puede esperar a mañana?-pregunto bastante enojado.

-Lo siento… yo solo quería- no alcanzo a explicarse.

-Molestar, ya lo sé, siempre es lo mismo, paso hace 10 años y volverá a pasar ahora, invadirás a Masamune con tus cuentos, el volverá a caer en ti y luego le desilusionaras como siempre haces, y allí tendré que estar yo, para darle mi apoyo-Mofo luego.

-Disculpe… solo… Es que el… Takano-san me presto estos libros yo solo quería devolverlos, le pido por favor que se los entregue de mi parte- Hablo tan rápido que casi quedo sin aire, inclino su cuerpo dejando sus brazos al frente con ambos libros en las manos-No era mi intensión, molestar simplemente pensé que sería más fácil entregarlo aquí, en lugar de llevarlos al trabajo- iba a continuar hablando cuando llego Takano.

-Onodera, ¿Yokosawa? ¿Qué hacen aquí parados?-Pregunto el pelinegro.

-Nada, es solo que quería devolverte estos libros-Dijo el menor entregándolos en manos de Takano y saliendo corriendo como en muchas ocasiones.

Así eran muchas de las confrontaciones que le había hecho el mayor, siempre le decía lo mismo, mencionaba lo mal que se encontró Takano y lo mucho que él le había apoyado, además de añadir muy sutilmente que todo eso paso por su causa…

Sin embargo Onodera nunca dijo nada, siempre acepto las palabras, jamás se excusó en aquello que hoy era su gran secreto…La verdadera razón por la que se fue al extranjero, luego de que “sempai se burlara de sus sentimientos”…

Notas finales:

Eso es todo por hoy, les digo que soy autora de capitulos semanales, por lo que les espero aqui el prximo jueves con un nuevo capitulo


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