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Make me smile por faby nan

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Ni SHINee ni ninguno de sus miembros me pertenece, sería un poquito bizarro que fuera así ¿no creen? 

Advertencia: Mucho OoC y ¿fluff?

Notas del capitulo:

Cinco drabbles, cuatro con el único objetivo de sacarle una sonrisa a alguien y uno extraño de a madres pero bonito (?) :)

Ah, y me disculpo de antemano por cualquier error que pueda haber.

Test

El reloj avanzaba y avanzaba y él no tenía idea de que responder.

Tic Toc, tic toc.

El tiempo se acababa y aún le faltaba tanto. Estaba tan cansado, tan fastidiado. ¿No podía sólo dejarlo así? Era más que obvio que no sabía las respuestas…Error. Las sabía pero no podía recordarlas, estaba nervioso.

Esto era importante e iba a fallar irremediablemente. Pero darse por vencido no era una opción ¿no?

No, no podía hacerle eso a su familia ni a sus hyungs. No cuando los ayudaban y apoyaban tanto, no cuando le daban tanto cariño.

Vamos, vamos. Tú sabes la respuesta.

Quería ver la sonrisa de su madre, que se sintiera tan orgullosa de él, escucharla emocionarse y sentirla abrazarle. Quería escuchar las escandalosas voces de sus hyungs al festejar, como si acabara de salvar al mundo, quería verlos reír y abrazarle, como si nunca hubiera hecho nada más fantástico.

Quería escuchar ese “¿Qué tal te fue?” y poder responder un “bien”. Quería recibir esa sonrisa satisfecha de Key y escucharle decir lo listo que era. Quería que Jjong lo abrazara y que Min Ho le revolviera el cabello. Quería recibir aquella sonrisa y contemplar aquellos ojos brillantes llenos de orgullo de Onew.

Quería, sí, quería.

Tú puedes, Tae.

Él podía, él podía. Con una sonrisa ligera en el rostro volvió su atención al examen, que extrañamente, parecía menos confuso y aterrador.

 

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Mirar.

No puede apartar la mirada,  porque luce tan diferente y a la vez tan familiar. La sonrisa coqueta baila en sus labios y no puede evitar soltar un suspiro.

Es increíble.

No puede evitar mirar, escaneándolo de arriba abajo y de abajo hacia arriba. No quiere pasar por alto ningún detalle. Porque jamás había lucido así de…sexy. Siempre lo había sido, pero es diferente verle así.

Jamás imaginó que podría hacerlo y casi extraña aquella imagen inocente, aunque siempre fue un poco extraño que el mayor de sus hyungs le pareciera increíblemente adorable. Y justo cuando comienza a extrañar toda aquella inocencia aparece esa sonrisa tan característica del mayor.

Y Tae Min no sabe cuál versión de Onew le gusta más. Pero ciertamente no le molestaría averiguarlo.

 

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Correr.

Hay algo maravilloso en verlo correr, algo mágico que lo hace sentir la necesidad de mirarlo.

No es como esas veces en que su trote es desesperado y orgulloso. Determinado a vencer. No se parece en nada a ese Min Ho competitivo, a ese que no soporta perder.

Se mueve con gracia y naturalidad, como si hubiera nacido para eso.

No puede evitar mirarlo, aun cuando la brisa matinal le cala los huesos y le corta la piel. Se pierde en sus pensamientos mientras aquella figura se vuelve cada vez más difusa, más lejana. Como una mancha de color que jamás logra perderse del todo.

Y lo ve correr tan rápido, tan feliz, tan libre.

 Y no puede evitar sentirse turbado y aterrorizado y desesperado y tantas cosas al mismo tiempo. Porque las piernas de Min Ho  parecen moverse tan velozmente que apenas y son visibles, porque aquel andar gallardo parece todo menos eso. Porque parece querer salir volando.

Y lo sabe, es un ave que jamás lograría alcanzar, una que jamás alcanzará.

Y hay algo tranquilizante en verlo regresar empapado y con el pelo pegado al rostro, jadeando y tan satisfecho. Pero aun así, en el fondo siente miedo.

Onew no puede evitar aferrarse al cuerpo del rapero, aun cuando éste se queja porque lo hace. No puede evitarlo. Necesita asegurarse de que está ahí, de que sigue ahí junto a él de todas las formas posibles.

Y el menor lo mira confundido y se deja hacer, aunque no entiende el por qué el mayor tiembla aferrándose cada vez con más necesidad a su cuerpo. No entiende por qué lo mira como si hubieran pasado años desde la última vez que se vieron, como si no se creyera que esté ahí.

Min Ho no ve el miedo en sus ojos. ¿Por qué habría de hacerlo?

Pero lo percibe, tal vez.

Y es maravilloso verlo correr, verlo querer alzar el vuelo. Alejarse de todo y todos y dejarle atrás.

Es algo magnifico que no es capaz de detener, aun si le aterra.

Algo que le hace querer alzar también el vuelo e ir tras él.

 

 

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Sonrisa.

Le molesta esa sonrisa, porque honestamente no tiene nada de especial. O al menos eso se repite cada vez que la mira. No es perfecta ni única, ni nada.

Y aun así consigue marearle cada vez que aparecía. Consigue que se le revuelva el estómago, aunque ese no es el término correcto para definir lo que siente, es más como algo revoloteando dentro de él.

Le molesta esa sonrisa, porque parece enceguecer al mundo entero y cautivar a quien la mira. Y dentro de ese “al mundo entero” lastimosamente también se incluye él mismo.

Le harta porque le parece idiota y quiere odiarla con todo su ser. ¿Qué tiene de atractivo una sonrisa así, una que hace que sus ojos desaparezcan hasta parecer apenas rendijas?

Le molesta porque le gusta más de lo que le gustaría aceptar. Y lo hace parecer más joven e inocente, tan inofensivo, tan adorable. Y lo hace sentir tan tranquilo y tan confundido.

Acelera su corazón, sus manos temblaban y se vuelve tan débil ante aquella mueca. A Key le fastidia porque sabía que esa sonrisa es suya y no soporta compartirla con nadie.

Y no es única, ni perfecta, ni nada. Pero le hace sentir tantas cosas que tiene la urgencia de borrársela a besos.

 

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Dormir.

Era una mala costumbre, una muy mala quizá. Pero no podía evitarlo.

Cada noche se escurría en la cama del mayor sólo para contemplarlo. Unos segundos se habían convertido en varias horas. Pero no podía evitarlo.

Le gustaba mucho verlo dormir. Le gustaba escucharlo, le gustaba todo.

Al principio era un lío destaparlo, al principio era gracioso porque parecía un capullo, uno que escondía una mariposa tan única y…

Los pensamientos que lo invadían por las noches eran incómodos y extraños, pero eso tampoco podía evitarse, la mayor parte de las cosas relacionadas con el líder eran así.

Era una mala idea, una muy mala. O eso pensó la primera vez. Pero quería hacerlo y el otro no hizo nada para evitarlo. Eso no era aprovecharse ¿cierto?

Jjong no quería creer que lo fuera, no cuando el rubio enterraba su rostro en su pecho, no cuando sus brazos lo rodeaban con tanto apremio. No cuando aquel calorcito se extendía por su cuerpo y se instalaba en su corazón.

Se sentía como si ese fuera su lugar en el mundo.

Y era una mala costumbre, una muy mala quizá. Pero no podía evitarlo. No cuando podía sentir aquellos ojos de cachorro sobre sí. No cuando sus brazos lo rodeaban y aquel cuerpo se amoldaba tan perfectamente al suyo. No cuando presionaba aquellos labios contra los suyos.

Jin Ki no podía dormir, no con el rostro encendido y los ojos fuertemente cerrados. Fingiéndose dormido, interpretando un papel que ninguno de los dos creía pero que hacía tan sencillas las cosas.

Y era una mala costumbre, una muy mala quizá, pero era muy placentera.

Notas finales:

Estoy enamorada de los últimos tres drabbles I don't know why. Espero les hayan gustado aunque sea un poquito, fue mi primer y quizá único intento de escribir más parejas aparte del Jongyu y el OnHo. ¿Tengo un trauma con Onew? Lo sé :3


Lamento si asuste a alguien o algo así con el último fic que escribí, estoy un poco loca y he tenido un mes rarísimo así que estoy al borde de la depresión y de la euforía y no pienso bien.


Me encantaría saber sus impresiones sobre estos drabblesillos (?)


¡Gracias por leer~!


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