TAN LEJOS
Aioria caminaba en pasillos obscuros, refrescados por la brisa de la madrugada. Entre el hueco de sus pasos, pudo distinguir el ruido de otros que venían, y entre las tinieblas, descubrió aquella figura.
Podía reconocerla desde muy lejos, como algo erógeno y perfecto. Como el mayor de sus sueños y al mismo tiempo, la más terrible de sus pesadillas. Cerró los ojos para imitar al que venía en dirección contraria. Y no se miraron.
Sus caminos cruzaron y ellos siguieron de largo, fingiendo no verse, era mejor así. Querían estar lejos para siempre, sin esa constante tentación que los llamaba a entregarse uno al otro, aun cuando sabían que no era posible.
Porque sus vidas no eran suyas, pertenecían a otros y no podrían estar juntos, jamás.
CONSUELOS
Le arrebató el pan de la boca con un gesto molesto.
–¿Quieres escucharme al menos por un momento Aioria?
Pero el aludido siguió mirando hacia otro lugar. Milo entonces le arrojo el pan que le había arrebatado pero Aioria simplemente siguió comiendo. Así debía ser, sabía de sobra lo que Milo pretendía decirle y sabía que era algo que no debía escuchar…
Porque cada vez que algo malo le pasaba a su compañero venía a ofrecerse y después de pasar la noche juntos se sentía mejor y volvía a irse… y él se quedaría esperando a que volviera nuevamente.
Milo dejó de intentar hablar y arrebatándole nuevamente la comida lo besó a la fuerza. Y porque le amaba, Aioria no pudo resistirse por mucho más tiempo.
PENUMBRAS
Apuró sus pasos por el largo corredor, tropezándose a medias contra su propio peso, sosteniéndose de las paredes. Justo antes de entrar a la habitación el latido de su corazón fue demasiado fuerte para ignorarlo por más tiempo. Se sujeto el pecho con demasiada fuerza, recargándose contra la puerta que lo separaba de a luz de la habitación que se colaba apenas a ras del suelo y contrastaba con el pasillo en penumbras.
Iba clavándose las uñas sobre la ropa y la piel pero la sensación no se iba. Aunque estaba ahí solo –no podía ser de otra forma- sentía claramente otra presencia ahí mismo, una que conocía demasiado bien y que se había ido hacía demasiado poco.
Como cuando cortan un brazo y aún se siente, la muerte de Mu no se sentía como si ya no estuviera ahí. Ya se lo habían dicho “es una sensación de retroceso, lo extrañarás, creerás que lo ves o que escuchas sus pasos… sentirás que está ahí, pero no será cierto.”
Se deslizó por la pared, hasta que sus rodillas se hundieron en el piso, en la obscuridad se contorsionó contra sí mismo para dejar la sensación fluir y sumergirse en ella.
Espero que les hayan gustado. Tuve que ponerlos juntos por la restricción de AY de que las historias tengan por lo menos 500 palabras. >.< es una lata eso, tengo muchos drabbles así como estos, juntos en un solo capítulo auqneu las parejas no tengan relación, ni los temas ni nada más.