-sabes anoche tuve un sueño bastante extraño
-¿hmm?- volteo a ver al chico de cabellos negros que estaba a su lado, extrañado por que había iniciado una conversación
-Estabas tú, mirándome desde el otro del espejo, parecía que estabas llorando y fue algo que me extraño muchísimo…
-y… ¿Por qué me cuentas esto?
-Tenía que conversar con alguien o me iba a volver loco…
-… ¿y porque conmigo?
-no lo sé….- el chico de piel verde tomo su tenedor y empezó a jugar con su comida
- ¿y porque estabas soñando conmigo?
-no lo sé, sabes los sueños no son algo que se puedan controlar
-…- Zim seguía jugando con su comida, volteo hacia la ventana y suspiro, preguntándose cuando se pararía esa horrible lluvia
-Zim- la voz Dib, lo saco fuera de sus pensamientos haciendo que volteara a verlo
-¿Te importaría si hoy te acompaño a casa?
-Amm, como quieras- dijo sin expresión alguna, con un tono de desinterés mientras tomaba un chicharo, jugaba un poco con el hasta reventarlo, aunque en el fondo estaba muy sorprendido de que su némesis quisiese acompañarlo a casa, y más sorprendido estaba de haber aceptado.
Al fin esa horrible lluvia se había parado, timbraron y regresaron a clases, después de un tiempo dieron el timbre de salida.
Zim y Dib salieron al último, cuando iban a mitad de camino, una fuerte tormenta empezó a empaparlos, ambos salieron corriendo a una parada de autobuses en lo que paraba la lluvia, pasaron varios minutos de silencia hasta que el chico de falsos ojos violetas se atrevió a hablar
-Dib…
-¿Si?
-¿Qué es soñar?
-¿Los de tu raza no sueñan?- Zim negó con la cabeza
-Bueno… ¿cómo explicarlo? Bueno soñar es…una pequeña puerta muy escondida dentro de nosotros, que a veces oculta lo que más anhelamos en el mundo, pero también lo que más tememos, esa pequeña puertecilla que contiene nuestros secretos, que solo logra ser abierta por las noches.
-¿Los humanos tienen una pequeña puerta dentro de sí?- Preguntaba extrañado el alíen a lo que Dib no puedo evitar soltar una pequeña risilla
-Jajaja no Zim, lo digo en sentido figurado
-ah…-seguía sin entender
-esta lluvia parece no parar, hay que irnos ya, el sol se está metiendo
-¡No! Zim no piensa moverse de aquí hasta que esa lluvia no se valla, no me importa, puedes irte y dejarme aquí, me iré cuando se haya parado.
-¡Pero no puedo dejarte aquí Zim!
-Ya te dije que no me importa, puedes irte solo larva humana- cuando Dib estaba a punto de irse se dio cuenta de que a unas cuantas cuadras había una mini tienda, seguro ahí tenían paraguas
-Espérame aquí Zim, ahora regreso- se fue corriendo hacia la tienda
Habían pasado menos de 15 min. La lluvia estaba empeorando cada vez más, y ahora habían empezado los rayos, relámpagos y truenos y estos últimos le aterraban mucho a Zim, era la primera vez que los escuchaba, solo esperaba que Dib viniera pronto, de pronto escucho un trueno muy fuerte, que hizo que se abrazara de sus rodillas muy fuerte escondiendo su cara en ellas, estaba aterrado, nunca había estado tan aterrado desde aquella vez en Halloween hasta que una cálida voz lo hizo regresar en si
-¡Zim! ¿Estás bien? –Pregunto Dib al ver el estado en el que se encontraba su ¨némesis¨
-Dib- salto de sorpresa hacia él, abrazándolo
-¿Dónde estabas? ¿Por qué tardarte tanto?- el pequeño extraterrestre casi estaba llorando
-Zim…- Dib estaba muy sorprendido, pero su cara de sorpresa cambia rápidamente a una sonrisa, Zim, se veía tan tierno en ese momento…
Zim al darse cuenta, se soltó inmediatamente del humano, completamente sonrojado
-¿Es acaso, que le tienes miedo a los truenos Zim?
-¡¿Yo?! Tener miedo jajaja por favor eso es estu-…-No pudo terminar de hablar cuando un trueno sonó a lo lejos haciendo que este saltara hacia Dib
-…
-E-está bien puede que solo un poco- decía mirando hacia un lado
-Bien, sabes no está mal tener miedo, todos le tenemos miedo a algo, no hay de que avergonzarse…regresemos a casa, toma un paraguas, solo había uno así que…tú lo necesitas mas
-gracias…- empezaron a caminar, hasta que en una esquina Dib, estornudo
-Te estas enfermando ¿no humano?
-nha, no importa *estornudo*
-…-Zim había escuchado que los humanos solían enfermarse cuando pasaban tiempo en la lluvia, y Dib ya llevaba buen tiempo, así que decidió cubrir a Dib con el paraguas también
-Zim…- el oji-ambar volteo a ver al de piel verde
-…está bien en el que dejemos esto de las enemistades por hoy…
-…si- Dib no dijo nada más que eso, durante todo el camino para pasársela sonriendo todo el rato
Zim metió una mano en su bolsillo, solo para encontrarse con algo
-(¿Qué es esto?)- pregunto extrañado, saco ese extraño objeto de su bolsa para encontrarse con 2 de esas cosas que los humanos llamaban “anillos” eran esos que GIR se sacaba en los cereales
-Humano
- ¿hmm? –volteo a ver a Zim
-toma te lo regalo- decía ofreciéndole uno de los anillos, este era de color rojo, con rayas magentas en forma de corazón
-gracias Zim- sonrió, algo sonrojado, tomo el anillo y se lo puso, mientras Zim se ponía el suyo, este era de 2 tonalidades de azul, claro y oscuro en forma de rosa, muy ñoños tal vez pero, Zim no tenía ni idea de lo que significaban así que no le importaba.
Cuando por fin llegaron a casa-base del alíen, Dib le pregunto algo
-Zim, preferirás que sigamos siendo enemigos…o…
-¿o qué?
-no sé, hoy me divertí mucho quizás, podríamos ser…amigos
-¿amigos? Ja no me hagas reír, Dib sabes bien que nosotros no podemos ser más que enemigos somos como el perro y el gato, el blanco y el negro, lo bueno y lo malo, no hay más que discutir, admito que yo también eh disfrutado este día pero no pasa de ahí, de un día, seguiremos siendo enemigos y no hay más que discutir, adiós…
-¡Espera!- dijo Dib antes de que Zim le cerrara la puerta en la cara
-¿Algún día podrimos repetir esto? ¿O ni siquiera eso se puede?
-umm, está bien humano cabezón
-¿Cuándo?
-tal vez, dentro de 3 años
-fecha…
-….no se- saco un aparato, plano de color gris, tecleo algunas cosas y final mente dijo
-25 de octubre
- ¿Me lo prometes?
-sí, si te lo prometo, bien, hasta entonces, tengo cosas que hacer- y término por cerrarle la puerta en la cara al joven con mechón en forma de guadaña
Desde ese día el joven Membrana estuvo contando los días, minutos, horas, años y segundos hasta que llego.
-Zim…-dijo de forma tímida, con la cabeza gacha y sonrojado
-recuerdas esa promesas que hicimos, hace 3 años
-¿…?
-¿enserio no recuerdas ese día?, era un día como hoy, lluvia, relámpagos, rayos, truenos…
-ve al punto humano
-la promesa de que volveríamos a salir…
-a eso…ja..jajajajaja- empezó a reír maniáticamente hasta que las lágrimas se le salieron
-¿en verdad piensas que yo saldría de nuevo contigo? Si te soy franco ni siquiera sé porque acepte, ¿ya te lo había dicho no?, somos como el perro y el gato
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Me hubiera gustado saber que algunas veces lo gatos y lo perros pueden llevarse bien, pero ya es tarde, ahora estoy muy lejos de ti, ¿entonces porque no voy a buscarte? Incluso si tengo que recorrer el universo infinito para verte lo haría ¿entonces porque no lo hago? ¿Por qué sigo aquí, parado sin hacer nada, solo lamentándome? No lo sé…
Una vez te dije que yo no soñaba, y mírame aquí, ahora mismo estoy soñando… ¿a esto es a lo que se le llama soñar despierto? ¿Y qué tal si aquel momento juntos era el sueño?
No lo creo, este extraño, hermoso y doloroso sentimientos es demasiado fuerte para ser solo un sueño, en verdad, siento mucho el haber roto nuestra promesa, fui un idiota ¿y cuando no? Quiero volver a verte, pero me da miedo, que me rechaces, (aunque sé que me lo tendría bien merecido) tengo miedo de que ya hayas encontrado a otra persona más especial que yo, tengo miedo de que después de todo lo que te hice no quieras acompañarme otra vez a casa, no quieras estar conmigo debajo de una parada de autobuses esperando a que la lluvia se pase, que no quieras abrazarme cuando los truenos me hagan saltar del susto, que no quieras compartir paraguas conmigo…que ya no tengas el anillo que te regale puesto, de seguro ya ni te acuerdas de esa cosa, pero yo aún la tengo, es mi tesoro más grande, me hace recordar aquel momento.
Una vez te dije que yo no podía soñar, gracias a ti lo aprendí, así como aprendí a amar, y también a sufrir.
Y te agradezco tanto el que me lo hayas enseñado, ya que soy tan cobarde como para volver a verte en la vida real, no me queda más que soñar contigo… y con aquel momento, preguntándome día y noche…
¿Cuándo pare la lluvia te volveré a ver? ¿Cuándo deje de soñar te volveré a ver?
¿Me prometes algo, luego de la lluvia y los sueños?
Promete que nos veremos de nuevo...