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Spark light por minima

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~1~
Los últimos días en Bellwood como en Pueblo Bajo estaban tan tranquilos tanto en casos de criminales normales como en criminales extraterrestres, que estos días serian dignos de un merecido descanso de ser héroe, sí, eso le caería muy bien a Ben, unos días para hacer actividades normales como jugar una maratón de videojuegos o ver su serie favorita de sumos, pero como al parecer el universo o el karma la tenía contra él, Ben no podría disfrutar como quisiera estos días, ya que se encontraba agonizando en cama por un maldito resfriado.

Envuelto en sus sabanas y cobertores trataba de encontrar descanso entre su agónico estado de fiebre y nariz congestionada.

Podría ser el héroe más famoso del universo pero era fácilmente derrotado por un mugre virus en su organismo, siempre cuando se enfermaba se la pasaba horrible y no quería saber nada del mundo o la galaxia, al menos esta vez no tenía que luchar contra algún villano en este fatídico estado.

Estiro su mano hacia el buro al lado de su cama y alcanzó un vaso de agua para aliviar su seca y adolorida garganta, había tomado algo de medicina hace un par de horas, una que el mismo había comprado para días como este, ya que al parecer la mayoría de los adultos de su familia optaban por probar remedios naturales y optativos, como guisos asquerosos con ingredientes que ni sabía que se podían comer u originarios fuera de la tierra, como el abuelo Max, o poner su cabeza sobre un cuenco de agua hirviendo con hiervas con fama de medicinales, como su madre.

Amaba a su familia, pero deseaba que dejaran de experimentar esos remedios en él cuando estuviera enfermo, Gwen tenía más suerte a la hora de enfermarse, sus padres no tenían costumbres algo hippies como los suyos y optaban por métodos más tradicionales como llevarla al médico o sopa de pollo.

Un sueño ligeramente agitado era a lo mucho de un buen descanso que podía aspirar.

Sus padres no se encontraban por el momento, su madre había logrado convencer, u obligado según la versión, a su padre de ir a una clase de baile en pareja, y antes de que a su padre se le ocurriera decir que sería mejor quedarse en la casa y que su madre preparara alguno de sus famosos remedios, él les insistió que solo necesitaba descanso, y si él tenía que sufrir por su fiebre que su padre también sufriera un poco no estaría mal, después de todo su padre no era del todo fanático del baile, fue por eso que cuando sintió a alguien tocando el timbre de la casa se extrañó un poco.

Se suponía que no había ningún incidente fuera de control en la ciudad, aunque con su suerte no le extrañaría que ocurriera un caso que requiriera la presencia del asombroso Ben 10.

Para su pesar salió de la cama y se encamino a la entrada, al abrir la puerta pudo ver la cara familiar de su compañero de equipo.

-Hey Rook- saludo con desgano el adolecente, aun sentía su cuerpo arder y los parpados pesados, quería volver lo más pronto posible a su cama.

-Ben… no te ves bien- ese fue el saludo del revoniano.

En efecto Ben no se veía para nada bien, cabello despeinado, ojeras ligeramente pronunciadas, un sonrojo cubría sus mejillas y nariz, así como una ligera capa de sudor en toda su cara.

-Solo un resfriado, creí haberle dicho al abuelo Max para que te avisara que no iría de patrullaje hoy contigo-

-El magistrado Tennyson me informo de tu estado, de hecho es por eso que estoy aquí, me mando a traerte esto- el alienígena saco una bolsa de papel marrón que escurría cierto liquido amarillo en su fondo, tal vez no fue del todo buena idea decirle a su abuelo que se encontraba enfermo.

-Oh, gracias- tomo no con una de sus mejores sonrisas la bolsa misteriosa y le dio un vistazo adentro, o era que realmente su fiebre estaba más alta de lo que creía o de nuevo su abuelo había utilizado de nuevo ingredientes vivos porque vio algo moverse adentro.

-Dice que el calamar junto los escarabajos te darán muchas proteínas-

-Sí, veo que utilizo ingredientes muy frescos cof cof mmm creo que lo dejare para otro momento- sin cerrar la puerta se encamino a la cocina sabiendo que el revoniano lo seguiría, abrió el refrigerador y metió la extraña mezcla, en esos momentos no se preocupaba por alguno de sus padres lo encontraran, solo pensaba en su cama.

-Tal vez sería bueno comer un poco, el magistrado Tennyson comento que te sentirías mejor una vez que probaras uno de sus famosos guisos-

-Eh no, además ya tome un poco de medicina, ahora solo necesito dormir… muchooo-

Cama, necesitaba descansar, se metió a su habitación y su cama con el revoltijo de sabanas y cobija y tal vez uno que otro pañuelo sucio jamás le pareció tan hermosa, removió un poco la cobija y sabanas y se empezó a acomodar, no había invasión de extraterrestres o algún villano causando problemas, así que tenía la libertad de tomarse un buen descanso.

-Ben, no creo que en tu estado sea buena idea envolverte en tantas capas de tela a pesar de lo que tienes lo llaman resfriado-

Se había olvidado de Rook, este lo había seguido hasta su habitación y se encontraba parado al lado de su cama.

-Está bien Rook, la cobija no es tan gruesa-

Rook se le quedo mirando con cierta preocupación, no era experto en medicina ni en la fisiología de los humanos terrícolas, más en sus conocimientos básicos destacaba que el cuerpo humano al enfermarse no debía superar cierto nivel de grados o sería peligroso para el organismo, y no veía como la mejor opción el envolver el cuerpo enfermo en tantas capas, eso solo aumentaría el calor.

-Tal vez un baño de agua fría sería mejor para tu problema de calor-

-Rook, ya te dije, solo quiero dormir, ya tome algo de medicina, y no es nada grabe, solo un pequeño resfriado-

No escucho nada, salió de sus cobijas y asomo la cabeza, Rook seguía ahí mirándolo con un brillo de preocupación y duda en sus ojos, esto era un poco incómodo y a la vez interesante, pero más que eso predominaba sus ganas de sumergirse al mundo de los sueños.

Rook era una persona seria y analítica, no se iría si no estaba conforme con una buena razón, en este momento su socio se encontraba en problemas, no el típico de vida o muerte que siempre presentaban a la hora de combatir alienígenas criminales, pero problemas a fin de cuentas.

Un pequeño resfriado.

-Mira, si mi resfriado realmente empeora avisare al abuelo y a ti, no es necesario que te quedes viejo, además, dudo que quieras enfermarte tu también, quien sabe que efectos tenga un resfriado en tu especie, lo digo por experiencia, he llegado a enfermarme y transformarme en este estado y los efectos pueden llegar a ser algo caóticos-

-Los revonianos gozamos de una fuerte salud-

-Sí, sí, y cuando llegues a enfermarte sentirás que no hay suficiente pañuelos o medicina para aliviarte, lo digo para prevenirte, Rook estaré bien si duermo, en serio, yo te aviso si empeoro, aunque solo es solo un pequeño resfriado-

Parecía que las razones de Ben eran bien fundamentadas, aun así seguía con un poco de preocupación.

-Llámame si realmente empeoras, tal vez el magistrado Tennyson tenga remedios más fuertes-

-Seee los llamare-

Una última mirada y Rook salió de la habitación y posteriormente de la casa asegurando ponerle seguro, tal vez sería bueno investigar un poco más sobre este llamado “resfriado”, hasta los más grandes héroes se pueden llegar a enfermar, como Ben, por el momento había calma, pero si algún problema grave se presentara seria problemático que el portador del omnitrix luchara en este estado.

Mientras Rook se alejaba de la casa de los Tennyson, Ben se empezó a inmensarse en la inconciencia, fiebre y cansancio era los problemas que lo aquejaban en este momento, esperaba que lo que le había dicho a Rook para mantenerlo tranquilo se cumpliera, con mucho descanso esperaba que al día siguiente se levantara con mejor estado.

Soñó con sopa hecha con Vilgax y cabezas del Dr. Animo, con el abuelo Max siendo el chef estrella creador de esta singular receta, y un Rook más que animado insistiéndole en probar la comida en un tazón en forma de platillo volador con una sonrisa igual o mucho más grande que el gato de Alicia y el país de las maravillas, si, algunos sueños cuando estas enfermo son de lo más extraños.

Y mientras el castaño soñaba todo aquello, no era testigo de cómo el invento más poderoso de todo el universo empezaba a soltar una que otra chispa verde y parpadeaba de manera extraña, al parecer Ben no era el único que se encontraba mal en esos momentos.

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