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Para Soñarte por Sangre Samurai

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Notas del fanfic:

Seguramente han visto ese montaje fotográfico donde nuestra pareja favorita parece haber sostenido una intensa conversación telefónica... de ahí viene esta historia... totalmente sacada de mi fantasía y no de algún hecho real.

de Ricardo Nervi es el poema "Para Soñarte" que es hermoso.

Los protagonistas solo son usados como referencia.

Notas del capitulo:

Es un one shot homenaje al Hiddlesworth, los personajes no me pertenecen, pero los amo.

El teléfono celular vibrando con insistencia lo despertó. Se había quedado dormido en el sofá de la sala, aún vestido con el suéter negro de cardigan y unos vaqueros desgastados con los que había salido a comprar café y algo para cenar. Abrió los ojos verdes con algo de pesadez, para luego estirarse como un gato y enseguida para levantar de la alfombra el diálogo que estaba repasando. La obra de teatro estaba ya muy próxima para estrenarse.

Sobre la mesita de centro estaba el vaso de café ya helado, el empaque de la comida rápida sin abrir y el celular que insistía e insistía sin que le interesara apresurase en responder. También él tenía derecho a aislarse de vez en cuando. Sin embargo, quizá por costumbre o por curiosidad, tomó al fin el móvil y lo revisó tranquilamente.

-“Las dos de la mañana…”- pensó, mirando la hora y luego, haciendo un gesto de sorpresa, vió las varias llamadas perdidas, varios mensajes de texto sin abrir y las incontables notificaciones de las redes sociales. Estas últimas, ya no acostumbraba revisarlas como antes, de manera que las eliminó con un simple toque de su dedo pulgar deslizandose por la pantalla táctil.

Los mensajes de texto eran de Luke, igual que la mayoría de las llamadas. “Tom responde tu móvil, por favor, necesitamos agendar la semana” “Tom llámame” “Tom, es urgente que respondas” Como éstos, seguramente tenía varios mensajes en el buzón de voz, pero tampoco respondería esa noche. Quizá en la mañana, temprano, después de correr y desayunar con calma, devolvería las llamadas al ansioso Luke.

Le pudo un poco ver que también había un par de llamadas perdidas de su hermana Emma. Luego recordó que había quedado en ir a cenar con ella y con su madre. Se hizo el firme propósito de visitarlas ese mismo día, antes del anochecer.

-“Luke, amigo mío, esta noche lo siento... no te responderé”- se dijo en voz baja, desviando una nueva llamada entrante al buzón.

Se levantó al fin para ir a su recámara, enredando los pies con el cable de los audífonos y notar que también se había dormido con en iPod encendido. Lo apagó y lo dejó sobre la mesita. “Para Soñarte, poema de Ricardo Nervi”. Decía la pantalla. Sonrió... recordando lo mucho que le gustaba la musicalización de ese y otros poemas.

No me dejes tu sueño que por soñarte

he perdido mi sueño y es sueño aparte

este sueño que sueño para soñarte

este sueño que sueño para soñarte.

2.- AL OTRO LADO DEL MAR.

Ni siquiera pudo terminar de cambiarse. Se puso unos pants negros gruesos y se dejó el suéter. Para recostarse sobre su cama mirando el techo. Puso su mano derecha bajo su cabeza y supo que el sueño se había esfumado. Ahora pasaría la noche en vela. Tomó nuevamente el móvil y miró largamente el otro número que aparecía y que tenía una clave entrante internacional. Era una llamada del otro lado del mar. Muy pocas personas, que él supiera, tenían su número privado y no recordaba estar esperando llamada de larga distancia esa noche. Apagó el celular y lo guardó en el cajón.

-Por supuesto...- murmuró cuando el timbre del teléfono fijo comenzó a sonar- Luke no se va a dar por vencido con facilidad...

Podía tomar la llamada y enviar a su publicista hasta la China por no entender que quería estar solo y descansar. Demasiado ajetreo, demasiadas entrevistas, sesiones fotográficas, alfombras rojas y fiestas inerminables le tenían exhausto. Muy feliz y satisfecho con su trabajo. Pero exhausto. Esa era la primera noche que realmente necesitaba estar solo y descansar. Solo eso. No tenía nada de sorprendente ni extravagante. Pero si respondía, seguramente la charla lo atraparía y sería el fin de su añorada soledad.

Se cubrió el rostro con las manos. ¿A quién quería engañar? Se estaba quemando por averiguar si el repiqueteo del teléfono era también la larga distancia perdida. Tal vez era... Tal vez al fin el orgullo había cedido y le estaba llamando... Si tan solo al levantar el auricular escuchara esa voz que ahora estaba tan lejos... al otro lado del mar...

El silencio que reinó cuando al fin el teléfono calló le entristeció un poco. Solo. Sin sueño. Y con el corazón latiéndole con fuerza dentro del pecho, atrajeron los recuerdos en la noche fría y lluviosa de Londres.

“¿Es una despedida? ¿Así, nada más?”- dijo al terminar la función de cine, disimulando el dolor que lo traspasaba, sonriendo y recibiendo los abrazos, apretones de manos y felicitaciones de los invitados, mientras sus ojos miraban como Chris Hemsworth, la estrella de la película más taquillera del momento, sonreía y charlaba con varias personas al otro lado del pasillo, mientras abandonaban la sala de exhibición rumbo a la cena y celebración posteriores.

Nadie los había visto juntos  y mucho menos los había escuchado discutir sobre el futuro de su relación. Nadie había atestiguado como el final de la gira promocional se convertía en un distanciamiento amargo entre ambos y como la complicidad de todos esos meses juntos se volvía en su contra para levantarse como un muro de piedra entre los dos.

Tom cerró los ojos para alejar el sentimiento de inmensa tristeza que le llenaba. Nunca le interesó tenerlo a diario, ni permanentemente. Sabía que Chris no le pertenecía porque ya pertenecía a otra persona y a un hogar. Sabía incluso, que se rebajaba al aceptar permanecer en las sombras por todo el tiempo que durara la ilusión y el amor. Por mas preparado que se sintiera, la verdad era que nunca se estaba lo suficientemente fuerte para sobrellevar el rompimiento. Y mirar los ojos azules que tanto amaba rehuírle con frialdad, lo estaba matando.

No me dejes tus ojos que por mirarte

he perdido mis ojos y no he de hallarte

si no encuentro otros ojos para soñarte

si no encuentro otros ojos para soñarte.

3.-RESPONDE POR FAVOR.

Las fotografías no mentían. Era su sonrisa de plena felicidad al verle. Los ojos le brillaban. Todo su lenguaje corporal gritaba lo mucho que le gustaba y lo relajado que se sentía con su cercanía. Con su calor. Con su voz grave y acariciante en sus oídos. Bastaba mirar unas cuantas de los cientos de fotografías y videos que circulaban en la red. Tom mirando a Chris, descansando su cabeza sobre la palma de su mano, repasando su cabello mientras el rubio hablaba, embelesado...

No era que Luke o sus hermanas fueran poco perspicaces, pero jamás se había ocupado en analizar si sospechaban o quizá, si sabían remotamente la verdad. Nunca le hicieron un comentario al respecto. No le interesaba. Igual se había terminado y todo por una tontería.

Un repentino ataque de sensatez en el que Chris mencionó que lo más importante en su vida eran su esposa y su hija. Esa lógica confesión ante los medios no sentó bien en su corazón, pero esperó al menos que él se disculpara después y le dijera que él también era importante. “No seas estúpido, ¿Cómo voy a saber que te ofenderías? Así son las cosas y siempre pensé que lo asumías con madurez... imagínate si con todo esto, también me tengo que cuidar de ti…”

Eso detonó la andanada mutua de reproches y de insatisfacciones acumuladas. Todas las ocasiones que planearon verse y no pudieron. Todas las ocasiones en que Tom tuvo que disimular porque Chris y Elsa estaban frente a él juntos y no Chris y él, como su imaginación reclamaba. Todas las veces que Chris lo llamaba de improviso y él no podía botar su trabajo y viajar a donde él le esperaba. Todos esos detalles que juntos sorteaban, pesaban ahora como un saco de piedras sobre el amor que les había nacido sin proponérselo.

Por eso le urgía soledad. Para pensarlo. Para asumirlo. Para encontrar la forma de salir adelante y no derrumbarse en público.

El teléfono volvió a sonar. Una y otra vez. Tom estiró el brazo izquierdo y tomó el auricular sin molestarse en ver el número. Deseó con todo su corazón que fuese Luke, importunándolo como si a las tres de la mañana ya fuesen horarios de oficina.

-¿Hola?

-Por favor no me cuelgues...- declaró una voz de sobra conocida al otro lado- Necesitamos hablar...

No me dejes tus manos que por rozarte

he perdido las manos y acariciarte

sólo pide mi mano para soñarte

sólo pide mi mano para soñarte.

4.- LEJANIA.

-Chris...

-Hola Tom... calculé que a esta hora generalmente despiertas para ir a correr y por eso quise llamarte. Estoy ahora en Los Ángeles, son las cinco de la tarde para mí.

-Si... justo me preparaba para ir a correr- mintió Tom, evitando que se le quebrara la voz ante la avalancha de emociones que aquella llamada le provocaba- Pero llueve demasiado en estos momentos, creo que no podré salir.

-Bien. Quizá entonces podamos concluir nuestra charla de Londres, me sentí muy mal por dejarla inconclusa...

-¿Hay algo más que hablar?- repuso él, sonando algo cortante-Pensé que habías dejado muy en claro tus prioridades y el lugar que ocupo en tu vida.

-¿Qué dices, Tom? Sabes que valoro tu amistad muchísimo.

Tom sonrió con amargura ¿Su amistad? ¿Se atrevía a decir que solo valoraba su amistad? ¿Entonces cada noche que estuvieron juntos no significaba nada? ¿Cada caricia robada a escondidas? ¿El contacto de sus manos apretando sus propias manos fugazmente, para que los demás no descubrieran el juego cómplice de ambos, eran menos que nada? Por suerte, Chris no podía verle al otro lado del mar. Limpió con rabia un par de gruesas y quemantes lágrimas que brotaron rebeldes.

-¿Cómo está Elsa? ¿Y cómo está India?

-Ellas están bien... gracias por preguntar. Elsa la llevó con los hijos de unas amistades que viven en esta ciudad. No me pidió acompañarlas, por eso pude llamarte.

-Es toda una suerte para mí ¿No? Que encontraras unos minutos en tu feliz vida familiar para acordarte de... “tu amigo”.

-No necesito tu sarcasmo- replicó el otro, perdiendo el tono cordial de su voz- Supongo que no esperas que llame frente a ellas y mucho menos, si aún deseas discutir.

-No... lo siento. No quiero discutir.

-¿Entonces, Tom? ¿Podemos hablar y hacer las paces? Mira que casi no he conciliado el sueño pensando en que mis palabras tal vez...

-¿Tal vez?

-Tal vez te hirieron... ¿Crees que no me dí cuenta? Te lastimé sin querer, pero creo que comprendes mi posición. Amo a mi familia, en verdad... y sin embargo nuestra amistad es también muy importante, aunque en un nivel algo diferente. No deseo que nos distanciemos. Hemos estado juntos en esta aventura de trabajo y me dolería perderte.

No me dejes tus besos que por besarte

he perdido mis besos en cualquier parte

y sueño que te beso para soñarte

y sueño que te beso para soñarte.

5.- ACARICIAME.

Tom estaba devastado. Deseaba tener valor para colgar y arrancar el aparato telefónico de tajo. Alejar a Chris de su vida y dejarlo en paz con su hermosa familia. Él mismo amaba a Elsa y a india porque eran parte de él. Todo lo que rodeaba al rubio se constituía en razón para ser amado y respetado por él. Jamás le hubiese pedido que las abandonara, no cargaría con ese remordimiento en su alma, pero... lo amaba y el corazón le exigía tener un lugar diferente al de un simple amigo.

-Tu sabes, Chris, que para mí es algo mucho más profundo que una aventura de trabajo o una pose frente a las cámaras. Tu sabes que es algo más que una simple amistad. Algo especial... algo que quizá no tenga denominación en el diccionario.

-Algo que se siente en el corazón... Algo muy mío y muy tuyo. Algo que es de los dos.

Tom enmudeció de la sorpresa. Después de todo, parecía que también Chris entendía su extraña y fascinante relación.

-Exactamente... No somos pareja, ni somos amantes... no estamos atados por contrato alguno... pero...

-Pero no puedo vivir sin ti...

-Chris...

-No puedo imaginar mi vida si no estás en ella, Tom. Frente al mundo tú y yo somos los mejores amigos, compañeros y coestrellas. Pero a solas eres mi cómplice de vida. Es como si mi corazón tuviese un compartimiento solo para ti... y solo para lo nuestro.

-Tú dijiste que lo nuestro estaba terminado.

-¡Lo sé... estaba molesto! Cuando me reclamaste realmente me sentí enfurecido y quise desquitarme... solo el paso de los días me ha hecho ver que mi enojo no era contra ti. Sino contra mí mismo. Escucha Tom: Te quiero... te extraño... ¡Diablos! Tengo tantas ganas de tocarte… que duele…

Tom sonrió esplendorosamente. Apenas pronunciada la última frase, un calor interno lo animó. Tenía hambre de Chris. Tenía hambre de su voz, de sus palabras y de su amor. Estar lejanos después de engolosinarse juntos por varias semanas era una tortura. Enfadarse y terminar lo habían sumido en una especie de pozo oscuro y frío en el que apenas vislumbraba una pequeña luz en la lejanía.

Pero su corazón continuaba lastimado. Al final, la verdad era mucho más hiriente que las palabras. La acción era más dolorosa que la ilusión en que vivía. Y lo cierto era que su adorado estaba muy... muy lejos de su pobre amor.

No me dejes tu enojo que al enojarte

me lastimas de enojo me duele amarte

y tu enojo es mi enojo para soñarte

y tu enojo es mi enojo para soñarte.

6.- TOCAME.

-¿Te ofendiste nuevamente?- preguntó Chris haciendo aún más profunda su varonil voz, después de permanecer varios minutos escuchando el silencio insistente al otro lado de la línea- Tom... ¿Vas a responderme? ¿Te ofendí con mis palabras?

-¿Tienes idea de lo que me duele a mí?

-Tom, no deseo pelear... no llamé para eso.

-Un momento... ¿Tú puedes desahogarte, decirme que planeas seguir con tu familia y conmigo al mismo tiempo y yo no puedo decir como me siento? Pensé que esta charla se trataba de nosotros, no solamente sobre ti.

-Dime entonces... ¿Qué te duele a ti? Finalmente... tú sí eres libre de elegir seguir a mi lado o no... Yo no. Yo he elegido.

-¿Se supone que debo sentirme orgulloso de que me elijas para quedarme siempre en las sombras? ¿Destinado a que a mi amor nunca le dé el sol?

-Solo entiendo que te siento algo muy mío y que quiero que me sientas algo muy tuyo.

-Tócame.

-¿Cómo dices?

-Dices que deseas tocarme... tócame entonces.

-¡Oh, Dios! Tom...

-Aquí estoy, recostado sobre mi cama. Estoy usando mi suéter negro de lana y unos pants negros grandes... está lloviendo... hace frío... necesito calor...

Chris no comprendía muy bien porqué el cambio en el rumbo de la discusión. Pero escuchar a Tom con su voz suave y varonil, con su hermoso acento británico, describirse en ese momento le hizo recordar el calor que invadía su entrepierna desde el primer instante en que por fin respondió a su llamada. Sonrió entre deseoso y nervioso, tenía miedo de decir algo que provocara nuevos enfados o que por el contrario, dijera cosas que le costara trabajo dominar.

-¿Y si pierdo el control?

-Dime como lo perderías... estoy deseando que lo pierdas.

-Supongo que mirándote así, primero me sentaría a tu lado y te pediría que te toques.

-Que pervertido.

-Bueno, será que yo tengo ya mi mano metida bajo mi pantalón en este momento.

-¿Y esperas que yo entonces, deslice la mía sobre los pants y te diga con evidencias cuanto te extraño también?

Chris gimió un poco ante la imagen mental. Y como realmente estaba haciendo lo que acababa de decir, bastó cerrar los ojos para ver a Tom tocandose entre las piernas y encima de su ropa, delineando su propia virilidad a medio despertar para que el calor llegara en oleadas mas intensas.

Escuchar al rubio gemir con sensualidad no intencional encendió también al inglés, que se olvidó de tocarse sobre la ropa para ingresar su mano bajo los pants y bajo el bóxer que le apretaba indecentemente en ese instante. Se sintió a si mismo cálido y ansioso.

-Creo que puedo sentirte ahora... todo lo que me extrañas... Y me extrañas enormemente... mi mano apenas podría abarcarte, acariciarte lentamente, subiría muy despacio desde tus muslos y te rodearía, porque primero deseo tocar tu piel bajo el suéter... enredarme en tu cabello, bajar lentamente por tu espalda... te recorrería por completo milímetro a milímetro antes de abarcarte, porqué con esas caricias te doy tiempo de crecer para mí.

-Chris...- murmuró, mientras frotaba con ansiedad su centro vital, liberándolo de los bóxers bajo los pants- casi puedo ahora sentirte.

--Ahora me recuesto a tu lado, a tu espalda... estoy acomodándome para tocarte con toda mi piel, para que me sientas también...

-Te estoy sintiendo...

-También yo... ya no hace frío en Londres aunque llueva... y el calor de Los Ángeles me hace sudar demasiado... pero no importa, porque estás de espaldas muy pegado a mí y tu calor me hace feliz... ¿Puedes sentir lo feliz que estoy?

-¡Muy feliz... extremadamente!- rió Tom, a su pesar.- ¿Dónde está tu mano ahora?

-En mi. Casi me estoy arrancando la posibilidad de tener más hijos...

Tom rió a carcajadas. Chris temió por un instante que el comentario había sido impropio y ofensivo para el momento, pero se sintió aliviado al notar que causaba gracia y no enojo.

-No seas salvaje... es mejor que lo hagas suavemente. Déjame hacerlo a mí... suavemente... despacio... es mejor así... ir y venir, arriba y abajo con mucha suavidad... con todo mi amor...

-Tom...

-Tócame suavemente también tú.

-Lo estoy haciendo... despacio... muy despacio... llenandome de ti y de tu aroma...

-Chris... creo que estoy a punto de terminar...

-Hazlo... hazlo para mí... aquí sobre mí... hazlo por favor... y no te contengas, que no sea en silencio, te lo suplico... termina para mí...

Tom estaba en el clímax del éxtasis, con la voz de su amado suplicándole por explotar, en medio de jadeos suaves y profundos terminó derramándose dentro de sus pants y sobre su mano, que en su imaginación, era la mano de Chris. Su voz sonó grave y extremadamente sensual mientras llegaba al orgasmo, el teléfono casi se le cayó del hombro con que lo sostenía, mientras su cuerpo se convulsionaba de placer.

Escucharlo jadear, mencionar su nombre en medio de la blanca explosión provocó en Chris un orgasmo similar. Comenzó a repetir el nombre que adoraba, mientras gemía y gritaba a solas, en el estudio del departamente que alquilaba al otro lado del mar, mientras terminaba también siempre con el nombre de Tom en los labios y su recuerdo bajo los pantalones. Lo amaba, siempre lo amaría

No me dejes que deje de perdonarte

para que no me dejes, voy a dejarte.

Déjame que deje para soñarte.

Déjame que deje para soñarte.

7.- NO ME DEJES.

-¿Es el fin ahora?

-Probablemente se vuelva más complicado.

-Para mí no. Yo soy libre, Chris.

-Tengo la respuesta, pero no te lo diré en este instante. No quiero que pienses que mis palabras nacen del momento que acabamos de vivir... momento que por cierto... fue increíble...

-Totalmente increíble...

Se hizo un silencio entre los dos, recuperando la acompasada respiración y la calma. Tom sintió como si un peso se le quitara de encima, el sueño al fin parecía acudir a su cama, se recostó y suspiró profundamente. Chris, bajó el auricular y se quedó pensando, necesitaba urgentemente aclararse y buscar la mejor forma de continuar sin lastimar a ninguna de las dos enormes responsabilidades de su corazón.

Luke casi derribó la puerta, ya bastante asustado de la falta de respuesta de Tom a sus mensajes y llamadas. Cuando al fin le abrió, lo encontró bastante adormilado, preparándose un café y sin trazas de haber seguido su habitual rutina matutina.

-¿Te sientes bien?-le dijo, sacándolo de su abstracción mientras mantenía fija la mirada en el colorido cartel de “Thor” enmarcado y colgado en su pared.

-Maravillosamente...

-Muy bien, podríamos entonces comenzar. Necesito urgentemente tus horarios de ensayo de toda la semana, así podré conformar el resto de la agenda… ¿Tom? Concéntrate por favor...

-Te escucho... mis horarios de ensayo- dijo él, encendiendo de nueva cuenta el teléfono celular y sonriendo antes de borrar la multitud de llamadas perdidas de su publicista.

-Ten consideración de mi tiempo, esto debe estar hecho antes de cada lunes, no eres la única persona que debo atender...

Sonreía bobamente y asentía sin tener idea de que cosas estaba aceptando, no podía detener su pensamiento que repasaba cada sensación de la noche pasada en medio del amor.

-Está bien, Luke... – repetía, mecánicamente.

-¿Sabes que tu teléfono está descolgado? Y parece que hay alguien al otro lado de la línea- esta frase lo reubicó en la realidad. Habían pasado ya varias horas desde que terminaran de conversar, pero como ninguno se despidió, ninguno colgó el auricular. Luke seguía hablando mientras Tom tomaba el auricular y pudo escuchar claramente como la conexión se cortaba con el clásico “click” de una persona colgando el teléfono.

Por un breve instante tuvo miedo que fuera Elsa quien escuchaba, pero desechó el pensamiento, Chris no sería tan irresponsable. Casi de inmediato entró un mensaje de voz a su celular, y aunque el corazón le dio un vuelco, fue muy discreto al revisarlo. Esperó quedarse a solas, se dio un baño, se cambió vistiendo de nuevo ropa deportiva. Estaba ya con algo de atraso para acudir a los ensayos de su obra de teatro.

Tenía hambre, pero decidió comprar algo en el camino. Y al fin, con el libreto bajo el brazo, con un vaso de aromático café, mientras esperaba que el resto del elenco hiciera algunas pruebas de voz, abrió el mensaje y se colocó el móvil muy cerca de su oído:

“Tom,buenos días para ti. Fue un placer velar tu sueño el resto de la noche, estoy seguro que dormías placenteramente y yo estaba a tu lado cuidandote. Respecto a mi respuesta, no necesito pensar mucho para decirte que te amo”- fueron las palabras que escuchó, llenas de emoción, nacidas sinceramente desde el más profundo sentimiento de Chris- “Encontraré la forma de que siempre lo sepas, que siempre estés seguro de eso... no lo sé, la vida da muchas vueltas... Todo puede cambiar, sobre todo en la mía... pero hoy te necesito... te amo... por favor... no me dejes...”

No podía responder con una llamada, ahora eran casi las doce de la noche en Los Ángeles y quizá él no estaba ya solo. Tampoco un mensaje de voz. Pero sí un mensaje de texto que ya encontraría el momento adecuado para ser leído:

“Nunca te dejaría... porque yo te amo también...”

Envió el mensaje y se quedó mirando la pantalla del móvil... en unos cuantos segundos, el sistema le aseguró que el mensaje había sido enviado con éxito y casi de inmediato, fue marcado como “Leído”

FIN

Notas finales:

Es corto y preciso... agradezco su lectura y sus comentarios.


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