Lo que el corazón quiere decir por Merokochan

Era una noche despejada, llena de estrellas y las calles tranquilas. En una de las aceras caminaba una chica. Tenía el cabello castaño hasta la cintura, su flequillo tapaba uno de sus ojos y el que se dejaba ver era colo café. Vestía de un saco largo color rojo terracota y una polera azul marino con unos vaqueros oscuros y unos borcegos de cuero negro; pero lo que resaltaba en todo su atuendo era un collar en su cuello que contenia una piedra semi-transparente color celeste como el cielo más despejado. Mas su rostro no denotaba nada, absolutamente nada de tranquilidad sino mas bien estaba ansiosa.

"La puta madre que lo parió... ¡se supone que tendría que haberlo encontrado! ¡Ya es de noche...!" murmuraba para sus adentros, nadie a su alrededor notaba de sus injurias salvo su compañero Weed un perro-demonio de apariencia de un perro de raza Akita inu con unos hermosos ojos azules.

"Ya Luna... tranquilízate... ya lo encontrarás, hay que tener paciencia..." trataba de calmarla hablandole por telekinesis, aún así estaba a años luz de lograrlo

"¿Paciencia? ¿¡PACIENCIA DICES!? Paciencia tu puta madre... sabes muy bien que no tenemos a donde ir Weed... y no seré como los indigentes que duermen en las plazas..." le respondía la chica por el mismo medio.

Ya Luna estaba con las venas a flor de piel cuando pasan delante de un edificio y escuchan un alboroto proveniente de ahí

-¡Que me sueltes! ¡Sabes que yo no siento eso por tí!-

Weed no le prestó atención, pero Luna si... porque al que vió salir del edificio todo sonrojado con las ropas y el pelo alborotado fue un castaño de ojos verdes ahora hinchados con rastros de lágrimas. El joven corría como si la vida dependiera de ello y sin saber muy bien a donde iba chocó con Luna.

-¡Ah..! L-lo s-siento mucho... y-yo...-

Luna estaba inmóvil, por dos razones... la primera porque el castaño en un impulso desesperado por desahogarse la abrazó tosca y fuertemente rompiendo a llorar y segundo...

"Pero... qué carajo... oh mi dios y la virgen... es... ¡es él!"

De pronto una voz grave sacó a todos del trance

-¡¿Onodera?!-

Era un hombre en la entrada del edificio, sus ojos color miel notaban confusión... e ira. Luna lo vio y notó su aura ahora oscura y antes de que hiciera o dijera algo agarró al castaño y arrastrandolo se iban alejando al tiempo que mentalmente ordenaba al can "¡Te lo encargo!"

Weed rodó los ojos en muestra de molestia pero alguien que ya estaba a su lado lo puso a la defensiva

-¡¡Onodera!!- gritaba a todo pulmon el hombre al tiempo que pensaba "¿P-pero quién era esa chica?... no creo que era la que siempre anda con él" pero si en ese momento estaba confuso al escuchar cierta voz lo confundió aún más

-Tsk tranquilo eh... ¿Takano?.. ella no le hará nada-

El aludido asustado volteó la vista buscando el origen de la voz pero no la encontró

-Como que deberías mirar hacia abajo...- dijo otra vez la voz con una tonada de alguien quién está perdiendo la paciencia. Takano obedeció y sólo vio a un perro sentado mirándolo con sus grandes ojos celestes y el ceño fruncido.

"¡¿Hah?!.. si la voz proviene de aquí entonces..."

-Seh, entonces soy un perro que habla...- dijo molesto Weed. Estaban perdiendo tiempo precioso y la cuestión era no hacerlo así que con molestia y desgano dijo -Ahora que ya pasamos el tiempo de confusión podriamos ir al grano... a menos que no quieras recuperarlo...-

Mientras tanto, dos castaños iban por la acera uno arrastrando al otro. Luna con la mirada buscaba un lugar donde sentarse pero por suerte encontraron un pequeño parque asi que a rastras llevo al castaño para que ambos se sentaran. Tras lo ocurrido Luna necesitaba que se tranquilizara para hablarle ya que debía ser escuchada.

-L-lo siento..- se disculpaba entre sollozos -ni me conoce y ya la involucro en d-donde no debería...- en tanto Luna le miraba callada y con una mirada triste

-Tranquilo Ritsu...- trató de calmarlo al tiempo que con su mano acarició su rostro secando sus lágrimas -*Suspiro* Tal vez no te conozca en cierto modo... pero si conozco y sé como te sientes...- para suerte de Luna eso calmó a Ritsu pero luego lo alarmó "¡¿C-cómo...?!" y la chica sonrió de lado ya que podía saber qué pensaba asique acomodándose y carraspeando (cómo dándose tiempo así como para captar interés) empezó

-Bueno déjame decirte que en cierto modo sí te conozco... ya que soy La Guardiana del Hilo Rojo del Destino. Mi nombre es Luna un placer Ritsu-