Lo observaba desde su mesa y sin que nadie se diera cuenta. Le parecía un ser hermoso a pesar de lo que dijeran los demás y lo cierto es que él no tenía culpa de sentirse así al igual que su compañero. Solo lo sentían y no podían evitarlo.
Pronto terminaron de comer y por ello se retiraron del Gran Comedor pero en ningún momento dejaron de mirarle, hasta que se perdió de su campo de visión.
Cuando llegaron a la sala común de Gryffindor dejaron a James que siguiera hablando con Lily y ellos dos se fueron a su habitación, donde lanzaron un hechizo para que nadie pudiera entrar y tampoco escuchar su conversación.
- No puedo seguir así.- Dijo un chico de cabellos azules oscuros y ojos del mismo color.
- Yo tampoco Sirius pero por ahora no podemos hacer nada.- Le dijo un chico de cabellos castaños y ojos dorados.
- Oh, sí que podemos Remus. Podemos ir y reclamarlo como lo que es.- Dijo con una mirada seria.
-Oh podemos tener paciencia y hacer las cosas bien.- Le reto.
- ¡Oh, vamos! Los dos sabemos que nos odia. Si no vamos y lo reclamamos por lo que es nunca lo podremos tener y yo ya no aguanto más estar así. ¡Por Merlin! ¡Es mi pareja!
- ¡Y también la mía! Sirius que no se te olvide de que él también es mi pareja y por ello será mejor que no se te olvide que tengo tanto derecho de poseerlo y hacerlo mío como tú.
- Lo sé Rem pero si no hacemos algo pronto voy a volverme loco.
- Yo estoy igual. Mi lobo tiene ganas de cogerlo y violármelo y marcármelo como mío en cualquier rincón oscuro que encuentre.
- Pues ya somos dos.
Después de decir eso se miraron a los ojos y soltaron un suspiro. Hacía un tiempo en que sabían quién era la pareja de Remus.
Como es natural el pobre era un licántropo lo que significaba que escogía a su pareja y justo al cumplir sus dieciséis años descubrió quién era y justo la pareja que menos se esperaba.
Sirius por su parte fue una verdadera sorpresa. Nadie, jamás y repito JAMÁS se imaginaron que en realidad seria un vampiro pero a su favor un vampiro muy apuesto. Pues resulta que la pareja de Sirius era la misma que la de Remus.
Al darse cuenta de ello se pelearon porque si hay algo que caracteriza a los vampiros y a los licántropos eso es la posesividad pero ninguno podía renunciar a su pareja elegida así que como buenos amigos que son llegaron a un acuerdo.
Los dos se quedarían con la misma pareja y los dos lo cogerían a la vez pero cualquier otro a parte de ellos, les pusiera un solo dedo encima se podía dar por muerto. (O.o pero mira que son posesivos estos dos)
- Llevas razón por una vez Padffot, es hora de conquistar a nuestra pareja.- Dijo Rem con un brillo especial en los ojos.
- Estaba esperando a que lo dijeras, Moony.- Le dijo con una mirada igual.
Se sonrieron de una manera que no dejaba a dudas de que lograrían su objetivo, mientras que en otro lado a cierto chico le recorría un escalofrío por la espalda como presintiendo que algo malo estaba a punto de pasar.