Visitando a Nowaki en horas de trabajo
El día había terminado y la noche había llegado y yo me encontraba en mi apartamento recostado en el sofá leyendo un libro, me encontraba aburrido las vacaciones navideñas habían llegado y en la universidad donde trabajo no había clases y por si eso fuera poco ya habían pasado dos días desde que no veía a Nowaki y es que no lo admitiré en voz alta pero lo extraño, tan aburrido estaba que ya había terminado de asear por completo la casa, platos, ropa, aspirar, todo estaba hecho y eso me llevaba a donde estaba ahora, después de haber tomado una ducha decidí leer un libro que recién había adquirido, el tema era interesante y la narrativa perfecta como siempre es de esperarse de mis buenos gustos por la lectura, me encontraba realmente entretenido cuando un sonido muy molesto me distrajo una llamada entrante.
- Hai, moshi moshi- respondí tranquilo
- (Hiro-san)- me contestaron del otro lado
- Ah Nowaki, como estas sucede algo?- pregunte extrañado
- (me preguntaba si podrías hacerme un favor)- dijeron del otro lado de la línea
- Claro, que necesitas?- conteste un poco extrañado aun por su llamada
- (Podrías traerme una muda de ropa?)- me dijo y pude distinguir que se encontraba algo apenado
- Ropa?, si claro, la necesitas ahorita?- respondí inmediatamente tratando de sonar lo más tranquilo, pero la verdad me encontraba un poco nervioso
- (si, por favor)- me dijo de una forma que a mi ver era tierna
- Bien, ahorita te la llevo
- (Ok, cuando llegues vas directo a mi oficina)- me dijo por el otro lado del teléfono
- Está bien, te veo allá- cuando me disponía a colgar escuche que me llamaron nuevamente
- Hiro-san!, te amo-
- Y yo a ti- respondí pero en ese mismo instante colgué y a pesar de que no podía verme en un espejo estaba seguro que mi cara estaba completamente rojo
En ese mismo momento me dirigí hacia la habitación que ambos compartíamos y busqué en el closet la muda de ropa que me fue pedida, tome unos jeans y una playera color azul marino, coloque las prendas en una mochila , tome mis llaves y teléfono y salí de la casa.
En el camino al hospital pasaba por tiendas comerciales, todas y cada una de ellas adornadas con luces y decoraciones navideñas, cualquier lugar por donde pasaba el espíritu navideño se percibía.
- Tal vez debería decirle a Nowaki que decoremos la casa- dije para mi mismo
Seguí con mi camino hacia el hospital, llegue y fui directo a la oficina de Nowaki, lo menos que quería era encontrarme con personas no deseadas.
- Oh! Pero si es Kamijou-san- dijo una voz por detrás de mí, conocía esa voz hablando de personas no deseadas
- Buenas noches- conteste sin ánimo alguno mientras me daba la vuelta para ver al senpai de Nowaki
- Vienes a ver a Nowaki?- pregunto con esa sonrisa que tanto me molesta, pareciera que se burlara de mi
- Solo vine a traerle algo de ropa, con permiso- dije e inmediatamente seguí caminando antes de que él pudiera decirme alguna de esas cosas que siempre sacan de mis casillas
Camine por algunos pasillos, tome el ascensor y presione el número del piso donde se encontraba la oficina, baje del elevador y camine por unos pasillos mas hasta llegar a la habitación, justo cuando iba llegando vi como una mujer y una pequeña salían de la oficina y detrás de ellos venia Nowaki- bien solo debe tomar los medicamentos y estar abrigada para que se alivie- vi como decía Nowaki a la mujer y a la vez se ponía a la altura de la niña y acariciaba su cabeza, se veía tan tierno, la mujer y la niña se fueron una vez que le dieron las gracias y decidí acercarme.
- Hiro-san!- me dijo muy animado al verme
- Hola- conteste seriamente mientras desviaba mi mirada, estaba seguro que al verlo sonreír mi rostro se había puesto rojo
- Ven pasa- me dijo él mientras prácticamente me arrastraba al interior de la oficina
- Aquí tienes lo que me pediste- le dije a la vez que le entregaba el bolso
- Gracias, Hiro-san es muy amable- me dijo a la vez que tomaba la mochila y la colocaba en su escritorio
- No es nada, me voy- dije y me di la vuelta para irme, pero antes de salir sentí como me abrazo por detrás y termine encerrado en sus brazos
- Hiro-san, te eh extrañado mucho- me dijo en un tono suave pero a la vez condenadamente sexi!
- Deja de decir estupideces, niño imprudente- y ahí voy yo, en lugar de decirle la verdad, que también lo extrañe vengo y le digo insultos, viva yo por mi sinceridad!
- Vamos, que acaso Hiro-san no me ha extrañado- sentí como besaba mi cuello y su mano comenzaba a tocar mi abdomen, me estremecí al contacto con su mano, hace mucho que no me tocaba y parece que eso ahora provocaba que por algo tan simple me estremezca
- Cálmate niño, estamos en tu trabajo!- cierto le conteste eso, porque una vez más el valiente de yo no pudo decirle que en verdad lo extrañaba
- Ese no es problema, no tengo ninguna consulta y el hospital está tranquilo- me dijo mientras me daba la vuelta y me acorralaba contra la pared, pude ver como sus brazos se colocaba uno a cada lado de mi cabeza dejándome sin escape, al alzar la vista para decirle algo vi sus ojos, sus ojos estaban llenos de deseo pero a la vez vi como me sonreía tiernamente, no pude evitar sonrojarme en ese mismo momento pude sentir como me besaba, comenzó besándome suavemente pero después su legua entro a mi boca y comenzó a jugar con la mía, yo me sentía avergonzado pero aun así le correspondí el beso, duramos así un tiempo hasta que necesitamos aire.
- Idiota que tal si hay una emergencia- le dije tratando de encontrar un excusa y a la vez desviaba mi rostro de sus ojos, pues ahora mismo sentí el calor subir a mis mejillas, genial otra vez sonrojado, mi cuerpo me delata
- Para eso esta senpai- me dijo y al instante volvió a besarme, esta vez me beso apasionadamente mientras metía una de sus manos debajo de mi camisa y comenzaba a acariciar mi pecho, aun me encontraba contra la pared pero yo ya comenzaba a perderme entre las caricias que me daba Nowaki, dejo de besar mis labios y comenzó a lamer mi cuello y a la vez retiro mi camisa y la aventó por ahí, yo solo sentía como las caricias surtían efecto en mi cuerpo, me estremecía su lengua en mi cuello y sus manos tocando mis pezones, sin poder evitarlo mi cuerpo tomo el control de mi cuerpo y pase mis manos por su cuello, pude ver como sonreía y al mismo tiempo sentí como me alzaba, por instinto me abrace a su cintura como mis piernas, me dirigió al escritorio y pude ver como arrojaba unas cosas al suelo y me sentaba ahí, yo aun lo tenía prisionero con mis piernas y él me seguía besando mientras sus manos tocaban mis piernas, yo ya no tenía control de nada y al saber lo que venía y que el por nada del mundo se detendría, comencé a quitarle la bata blanca y su estetoscopio, seguí con su camisa y las arroje a algún lugar de la oficina, sentí como su mano acariciaba mi miembro por encima del pantalón- ahh- no pude evitar sacar un gemido, a estas alturas mi cuerpo en verdad me delataba, sentí como retiraba mi pantalón y ropa interior, no pude evitar sonrojarme al saberme desnudo y más aun al sentir con su mano comenzaba a acariciarme, sus manos se movían de arriba abajo, primero iba despacio pero tiempo después se volvió más rápido, me sentía a morir de tanto placer y la gota que derramo el vaso fue el sentir uno de sus dedos en mi interior- ahh para mmm me ven..go ahh- intente decirle que era lo que podía pasar si él seguía, pero no me hizo caso al contrario dejo de besar mi pecho y vi como se ponía de rodillas y comenzó a lamer mi miembro, sentía como su caliente boca me aprisionaba y su lengua comenzaba a moverse por toda mi virilidad y al mismo tiempo sentí un segundo dedo en mi interior, en ese mismo momento el comenzó a moverlos dentro de mí y yo ya no pude mas, era tanto el placer que no pude soportarlo, y me corrí en su boca- ahhh ahh- vi como él se bebía todo y después prosiguió a besarme, nuevamente su lengua jugaba con la mía y a la vez sentí el tercer dedo- ahh- solté un gemido- te extrañaba Hiro-san, tú me extrañabas?- me pregunto con una sonrisa, pero no era su sonrisa dulce, era su sonrisa pervertida!, sentí como seguía moviendo sus dedos en mi interior y su boca se colocaba en mi cuello, sentí una gran presión, ese mocoso de seguro me acaba de dejar una marca- dime Hiro-san, me extrañabas?- me volvió a preguntar mientras volvía a tomar mi miembro entre sus manos y comenzaba a tocarlo por todos lados, demonios los estaba haciendo a propósito- contéstame, me extrañabas?- me volvió a preguntar a la vez que sacaba sus dedos de mi interior y bajaba sus pantalones y ropa interior, vaya parece que el también pues se encontraba duro y su cuerpo estaba lleno de sudor, alzo un poco mis piernas y coloco la punta en mi entrada- me extrañabas?- me volvió a preguntar y me quedaba claro que seguiría con aquello hasta que le constara- si, te extrañé ahh- al tiempo que dije eso solté un gemido pues al escucharme Nowaki entro en mi de una sola estocada, volvió a besarme y a acariciar mi miembro, el aun no se movía supongo estaba esperando a que me acostumbrara- puedes moverte- le dije y el al instante comenzó a moverse, primero fue despacio, sentía que me estaba torturando- Hiro-san, estas muy… estrecho ahh- me dijo y a la vez dejo escapar un ronco gemido, sonroje, si es que se podía mas, al escuchar lo que me dijo, comenzó a moverse más rápido, aun seguíamos en el escritorio, pero en ese momento me volvió a cargar y me llevo hasta la camilla que tenía en su consultorio, me recostó y siguió con las embestidas, en un momento me cargo y termine sobre de él con mis piernas agarrando su cintura, me agarre de sus hombros y sin poder evitarlo lo rasguñe, sus manos me tocaban por todos lados, sentí como por dentro se ponía más duro y se movía con más velocidad, seguido de eso comenzó a masturbarme con su mano- ahh mm no—Nowaki ahh- gemía su nombre mientras me tocaba, seguimos así por unos minutos más hasta que se corrió en mi interior, yo al sentir ese liquido dentro de mi me vine entre nuestros abdómenes y su mano, al mismo tiempo que deje escapar un largo gemido- ahh Hiro-san, te amo- me dijo a la vez que me besaba nuevamente en los labios, un pequeño y fugaz beso- yo también te amo- le dije mientras me sonrojaba nuevamente.
- Por cierto Nowaki, podemos adornar la casa con objetos navideños?