Nota 1: Detalles poco perfectos.
Al final es una lástima, tienes razón. Sencillamente no logro entender, en qué nos equivocamos.
Me cuesta tanto poder decir…me cuesta tanto poder hablar; que si no te digo nada, es porque si lo hago, moriría de tristeza…yo, no tengo el valor suficiente para hablar.
¿Recuerdas cuando nos conocimos? Éramos tan jóvenes, tan faltos de experiencias, teniendo ganas de devorar al mundo, juntos…hombro con hombro hasta el final. ¿Lo recuerdas?
Eras tan juguetón, tan lleno de vida, a pesar de la carga tan grande de tu pasado. Eras tan real, tan tangible, qué no entiendo a dónde te fuiste… te me fuiste de las manos. Cuando hablabas, trataba de escuchar, pero, no te escuchaba, no podía escucharte, ya no podías alcanzarme…
¿Tú me escuchabas? Mi voz no te alcazaba, mi amor ya no te alcanzaba… ¿para qué decir: Te amo? Si sólo recibía un gracias, ¿para qué decir: Te amo? Si al final se te olvidaba…
El conocerte, fue lo mejor que me pasó en la vida. Te metiste en mi camino cuando más lo necesitaba, y a pesar de todo, estabas ahí; estuviste ahí, y poco a poco, comenzaste a derretir todo ese hielo, que había dentro de mí.
A pesar del pasado, tenías tanta temple para afrontarlo…esos pequeños detalles que me enamoraron, que me hicieron vivir…
¿Para qué? Si así como derretiste el hielo…así apagaste el fuego…
Sabes perfecto, que yo estaba rodeado de tantas personas…que me hacía sentir tan solo. Tan desdichado, que el hecho de saber que la historia se repetiría día con día, llegó un punto donde no quería despertarme.
El único que me daba el valor para hacerlo, eras tú. Porque me tratabas normal, sin darte lástima, eras capaz de comprender mi dolor, capaz de sobrellevar mi dolor…capaz de cargarlo conmigo…tanto, que cuando menos lo noté. Ya no me sentía solo. Porque por primera vez, en tanto tiempo, tenía alguien por quién vivir, tenía alguien por quién levantarme día con día…tenía a alguien por quién luchar…y ese, ese…eras tú.
Esas pequeñas imperfecciones que tanto me gustaron, tantas perfecciones que como me ilusionaron, y cuantos detalles que al final me decepcionaron…
¿Yo soy el único culpable? De verdad lo piensas así, explícame porque no lo entiendo…
Háblame, hace tanto que no lo haces…no esperes que yo haga todo, siempre he hecho también todo.
No soy el único culpable. He pecado, lo sé. He hecho mal, también lo sé… pero, ¿y tú? ¿cuál es tu precio? ¿cuál es tu pecado? ¿cuánto me has amado? Dejé de sentirlo hace tanto…
Todos te odiaban tanto…recuerdo cuando intercedía por ti cuando ellos te atacaban tanto. Eran tan crueles…tan crueles, que no podía soportarlo. Tenía que hacer algo. Y todo por lo que pasó con tu madre. El asesinato de tu madre; al menos podía ver que teníamos algo en común…y ellos tan crueles, hablando, y hablando…quería matarlos, no podía ver, no podía escuchar todo lo que decían…cuando se dieron los detalles…sólo quería protegerte, sólo quería acercarme; pero hasta la fecha, no sé cómo hacerlo. ¿Cómo hacerlo? Si no me dejas, como hacerlo, si nunca dices nada, ¿cómo hacerlo? si toda esa tristeza la escondes detrás de esa sonrisa hipócrita que tienes. Finguiendo que todo está bien, cuando todo está tan mal. ¿Cómo? Si de todas las formas posibles traté de acercarme a ti, y siempre rechazándome de esa forma tan sutil, de esa forma tan tramposa de desviarme, con tus besos y tus suaves palabras…todo para que se perdiera en el viento, que alguna vez nos escuchó…
Algo que nunca pasó, algo que nunca existió…algo que en verdad nunca funcionó…y aún así, hoy por hoy…trató de creer, que real fue nuestro amor…
El problema es que…¿Quién soy yo para cambiarte?