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Rapto en la época medieval. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Un fic mas con lady Juha... perdón, lord. Es seme en este fic :P  Bien seme, él y todos sus amigos metaleros, es decir, vikingos, machotes, fuertes, rubios, como Jari sama, hadas, homoyaoi, homoyuri *-*

Esta ubicado en nuestra Edad Media, si esta hubiera sido de donceles y de epoca, sin rigurosidad historica para consigo misma (la gente de https://www.facebook.com/historiaencomic?fref=ts sabe a que me refiero  XD )

Es un relato ligero de romance y comedia, parecido a Rapto en la epoca vikinga (http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=87415 ) pero diferente y entretenido, o al menos eso espero.

Bueno, no deliro mas. Empiezo a publicar este fic hoy porque esta tambien es una fecha especial: 11/12/13, la ultima vez en el siglo que la fecha es una secuencia numerica lineal del tipo X+1. O algo asi. La verdad es que deberia dejar de checar tanta pagina nerd en face y ponerme a estudiar porque las progresiones siempre se me han dado fatal.

Notas del capitulo:

Enjoy it!

Lady Ranta acudió al estanque a tomar su baño como todos los jueves.  Dejó a sus donceles de compañía cuidando su manto y sus ropas y haciendo guardia en los alrededores. Los cazadores y campesinos estaban bien advertidos sobre las represalias por espiarlo, pero aun así, de vez en cuando, algún osado lo intentaba, como Vreth. Terminaba apaleado, como Vreth, pero aun así, la tentación era demasiado grande…

Lo era, como ese carnoso trasero que se transparentaba a través del camisón sin mangas que Kride no se quitaba hasta después de haberse lavado su larga cabellera negra, por pudor. Conforme el doncel avanzaba en las cristalinas aguas la tenue prenda se mojaba, pegándose a sus bien torneadas piernas, no dejando a la imaginación ni un delicioso detalle.

Entonces, de entre los árboles, surgió el caballero, a galope tendido sobre un caballo que debía ser descendiente del de Odín para soportar su formidable figura. Se volvió aterrado, a tiempo para ver como sus donceles escapaban pegando alaridos, mientras el caballero se venía derecho a él. Ni para que intentar escapar, se quedó como un conejito pillado en la trampa.

Gritó y pataleó cuando el caballero lo alzó en vilo, por la cintura, cargándoselo en el hombro como fardo. “¡Va a violarme, va a violarme!”, pensaba histéricamente Kristian, golpeándolo con todas sus fuerzas, pero el varón recibía sus golpes como si fueran briznas de paja que el viento hacia impactar contra él. Dejó de golpearlo cuando, al girar para salir del bosque, su cabeza chocó contra la rama de un árbol.

 

***

 

Sintió la suave caricia de un dedo sobre su mejilla. Abrió los ojos y se encontró con un techo desconocido, alto, de vigas labradas.

-Al fin despiertas mi dulce conejito. – dijo una voz a su izquierda.

Provenía de un doncel pelirrojo, tan hermoso como impúdico pues mostraba todo el pecho a través del escote de su bata de pieles que se cerraba anudando un flojo cordel a la altura de la cintura. Parecía que iba a abrirse de un momento a otro, mostrando su desnudez, tan impropia, en aquella cama.

¡Cama!

Se sentó de golpe, notando horrorizado que no llevaba su camisón sino otro, con tira bordada.

-¡¿Quién diablos eres tú?! – exigió saber, aunque tenía una idea.

-Tu futuro marido, Juha Kylmanen. – se presentó con orgullo.

A Kride le ganó la risa. Juha frunció el ceño, sentándose también.

-¿Qué tiene de gracioso?

-¡Todo! – fue la espontanea respuesta – Me robó un machazo del estanque donde me bañaba, y en vez de despertar ultrajado en sus brutales brazos, despierto al lado de una… cortesana, lo que, en cierto modo, también es malo para mi honra, pero menos que lo otro.

Como Juha se le quedaba viendo con una ceja en alto le dio un manasito.

-Anda, no te quedes ahí como tonto y ayúdame a escapar.

-No te ayudaré a escapar.

-Te recompensaré bien – con tu vida, pensaba Kristian.

-No puede haber mayor recompensa que estrecharte entre mis brazos. – declaró, retomando su actitud de conquistador.

-¡Déjame… cochino… doncel invertido! – forcejeó Kride.

-¡No soy ningún invertido! Y mucho menos doncel. ¿No ves que soy varón?

-No.

Juha hizo pucherito.

-Si así vamos a comenzar nuestro matrimonio…

-¡¿Qué matrimonio?! – saltó Kristian - ¡Yo estoy comprometido con lord Petri!

-Lo sé. Por eso mandé que te robaran.

-¿Qué tu mandaste… - tartamudeó Kristian.

-Sí, se lo pedí a mi hermano Jarmo.

-¡Desgraciado! – estalló Kristian, golpeándolo - ¡Nenaza! ¡¿Ni siquiera pudiste robarme tú, como lo manda la etiqueta!?

-¿Para qué agotarme? – se defendió Juha – It’s so fucking hard… el resultado es el mismo, estas aquí, en mi poder… - lo sometió, sujetándole ambas manos contra la cama y montándose arriba de él.

Había algo hipnótico en su mirada, algo terriblemente  seductor, pero él, ¡amaba a Petri! ¡Y eran donceles ambos, maldita fuera! Rompió el hechizo de los rostros que se acercaban meneando la cabeza.

-¡Suéltame! – ordenó, y experimento furia más que miedo al no verse obedecido en el acto - ¡Suéltame ya!

-Amorcito – dijo Juha, restregándose sobre él como una serpiente, haciéndole sentir el indecente estado en que se encontraban sus indecentes partes – si para consentir quieres la bendición del cura – se había informado sobre la belleza pelinegra antes de elegirla – que nos la de, pero rápido, porque me abraso de amor por ti.

De la boquita de Kristian salió tal retahíla de insultos como jamás se imaginara de un bien educado doncel. Logró liberar sus muñecas de las garras de Juha, pero apenas se había volteado para escapar se dio cuenta del grave error que había cometido, pues ahora tenía al pelirrojo montado sobre el de espaldas, presionando su porquería contra su trasero. Gritó pidiendo auxilio.

-Nadie va a ayudarte mi amor, estas en mi castillo, bueno, el de mi hermano.

-¿¡Y esta es tu habitación?! – preguntó escandalizado.

-No, es la punta de la torre norte. ¿No te parece más apropiado?

-¡Me parece que te vas a ir mucho al carajo! – exclamó retorciéndose, logrando solo sentir mejor aquello que solo una tenue tela separaba de sus nalgas.

Esto lo asustó. Si te viola un doncel de todos modos es violación, ¿no? O sea, que tu honra queda perdida y tu prometido tiene el derecho, no, el deber, de repudiarte. Sus ojos se humedecieron al pensar en Petri, tan lejos, en Tierra Santa, y luego se incendiaron al sentir a Juha, tan cerca, arriba de él.

-¡Suéltame… maldito… villano… doncel… malandrín! – se retorció hasta volver a quedar cara a cara con su agresor, quien, por ser Kylmanen, a pesar de ser doncel, tenía una fuerza superior al promedio.

-Kride, hermoso, no te resistas – el desgraciado trataba de tranquilizarlo como a un gato, acariciándolo y hablándole bonito – no sigas negando… lo que tu cuerpo ya aceptó.

Con una indecente mano le hizo notar que su pene traidor se había erguido. Claro, con la fricción.

-¡Cochino! – gritó - ¡Indecente! ¡Quita tu puerca mano de ahí!

Juha, que encontraba aquello divertido, lo masajeó sobre la tela, provocando nuevas injurias. Cuando atrapó sus labios disfrutó de esos ruiditos que hace la gente que no quiere ser besada. ¡Que labios los de su hermoso Kristian! Carnosos, rosados, podría pasarse horas besándolo, y lo haría. Pero de momento…

-¡No! ¡Basta ya! ¿Qué haces? ¿Qué pretendes?

La mano de Juha se colaba bajo su camisón, traspasando aquella ultima defensa.

-¡No te atrevas!

Estaba a punto de llorar y Juha lo notó.

-Ya, ya… - dejó de subirle la prenda para acariciar su mejilla – No voy a hacerte daño. – aseguró, mirándolo de manera que se tranquilizara. Jamás había violado a un doncel y no iba a empezar con el que más amaba.

-Déjame ir. – pidió Kristan, como un conejito que te pide que lo liberes de la trampa y no te lo comas.

-No. – Juha había aprendido a ser duro con Jarmo.

-¡Que me dejes ir maldito loco degenerado! – pataleó.

-¡Kride, por favor! No hay necesidad de tanta mala palabra… ¿o es que te excita?

Kride le respondió con tales palabras que cabía la posibilidad de que estuviera muy excitado. Gritó y retomó su defensa cuando Juha rasgó el camisón casi por completo. Solo resistió la tira bordada que adornaba el pecho. Su vientre quedó expuesto y también su…

Su pudor le impedía nombrarlo pero el pudor de Juha no tenía ningún reparo en tomarlo. Firme pero suavemente, con caricias de arriba abajo parecidas a las que el mismo se dedicaba en privado. Pero Juha lo hacía mejor. Un gemido traicionero escapó de sus labios.

Animado, Juha besó su mejilla, su orejita, su cuello… poco a poco conquistaría su amor. Ningún doncel se le había resistido y su fama como amante se extendía por todo el reino. Acarició delicadamente la parte baja del miembro de Kristian, ahí donde se unía con sus bolas, repitió la caricia una y otra vez, sin prisas, halagado al ver el rostro del doncel, con los ojos cerrados y los labios abiertos en una expresión de puro placer. Se animó a soltarlo y con el pulgar de la otra mano rozó su punta. Un quejidito que habría hecho perder la cabeza a cualquier varón erizó la piel de Juha. Apretó los dientes y deslizó su nariz por su mejilla.

-No – susurraba Kristian – no es real, tú no eres un varón…

-Claro que lo soy. – aseguro en su oído, frotando el glande con su pulgar curvado.

-Ningún varón sabe masturbar – hablaba tan bajito que apenas podía oírsele, pero no habría podido escuchársele mejor – son rudos, toscos, y tú… sabes.

-¿Te ha masturbado algún otro varón?

-¡Por supuesto que no! – abrió los ojos y lo miró con ira – Me he masturbado yo, ¡y masturbas como doncel!

Juha cogió su mano y la puso sobre su miembro.

-Enséñame como masturba un doncel.

Kride retiró la mano como del fuego, pero de inmediato se arrepintió. Debió de habérselo arrancado, a ver si así paraba con sus degeneraciones.

-¿No? Entonces…

Kride volvió a temer por su honra pero Juha solo subió un muslo sobre los suyos, pegando su indecente erección a su muslo, frotándola contra él como había oído hacían los donceles de moral relajada para disfrutar antes del matrimonio sin que hubiera prueba de sus villanías. Se le frotaba así, muy pegado a él, masturbándolo, sin que él tuviera más remedio que consentir a sus caricias y a sus besos por temor a que si se negaba, el doncel degenerado quisiera poseerlo como varón.

Sus gemiditos bajos y entrecortados le erizaban la piel: ¡obviamente era un doncel! Su paciencia para disfrutar del amor sin prisas era otra prueba: todos los varones se ponían ansiosos y se volvían rudos, o eso había oído decir. Se mordía el labio inferior con los ojos obstinadamente cerrados. Juha lo miraba de cerca, tan hermoso, sin perderse un solo movimiento de aquella primera vez. Lo veía acercarse al momento supremo, lo sentía bajo sus dedos.

Kristian abrió los ojos y la boca para gritar en el momento en que su semen salía disparado de su punta hábilmente masajeada. Juha ahogó su grito con su boca y aprovechó para colarle la lengua hasta lo más profundo, besándolo a la francesa mientras lo manoseaba, con una mano húmeda de su propio…

Juha le apretó los muslos entre los suyos y asiéndolo con desesperación, se frotaba contra su muslo suave, besándolo, chupándole la lengua al momento de venirse. Kristian hubiera deseado que lo soltara como hacían los varones, pero el pelirrojo permaneció abrazado a él, besándolo suavemente mientras deslizaba sus manos sobre su cuerpo en lentas caricias, y lo mojado que sentía en el muslo se sentía cada vez más sucio.

 

***

 

Estruendosos aplausos recibieron a Juha cuando bajó a la sala de fiestas del castillo.

-¡Ese es mi hermano! – exclamó Jarmo, levantando su tarro en alto.

Los presentes, amigos o siervos, todos obligados para con él, lo imitaron.

Juha se sintió un poco abochornado: de haber sabido que Jarmo haría una fiesta, se hubiera vestido y no simplemente anudado la bata de pieles. Se sentó a la derecha de su hermano, entre él y su rubio, fuerte y aventurero amigo de toda la vida.

Marco le palmeó el muslo para felicitarlo.

-¡Que belleza! – declaró mirándolo un poco más por debajo del cuello de lo que era debido.

Juha se cerró más la bata y se volvió a su hermano. Este aguardaba con una expresión feliz que dulcificaba sus rasgos.

-Jea! – tomó una cerveza y brindó.

Nuevo coro de risas y aplausos.

-¿Y madame? – preguntó uno – Porque ya no será mademoiselle…

Carcajada.

-Lady Ranta se encuentra descansando.

Silbidos y risotadas de machos. El banquete se sirvió, por fortuna, y Juha pudo decirle a su hermano.

-De hecho, lady Ranta continua tan virgen como cuando llegó.

Jarmo se mostró sorprendido, Marco impactado y Miko, el sobrino varón de Juha exclamó:

-¿Qué no se te para?

El gesto de sus lindas facciones parecía preguntarle “¿estás loco?”

-Estaba muy asustado y no vi necesidad de forzarlo. Prefiero ganarme su corazón poco a poco.

Miko y Marco seguían con cara de no estar muy convencidos pero Jarmo cogió un conejito-servilleta (esos que se amarran a las patas de la mesa para limpiarse los dedos) y con la colita se limpió una lagrimita que asomaba a su ojo.

-Ese es mi hermano. – declaró conmovido – Tan caballeroso y gentil, un varón de bien. Aprende de él, hijo.

-Sí padre – declaró el muchacho, aunque  por dentro se decía que ya vería él cuales ejemplos tomar de su tío.

Los de cabello sí.

-Entonces, ¿para cuándo la boda, Juha?

Su hermano le había dicho que  estaba enamorado del único heredero de lord Ranta, y a Jarmo le pareció bien el enlace, ya que el doncel, además de bello y virtuoso era rico; dejaría a su hermano convertido en un rico terrateniente y así no tendría que preocuparse por el futuro de Juha ni de sus sobrinos, y podría heredar su condado a sus dos hijos varones, Miko y Ville.

Con el matrimonio como fin, accedió a raptarlo, pues no eran Ludovico “el Malo” para ir por ahí robando nobles donceles. El rapto era el único medio de conseguirlo, pues el doncel estaba prometido en matrimonio a lord Lindroos, unión más conveniente para los Ranta, pues milord también era heredero único. A más de eso, se decía que los jóvenes se amaban, pero, ¡bah! ¿No era su hermano, por ventura, mucho más adorable? Lord Lindroos era un caballero, y como tal, a su regreso de Tierra Santa, sabría comprender que lady Ranta se hubiera desposado con Juha, les daría su bendición y buscaría otro novio, si es que no lo tenía ya, algún príncipe persa, como lord Nygard.

-Un mes, quizá – respondió Juha, pensativo – tienen que confeccionar mi traje y el de lady Ranta.

A Jarmo se le hacía mucho tiempo, pero Miko se mostraba de acuerdo. Marco también.

-Tienen que dejar algún tiempo para que se apacigüe el dragón.

-¿Qué dragón?

-Lady Ranta papá. – Marco estiró el cuello de su jubón. Lo conocía de una justa en la que había osado solicitar su pañuelo a lady Ranta hijo, y luego de que se lo negaron, un misterioso accidente con el correaje de su montura le hizo dar por tierra el día siguiente, perdiendo el campeonato.

-Comprensible es que este molesto, pero se calmará al ver que nuestras intenciones son honestas. – declaró Jarmo - Le enviaré un mensajero.

-Que sea Toivoinen – propuso Miko, llamando al sirviente más antipático del castillo. Así, si lady Ranta papá lo mataba, les haría un bien.

-Toivoinen, irás donde lady Ranta papá y con buenas y gentiles palabras le pondrás al tanto de la situación, invitándolo a que nos visite para preparar a su hijo para el matrimonio.

Toivoinen escuchaba pálido, todas sus lonjas temblaban.

-¿Cuándo milord?

-Ahora.

Pareció que iba a desmayarse.

-Como ordene, milord. – dijo, y se retiró haciendo eses como un borracho.

Jarmo se frotó las manos, muy satisfecho.

-Lady Ranta será un hermoso novio. Y tu un gallardo prometido. – dijo a Juha, y estrecharon sus manos y unieron sus frentes – Hijo mío, aun eres muy joven para pensar en el matrimonio, - en eso estaban de acuerdo – pero cuando lo hagas, busca un doncel bueno y virtuoso, como tu papá.

-¿Y no podría ser también bello, como lady Ranta? – su papá no era precisamente hermoso. De él había heredado una nuez de adán prominente, pies grandes y cierta dureza en la mandíbula que lo hacía diferenciarse de Juha, si no, habrían pasado por mellizos.

-Bello como los donceles Kylmanen – brindo Marco – si bien hace dos generaciones que no somos bendecidos con uno. – al decirlo miro a Juha, no a Jarmo.

-¡Si mi papá hubiera tenido un hijo doncel! – exclamo Jarmo – Para que heredera su belleza… confío en que Juha y Miko me den muchos nietos y entre ellos haya adorables doncelitos.

-Yo también – dijo Juha – me gustaría tener un hermoso doncelito rubio… - miraba a Marco.

Miko hizo cara de qué rayos.

-Pues con lady Ranta lo llevas jodido porque todos en su familia son de pelo negro.

-Bueno, mi abuelito por parte de papá era rubio, así que podría ser… - animó Jarmo.

Juha se lo agradeció y prosiguieron con el banquete. Cuando terminó, es decir, cuando la cerveza se terminó, cada cual se retiró a sus habitaciones.

 

Continuará...

 

Notas finales:

Fotos de los personajes como yo los imagino en mi photobucket, ahi esta todos, y unos ricos mas:

http://s1026.photobucket.com/user/NezalXuchitl/library/?sort=3&page=1

Kiitos!

 


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