Yifan arrastra los pies hacia el baño, músculos mil veces más pesados y movimientos lentos gracias al cansancio. Los viajes seguidos en avión afectan a su sistema tanto como la primera vez, y la niebla en su mente es indicador suficiente de que apenas está en condiciones de desvestirse y tomar un largo baño caliente. Espera no quedarse dormido dentro de a bañadora, estando en urgente necesidad de terminar de descongelarse.
Termina de llenar la bañadera y suspira, disfrutando del vapor que comienza a rodear el baño. Deja la pila desordenada de ropa sobre la tapa del inodoro, controlando la temperatura del agua con una de sus manos y sonriendo con satisfacción. Perfecto.
Se regodea en la paz del baño unos segundos, incapaz de oír ruidos que llegaran del exterior y agradeciendo la repentina quietud de sus compañeros.
El silencio no dura demasiado, apenas dejándolo meterse completamente en el agua cuando la puerta cruje ligeramente al ser abierta. Ceño fruncido, Yifan se prepara para descargar su frustración en quien sea que intenta meterse con su baño relajante.
Sus palabras mueren en su garganta, no obstante, porque es la sonrisa compradora de Sehun lo primero que ven sus ojos. Antes de que pueda protestar (de una forma más civilizada, porque sí, es así de imparcial) Sehun cierra la puerta a sus espaldas y pasa su remera sobre su cabeza y brazos, arrojándola sin cuidado en el suelo para poder desabrochar sus pantalones.
—¿Qué haces? —pregunta Yifan, aunque son bastante obvias las intenciones del maknae.
—Bañarme contigo, hyung. No pasamos tiempo juntos hace una eternidad.
'Hace dos días' quiere corregirle el rubio más alto, pero se contiene porque es cierto que apenas puede darle tanta atención a Sehun como sabe que este necesita. Además, en su proyecto de relajación, Sehun no es un elemento incompatible.
Se acomoda en el espacio no tan generoso de la bañadera, apretándose contra una de las esquinas para que Sehun pueda sentarse cómodamente en el lado opuesto, pero Sehun ignora la sutil seña y opta por ocupar el espacio entre las piernas de Yifan, que se tensa unos segundos ante la acción inesperada.
—Hay suficiente lugar frente a mi, Sehun-ah.
Como toda respuesta, Sehun tararea distraídamente y deja su peso sobre el pecho del más alto.
Mocoso malcriado. Yifan suspira y reposa su mentón sobre uno de los hombros de Sehun, reanudando su proceso de relajación.
Sehun parece tener otros planes, optando por girarse en su posición lo suficiente para poder rozar con sus labios el cuello de Yifan, mordiendo y succionando la delicada piel de allí, haciendo que esta explote en escalofríos.
—Sehun-ah —reprende Yifan con más debilidad de la intencional.
—Sh, hyung. Soy un adolescente en crecimiento y tengo necesidades, ¿me lo debes, recuerdas?
Yifan está a punto de replicar que Sehun ya es un adolescente bastante crecidito y que no le debe tal cosa como favores sexuales cuando es interrumpido por la deliciosa sensación de una de las manos del menor alrededor de su miembro. El agua caliente a su alrededor y los movimientos controlados de Sehun no son buenos para hacerlo pensar claramente. Sus manos van a los lados de la cintura de Sehun y su pelvis se mueve hacia delante, logrando fricción entre su erección y el trasero de Sehun.
Qué rápido se deshace su voluntad, piensa con cierta amargura. Al final, el maknae siempre se sale con la suya. ¿Cómo puede pretender que no sea mimado después?
—Hyung… —Sehun arrastra las palabras, párpados cediendo ligeramente mientras su cuerpo se mece contra el suyo. El agua a su alrededor pierda parte de su calma, pequeñas olas rompiendo contra la superficie de la bañadera, salpicando sus torsos.
Yifan lleva una de sus manos desde la cintura de Sehun hasta la entrepierna de este.
—Imagino que en tu pequeño plan habrás incluido el lubricante.
Es un desafío, la incredulidad en su tono dejándolo claro. Aún así, Sehun hace una mueca y le dirige una sonrisa confiada.
—Por supuesto, hyung. Pienso en todo.
Por primera vez, Yifan se alegra de la fría planeación con la que Sehun enfrenta sus ataques hormonales.
Pecho presionado contra uno de los bordes, espalda doblada en un arco perfecto y trasero en el aire, Yifan maneja el cuerpo de Sehun con experiencia y lo prepara con dedos largos y gentiles hasta que Sehun comienza a empalarse en ellos, nunca paciente. Un rápido golpe amonestador a uno de sus glúteos detiene sus movimientos, reemplazados por un quejido caprichoso, que le gana un movimiento particularmente preciso de los dedos ajenos, robándole el aliento y haciendo que sus dedos se doblen de placer.
Yifan es mil veces más paciente que Sehun, ignora sus quejidos y sus 'más, ahí, apresúrate hyung' a favor de reducirlo a un embrollo de agitada necesidad. Con una sonrisa más engreída de lo que Sehun hubiera apreciado, Yifan guía la punta de su erección a la entrada del menor, rozando la zona delicada unos momentos con la sola intención de terminar de volverlo loco.
—Yifan —protesta el maknae, y Yifan lo penetra sin aviso previo como castigo por su falta de honoríficos.
—Yifan-hyung —corrige el rubio, retirando su miembro del adolescente sin aliento y volviendo a entrar en un movimiento fluido. Dos o tres embestidas más y se aleja (recibiendo inmediatamente quejas del maknae sexualmente frustrado) y asume nuevamente su posición en la bañera, sentado y se espaldas a uno de los extremos. Antes de que Sehun pueda cuestionarlo, Yifan lo sienta en su regazo, reconectando sus cuerpos y callando efectivamente a Sehun, que cierra los ojos y deja que Yifan lo manipule a gusto. Sus brazos van hacia cada lado de la bañera, ayudándose de los bordes para impulsarse y poder rebotar en el regazo del mayor, cobrando más velocidad a medida que su cuerpo se acostumbra al intruso y la incomodidad es entumecida y reemplazada por el placer. Su espalda se pega al pecho de Yifan, una serie de frases entrecortadas e incoherentes escapando de sus labios. Yifan capta el mensaje, no obstante, y su cadera se mueve con más violencia en cada embestida, gotas de agua salpicando fuera y sobre los azulejos del baño.
Yifan une sus labios al cuello de Sehun, dejando marcas frescas a su paso y prestando especial atención al lunar más visible, succionando alrededor de él y haciendo jadear al más bajo.
El agua comienza a enfriarse lentamente, pero Sehun lo agradece porque la temperatura de su cuerpo es abrasadora y en combinación con la calidez del agua siente que bien podría derretirse antes de llegar a su orgasmo. Los brazos empiezan a dolerle, extenuados en su esfuerzo por mantener el ritmo de Yifan, piernas igual de entumecidas pero cuerpo sin dar tregua, pidiendo más, más, más. La última vez que pudo acorralar a Yifan así fue hace casi un mes, y Sehun sigue estando en una etapa de su vida donde un mes es el puto infierno. Sobrevivir a base de pajas no es nunca algo ideal en su mundo, pero se había resignado a eso para tratar de ser maduro y no obstaculizar a Yifan, que debía extrañar tanto ese contacto íntimo como él mismo.
El resto de los miembros fuera (o al menos la mitad de ellos) ya debe saber muy bien lo que está ocurriendo del otro lado de la puerta del baño, Sehun siendo bastante malo en el arte de la discreción cuando el miembro de Yifan está presionando todos los lugares sensibles en su interior, abusando sin piedad de su próstata y llenando de lágrimas las esquinas de sus ojos.
Yifan lo retira de su regazo, empujándolo contra la esquina más grande de la bañadera (y logrando tirar una serie de botellas de shampoo, acondicionador y desodorante al suelo) y embistiéndolo ya sin el control de antes, un claro indicador de 'tenemos que apurarnos antes de que alguien empiece a golpear la puerta' o de la cercanía de su orgasmo. Sehun apuesta que son ambos. Se humedece los labios, garganta ligeramente adolorida por la combinación de sus gemidos altos y la sequedad de su boca. Su espalda se arquea, llevando su trasero más afuera en esperanzas de que profundice la unión entre su cuerpo y el de Yifan, siempre codicioso por más placer, por más Yifan.
La estrechez de las paredes del maknae hace que la cordura se le escape de las manos al más alto. Se sirve de la bañera como punto de apoyo, rezando a dios no resbalarse y arruinar el momento (además de brindarle a Sehun algo con que burlarse de él por siempre) y deja un camino de besos por la columna de Sehun, empujando más agua fuera con sus movimientos erráticos. La familiar sensación en su entrepierna se hace presente y la repentina contracción de las paredes de Sehun, estrechándose imposiblemente alrededor de su erección y haciendo que gemido gutural abandone su garganta, es suficiente para eliminar el último trazo de calmada frivolidad en su mente, dejando que el instinto animal lleve las riendas por el camino final hasta su clímax.
Sehun jadea bajo suyo, huesos convertidos en gelatina y los inicios de su cuerpo resentido pero completamente satisfecho.
Yifan lo embiste con los últimos trazos de su orgasmo y se detiene cuando la sensibilidad se vuelve demasiada, intentando regularizar su respiración y acariciando distraídamente la piel de los costados de Sehun. Por lo menos la mitad del agua que llenaba la bañera terminó en el piso, y sabe que van a recibir un largo discurso por aquel desastre. 'Debería ser más responsable' se dice Yifan, suspirando. Esta no es la clase de ejemplo que debería dar como líder (o al menos, co-líder y parte de la línea mayor del grupo) y aunque sabe esto, también sabe que le basta una invitación sugerente de parte de Sehun para mandar las reglas de convivencia al demonio.
Con una palmadita gentil sobre uno de los glúteos del maknae, Yifan lo insta a secarse y ayudarlo a limpiar el desastre que dejaron en el antes impecable baño. Sehun suspira con pesadez, levantándose sin un ápice de entusiasmo para salir de la bañera y aferrándose al torso de Yifan en vez de tomar una toalla y comenzar a secarse.
—¿Podemos dormir juntos hoy? —murmura contra su espalda, sintiéndose más cariñoso de lo normal y Yifan sabe que es el efecto post-sexo. Ríe, pasando una toalla por su pelo dorado y asintiendo.
—Está bien, pero hay que limpiar primero.
(Al salir no se pierden las miradas de sus compañeros, una variedad que va entre pícaras y de reproche pero que no le borran la sonrisa de la cara a ninguno de los dos.)