Sales de tu clase y te recibo con los brazos abiertos. Hace apenas unos días desde que volvimos a encontrarnos yo no podría sentirme más feliz. Todo ha vuelto a ser como antes.
Bajamos las escaleras y nos sentamos en el lugar de siempre, nuestro lugar especial, te abrazo y nos besamos, un beso tierno, de esos que solo tú puedes dar.
-Extrañaba mucho esto, mi amor. -Te digo en voz baja.
Tú te me quedas mirando un segundo, sonríes y me contestas -Yo también lo extrañaba.-Pero tus ojos reflejan melancolía.
Y entonces lo entiendo, me doy cuenta de que tú no eres feliz, de que esto no es lo que tú querías. Me doy cuenta de que dejaste atrás tu egoísmo y decidiste regresar conmigo porque no querías verme sufrir más, que estabas mejor sin mi. Comprendo que estar a mi lado supone para ti un gran sacrificio.
Y entonces tomo una decisión.- Sabes, ésto no está bien. -Comienzo.- Sé que esto no es lo que tú quieres, ya no. Creo que lo mejor es que seamos solo amigos.
En ese momento tu mirada se ilumina con ese brillo característico y me miras a los ojos, sonriendo.
Me abrazas, me das un beso suave en los labios y me susurras.-Gracias.
Y justo en ese momento despierto, todo fue un sueño. ¡Otra vez un sueño! Una lágrima recorre mi mejilla, cuanto tiempo llevaba teniendo este tipos de sueños, ¿acaso significaban algo en realidad?, no lo sabía.
Me levanto de la cama, estiro un poco un mis brazos antes de poner los pies sobre el suelo, me coloco mis pantuflas, salgo de la cama rumbo a el baño, pero el bip de mi celular me llama, tomo la llamada inmediatamente, en mi profesión un segundo significa vida.
-Doctor, buenos Días.-Saluda la voz del otro lado de la linea.- Disculpe su paciente de la habitación 465 tiene alta la presión arterial.
-Paciente Snell.-Murmuro, en un intento de recordar los datos de mi paciente.- Denle 3 mg de metolazona, eso lo estabilizara un par de horas en lo que llego.
-Esta bien Doctor.-Responde amable la enfermera, estaba a punto de colgar pero no la deje.
-Dígale a la enfermera Mares que cuando llegue necesito hablar con ella.- Comente bastante molesto, la enfermera Mares es la encargada de atender a mis pacientes, no iba a permitir ninguna falla de ningún tipo, la vida de mis pacientes y de todo ser vivo era mi prioridad.
-Si Doctor.-Contesto apenada la voz tras el auricular, supongo que por su compañera.-Nos vemos al rato.
Colgó el teléfono, lo deposite en el buro que esta a lado de mi cama y me dirigí al baño, me retire la pijama que llevaba puesta y me metí a la regadera, un baño de agua tibia, siempre me iba a caer como anillo al dedo, pase mis manos por mis hombros en un intento de disminuir la tensión acumulada, pero como siempre era en vano, así que me dedique a bañarme y a dejarme consentir por el agua.
Termine mi baño, cerré las llaves del agua, me coloque un toalla en la cintura y otra sobre los hombros, salí del baño y camine hacia la cocina, encendí la cafetera y la televisión para oír las noticias de las 6 am, caminó de nuevo hacia la habitación para vestirme, mientras camino pienso en las múltiples cosas que tengo que hacer, aunque realmente se podría resumir en una sola, atender pacientes. Llego al ropero, saco un traje gris, una camisa blanca y una corbata azul marino, me coloco la ropa, tan rápido como me es posible, pongo la corbata sobre mi cuello, miro mi reflejo en el espejo, la silueta delante de mi muestra a un hombre mayor, cansado, fastidiado y amargado, ¿cuantos años cree el espejo que tengo. 35?, anudo mi corbata mientras intento ignorar el reflejo espeluznante, listo, corbata anudada.
Voy rumbo a la cocina, la alarma de la cafetera me anuncia que mi café esta listo, lo sirvo en un taza y me siento frente al televisor, tomo un sorbo mientras escucho las noticias, un sabor amargo y a melancolía, deposito la taza en la mesa, hecho la cabeza hacia atrás.
Cinco años en Harvard me habían convertido en esto, me formaron en uno de los mejores médicos, actualmente soy residente en un hospital del norte de Nevada, llevo casi seis años sin poner ni un solo pie en México, sin hablar con mis familiares y amigos, solo en casos necesarios, a veces me eh preguntado si esta es la vida que quiero, si por esto deje de lado todo, si por esto lo deje a él.
Tampoco es como pueda quejarme por todo, la vida no a sido del todo mala conmigo, eh conocido personas que son un apoyo importante en mi vida, amigos, conocidos, colegas, mis pacientes, ellos si que estarán a mi lado siempre, tal vez solo por agradecimiento, pero lo estarán.
A él, no lo vuelto a ver obviamente, no se nada él, Fernando y Citlali saben que tienen casi prohibido hablarme de él.
Si, yo soy Agustín Taylor, el que le quito el novio a su hermana, el que se fue a Harvard persiguiendo un sueño que no cumplió sus expectativas, él mismo que vive amargado a sus 26 años.
Termino de beber mi taza de café, salgo del departamento que mis papas, aunque no le hable, están pagando. Tomo el elevador y bajo hasta el estacionamiento, mi auto esta estacionado hasta el final del estacionamiento, cuando llego por fin al auto me meto dentro del coche, enciendo el radio para seguir escuchando noticias, conduzco a toda velocidad, a esas horas de la mañana el trafico es casi nulo, lo que me permite llegar al hospital en menos de un hora.
Cuando por fin llego, dejo el auto estacionado, me pongo mi bata y salgo del auto.
-Buenos dias Doctor.-Saluda la recepcionista.
El hospital en el que trabajo se especializa en problemas ontológicos y cardíacos, yo trato a pacientes tanto geriátricos como pediátricos, a esto me refiero cuando digo que la vida no ha sido tan mala conmigo, tengo lo que quiero o lo que quería, mas bien, pero cuando se esta solo los sueños cumplidos son solo minimices de la vida.
Entro a mi despacho y antes de cerrar la puerta alguien salta sobre mi espalda y tapo mis ojos, lo único que oí fue la puerta cerrarse.
-Vamos bájate.-Dije fingidamente molesto. Él solo sonrió.
*********************************Flash Back***********************************
Llevaba ya en Maseshussetts un par de semanas, pero esta era la primera vez que salia para algo que no fuera ir por comida o cosas necesarias.
-Buenos días.-Salude con una sonrisa muy forzada.
-Buenos días.-Contesto la secretaria sin siquiera voltear a verme, cosa que agradeci por demas, llevaba bastantes noches en vela, y las pocas veces que podia consiliar el sueño enseguida despertaba inquieto por las cosas que mi subconsiente me mostraba, las ojeras sumadas a las lagrimas, no daban un buen aspecto de mi, hoy hice mi mayor esfuerzo por lucir bien, pero fue inutil, me veía igual que siempre.- ¿Cual es su nombre?
-Agustín Taylor.-Conteste, estaba en la secretaría de Harvard, hoy nos darian habitaciones e indicaciones.
-Facultad de medicina.-Me dijo.- Habitacion 34 en el ala B.
-Gracias.-Conteste, la secretaria volteo a verme por primera vez, y por primera vez yo igual la ví. Era una mujer no mayor de 26 años, rubia, ojos verdes, alta delagada, cabello recogido en una coleta y unos lentes que le daban el aspecto de bibliotecaria, pero ese tipo de bibliotecaria de las lecturas eroticas. La mujer me sonrio, y yo le devolvi la sonrisa, me miro fijamente, ya sabia yo por donde iba el asunto, asi que aparte la mirada, ¿como podian encontrarme atractivo cuando yo me veia faltal siempre en el espejo?, tome mis cosas y sin decirle nada mas sali del despacho.
-Mierda!.-Murmure una vez que sali, me habia dicho que habitacion me correspondia pero no donde estaba.
En fin. Me dedique a camir por el campus, era amplio y lo que cualquier estudiante desearia, sonrei, ¿esto es lo que deseo?, inmediatamente borre esas ideas de mi cabeza, por supuesto que esto es lo que quiero, lo que necesito, lo que es mejor para mi.
-Buenas tardes.-Salude, el tiempo se habia pasado demasiado rapido, asi que el no encontrar mi habitacion me estaba empezando a fastidiar, ¿porque la secretaria no era una anciana amargada?.
-Hola.-Saludaron los jovenes a los que intercepte para pedirles instrucciones.
-Disculpen ¿donde esta el ala B de la facultad de medicina?-Les pregunte, los jovenes muy amables me dieron indicaciones para llegar, asi que en menos de diez minutos ya estaba yo frente a la habitacion 34.
Gire la perilla y abri la puerta, la habiatcion era sencilla y con lo elemental, ¿un par de camas?, ¿PAR?, ¿no se supone que las habitaciones son individuales?, bueno en fin creo que no tendra nada de malo tener un compañero de cuarto, siempre y cuando sea responsable y maduro, además tener compañero de cuarto me ayudara mucho, digo asi no podre llorar todas las noches.
Deje la maleta en al pie de la cama que estaba junto a la ventana, si yo habia llegado primero podia escojer la cama que quisiera, mire por la ventana, habia solo arboles, y como la noche empezaba a caer, en el cielo se podia visualizar un par de estrellas, me deje caer en la cama, dandole la espalda a la puerta, no queria relacionarme en lo posible con el otro habitante del dormitorio, aunque suene imposible vivir con alguien y no hablarle. Cerre mis ojos y me deje caer en un sueño.
*******************END FLASH BACK*********************
-Kyuhyun...-dije sabiendo que la unica persona que era capaz de saltarme a la espalda sin miedo a que lo asesinara era él.-Estamos en el trabajo podrias comportarte.
Él bajo de mi espalda, haciendo un par de pucheros impropios de su edad.
-Agustín...-Tomo mis manos y me vio a directo a los ojos.- Eres un AMARGADO.- Enfatiso la ultima palabra, yo solo puse los ojos en blanco, y quite mis manos de sus manos, camine a mi silla y me deje caer, con la cabeza hacia atras.
-¿Novedades?.-Pregunte, Kyuhyun era el medico con el que yo trabaja, ¿suerte?, ¿destino?, la verdad lo desconocia, pero agradecia trabajar con él. Kyuhyun es un joven de 25 años, 1.80 de estatura , tez blanca , ojos oscuros y absorbentes , cabello negro y cuerpo delgado pero aun asi fuerte .Labios gruesos y rosados , facciones serias , pero a la vez finas , de apariencia intelectual pero al mismo tiempo casual ,es serio , pero simpatico , le gusta leer y pasar tiempo en la biblioteca y entre sus libros , un buen café y estar solo. Gusta de hacerme bromas, pero es lo mejor que pudo haberme pasado.
-Snell tuvo una pequeña hipertensión, lo revise cuando llegue y sus signos ya estaban regulares, hoy tiene examenes Dorian y Maite.-Solto en una sola oracion.
-Esta bien, pero primero un café.-El recuerdo del sueño de esta mañana aun me perseguia, verlo de nuevo, vernos juntos de nuevo, él y yo hace ya unos veranos.
-¿Otra vez?.-Preguntó.- ¿Cuando me lo contaras?.-Su cara era seria, aunque la mayor parte del tiempo tenia una actitud infantil, solia ser bastante serio cuando se lo propinia.
-Nunca.-Respondí con sinceridad, queria que "ÉL" siguiera siendo solo mio.
Kyuhyun suspiro, se levanto del asiento y salio, yo apoveche para tomar unos expedientes y analizarlos, hoy aparte tenia consulta con 5 niños que ya estaban internados, me frote la sien con los pulgares, me sentia mal, mi objetivo era salvar vidas, bueno eso creia yo, pero cada que un niño era internado significaba que sus probabilidades de vida era de un treinta por ciento, yo daba mi mayor esfuerzo junto con Kyuhyu pero habia veces que no podiamos salvarlos, habia veces que teniamos que respirar profundo, hacer de tripas corazon y salir a decirle a padres, a veces jovenes, a veces primerisos, que su hijo estaba muerto, que no habia soportado el tratamiento y sin mas dar media vuelto y dejarlos con su dolor.
-Aqui esta.-Dijo enojado mi lindo coreano, por que kyuhyun era coreano.
-Gracias...-Tome la taza de café, lo mire y le dedique una sonrisa.- Eres lo mejor que pudo haberme pasado.
Kyu formo algo parecido a una sonrisa en su rostro y sin decir nada salio
*******************Flash back***************
Oi la puerta abrirse, no sabia cuanto tiempo habia dormido, pero como llevaba semanas sin poder consiliar el sueño me parecio un eternidad, cuando oi la puerta cerre los ojos, y finji estar dormido, escuche como alguien entraba arrastrando algo por demas pesado, evite la tentacion de voltearme y ver que era lo que llevaba.
-Buenas noches mi nombre es Cho Kyu Hyun, soy de corea, me gusta leer, quiero salvar vidas y *es un gusto conocerte*.- gire con algo de molestia, y lo vi, ahi en el marco de la puerta, un coreano, guapisimo, haciendo reverencia hacia mi, frunci mis labios en un intento de no reirme, si la situacion seguia asi no podria evadirlo.
-Buenas noches.-Fue lo unico que conteste, él alzó la vista y se me quedo mirando, en sus ojos habia un deje de desilusion, evite pensar en ello y volvi mi vista de nuevo hacia la pared.
-Amm...yo lo siento.-Se disculpo algo incomodo, segun noté su voz.-Es...no quiero molestar más, pero la secretaria me dijo que te diera tu llave, escuche sus pasos acercandose a mí, y por un segundo, solo por un segundo senti mi corazon latir vivazmente de nuevo, aprete las sabanas con mis manos y cerre fuertemente los ojos, dejo las llaves sobre el buro y se fue de nuevo, me relaje, minutos despues apagó las luces y me quede profundamente dormido, sin soñar nada, sin soñar con él.
**************** END FLASH BACK************************
Estabamos dando nuestra ronda rutinaria para ver a los pacientes.
-Respira y relajate.- Me dijo Kyu, hice caso y respire.
-Listo.-Anuncie, era mi rutina, respirar y relajarme, para mostrarme feliz y confiable con los niños.
-Buenos dias Mar.-Salude al niño.-¿Como estas hoy?
-Bien doctor.-Sonrio, Snell o Marvin, era un niño con problemas cardiacos, su corazon no era lo suficentemente eficaz para oxigenar a todo el cuerpo, asi que necesitba de ayuda mecanica.- ¿Cuando podre salir?.-Pregunto agachando la cabeza.
-Muy pronto, ya lo veras.-Contesto Kyu, yo era malo contestando ese tipo de preguntas, es por eso que él y yo nos complementamos.
-Doctor.-Cassandra la niña de la cama de a lado tomo la manga de mi bata para llamar mi atención.
-Dime Cass.-Me agache para que nuestras miradas quedaran a la altura.
-Yo..bueno...-Se sonrojo, es tipico que niñas se fijen en el doctor de cabecera, a veces era yo, a veces era Kyu, esta vez me toco a mi.- ¿Me preguntaba si esta tarde si tocaría algo?
Aunque había intentado en lo posible dejar de hacer muchas cosas que hacia en mi juventud, la musica fue algo que necesitaba, la deje mientras estaba estudiando, pero cuando llegue al hospital y vi el ambiente tan deprimente, se me ocurrio que podiamos junto con los niños animarlos un poquito, la funcion de un medico, es hacer optima la vida del paciente.
-Si por favor, Doctor Taylor.-Pidio Marvin.
-Ya les dije que es Doctor Agustín, o Agustín solamente.-Les recorde, me sentía incomodo si los pequeños me trataban como doctor, o como Taylor, porque ibamos a estar un buen rato juntos y para ello me gustaba ganarme su confianza y empezaba por pedirles que me llamaran por mi nombre, o Doctor Agustín, pero era imposible, decían que me respetaban y no había manera de ganar un batalla con un niño.
Salimos de la habitación luego de revisar a ambos niños, todo estaba normal, si así se le podía decir, la verdad es que ambos estaban casi en etapa terminal, pero nosotros nos esforzabamos para darles solo un poco mas de tiempo.
-Con esto terminamos las rondas de hoy.-Me dijo Kyu despues de 3 horas revisando pacientes internos y dando consultas a pacientes que no necesitaban la hospitalizacion.
-Cierto, ¿te parece si vamos a la sala de recreación?.-Pregunté, aunque nuestro turno acababa, nosotros nos quedabamos conviviendo un poco mas con los pacientes, Cho lo hacia por mi, y yo plo hacia por que no queria llegar a un lugar donde nadie me esperaba.
Él sonrió y me tomo del antebrazo para caminar rumbo a la sala, pero primero hicimos una escala para quitarnos las batas del hospital, y las cambiamos por unos sacos blancos, que igual parecian batas. Ibamos caminando por los pasillos, y oimos el sonido de una guitarra, tambien escuchamos una melodiosa voz cantando.
-Haré lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar, y no se nunca más, lo que fui ya no me importa, igual no volverás. - Los niños aplaudian al son de la canción, Kyu y yo no miramos algo confundidos, pues el unico que tocaba y cantaba en el hospital era yo, o por lo menos eso creia.-Haré lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tú igual, y aunque voy a llorar, poco a poco entenderé que nunca volverás.
Caminamos aun con la confunción en nosotros, cuando llegamos a la sala, nos quedamos solo en el marco de la puerta, los niños estaban reunidos alrededor de un circulo, y en medio, habia un joven no mayor de 20 años, tenía la cabeza agachada, se notaba que apenas empezaba a tocar la guitarra pues no sabia bien aun donde se encontraban las notas, era de tez apiñonada clara, podía incluso decirse que era güero, vestia un pantalon de beige con con una saco cafe, que hacia juego con los zapatos y un gorro color gris.
-Girasoles, once meses, mil canciones, tu mirada, yo se que también te acuerdas, y no es malo, eres humana. -Siguio cantando, la verdad es que cantaba bien, pero no entendía como era que los niños aplaudian una canción que hablaba de desamor practicamente, aunque la principal razón, podria ser que cantaba en español, desde que habia llegado a Estados Unidos, solo habia conocido cinco personas que hablaran español.
-Él igual habla español.- A mi compañero coreano se le hacia raro ver personas hablar español tan fluidamente, el lo habia intentado, en parte por que cada que me enoja o estaba triste, solo decia lo que llevaba dentro en español asi él no entendía, pero nunca pudo aprende, dijo que era dificil, y dejo el curso unas tres veces.
-Asi es...-Afirme, el chico que estaba cantando dejo de hacerlo, todos aplaudimos, el siguio con la cabeza agachada un par de segundos mas, miesntras todos, incluido Kyu y yo aplaudimos, despues alzo la mirada, tenia unos bellos ojos color miel, pero su mirada era triste.
-Doctor...-Corrio hacia mí Cassandra.-Perdone que hayamos tomado su guitarra, pero el tocaba muy bien.-Me explico algo nerviosa, pensando que yo me enojaria.
-No te preocupes Cass.-Sonreí y le revolvi los cabellos.
Levante la mirada y el chico que estaba cantando ya se habia ido, no sabia quien era, pero por primera vez desde hace mucho queria saber quien era, conocerlo, saber de él.