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Kommátia por HokutoSexy

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Notas del fanfic:

Cada viñeta abre y cierra con una canción de los ochentas (SIDE A, SIDE B, como los acetatos o los cassettes), se trata de un placer culpable que la autora tiene con esa música, y se trata del deseo de escribir un día un fanfic con música de los ochentas, pues Saint Seiya pertenece a esa década. Aunque las historias no están ligadas unas con otras, son independientes, fueron también la forma de atar viejos cabos dentro de mis propios fanfics, no es necesario leerlos para entender, los doce relatos aquí contenidos son autoconclusivos.

 

KOMMÁTIA

(gr. pedazos)

 

La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil.

Hipócrates.

 

Para IGR.

 

I. ARIES

 

SIDE A

Ninety nine dreams I have had
In every one a red balloon
It's all over and I'm standing pretty
In this dust that was a city
If i could find a souvenir
Just to prove the world was here
And here is a red balloon
I think of you and let it go.

99 Red Balloons, Nena.

 

Star Hill era un refugio silencioso, sin duda, el pedazo de tierra que unía a humanos y a dioses, un portal, un camino. Un lugar justo en medio de lo divino y lo mortal.

 

Tal vez por eso, por su condición mitológica, a Shion, el Strategos del Santuario de Atenea, le gustaba observar las estrellas ahí, el destino.

 

Destinare, del latín, des y tinare, hacer puntería”, fue su elucubración silenciosa mientras tocaba el papel del mapa estelar extendido delante de él. Con el compás de oro había trazado recientemente la ruta perfecta de las estrellas en la tercera casa: la casa de Géminis.

 

La preocupación era simple: Geminga, el pulsar dentro de Géminis, estaba latiendo y parecía cambiar entre Castor y Pólux, como si esa tercera fuerza estuviese ahí para modificarlo todo.

 

Y él lo sabía: que las cosas estaban por cambiar.

 

—Maestro —susurró Mu, uno de los jóvenes lemurianos, al que él mismo estaba transfiriendo todos sus conocimientos.

 

Su raza estaba proclive a extinguirse, habiendo muy pocos de ellos en la Tierra, cuando antaño, ellos, que existieron antes de la Atlántida, antes que nada ni nadie, eran tantos, hoy sólo quedaba un puñado, longevos por naturaleza, condenados a pasar las Edades, en completa soledad, en especial si acaso uno de ellos se enamoraba de un humano.

 

—Pasa —ordenó con voz seca Shion, ante una breve señal, Mu se acercó hasta él para sacarle el yelmo y la máscara patriarcal. El yelmo rojo que significaba el poder sobre el fuego; la máscara azul, que indicaba que era un hombre sabio entre los siete mares; después, Shion se sacó los rosarios de piedras semi preciosas, tintineaban, eran los rosarios que por cada color indicaban un continente y que lo marcaban como representante en la tierra de los hombres. —Una verdadera lata cargar con tanto simbolismo a cuestas, me siento cansado —le dijo en voz baja.

 

Mu por toda respuesta dibujó una breve sonrisa en su rostro de marfil.

 

Strategos, es una carga pesada la que lleva sobre los hombros.

 

—Es probable jovencito, pero la bendición de Atenea significa mucho más que cualquier dolor o cansancio —dijo suspirando—, ¿trajiste las herramientas estelares?

 

—Aquí están —contestó presuroso para mostrarle que las llevaba en el maletín, mismo que le entregó.

 

—El polvo estelar está por terminarse, vaya, tenemos tanto que avanzar y tan poco tiempo…

 

—¿Poco tiempo? —la pregunta de Mu fue temerosa. Presentía algo, como todos ellos, como todos los lemurianos, siempre se anticipaban a las tragedias, eran una especie de nigromantes en la opinión del mismo Mu.

 

—Así es… dime que observas en este mapa estelar —aquello sonaba a una orden más que a una petición.

 

Mu, se acercó hasta el mapa, lo tocó con los finos dedos, lo observó calmo, concentrado, acarició el justo punto en donde estaba el pulsar en Géminis.

 

El sol ya había caído, las oscuridad lo abarcaba todo en el cielo, y las estrellas comenzaban a asomarse tímidas, casi raquíticas.

 

Guardó silencio, observó la cúpula descubierta del Templo de Observación, sin que nadie le dijera que es lo que tenía que hacer, colocó manualmente el gran telescopio, lo dirigió a la constelación de Castor y Pólux… un breve vistazo bastó para hacerlo dar un paso atrás.

 

—Maestro, se trata de los gemelos… —balbuceó.

 

—En efecto, tus ojos no te engañan —asintió con una sonrisa amarga, sirvió dos tazas de té, una para él y otra para su alumno—, no se trata de una perturbación cualquiera.

 

—Semejante cambio en los astros, sólo puede ser un dios —frunció los puntos violáceos en su frente, tomó la taza apenas dando un sorbo. —Es eso, ¿verdad?, es eso lo que lo tiene tan preocupado… una fuerza oscura, un dios, está por cambiar el destino de los hombres.

 

—Por ello tenemos que apresurarnos, si no te importa, hoy estaremos aquí hasta… probablemente hasta que Apolo empiece a andar con su carro —ironizó.

 

—La estrella de Hamal de Aries parece apagarse, y las estrellas que le rodean confieren una luz distinta… maestro… la estrella que protege a los guardianes del fuego de Prometeo…

 

—Así es Mu… el dominio del fuego de Prometeo en el trono de los hombres, está llegando a su fin. No puedo ocultarte que mi deseo es que el siguiente guardián del fuego… sea Aioros, regido también bajo el elemento… pero sospecho que las cosas no serán como deseo, dada la alineación de los astros y los hechos extraños que están ocurriendo… es tiempo del dominio del Aire…

 

—Está preparándose para morir —el joven lemuriano no pudo esconder la congoja en sus palabras, si el mapa estelar estaba en lo correcto, terminaba el dominio de Aries, para pasar a Géminis. —Strategos, si deja su lugar, estaremos huérfanos… Atenea…

 

—Yo velaré por Atenea, soy ante todo, un guerrero de la diosa…

 

—Debe haber algo que podamos hacer, esto podría evitarse…

 

—No lo hay Mu —contestó con un dejo de ternura—, Atenea es demasiado joven y evidentemente no ha despertado su poder como para hacer frente a un Dios… por ello es que he decidido aceptar mi destino.

 

—Muchas muertes podrían ocurrir, es un hado funesto —replicó enérgico.

 

—Y que los dioses lo tomen en cuenta, que he deseado preparar el camino para lo que viene… —se volvió hacia el más joven de su raza, le habló con aplomo—, debes sobrevivir, pues sin el conocimiento de los reparadores, estamos perdidos… conoces el refugio de Jamir, y también el del Hindu Kush, el viejo Arconte de Libra… también está con Atenea…

 

No dijo nada más, sus palabras crípticas tuvieron dos efectos en Mu: la tristeza infinita y la pasión con la que se entregó día tras día para ser el siguiente reparador de armaduras…

 

SIDE B

And the battle's just begun
There's many lost but tell me who has won
The trench is dug within our hearts
And mothers, children, brothers, sisters torn apart

Sunday, Bloody Sunday
Sunday, Bloody Sunday

Sunday, Bloody Sunday, U2.


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