Esperar, esperar, esperar, es lo único que se me ocurre hacer en este momento.
Esperar.
Desde pequeño he esperado. Aún recuerdo cómo lloraba en las noches después de las adopciones, era triste ver como se llevaban a mis amigos, a mis “hermanitos”, a mis colegas…pero era mucho más triste escuchar a los adultos decir entre sí al frente de mí cosas como “no podemos adoptarlo, ya es mayor” “no sería mejor que este pequeño idiotita se metiera a trabajar en lugar de estar esperando por alguien que lo adopte” “shhh! Nos podría escuchar”
Así es, los adultos que venían al orfanato hablaban como si yo no los escuchara.
Pero en fin, nunca fui adoptado y me quede viviendo en este orfanato cómo si fuera mi casa, después, cuando ya cumplí la mayoría de edad comencé a trabajar en el orfanato donde había estado viviendo todos estos años.
Incluso se me quedo el apodo que me puso mi amigo Mir, “Joon”. Nunca entendí porque fue ese apodo, no tenía nada que ver con mi nombre, Lee Chan Seon. Pero en fin, ese nombre se me quedo para la prosperidad.
Mi vida en el orfanato era muy tediosa, todos los días era lo mismo, levantarme, trabajar, ayudar a los niños, ayudar a arropar y a dormir a los niños, y dormir.
Todo era así hasta que un 14 de diciembre por la mañana tocaron las puertas del orfanato. A mí me extrañaba eso, era un día frio, me puse un abrigo y baje por las escaleras.
-¿Quién?- grite.
No hubo respuesta alguna.
-¿Quién?- dije de nuevo.
De nuevo no hubo respuesta.
Me rendí y abrí la puerta, no vi nada, voltee hacia los dos lados y no había nada.
Estaba a punto de cerrar la puerta cuando sentí algo en mis pies, baje la vista…
Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, mis ojos se abrieron desmesuradamente, sentí un nudo en la garganta.
Era un bebe.
Pero no cualquier bebe, era él bebe más hermoso que mis ojos jamás hubieran visto. No lloraba pero estaba despierto viéndome directamente.
Lo levante en mis brazos, creí que comenzaría a llorar en ese momento pero en su lugar, me lanzó una hermosa sonrisa.
-Hola pequeño, ¿Cómo pudieron dejarte aquí?
Vi que en la canasta donde había estado él bebe se encontraba una nota.
La abrí y esto era lo que decía:
Hola:
Sé que tal vez piensen que soy una madre desnaturalizada, pero en este momento no tengo los medios para sacar a mi bebe adelante, él tiene una grave enfermedad en el corazón y yo no puedo hacer nada por él.
Espero que logren comprenderme y ayuden a mi bebe en lo que yo no pude ayudarle…
A ser feliz.
PD: Mi bebe se llama Lee Jin Ki pero desde que nació lo he llamado Onew, cuídenlo mucho por favor.
Sentí un inmenso nudo en la garganta.
¿En verdad este bebe estaba enfermo?
Voltee a verlo, él ya se había dormido, yo contemplaba esa belleza que tenía entre mis brazos.
El viento comenzaba a soplar, decidí entrar de nuevo al orfanato.
Cuando entre varias de mis colegas de trabajo estaban mirándome y miraban al bebe.
-¿Otra vez nos dejaron otro?- dijo una de ellas.
-Han dejado muchos en esta semana, no entiendo ¿A caso es un regalo de navidad?
-Todos los bebes son regalos pero bueno, también está mal regalar bebes en exceso.
-Bueno, yo me lo llevare y… ¿qué te pasa Joon?
Unas lágrimas escurrían por mis mejillas. Aún no podía creer que algo tan hermoso…fuera tan frágil al mismo tiempo.
Mis colegas tomaron la nota y la leyeron.
Cuando terminaron se vieron la una a la otra murmurando cosas.
-Joon…es difícil tener un bebe así en este momento, no tenemos tanto dinero.
-Él es un bebe normal como los otros, no tiene nada de malo- dije agresivamente.
-No me malentiendas.
-Sí es necesario…yo me ocupare de sus gastos médicos- dije mirando a aquellas señoras que me habían criado desde los doce años.
-Joon…
Nos quedamos en silencio. Él bebe comenzaba a despertar de nuevo, al parecer tenía hambre.
-¿Tienes hambre Onew? No te preocupes yo te daré de comer- le dije con una sonrisa en el rostro.
***
Y mi promesa jamás se rompió, yo utilicé todo lo que ganaba para pagar todos los gastos médicos de aquel hermoso bebe, y nunca, así es, nunca me arrepentí de ello.
*6 años después*
En este momento me encontraba sentado en una banca del jardín, veía como los demás niños jugaban mientras recordaba cómo había pasado hambre, sueño, ropa rota y sucia solamente por…
-¡Maestro Joon, recogí flores para usted!- por escuchar esa hermosa vocecita hablarme.
Me levante de la banca y vi a Onew corriendo hacia mí.
Onew tropezó y el ramo de flores se deshizo.
Los demás niños comenzaron a reír.
-¡Hey chicos al que se siga riendo le tocara unas buenas palmadas!- me acerque a Onew.
Lo ayude a levantarse y se sentó en el pasto, comenzó a llorar.
-Onew, no llores cariño, a cualquiera le pudo pasar.
-P-pero las flores- dijo señalándome al ramo deshecho en el suelo.
-Mira, Qué te parece si curo tus heridas- comencé a ponerle un curita en las rodillas y en la barbilla- y vamos a recolectar flores tú y yo ¿te parece bien?
-¿En serio ira a recolectar flores conmigo?-dijo con una sonrisa en su rostro, limpie sus lágrimas con mis manos.
-Claro que sí, ¡Vamos!
Onew se levantó muy emocionado como si nunca se hubiera caído y comenzó a correr jalándome de la mano.
-¡Le hare un ramo de flores muy grande!- decía Onew emocionado mientras recolectaba flores.
Yo me senté en el pasto a observarlo, era tan hermoso ver como corría de un lado a otro arrancando flores tan felizmente. El paisaje era hermoso, las flores eran de varios colores y soltaban fragancias hermosas, los árboles eran impresionantemente grandes y frondosos, todo el paisaje era lo más hermoso que jamás pudieran haber imaginado, pero, para mí, lo más hermoso de todo ese paisaje…era Onew.
-¡Maestro Joon! Mire ¡termine!
-quedo hermosísimo Onew, eres muy bueno con las flores- dije contemplando el ramo de flores, subí la vista y vi a Onew mirándome con una gran sonrisa en su rostro…
Era tan hermoso, desde el primer día supe que él iba a ser la persona más hermosa que jamás hubiera existido, exageración o no…para mí esa era la verdad.
Comencé a acariciar su mejilla.
En ese momento el tiempo se detuvo por completo, yo sentía que las horas no pasaban, era como si estuviera sumergido en un sueño largo…y en ese sueño el protagonista era Onew.
Sus mejillas comenzaron a ponerse rojas…
-Maestro Joon…- yo seguí viéndolo, el me miro a los ojos, sentí un cosquilleo en mi estómago- ¡tengo que ir al baño! ¡Corra!-dijo jalándome de la mano.
Ok, eso fue un “despierta ya de este sueño”.
Pero el punto no es de cómo empezó o cómo inicio…el punto es…que me he enamorado de un chico que es 19 años menor que yo.
Esperar… ¿debería esperar?