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TAO EL LLORICA PASIVO Y KEY EL SEME CON PLUMA. por JK483

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Notas del fanfic:

Me gustaría aclarar que este fic lo he escrito junto con otra autora de esta pagina, @ItsLexyChan, si os gusta por favor mirad sus fics<3  (Sólo tenéis que clicar el usuario)

Y si queréis, revisad mis fics también <3

Notas del capitulo:

Este fic surgió de una fancam que mi amiga, y co-autora, LexyChan, me pasó ( que podéis ver clicando aquí ) 

Ahora sí, os dejamos con el fic. Esperamos que os guste <3

Tao se encontraba en la cafetería de la SM, acababa de grabar la canción ‘’Two Moons’’ junto a Key, un artista al que admiraba mucho puesto que había conseguido llegar muy alto. Aunque le podían haber avisado de lo sumamente caprichoso que era el susodicho. En vez de estar grabando una canción parecía que estuvieran preparando la boda de un jeque árabe. Nada podía ser simple con él. Por suerte la jornada casi había concluido después de estar hora  y media escuchando las quejas de ese chico. Les habían permitido quince minutos de descanso.   El muchacho disfrutaba de unos minutos a solas con el café, largo y con tres terrones de azúcar, cuando  el hombre que le había provocado un fuerte dolor de cabeza minutos antes entró por el umbral de la puerta.




-Hola - dijo el muchacho rubio sonriéndole. Parecía mentira que alguien que tenía la capacidad de sacar de quicio tanto a una persona pudiera sonreír de aquella manera.

-Hola - contestó el menor con una pequeña reverencia mientras le dedicaba una tímida sonrisa.

-Tao, ¿verdad? - Preguntó aún sonriendo - Sois tantos que me cuesta acordarme de todos, perdona.

- Si, soy Tao, y tranquilo, no pasa nada - Dijo el moreno. No era el primero que le hacía aquel comentario, incluso algún que otro integrante de Super Junior le había dicho aquellas mismas palabras, aunque ellos mismos contaran con trece miembros.

-Oye, siento lo de antes en el estudio, pero es que cuando se trata de trabajo me gusta que todo salga perfecto y a veces me pongo un poco histérico - comento dejando que una leve risa se brotara de sus labios mientras tomaba asiento junto a Tao.

- Tranquilo, lo entiendo - Contestó el menor, olvidando convenientemente las ganas de estamparle un silla en la cara que había sentido antes.

-¿Sólo sabes decir eso? - Dijo volviendo a soltar una risilla -  Bueno, cambiemos de tema. ¿Te puedo hacer una pregunta? - Se acercó a Tao para dar un ambiente de confidencialidad.

-Tú dirás - Replicó, sintiéndose mucho más nervioso de lo que quería aparentar.

Key miró a ambos lados antes de soltar la pregunta, haciendo que Tao le mirara aún más expectante mientras tomaba un sorbo de su humeante café.

-¿No crees que Kris tiene un culo para morirse? - Susurró el mayor lo suficientemente alto para que sólo Tao lo oyera.

Zitao se atragantó con el café.

-Pe...¿Perdón? - Dijo entre un aluvión de tos.

-Vamos,  ¡ahora no te hagas el tímido! Bien que antes le estabas mirando el culo - Acusó Key en un tono de voz demasiado alto para el gusto de Tao mientras a éste se le subían los colores y abría los ojos como platos - Pero tranquilo, no me extraña, está demasiado bueno como para no hacerlo.

-P-Pero  t-tu… ¿Eres gay? - Preguntó el moreno aunque no estaba muy seguro de que aquella fuera la pregunta más indicada teniendo en cuenta dónde se encontraban.

-Sí, claro. Aunque no creas que se lo voy diciendo a el primero que pasa - Confesó con soltura - Créeme no tengo ganas de acabar con mi carrera de esta forma. Pero es que a ti se te nota tanto que parece que lleves escrito en la frente <<SOY GAY>>  en rosa y con luces de neón que se encienden y se apagan.





-Tampoco es para tanto - Dijo para luego darse cuenta de se había confesado inconscientemente.

-Tienes razón, pero con el tiempo he aprendido a leer, ¿Cómo decirlo?... las señales. Si no quieres acabar virgen hasta los 60 tienes dos opciones, pagar por ello al riesgo de que la prensa te descubra o ligar con gente que se encuentre en la misma situación que tu - Afirmó Key.

- ¿Y por qué me cuentas todo esto a mi? - Preguntó el menor, no sabiendo si aquello iba con segundas o no.




Key soltó una  carcajada.




-Perdona te tengo que haber asustado hablando tanto - Dijo mientras posaba su mano en el hombro del menor - Y tranquilo, no estoy ligando contigo. Solo que en el estudio de grabación parecía que te estuvieras follando a Kris con la mirada así que he pensado que un par de consejos no te irían mal. Además, estas empezando a entrar ahora en el mundo del entretenimiento y quería que supieras que no estás solo.




-Gracias Kibum - Sus mejillas se volvieron de un color rojo intenso. No estaba acostumbrado a hablar de aquel tema tan abiertamente, y mucho menos a que un sunbae le confesara su sexualidad.




-De nada.- Sonrió mientras se incorporaba - Por cierto, tendríamos que volver que el tiempo de descanso ya se ha acabado.




Key se levantó y Tao le siguió cuando éste se encaminó de nuevo a la sala de grabación donde, para desgracia de Tao, Key retomó su caprichoso carácter.




A partir de aquel momento, Key y Tao empezaron una extraña amistad. Puede que fuera por la sensación de libertad que tenían el uno con el otro, o simplemente el  saber que había alguien más que compartía sus mismas inquietudes, el hecho es que confiaban el uno en el otro y tan sólo eso era suficientemente reconfortante.




Su relación se fue estrechando al pasar el tiempo, a pesar de que en raras ocasiones podían disfrutar de la presencia del otro ya que EXO había vuelto gozando de un éxito inusitado, apretando así su agenda y reduciendo su tiempo de ocio y SHINee estaba en Japón promocionando su nuevo álbum. Aunque no pudieran verse físicamente, hablaban a través de KakaoTalk, Line o simples mensajes de texto.




Tao acababa de enviar un mensaje a Key, contándole lo emocionado que estaba por los premios de aquella noche. Aunque fuera evidente que EXO, teniendo en cuenta las ventas de sus álbumes, estuviera nominado a algún que otro premio, los integrantes de la banda no dejaban de mostrarse sorprendidos por ello y un ambiente de alegría les envolvía desde hacía semanas. Tao no era una excepción, había estado bombardeando a Key con mensajes sobre los premios y aunque a cualquiera le pudiera parecer un tanto pesado, el mayor no podía evitar sonreír ante ello y pensar en lo adorable que era Tao.




Key también estaba emocionado, por muchos años que llevase en la industria, un premio de tal categoría siempre era bien recibido. Aquellos premios eran sinónimo a que la gente reconocía todo sus esfuerzos, por eso era algo tan importante, más allá del dinero que recibían. El valor real de los premios era sentimental.




Tao también lo sentía así, por eso cuando subió al escenario después de que la presentadora hubiera anunciado que EXO era el ganador no pudo evitar llorar.

Un cúmulo de sentimientos se aglomeraron en su interior.  Estaba feliz, inmensamente feliz, pero también agradecido, mucho. Recordó los duros entrenamientos a los que había estado sometido, por voluntad propia, el miedo a ver que todos sus esfuerzos no sirvieran para nada, a no debutar. Recordó la primera vez que se irguió en un escenario, la sensación de poderío, la adrenalina, los nervios. Todo eso estalló en su interior de repente y pronto sintió como sus ojos derramaban lágrimas que corrían incesantes por sus mejillas.




Tenía la voz rota, pero aún así tomó el micrófono cuando la presentadora se lo ofreció para dar las gracias a sus fans. Era algo que quería hacer, que necesitaba hacer, porque si no fuera por cada y una de ellas, EXO no existiría, y él no podría estar en aquél escenario, cumpliendo su sueño. Estaba tan agradecido. Tanto.

Sus lágrimas no dejaban de caer al pensar todo aquello, incluso las palmadas en la espalda y los reconfortantes  abrazos de sus compañeros no fueron suficientes para pararlas.

Al bajar del escenario vio a Key quien se dirigió directamente hacia él con paso firme y le abrazó tan pronto como sus brazos estuvieron a la distancia necesaria.

Le envolvió con su cuerpo mientras le daba unas palmaditas en la espalda para  tratar de calmar su llanto. Al ver que aquello no funcionaba, Key se apartó levemente y tomó el rostro del menor entre sus delicadas manos, para secar la humedad de sus mejillas con la yema de su dedo grueso.  El mayor volvió a acunarlo con su cuerpo dejando que Tao posase su cabeza en su hombro y aprovechando la cercanía para, ladeando ligeramente su cara y posando sus labios a escasos milímetros de la oreja del menor, susurrarle al oído.




- Sería mejor que dejaras de llorar - Musitó Key sin esperar a que Tao contestara - No te lo he dicho nunca pero, tengo un fetiche con las lágrimas.




Tao no pudo evitar reír levemente ante eso. No sabía cómo se las ingeniaba Key, pero siempre lograba sacarle una sonrisa. Más pronto de lo que les hubiera gustado deshicieron su abrazo y siguiendo los pasos de sus compañeros, Tao volvió al asiento que le habían asignado, y Key hizo lo mismo.




Los premios acabaron de la manera más emotiva posible, ambos grupos, EXO y SHINee, terminaron subidos en el escenario, incapaces de contener sus emociones. Abrazándose y felicitándose los unos con los otros, compartiendo una misma alegría.

Tao podría parecer un ‘tipo duro’ pero en el fondo, y cualquiera que le conociera lo sabía, estaba hecho un sentimental, por eso no era extraño que incluso al acabar los premios sus de sus ojos siguieran cayendo lágrimas. El muchacho en vez de ir directo al camerino de EXO se dirigió a el baño más cercano, (que de ‘cercano’ tenía poco ya que el moreno estuvo, como mínimo, 15 minutos buscándolo) para limpiarse la cara e intentar dejar de llorar. Tao era una de aquellas personas que una vez empezaba a llorar no podía parar.

Cuando estaba a metros del baño, vio como alguien salía de allí.

Al acercarse vio que era Key.

- ¿Todavía sigues llorando? - Preguntó el mayor con una sonrisa burlesca. Se acercó a Tao, parándolo a metros del servicio.

- ¡Déjame! - Replicó el menor, llevándose las manos a la cara, intentando cubrirla. Hizo ademán de irse al lavabo cuando de repente un violento agarre en el pecho le empujó con ferocidad contra la pared, casi dejándole sin respiración a causa del impacto.

Sintió como la mano de Key se cerraba sobre su brazo izquierdo y el derecho subía hasta la nuca acortando cada vez más las distancias. Lamió el cuello de Tao hasta llegar a su lóbulo para finalmente susurrarle en el oído



-¿Es que antes no me has oído Tao? Me ponen TUS lágrimas- Dijo sensualmente mientras bajaba la mano, que antes apretaba el brazo de Tao, para deslizarla dentro de los pantalones de este y acariciarle lentamente el miembro.




Tao soltó un jadeo, evidentemente excitado. Key se mordió el labio y sonrió mientras sus ojos intentaban encontrarse con los del menor.




El mayor acortó las distancias presionando su cuerpo contra el de Tao, quien podía sentir el calor que desprendía. Ladeó su rostro hundiéndose en el cuello del menor, mordiéndolo fuertemente, cosa que hizo que Tao dejara ir un jadeo de dolor y se le aguaran otra vez los ojos.




Key excitado empezó a masajear la entrepierna del maknae, deleitándose al oír cada lascivo jadeo que lograba sacarle de los labios y sonriendo con satisfacción al percatarse del color carmín intenso que tenían ahora sus mejillas.  Primero frotó lentamente para después ir acelerando el ritmo de la fricción. Cuando Tao sentía que poco le quedaba para llegar al éxtasis Key paró en seco, miró a Tao y le dedicó una dulce sonrisa. El mayor tomó el lóbulo de Tao entre sus labios, succionándolo y mordisqueándolo con suavidad.

-Chúpamela... ¡AHORA! - Susurró de manera autoritaria, hundiendo sin piedad sus dientes en la oreja de Tao, provocando que se le saltaran las lágrimas al sentir como gotas de sangre tibia se deslizaban por su piel.

Key tomó a Tao rudamente del pelo, apartándole de su rostro y forzándole a que se inclinase ante él. El menor, quien tenía las piernas temblorosas a causa de la  estimulación a la que había sido sometido, sintió como estas se doblaban y el peso de  su cuerpo caía en sus rodillas, dejando su rostro a la altura de la abultada entrepierna de Key.

El mayor, quien seguía agarrando con violencia el pelo de Tao, lo instó a que empezara con su trabajo.

Tao abrió el botón del pantalón de Key para luego abrir lentamente, no sin fallar un par de veces a causa del temblor de sus manos, la cremallera, revelando así los bóxers del muchacho. Rápidamente Tao, deslizó su mano dentro de la prenda para sacar a la luz el palpitante miembro de Key.

- Vamos Tao, no tengo todo el día - Presionó el mayor mientras le tomaba de la nuca.

Tao lo acercó lentamente a sus labios para lamer la punta tímidamente. Key jadeó entrecortadamente al sentir la húmeda y caliente lengua del chico.

El moreno se posó el pene caliente de Key en la boca, tratando, sin éxito, de encajarlo todo en su boca. Con la lengua daba lentos lametazos a la base del miembro, arrancándole gemidos delirantes a Key.

Con más seguridad, Tao empezó a mover su cabeza intentando enterrar lo máximo posible el glande del mayor, provocando que Key gimiera desesperadamente. Sus movimientos eran torpes e inexpertos, pero la excitación hacía que Key pasara por alto aquellos detalles sin importancia. Con un gesto brusco, Key agarró la nuca de Tao y la instó hacía sí para aproximar más la cabeza del maknae, si era posible, a sus genitales. A consecuencia de la repentina intrusión a Tao se le saltaron las lágrimas, y Key al ver eso no pudo evitar excitarse más y llegar incluso a hacer más presión contra la boca de Tao. El menor tenía la mirada turbia a causa de las lágrimas que empañaban sus ojos y apenas podía respirar. Las lágrimas no cesaban, aunque tampoco ayudaba los fuertes tirones de pelo que le estaba propinando el mayor, quien ya estaba llegando a su clímax.

Tao sentía el miembro intruso de Key en su garganta, sometiéndole a una fricción que le quemaba, aunque no podía decir que todo aquello le desagradaba. No, ni mucho menos, a pesar de que de sus ojos no paraban de brotar lágrimas, el menor sentía un extraño placer en todo aquello, en el hecho de estar allí en medio, en el pasillo, de rodillas, expuesto a todo aquel quien pasara mientras otro hombre enterraba una y otra vez su pene en sus boca.

A pesar de que Key no le estaba tocado, sentía como su erección crecía más y más, sentía como su excitación aumentaba también. Quería correrse, y no le importaba el lugar.




Key soltó un gemido ahogado acompañado por un torrente de jadeos, preludio de lo que iba a suceder instantes después. En vez de aumentar la velocidad y embestir más deprisa, Key paró en seco para luego hundir su miembro en las profundidades de Tao, manteniéndolo en aquel sitio durante hasta que llegó al éxtasis final. Su cuerpo tembló levemente mientras de sus labios se deslizaban gemidos que ya no luchaba por ahogar sino que al contrario, profesaba a pleno pulmón. Tomando las mejillas de Tao entre sus manos, fue sacando lentamente su pene hasta que la punta rozase la lengua del menor, entonces derramó su esperma en el lugar, llenando al menor por completo.

Tao empezó a besar el cuello de Key una vez tragó toda su esencia, pero este le detuvo.

- ¿Se te han pasado las ganas? - Preguntó Tao en un susurro, temeroso de que la respuesta fuera afirmativa y que el mayor le dejara allí mismo sin haber resuelto su ‘problema’.

- A mí nunca se me pasan -Aseguró Key guiñándole un ojo de forma seductora - Pero no estoy tan loco como para follarte en  medio del pasillo, vamos.

Key cogió de la mano a Tao y se dirigieron hacia el lado izquierdo del pasillo en el que se situaban. La primera puerta era el armario de la limpieza. Al verlo Tao arrugó la nariz en gesto de desagrado hacia el lugar, cosa que Key notó.

- Tranquilo, a mí tampoco me hace especial gracia hacerlo aquí - Dijo el mayor, sonriendo. Había tenido más de una experiencia en un lugar como aquel y, siendo franco, no era algo que planease repetir - Sigamos buscando.

Recorrieron un par de metros más del largo pasillo blanco para abrir una sencilla puerta sin ningún tipo de cartel, pero para su infortunio estaba cerrada. Tao, quien aún no había gozado de las caricias del mayor se estaba desesperando por momentos, su pene estaba dolorosamente erecto e imploraba un alivio que hasta el momento se le negaba. El menor agarró del brazo a Key y se dirigió casi a la carrera hacia la puerta del final del pasillo rogando para sus adentros de que la habitación estuviera abierta y vacía, lo último que necesitaba en aquel momento eran espectadores.




-Si esta no está abierta follamos en medio del escenario si hace falta - Dijo el maknae con un tono que intentaba ser autoritario pero que más bien se asemejaba a una súplica. Ante dichas palabras Key rio levemente.

Al llegar, Tao dejándose llevar por sus impulsos empotro al moreno contra la puerta y le empezó a besar con furia, mientras con la mano lentamente hacia girar el pomo y la puerta se abrió. Cosa que hizo que ambos se tambalearan y cayeran al suelo, a pesar de tener un sofá a menos de cinco metros. Se volvieron a besar con pasión. Los dedos de Key se deslizaron bajo  los pantalones de Tao buscando con ansias el glande del menor para, una vez lo hubo encontrado, masturbarle.  Primero todo fue muy lentamente, las yemas de los dedos del mayor jugueteaban hundiéndose en la piel de Tao, rozando su zona más sensible mientras que con la otra mano iba subiendo la camiseta. Los labios de Key se cerraron alrededor de los pezones del menor, lamiéndolos, succionándolos y mordiéndolos, arrancando así tórridos gemidos a Tao. En menos de un minuto el mayor ya se había olvidado de los botones rosados de Tao y se dedicaba a centrar su atención a dar placer a la polla de Tao, la cual, ya empezaba a sacar un liquido pre seminal. Cuando Tao creía que se iba a correr de puro gusto Key se levantó y se dirigió a la puerta.




-A... ¿A dónde vas?  - dijo Tao entre jadeos. Pero Key le ignoro. Simplemente cerró la puerta y echó un vistazo rápido a la habitación, se acercó al tocador, cogió la silla y con ella atranco la puerta.




-No pretenderás que te folle con la puerta abierta, ¿verdad? - Inquirió el mayor, haciendo alarde de su madurez.

Key miró a Tao, se relamió los labios y con paso felino se dirigió hacia él para finalizar lo que tenían a medias.

El mayor se acercó a Tao, sonriéndole con superioridad al ver el vulnerable estado en el que éste se encontraba. Se arrodilló para ponerse al nivel del menor, quien yacía en el suelo tembloroso y suplicante, y empezó a besarle de nuevo en los labios.

Tao lo instó hacia sí, haciendo que Key perdiera el equilibrio y se precipitase encima de él. Una vez sus cuerpos estuvieron uno encima del otro, Tao empezó a restregar su entrepierna contra el muslo de Key, buscando alivio alguno.

- Hyung, por favor - Suplicó Tao en un susurro, ahogándose en su propio deseo - Haz algo...

Key no lo dudó más y fue deslizándose hasta poner su rostro a la altura de los genitales del menor. Con una sonrisa miró directamente a los ojos de Tao mientras que sus dedos retomaban una vez más el menester que antes habían abandonado.

Tao sintió los dedos de Key fríos contra su piel, y aquello sólo hizo que su excitación aumentara. De sus labios se escapaban gemidos lascivos que trataba de enmudecer sin éxito, por vergüenza, pero que para Key eran como un sonido celestial.  La húmeda lengua se posó en la punta del pene del menor con fingida inocencia, para que luego fuera bajando hacia la base, probando la  totalidad de Tao. Key no tardó en ponerse el glande en la boca, amando la sensación de calidez que este le brindaba a su interior y el sentimiento de poder que tenía sobre Tao, quien no dejaba de jadear desinhibidamente.

El menor, inconscientemente hundió sus dedos entre los cabellos de Key, tratando de maximizar la penetración, pero sentía como sus manos temblaban demasiado como para poder dirigir nada, lo único que hacía era enredarse en  el pelo del mayor.

Key al notar la impaciencia del muchacho, decidió ir más allá, se incorporó un poco y se sacó el pene de los labios, provocando que Tao gimiera con disconformidad.

- Chúpalos - Ordenó Key con tono imperativo, posando sus dedos a centímetros de la boca de Tao. El menor obedeció. Abrió la boca tímidamente y esperó a que Key enterrara sus dedos en ella para, una vez lo hizo, empezar a dar largos lametones y succionarlos, embadurnándolos así de su ardiente saliva.

Key sacó los húmedos dedos y rápidamente, para no dejar que la saliva se escurriera, los llevó a la entrada de Tao.

El menor tuvo un escalofrío al sentir la yema de los dedos de Key en su ano, masajeando levemente en forma de círculos. Tao, esperando notar un intruso adentrándose en sus interiores, cerró los ojos con fuerza, pero fue sorprendido por algo húmedo y caliente.

Key había enterrado su lengua en el interior de Tao, lamiendo sus paredes más profundas y dejando que su saliva se fundiera con el ardor interno del menor, para luego succionar con furia.

Tao se sentía al borde del orgasmo ante semejante estímulo. Podía notar a la perfección la lengua del mayor chupando su recto y relamiéndose ante el acto.  Sonidos lascivos de succión impregnando la sala.

De pronto, el fino dedo índice de Key empezó a adentrarse en Tao, sustituyendo su lengua. Pronto los dedos se fueron multiplicando hasta llegar a un total de tres, que se abrían y cerraban en el interior de Tao, con la intención de dilatarle.

El menor gemía sin pudor y gritaba por más al sentir como las uñas de Key rascaban su punto más sensible, haciéndole perder la cabeza.

- ¡Key! ¡Lo quiero ahora! -Gritó suplicante Tao, sin importarle que todavía no había acabado su preparación. Quería que doliera, aquello aumentaría el placer - ¡No puedo esperar!

Key se mordió el labio, dudando, pero aquello duró poco ya que él volvía a tener una erección.

Tao gimió expectante al sentir la cálida punta del glande de Key en su entrada, hundiéndose lenta pero inexorablemente. El dolor era tan insoportable que le nublaba la vista, ahora se arrepentía de no haber sido paciente y haber esperado a que Key le preparase bien, pero no tenía intención alguna de parar, su excitación era demasiado grande para ello. En parte, aquel dolor le gustaba, sentía arder dónde Key tocaba, notaba el palpitar del mayor en su interior, llenándolo y presionando a lugares tan profundos que ni tan solo imaginaba que nadie pudiera llegar.

Pronto el dolor se fue convirtiendo en placer y lo demostró a base de gemidos que dieron luz verde al mayor para empezar a embestir con furia. A cada arremetida que Key le sometía, Tao curvaba sus caderas para encontrarla y aprofundir así la penetración.

Los labios de Key se encontraron con los del menor, fundiéndose en un beso apasionado en el que sus lenguas se toparon, jugando la una con la otra. Los brazos de Tao arropaban el torso de Key mientras que sus uñas se hundían en la carne del menor, provocándole arañazos de los que goteaban pequeñas motas de sangre al intentar unir aún más sus cuerpos.

El mayor quien llevaba el ritmo, empezó a acelerar al sentir como Tao balanceaba su cintura pidiendo más. Su mano izquierda que hasta aquel momento se posaba a un lado de la cintura del menor, tomó el pene de éste, apretándolo con violencia y sintiendo a Tao temblar debajo de él.

Sus largos dedos masajearon la totalidad de Tao, entreteniéndose a recolectar el líquido pre seminal del menor y esparciéndolo por toda la base.

Los jadeos de tao se tornaron ensordecedores preludio del orgasmo que se avecinaba. Ante eso, Key tomó la base del pene del menor apretando con tanta fuerza que obstruía cualquier líquido que quisiera salir.

- ¡No! ¡Por favor no! - Imploró Tao sollozando. El dolor que sentía era casi insoportable, necesitaba vaciarse urgentemente, y justo cuando por fin estaba a punto de hacerlo, Key se lo negaba. Sintió como sus ojos se inundaban de lágrimas de impotencia y vulnerabilidad ante ello.

Key sonrió ampliamente ante aquella visión y acercó sus labios a las mejillas del menor, lamiendo las lágrimas que se deslizaban por estas.

- Así me gusta Tao. Déjame probar tus lágrimas, pequeño - susurró entre lametón y lametón con voz de adoración.

Lejos de consolarlo, aquello solo hizo que, para alegría de Key, Tao llorase aún más. Key empezó a embestir con más rudeza y a aprofundir más. De pronto Tao empezó a temblar.

El mayor había tocado de pleno su punto G, y Tao sentía tanto placer que se le embotaban los sentidos, pero aquello no duró demasiado.

Un punzante dolor en el cuello travesó el cuerpo de Tao, luego sintió como un líquido caliente se deslizaba por su piel, dejando un rastro inusualmente cálido. Key le había mordido.

El mayor no se conformaba sólo con las lágrimas de Tao, quería probarlo todo, quería conocerlo al completo, grabar su sabor en lo más profundo de su memoria, quería que su paladar lo recordase para siempre. El gusto de sangre inundó los sentidos de Key, quien succionaba la herida que él mismo había propinado, intentando tragar toda la sangre que se derramaba.

Key tembló de goce al oír los sollozos del menor, aquello le excitaba sobremanera, tenía tendencias sádicas que ni él mismo podía negar. Embistió un par de veces más y se sumió en un orgasmo, que le hizo temblar de pies a cabeza, corriéndose en el interior del muchacho.

Tao sintió como el mayor caía derrotado encima suyo, todavía impidiéndole correrse. Sentía como el semen caliente se escurría de su interior y goteaba por su piel cayendo desde su dilatado ano.

Se sentía impotente ante toda aquella situación, no tenía el poder sobre su cuerpo, lo tenía Key, estaba totalmente a su merced.

El mayor, una vez hubo tenido su segundo orgasmo, se apiadó de Tao quien seguía llorando.

El muchacho aflojó el agarre y empezó a masturbar con violencia el pene de Tao quien temblaba descontroladamente ante el repentino estímulo. Oleadas de placer recorrieron el cuerpo de Tao, desembocando en gemidos a pleno pulmón. Tao sentía su cabeza ligera, su mente estaba casi en blanco, lo único que podía apreciar eran los dedos de Key obrando maravillas en sus genitales. Por fin, Tao se sumió en el éxtasis final, derramándose en los dedos de Key y jadeando copiosamente.

Los dos se quedaron tumbados en el suelo durante unos minutos, tratando de recuperarse de semejante esfuerzo físico.



Pasados un par de minutos Tao se levantó, no sin esfuerzo y se dirigió a paso lento hacia el tocador de la habitación en busca de algún utensilio para limpiarse mínimamente bien. Encontró toallitas húmedas, y después de hacer desaparecer los restos de semen y sangre que tenía por todo el cuerpo le tendió la caja a Key, quien se encontraba ahora a su lado.

Una vez estuvieron vestidos y Tao hubiera encontrado la manera de tapar las heridas que Key le había dejado  se dirigieron a la salida.



-¿Te duele mucho? - Preguntó Key a sabiendas de que tal vez se había permitido que sus instintos lo dominasen completamente.



-Un poco, pero tranquilo que no moriré. A parte, ha sido una experiencia nueva. Nunca lo había hecho de una forma tan... salvaje. - Key esbozó una sonrisa dulce mientras le acariciaba la cabeza a modo de disculpas. Por mucho que Tao le hubiera sonreído y el final hubiera sido satisfactorio sabía que le había hecho daño y que en algún momento había llegado incluso a temerle.



-P...Por cierto. - Dijo un Tao nervioso.- ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Tu dirás - replicó el mayor, mirándole con curiosidad ante su repentino nerviosismo.

-¿Te has acostado con muchos idols? - Esa pregunta, a pesar de que no estaba realmente fuera de lugar, descolocó  Key. No es que le molestara, en absoluto, pero si te acabas de acostar con una persona con un fetiche por las lágrimas que te ha hecho llorar diversas veces durante el acto y te ha dejado diversas heridas que mínimo te van a durar dos semanas lo más razonable, a ojos de Key, no sería preguntar sobre eso.

-Pues la verdad es que no, ya que es difícil encontrar el momento adecuado y saber que el otro está realmente dispuesto a llegar al final contigo. Pero con muchos he repetido. -Esto último lo dijo mientras le guiñaba un ojo a Tao, el cual adquirió una gama de colores rojizos muy diversa sobre su cara.



.- ¿Y tú te has acostado con muchos idols? - Tao le miró, aún sonrojado- Hagamos una cosa tú dices uno yo te digo otro - Propuso.

-Me parece buena idea. Empiezo yo si te parece. -Key reflexionó un par de segundos antes de contestar.- Siwon de Super Junior.



Tao agrandó los ojos de forma exagerada. Ese sí que no se lo esperaba.

- No me mires así. Además, no es gay, simplemente habíamos bebido un poco los dos y una cosa llevó a la otra. - Aclaró, riendo levemente ante la patente sorpresa e impresión del menor -  Te toca.



-Kris- dijo Tao en un susurro. - Con él perdí la virginidad. - Dijo volviendo a sonrojarse exageradamente. Key sonrió para sí mismo pensando en la suerte que había tenido de poder encontrar a un chico tan inocente (justo como le gustaban).



-¡Ah! Yo la perdí con Taemin - Replicó sin ningún tipo de tapujo - Te toca.



-Himchan de B.A.P - dijo recordando cómo después de perder el premio del rookie del año ante Busker Busker, se encontraron en los baños y simplemente surgió.



-G-Dragon y TaeYang. Los dos a la vez-  Dijo el mayor sonriendo,  orgulloso de su propia  hazaña. - Y Ren de NU’EST. Un poco joven a mi parecer, pero el jodido se mueve como una perra en celo - Aseguró, moviendo sus caderas intentando imitarle -Con él he repetido 5 o 6 veces, creo que hasta podríamos ser amigos.



Y así siguieron con una lista de nombres, aunque la de Tao acabo bastante antes que la de Key, el cual gozaba de una vida sexual bastante activa.

Ambos se dirigieron lentamente por el largo pasillo hacia sus respectivos camerinos. Lo que ninguno de los dos sospechaba, era la presencia de una occidental rubia, que a pesar de no saber nada de coreano había distinguido los nombres de la conversación y por los gemidos que había escuchado, se podía hacer una idea bastante acertada no sólo de lo que había estado hablando, sino también de lo que había sucedido dentro de esa habitación.  Sospechas que no tardó en confirmar al entrar y percibir el ambiente cargado a sexo que desprendía el lugar. Paris  Hilton sonrió para sí misma, se sentó en el sofá y se dispuso a leer una revista aun divertida por la situación.






Notas finales:

Si os ha gustado, por favor dejad algún review <3 (Y no os olvidéis de revisar los fics de la co-autora clicando aquí )


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