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Mi ultimo día contigo por Uruhasa_13

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Notas del fanfic:

El fic no es mio solo cumplo mi deber de subirlo~

 

 

Hiccup

 

Hace muchos años, cuando era un chiquillo, justo después de que los vikingos aprendieran a convivir con dragones, mi padre me llevaba con él  a algunos viajes que hacía por sus deberes de jefe pues solía decirme que debía aprender puesto que algún dia yo sería quien se encargara de nuestro pueblo.

 

 

En uno de esos tantos viajes, mi padre me llevo a un pequeño pueblo no muy lejos de Berk, era un lugar frio, había nieve por todas partes, en realidad no era muy diferente a Berk con la diferencia de que no había vikingos sucios peleando por un trozo de carne  mientras trataban de calmar a sus dragones.

 

En fin, era un pueblo pintoresco lleno de gente amable y hospitalaria que le gustaba brindarle sus mejores atenciones a los forasteros. Mi padre y yo nos quedaríamos un par de días  mientras él arreglaba unos asuntos con el jefe de aquel pueblo, estaban trabajando en una especie de sociedad que ni siquiera recuerdo en qué consistía.

 

Esa mañana nos levantamos temprano y caminamos hasta el pueblo en donde ya nos estaban esperando, mi padre me dijo que fuera a explorar mientras él buscaba al jefe el pueblo, yo no quería hacer eso, siempre fui muy tímido con las personas extrañas y además nuestros dragones estaban en el bosque, así que opte por regresar para poder estar con Chimuelo un rato y hacerle compañía.

 

Pronto llegue al corazón del bosque en donde teníamos nuestro campamento, papá no quería que las demás personas se enteraran que podíamos entrenar dragones, decía que algunas personas no estaban preparadas para eso, que solo acarrearía problemas para Berk.

 

Me senté junto a Chimuelo que dormía bajo uno de los arboles, el clima era perfecto para una pequeña siesta, recuerdo que en ese momento estaba pensando en Astrid, justo antes de ese viaje me dijo que no quería ser más que mi amiga, que nuestra relación no funcionaba y aunque estaba dolido debía de darle la razón además de las gracias, porque ese mismo dia conocí a mi verdadero amor.

 

Empecé a escuchar risas en las cercanías, me desperté de un salto pensando en que alguien podía ver a Chimuelo así que camine un poco entre los árboles y entonces no muy lejos de ahí, vi a una pequeña de no más de nueve años patinando sobre un lago congelado, parecía divertirse mucho así que me quede un rato viéndola, deseando poder divertirme así algún dia.

 

-¿Qué haces aquí tú solo?-escuche justo a mi lado

 

Salte un poco asustado para darme cuenta de que a mi lado estaba un muchacho de piel blanca y ojos azules de cabello castaño y una enorme sonrisa.

 

-¿q…qué?-balbuceé

 

-nunca te había visto por aquí, debes ser el hijo del jefe vikingo ¿no?

 

Asentí tímidamente un poco cohibido por el muchacho.

 

-todos hablan de ti y de tu padre en el pueblo, no siempre se ven vikingos por aquí

 

-supongo que es por la ubicación-dije en susurro

 

-es gracioso que Berk esté cerca de este pueblo y jamás  hayan venido antes

 

Me era difícil poder seguirle el hilo al cien por ciento a aquel muchacho, su rostro era radiante, era precioso, como si el mismo sol saliera en sus ojos.

 

-mi nombre es Jackson- dijo extendiéndome su mano

 

-soy Hiccup-se la estreche

 

-¿Hiccup?-rió-ese es un nombre extraño

 

Me rasque la nuca un poco avergonzado, él seguía sonriendo, debí sonrojarme porque entonces él también lo hizo, me tomo de la mano y dibujo una cara divertida, algo que muy pocas veces veía en Berk.

 

-ven a jugar con nosotros-dijo animado

 

-¿Qué?

 

-sí, conmigo y con mi hermana

 

-pero yo no sé patinar

 

-no importa, yo te enseño ¿Quién crees que le enseño a ella?-señalo con el pulgar a la chica castaña que ahora nos miraba fijamente.

 

-ven con nosotros, vas a divertirte

 

Debo admitirlo, desde ese día, quede prendado de Jack, nos volvimos inseparables, al menos por los días que estuvimos juntos, incluso llegue a presentarle a Chimuelo, su cara era todo un poema cuando lo vio por primera vez.

 

Juro que Thor conspiraba a mi favor porque una tormenta de nueve se avecinaba para el dia en que mi papá y yo regresaríamos a Berk, no podíamos arriesgar a los dragones a ser heridos o incluso perdernos durante la tormenta así que ambos construimos una especie de refugio improvisado para nuestros dragones.

 

-quédate conmigo- sugirió Jack mientras caminábamos juntos hacia el pueblo

 

-es una linda propuesta Jack, pero no puedo dejar a mi padre y a los dragones solos, no en una tormenta de nieve como esta

 

-estarán bien, además no estarán solos, un par de hombres del pueblo van a ayudarlos

 

-¿Qué quieres decir? Nadie puede ver a los dragones

 

-yo lo hice ¿no? Tu papá confió en el jefe del pueblo, ya sabes por eso de los lazos de amistad

 

-pero aun así, yo…

 

-anda… ¿o no confías en mi?

 

Lo mire a los ojos, aquellos orbes azules me hicieron temblar, trague saliva, pero por supuesto que confiaba en él, lo quería mucho, él era simplemente distinto, casi irreal. Asentí un poco desesperado para que quedara bien claro que confiaba en lo que él me decía.

 

-le diré a mi padre, no voy a confirmarte nada pero espero que me deje quedarme contigo

 

Me despedí de él pero antes de que me fuera, me tomo del brazo y me atrajo hacia él para darme un beso en la mejilla, cuando lo mire a la cara solo me regalo una de esas preciosas sonrisas suyas y se fue.

 

Al llegar al campamento pude ver que lo que me había dicho Jack era verdad y que mi papá había pedido ayuda en el pueblo para poder mantener a los dragones a salvo de la tormenta, eso quería decir que las relaciones con ese pueblo estaban más que formadas lo que significaba que podía ver a Jack cuantas veces quisiera.

 

Por supuesto que mi papá me dijo que podía ir con Jack para pasar la noche más seguro y bueno, debo decir que aquella noche fue una noche que jamás olvidare.

 

Fui a su casa esa noche, su mamá debía de pasar la noche fuera ayudando a las mujeres del pueblo a resguardar la comida, solo estábamos su hermana menor, él y yo.

 

-entonces, el hada de los dientes vino y se llevo la pequeña muela de la niña-le contaba Jack a su hermana

 

Francamente nunca entendí esos cuentos extraños que él le contaba a ella pero era entretenido escuchar sobre el hada de los dientes, el conejo de pascua y Santa… todas historias de espíritus que traían paz, amor y luz a los niños del mundo.

 

Después de que la hermanita de Jack se durmió, ambos fuimos a su dormitorio, no era gran cosa pero en definitiva me recordaba a mi propia alcoba en Berk. Cosas tiradas por todos lados, su propio desorden muy parecido al mío… él y yo éramos tan parecidos.

 

Me senté en la cama y me quite el zapato, el se sentó junto a mí y me dedico una gran sonrisa suya, una de esas en las que simplemente ves el amanecer a media noche.

 

-¿Cómo perdiste la pierna?-me pregunto algo avergonzado

 

-la perdí pelando contra un enorme dragón

 

Sus ojos se abrieron con mucho asombro pidiendo a gritos que le contara esa historia, claro que no se la iba a negar pero aun así me sentía un poco tímido con él, quiero decir, desde ese momento ya me gustaba mucho pero no me había percatado… si tan solo lo hubiera sabido antes.

 

Le conté mi aventura en Berk, él parecía estar muy interesado y muy sorprendido y también entusiasmado pues si las relaciones entre mi pueblo y el suyo se consolidaban, podríamos estar juntos todo el tiempo.

 

-es bueno tenerte a aquí Hic- me dijo acostándose en la cama-los muchachos de mi edad piensan que soy inmaduro y no quieren hablarme

 

-eso es tonto-me acosté a su lado- tú eres genial Jack, me gusta estar contigo

 

-¿sabes Hic? Me haces tan feliz que podría besarte

 

En ese momento mi rostro ardió, recuerdo perfectamente esa sensación, mi corazón latía con tanta fuerza que yo mismo podía escucharlo retumbar en mi interior, fue en ese momento cuando me di cuenta de que estaba enamorado de Jack.

 

-entonces hazlo-me atreví a decir

 

Sé que se sorprendió, basto con ver su expresión aunque no era una sorpresa mala, si no que él también parecía quererlo, lo deseaba tanto como yo…

 

Alzo su brazo y llevo su mano hasta mi rostro, acaricio mi mejilla suavemente con el dedo pulgar, su tacto era tan cálido, tan suyo… puso su otra mano en mi cadera y me atrajo más hacia su cuerpo para después rozar tímidamente sus labios con los míos. En ese momento mi fiera interior despertó y me abalance sobre de él y lo bese profundamente.

 

El me devolvió el beso, su sabor salado pero dulce a la vez era simplemente el cielo, no puedo explicarlo con palabras, era una sensación inigualable que nunca en la vida había sentido… recuerdo perfectamente el tacto de sus labios, incluso pensar en eso me pone a tope… oh Jack.

 

Deslizo una de sus manos por mi cadera hasta mi espalda para abrazarme y besarme con más intensidad ¡demonios! Jack lo hacía tan bien, no teníamos más de catorce y aun así lo hacía como todo un experto.  Con su dedo pulgar acariciaba suavemente mi espalda provocándome escalofríos, siempre tan suave, tan gentil.

 

Fue subiendo su mano por toda mi espalda acariciando con la punta de las uñas rascándome suave y delicadamente, pronto sentí que algo hacia presión contra mi cadera, me separe un momento de Jack para tomar aire y mirar hacia abajo… los dos estábamos listos.

 

-Jack…-susurre con la cabeza baja, aun mirando hacia abajo

 

Tomo mi mentón con su mano y me obligo a verlo a los ojos, se acerco un poco y froto su nariz con la mía para volver a besarme superficialmente.

 

-no estás seguro de esto- dijo contra mis labios- estas asustado

 

Me maraville por la grandiosa habilidad de leer mi mirada, sabía a la perfección lo que yo estaba pensando. Entonces saco sus manos de mi cuerpo y se hizo a un lado para acostarse boca arriba viendo el techo de madera. Por un par de segundos mi corazón se detuvo solo porque él lo había hecho. 

 

-¡Jack!- lo llame casi desesperado

 

Me levanté y me senté a horcajas en sus caderas, lo mire con ojos algo turbios, él me miraba un poco desconcertado, nuestras respiraciones estaban ya agitadas… sentía su miembro presionando contra mi entrepierna… éramos solo chiquillos con las hormonas por los cielos pero de todas formas, por las razones que fueran, el deseo me invadía y me inundaba.

 

Me incline y le di un beso casto en los labios, muy leve pero fue suficiente para encender a Jack, que me devolvió el beso.

 

-Jack… -susurre una vez más contra sus labios- te deseo…

 

Las palabras salieron solas de mi boca, jamás había deseado a nadie, no de esa manera o mejor dicho en ninguna. Francamente no entendía bien el significado de lo que acababa de decir, simplemente lo sentía… lo quería, lo deseaba, me atrevo a decir que lo amaba… lo amo.

 

Él solo me miraba pasmado, como si no pudiera creer en lo que estaba escuchando, me daba mucha vergüenza pero debía hacerle ver que lo que le decía no era un juego, de verdad lo sentía.

 

Con manos temblorosas me quite el chaleco y lo deje caer al suelo, luego, lentamente me quite la camisa, tome las manos de Jack y las lleve a mi rostro, las baje por mi cuello a mi pecho.

 

-tócame- le suplique

 

Su mente debió reaccionar entonces pues fue cuando empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos, se levanto y me acostó en la cama para ponerse él sobre mío. Me miro a los ojos, su expresión era muy seria, sensual, realmente me encendía verlo así, sentía que en ese momento no existía más que él y yo.

 

Con mis nudillos acaricie su mejilla, el intercepto mi mano en el acto y la presiono un poco mas contra su rostro.

 

-es como si ya te amara-susurro contra mi mano

 

-Jack…

 

-suena tonto pero es como si te hubiera esperado por mil años…

 

-dices cosas tan lindas Jack

 

-no es para menos- me miro con los ojos entre cerrados, llenos de amor-lo que estoy a punto de hacerte… ni siquiera yo estoy seguro de que esté bien o no pero…

 

-hazlo… te deseo- le volví a repetir

 

Él se inclino y me beso mordiendo levemente mi labio inferior, una corriente eléctrica recorrió toda mi columna vertebral haciéndome estremecer bajo su cuerpo.

 

-estas temblando…

 

-¿Cómo no voy a estar temblando Jack?- lo tome del cuello de la camisa y lo atraje hacia mi-tómame Jack

 

Lo jale nuevamente y lo bese, solo que esta vez ya no pudimos detenernos. Se abrió la camisa sin dejar de besarme, yo aproveche ese momento para poder tocar su piel, le ayude a quitarse la camisa por los hombros y la tire junto con la mía.

 

Me abrazo para poder seguir besándome, luego bajo un poco a besar mi mentón y mordisquearlo un poco y bajando a mi cuello… sentía los labios hinchados por todos esos besos. Jack seguía bajando por mi cuerpo mordiendo levemente mi cuello, mi pecho… mis pezones… creo que no dejo ni un centímetro de piel sin besar.

 

Cuando llego a mi vientre vaciló un poco, pasé mi mano por su cabello y el alzo la mirada hacia mí, asentí lentamente y entonces me sonrió con la mejilla pegada a mi piel. Tomó mis pantalones con delicadeza y los bajo junto con mi ropa interior, yo cerré los ojos por la vergüenza, entonces sentí sobre mis parpados un par de labios cálidos y abrí los ojos enseguida.

 

-no cierres los ojos Hic…- me besó en los labios- quiero que me mires, quiero que veas todo

 

-pero me da vergüenza

 

-¿vergüenza? ¿Por qué habrías de sentir vergüenza? Me encantas y quiero hacerte sentir seguro

 

Sí, suena muy cursi pero así fue y fue con lo que termine de enamorarme de Jack. Nos volvimos a besar en los labios, su lengua ganaba territorio dentro de mi boca, el bulto entre sus pantalones hacía presión contra mi miembro desnudo. El aire a nuestro alrededor se volvió dulce, más ligero, delicioso y sexy.

 

Recuerdo que el aroma en el aire era una mezcla de sexo  y sudor… sí, así huele el sexo para mi… huele a Jack y a sudor frio.

 

Hizo el recorrido una vez más desde mi mentón hasta mi vientre, su tacto nunca dejo de ser gentil y preciso, siempre pensando en lo que me haría sentir bien.

 

Siguió besando hasta el nacimiento de mi vello púbico, fue entonces que comenzó la verdadera acción. No me había percatado de lo erecto que estaba, Jack tomo mi miembro y empezó a acariciarlo suavemente, yo empecé a gemir aunque trataba de hacerlo lo más despacio posible, no quería que la hermana de Jack nos escuchara.

 

Lamio desde abajo hasta la cabeza apretando un poco en ese lugar, tomé las sabanas muy fuerte y me retorcí un poco, era la primera vez que alguien me hacía sentir tan bien. Empezó a masturbarme un poco más rápido usando sus manos, yo movía mis caderas pidiendo más, en ese instante creía que estaba a punto de explotar.

 

-¿te gusta?- me susurro con voz ronca

 

-si Jack… si…

 

-hazlo tu también

 

Debo admitirlo, en ese momento me convertí en una especie de ninfómano, lo único que quería era sentir a Jack. Me senté en cuclillas frente a él, se quito sus propios pantalones dejando al aire una gran erección, me mordí el labio tan fuerte que casi sangro.

 

Un poco tímido comencé a masturbarlo, pronto me sentí más en confianza y de algún lugar de mi interior que yo no conocía tome valor y sin pensarlo dos veces me metí en la boca su pene, pude escucharlo jadear y gemir. Movía mi cabeza de arriba hacia abajo, él puso su mano en mi cabeza para poder controlar la velocidad con la que le hacía la felación, mordí un poco la punta haciendo que Jack se estremeciera, sinceramente me sentía un poco inseguro siendo yo quien llevara las riendas del asunto, pero por otro lado me sentía bien.

 

Yo era algo joven, no estaba muy familiarizado con todas esas cosas de sexo pero supongo que mis instintos me guiaron y en el momento en que Jack se vino en mi boca, fue mi instinto el que me dijo que debía tragar cada gota y por supuesto que lo hice y lo disfrute.

 

-Hic…

 

Tomo mi mentón como lo había hecho hacia un rato y con su dedo pulgar limpio un hilo de semen que me escurría de la boca. Luego me besó. Me acosté boca arriba y él se puso a un costado mío y me acaricio el pecho.

 

-¿quieres que siga?- me pregunto con voz tenue pero llena de deseo

 

-claro que quiero que sigas- le suplique deseoso- te deseo Jack, ya te lo había dicho

 

Me da un poco de pena decirlo pero estaba algo desesperado por que Jack siguiera, no quería que esa sensación tan placentera se fuera, yo lo quería a él y solamente a él aunque debo decir que no tenía ni idea de cómo, quiero decir, un chico virgen teniendo sexo por primera vez y era con un hombre… digamos que mi preocupación en ese momento era en dónde íbamos a meter qué cosa.

 

Seguramente mi rostro debió reflejar mis sentimientos porque Jack acuno mi rostro entre sus manos y me besó una vez más y froto su nariz con la mía.

 

-no te preocupes, yo me encargo

 

Era impresionante el hecho de que me leyera la mente, habíamos sido mejores amigos por un par de días y eso había sido suficiente para darnos cuenta de que éramos almas gemelas.

 

Recorrió con su mano mi vientre, yo abrí las piernas por instinto, Jack se puso justo en medio de ellas y comenzó a masturbarme lentamente, de su boca entre abierta salían tenues gemidos que tenían el propósito de ser ruidosos pero no podíamos despertar a su hermana.

 

Empecé a sentir su miembro haciendo presión en mi entrada, mi cuerpo respondió bien y me comencé a dilatar para poder recibirlo. Agarré las sabanas muy fuerte y las retorcía en nudos por la intensidad del momento, me mordía tan fuerte el labio que ya podía saborear mi sangre, gimoteaba como toda una virgen… bueno, eso es lo que era.

 

En el momento en que estuvo dentro, Jack se detuvo un momento, era una sensación graciosa, dolorosa al principio pero después de un rato comencé a sentir que me inundaba el placer y de pronto quería más.

 

-¡Jack!- le suplique por más

 

Una sonrisa de satisfacción se dibujo en su bello rostro y entonces empezó a embestirme, primero suavemente pero después las envestidas empezaron a ser más y más rápidas. Me aferre a su espalda y puse mis piernas alrededor de su cadera, se movía a un ritmo delicioso, rápido pero luego lento para aumentar la velocidad una vez más.

 

-Jack… Jack…-jadeaba su nombre

 

Cada vez que decía su nombre, me envestía muy fuerte, fue entonces que me vine por primera vez esa noche en el vientre de Jack, podía sentir como mi semen resbalaba entre nuestros cuerpos mientras él se movía. Empezó a mordisquear el lóbulo de mi oreja, lamia mi cuello y yo le suplicaba por más.

 

El tercer orgasmo de la noche.

 

Termino, se corrió en mi interior y entonces sentí que me moría, los espasmos se apoderaron de mi, arquee mi espalda y le clave las uñas en su espalda… además me volví a correr en su vientre.

 

Se dejo caer sobre mi cuerpo mientras movía su cadera lentamente para poder salir de mi cuerpo, y cuando lo hizo me estremecí un poco. Se hizo a un lado y quedamos uno al lado del otro mirándonos a los ojos con nuestras respiraciones entrecortadas.

 

-Jack…

 

Paso su brazo por mi cadera y me acercó a su cuerpo para poder besarnos una vez más, ahora los besos eran un poco más leves pero no menos pasionales, el aire se nos iba de vez en cuando pero no queríamos parar, yo no quería parar.

 

-ahora no quiero irme mañana- le dije acurrucándome en su pecho

 

-quédate un poco más  

 

-se lo diré a mi padre pero… tendré que regresar tarde o temprano

 

-pero podremos vernos seguido, tu y Chimuelo pueden venir siempre

 

-si… es verdad

 

Y así fue, me quede con Jack un par de semanas más, a mi padre no le molestaba que yo me quedara un poco más.

 

Fueron los mejores días de mi vida, hicimos el amor como locos. Su cuerpo se había convertido en una especie de droga para mí, a ese punto, ya era adicto a su sabor.

 

Uno de los mejores recuerdos que tengo, fue cuando fuimos juntos al bosque y terminamos en un enorme prado de flores en donde hicimos el amor una vez más, los rayos del sol bañaron nuestros cuerpos esa tibia tarde mientras consumábamos nuestro amor una vez más.

 

Entonces llego ese maldito dia en que debía regresar a Berk, recuerdo que estaba llorando, no quería irme y dejar a Jack.

 

-No llores Hic- me dijo limpiando una lagrima con su dedo pulgar- nos veremos la semana que viene ¿recuerdas?

 

-sí pero… no quiero irme

 

-sé que no quieres irte pero debes regresar

 

Me dio un beso rápido en los labios cuidando no ser vistos, entonces subí a la espalda de Chimuelo y me fui directo a Berk. Ojala nunca lo hubiera hecho.

 

Algunos problemas se presentaron en Berk, se trataba de los dragones, en el tiempo que estuve ausente ellos se salieron de control, los demás intentaron hacer algo pero no pudieron así que tuve que ayudar a arreglar todo el desastre que los dragones habían hecho. Después hubo tormentas eléctricas y para terminar, la varilla de la cola de Chimuelo se rompió y no pude volar hasta poder arreglarla… todo eso me llevo alrededor de tres meses… tres meses sin Jack.

 

La mañana en que iría por fin de regreso a ver a Jack amaneció con un cielo gris, pero no me importaba, así llovieran gatos y perros yo no me detendría por nada. En el camino iba pensando en una buena excusa por no haber ido a verlo, también pensaba en su cuerpo, sus labios, en él.

 

Al llegar al pueblo, deje a Chimuelo durmiendo en el bosque y fui corriendo tan rápido como mi pierna de metal me lo permitía pero al llegar a casa de Jack, todo cambió.

 

Emma estaba sentada en la nieve justo fuera de la casa, al verla ahí sola mi corazón dio un vuelco, Jack nunca la dejaba sola, siempre estaba con ella pero sobre todo, Emma siempre tenía una hermosa y radiante sonrisa en el rostro.

 

-Emma…-la salude algo tímido

 

Ella solo alzo la mirada y al verme sus ojos se abrieron y se llenaron de lagrimas, se tapo la boca con una de sus manos y se puso de pie.

 

-¿Cómo estás?- dije ya algo nervioso, con una sonrisa fingida, estaba perfectamente consciente de que algo había pasado pero no quería verlo

 

-Hiccup…

 

-¿En dónde está Jack?

 

Ella no me respondía, solo comenzó a llorar… todo se fue a la mierda desde ese instante.

 

Emma me conto que hacia tan solo un mes atrás, ella y Jack estaban jugando juntos en la nueve, él siempre le hablaba de mí, siempre me mencionaba y le decía que yo regresaría y que me esperaría todo lo que yo tardara. Estaban patinando en el lago al que siempre iban pero por distraerse gracias a los comentarios de Jack sobre cuánto me amaba no se dieron cuenta de que habían ido a un lugar en donde el hielo era muy delgado, Emma iba a caer pero Jack la salvo…

 

Jack había muerto.

 

Mi mundo se vino abajo en pedazos, me sentía morir. Salí lo más rápido que pude del pueblo, solo que no regrese a Berk, simplemente me fui con Chimuelo un rato, estuvimos volando un par de horas hasta que  obscureció y regrese a casa.

 

Me encerré en mi cuarto, no Salí durante días. Lloraba todas las noches acariciando los pocos recuerdos que tenía con Jack, anhelando poder volver a estar entre sus brazos.

 

No podía hacer nada sin pensar en Jack, de verdad estaba deprimido y no entendía por qué la vida era tan injusta conmigo, lo único que quería era amarlo, pero estaba muerto… está muerto.

 

Los años pasaron… no lo he superado del todo, aun tengo sueños en los que veo a Jack, en los que puedo volver a ser suyo… también me sorprendo soñando despierto y pensando en aquellos días que pasamos juntos, fueron tan pocos, tanto tiempo perdido…

 

Mi padre me obligo a comprometerme con Astrid, no me quejo, es una chica hermosa y sé que será una esposa y madre ejemplar pero… ella no es Jack. 

 

Ahora paso mis ratos libres aquí… en la montaña más alta de Berk, vengo aquí a pensar y a recordarlo… a amarlo como siempre quise hacerlo. A veces siento que me escucha, sé que me escucha… ya sé que me estoy volviendo loco, prometí no volver a venir a este lugar cuando me case con Astrid.

 

Nieva. La nieve me recuerda mucho a Jack, los copos de nieve caen uno a uno y uno cae justo en mi nariz. Cierro los ojos… repentinamente me siento feliz, divertido…

 

Abro los ojos, tengo una enorme sonrisa en el rostro, me siento muy bien por alguna razón. Lanzo una pequeña risa y doy media vuelta con los ojos cerrados para poder regresar a casa.

 

Abro mis ojos…

 

La sonrisa que tenía se desvanece, justo frente a mí hay un chico… ¿Qué hace este chico aquí? Está de espaldas y viste muy extraño, una capa café y camisa blanca… esta descalzo y sostiene un cayado, además de que su cabello es de color blanco.

 

Entonces él se jira.

 

Mi corazón late rápidamente, él me está mirando con ojos confusos… no puede ser… esos ojos esmeralda, esa piel paliducha y esa enorme sonrisa en su rostro…

 

Jack…

 

 

 

 

Notas finales:

Lloren comigo LLOREN (?)

 

Como se daran cuenta este fic esta basado en que Jack tenia pocos recuerdos de cuando era humano~

 

Y de la esperanza de la autora y mia por creer que Hiccup y Jack vivieron en la misma epoca y que algun dia Dreamworks hara un crossover (?)

 

Bueeeeeeeeeeeno 8D de antemano gracias por leer y se dejan reviews se los agradesco el doble~


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