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La navidad de Obito Uchiha por Nero Sparda

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de su respectivo autor y solo los he tomado prestados para fines de entretenimiento. 

Notas del capitulo:

Dedicado a Punke-chan, porque le gusta esta pareja...

Navidad, blanca y dulce, con sus copos de nieve cayendo suavemente sobre una ciudad que dormía plácidamente en sus camas tibias mientras el vagaba por las calles desiertas.

Tenía el ceño ligeramente fruncido y las mejillas rojas por la mordida del frio, pero estaba decidido, sería esa noche o nunca.

Armándose de todo el valor posible golpeo con su puño cerrado la puerta donde se había detenido, inspirando profundamente el aire helado que le enfrió un poco el cerebro y le hizo sentirse renovado, a la vez que tembloroso.

La respuesta no llego desde el otro lado y se animó a golpear nuevamente, cada vez más nervioso y con deseos de salir corriendo. Pero Obito Uchiha no era un cobarde, jamás lo sería.

— ¿Qué diablos haces tú aquí?

Parpadearon a la vez, Kakashi iba solo con un pantalón y una camisa delgada de dormir rematando con la bufanda alrededor del cuello, estaba despeinado y ligeramente somnoliento, así que era ahora el momento.

Obito, contra todo pronóstico y contra toda lógica se lanzó contra sus labios en un beso demandante, ansioso, mientras sus manos se aferraban firmemente al contorno de su cadera y la otra a su nuca, volviendo férreo el abrazo.

Lo había estado meditando hace semanas, desde el momento en que aquellos ojos negros le empezaron a impresionar mucho más que los de Rin, desde que su piel blanca fue más apetecible, desde que sus sueños solo se basaban en él, en nadie más, porque no podía mirar a nadie que no fuese Hatake Kakashi.

— ¡¿Pero qué diablos haces, imbécil?!

—Besarte.

Respondió, sincero, con firmeza renovada en toda aquella fuerza que había acumulado, en todo el amor que estaba derramándose y lo dejaba allí, de pie en el frío, como todo un idiota.

—Eso ya lo sé, dime porque rayos me despiertas para semejante cosa.

Obito estaba cansado ya de guardar sus sentimientos, de tener esperanzas vacías y sobre todo, estaba cansado de ser un buen chico que esperaba paciente a que su amor fuera correspondido, hoy era navidad, hoy podría hacer lo soberanamente estúpido sin arrepentimientos.

— ¡Porque es tu regalo de navidad, idiota!

Y sin más lo empujo dentro, afianzando sus caderas para poder besar con ansia aquellos labios que tanto había anhelado en sus noches de insomnio, acariciando su espalda, su blanca piel bajo la tela y deleitándose con el sonido de un gemido travieso que se escapó de su garganta mientras lo pegaba contra la pared a lado de la puerta.

Kakashi estaba sonrojado cuando se apartó, centímetros, puesto que no quería dejar de respirar su aliento y sentir la piel caliente bajo sus dedos fríos.

—Estas helado…baka…

Eso fue como un clic en su mente, dejando de lado los juegos, las travesuras. Lo tenía allí mismo, apartando su mirada avergonzada y sin intentar apartarlo, se sostenía de él y podía sentir el temblor de su cuerpo contra sus brazos mientras acariciaba estos y volvía a besarlo, esta vez tomando su tiempo para saborear, para recorrer con su lengua aquella húmeda cavidad que daba rienda suelta a sus más oscuras fantasías.

—Pues entonces dame de tu calor, Kakashi.

Eso lo ruborizo aún más, un tenue color rojizo sobre aquellas mejillas tan tersas y blancas ocultas bajo una máscara, cuanto deseaba poder morderlas hasta dejar marcas.

Bajo sus manos heladas, desprendiéndolo de la camisa ligera que llevaba mientras a tropezones lo llevaba hasta la cama y lo empujaba contra esta, entre su cuerpo y las revueltas sabanas comenzó a deslizar su lengua despacio, muy lentamente por el contorno de un cuello elegante donde dejo suficientes marcas, mordiendo, succionando hasta que encontró los suaves y rosas botones y empezó a tirar de estos con saña, jugándolos entre sus dientes.

—No…Obito…ahgh…

Empujo sus hombros pero fue inútil, Obito ya se encontraba besando su vientre con ansia y apenas un poco inexperto, nunca había hecho eso antes, pero estaba dispuesto a lo que sea con tal de tener a Kakashi para él.

Sus manos bajaron con ansia, atrapando su miembro, arrancando un gemido, un estremecimiento de aquel cuerpo bajo el suyo. Observaba, desde luego, no necesitaría el sharingan para algo tan hermoso como aquello, con Kakashi sonrojado solo porque lo estaba tocando.

Por fin una emoción distinta a la monotonía en su delicioso rostro blanco.

Obito subió nuevamente a besarlo, mordiendo sus labios con ansias mientras le atrapa las caderas y se acomodaba mejor entre sus piernas, era el momento, justo entonces podrían llegar a ser uno y la arrogancia tanto como la torpeza no volvería a separarlos.

Ni los años, ni la soledad.

—Puedo soportarlo…

Inició Kakashi pero él lo corto con un beso lento y una mirada cargada de todos aquellos sentimientos que había estado guardando por tanto tiempo, saboreando la pequeña oportunidad otorgada y temeroso de ser rechazado incluso en esos momentos.

—No solo quiero tu cuerpo Kakashi, no vine aquí a tener sexo contigo…yo te amo…te amo de verdad y quiero que seamos algo más…quiero tenerte…

El rubor ahora coloreaba sus mejillas, unos brazos elegantes rodearon su cuerpo y le pegaron a la tibieza del otro mientras acariciaba con sus dedos finos los alborotados cabellos, besos, caricias y cariños donde solo había habido oscuridad, soledad y tristeza.

—Se lo que es pasar la navidad sin padres ni nadie…se lo que es mirarlos a ellos y envidiarlos…así que, aquí estoy…feliz navidad.

Su sonrisa fue correspondida por otra mientras la nieve caía lentamente por la ventana, llenando el paisaje de un blanco pulcro y puro, frío, pero ya no para ellos. 

Notas finales:

Es corto, lo escribí a media noche y me estaba muriendo de sueño (?)


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