Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BITÁCORA DE UN SENTIMIENTO por Haku1008

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mmm, pues, no sé de donde salió la inspiración, pero sí que me ha gustado, además, alguien me dijo un día que las mujeres SIEMPRE hacíamos finales felices, bueno, yo creo que no es así… ¿o sí? Bueno sí me gustan los finales felices en las películas y los que te hacen llorar más, pero abecés los finales tristes también son memorables T.T  T.T como “siempre a tu lado” T.T lo peor es que fue una historia real T.T o el titanic…

 

 

KUROGANE:

Es extraño, intentar recordar aquella vez en que me enamore de ti, recuerdo perfectamente la vez que nos conocimos, más no recuerdo el día, únicamente recuerdo que sin más, llegaste a mi vida… te convertiste en un constante, luego empecé a extrañarte y por último te convertiste en la persona más importante para mí. Me enamore… de tu sonrisa, de tu fina piel clara, del olor de tu pelo, de tu bien torneada figura, de esa forma tuya de ser tan contrarrestante a la mía, me enamore de esa desquiciante forma tuya de reaccionar ante las situaciones, de aquella forma en la que sólo tú te atreves a tratarme, de tu ingenua manera de ocultar tus sentimientos, e incluso de la manera en que te hacías a un lado al sentirte sin oportunidades, pero, realmente lo que más amo son esos ojos, esos que no son ni el color del profundo océano, ni el azul del cielo, ese azul que solo lo encuentras en tus ojos, tan sinceros y a la vez mentirosos… en conclusión, simplemente, “me enamore de ti”. Te convertiste en mi sueño y en mi pesadilla, mi cielo y mi abismo, mi tormento pero sobre todo… en mi felicidad.

 

Sucumbí ante ti, fue el día más feliz de mi vida cuando confesamos que no queríamos ser simplemente amigos, hm, es curioso, tampoco recuerdo ese día, ni las palabras empleadas, solo que, por primera vez probé tus labios… la acción más adictiva del mundo, esa vez me costó mucho poder dejar de hacerlo e incluso fui directo por tu paladar. Comprendí entonces a aquellas personas con sonrisas estúpidas en sus rostros cuando estaban con sus parejas, ahora pensaba “¡Al diablo si parezco idiota! Soy posiblemente, el idiota más feliz del mundo”.

Nuestro noviazgo no fue fácil, comenzando por nuestras familias y su mayor oposición “ambos son hombres”, mi padre y tu madre fueron los más airados en aceptarlo, pero poco a poco lo fueron asimilando, al menos mi padre que aún con cierto deje de disgusto deseaba mi felicidad y por parte de mí querida suegra, bueno pues, creo que me odiara por siempre; por parte de nuestros amigos, parecían felices con nuestra dicha y el resto de la sociedad ¿qué más daba? Nos amábamos y eso bastaba.

 

Las primeras veces siempre son excepcionales y la nuestra no podía ser la excepción, ¡por todos los cielos! De todas las experiencias que eh tenido juro que esa siempre será mi favorita. La primera vez que contemple tu completa anatomía, de tan solo verte así ya estaba motivado, nuestros cuerpos desnudos rozándose, friccionándonos al tiempo que nos acariciábamos con toques más y más íntimos, con las respiraciones entrecortadas, aún lo puedo recordar perfectamente, mis manos deslizándose moldeando tu cuerpo, mis labios posándose lentamente por cada centímetro de tu piel: tu cuello… tu pecho… tu torso… tu vientre, sonrío ante tus movimientos involuntarios, ambos éramos nuevos en esto; yo 18 años, 1 sola novia y ningún otro encuentro “cercano”, tú 18 años, completamente puro e intacto (hasta ese momento), tu 1er amor era yo.

En mi cabeza aún están esas imágenes de como tus manos se aferraban con fuerza a las sabanas al tiempo que dejabas escapar un sonoro gemido de dolor, había empezado a formar parte de ti, termine quedándome quieto hasta que tu cuerpo se acostumbrara un poco al mío…

Pasaste tus manos por detrás de mí cuello llevándome hasta tu rostro, sonreíste para mí, para después besarme lenta y pausadamente, yo correspondí de igual manera, al terminar uní nuestras frentes mientras mis ojos te repetían “te amo”, soltaste un leve suspiro, me separe apenas a unos cuantos centímetros, asentiste con la cabeza, después sentí como tus piernas se unieron a mi cintura apoyando tus pies sobre la cama, te bese una vez más con ternura… sin duda alguna esa sería la mejor noche de nuestras vidas, con los labios aun unidos di la primera embestida, mi labio inferior comenzó a sangrar, aun así no te replique nada, continúe besándote, compartiendo ese sabor a hierro, seguí con las embestidas esta vez sin detenerme, sentía como tus uñas comenzaban a lacerar mi nuca, mis embestidas eran pausadas pero cada vez más profundas. Tú seguías mi ritmo con tu cadera mientras soltabas entrecortados suspiros, deje a mi cuerpo apoyarse en una sola mano y la otra fue hasta tu muslo, acariciándolo en un ir y venir degustoso, me estabas llevando a mi mejor estado, aumente el ritmo de mis embestidas al igual que el de mis jadeos y tu respiración agitada, hasta que toque un nuevo punto en el que te hice deleitarme con algo que mis oídos aún se fascinan al escuchar: soltaste un sonoro gemido al tiempo que sentía bajo mi cuerpo al tuyo retorcerse de placer, sonreí gustoso continuando de esa manera que resultaba tan placentera para ambos, para ti por aquel punto que tocaba y la manera en que lo hacía, para mí al escucharte gemir y verte retorcer bajo el placer que te provocaba en ese vaivén por parte de ambos mientras solo podía alejar mis labios de los tuyos únicamente para poder respirar.

Tu cabeza cayó hacia atrás de manera súbita, tus manos ahora se aferraban a mis cabellos enterrando mi cabeza entre tu cuello y tu hombro…

Pasión, placer, amor…

Luchaba por resistir lo más posible… continuábamos aun contra pronóstico, para ese entonces ambos estábamos perlados en sudor, era la unión más placentera y la mayor entrega… por fin mi semilla se vino en ti, nunca olvidare aquel grito de manera quebrada, yo también ahogue un grito de mi parte… salí de ti y me desplome agotado, intentando recuperar el aire sin poder alejar mi vista de ti; el bajar y subir de tu pecho me fascinaba…

 

Te acomodaste en el acolchado, me deslice también a tu lado entrelazando nuestras manos, “te amo” me susurraste agotado “y yo a ti” susurre sintiéndome el chico más afortunado de la tierra ¿los ángeles existen? No lo sé, pero sé que bien podría tener una buena prueba de ellos a mi lado en este momento.

 

 

 

 

A pesar del tiempo aún sigo pensando de esa manera. Nos amábamos tanto que nuestro sentimiento era tan palpable por lo que decidí dar el siguiente paso después de dos maravillosos años de noviazgo, así que por fin te plante mi idea de querer pasar mis días a tu lado “¿aceptas casarte conmigo?” .

Cuanta dicha experimentábamos ambos con cada preparativo, esta demás decir que más de uno intentó hacernos desistir de maneras abecés tan convincentes; mi padre nos planteó a ambos un hecho que ya sabíamos pero que nunca tuvimos bien claro “nunca podrán tener hijos”, sé lo mucho que le dolía a mi padre este hecho, yo era su único hijo y jamás le daría un nieto pero, ni a ti ni a mí nos había llamado el interés por la paternidad, la compañía del uno al otro y el amor que nos brindábamos era más que suficiente; Tu padre nos habló sobre que el matrimonio era un gran paso que no se podía hablar a la ligera e incluso formuló una pregunta para nosotros “¿Creen que el amor sea para siempre?”  Nuestras miradas se encontraron, ambos nos sonreímos “al menos, el nuestro si lo hará” respondimos, tu padre suspiró y un poco drástico cambió su rostro a uno de felicidad, nos abrazó y deseo “suerte” en este gran paso, también me advirtió que cuidara bien a su hijo (al igual que yo eres hijo único); Tu madre por otro lado, mi querida suegra, fue aún más lejos, nos llevó a un punto donde logro doblegarnos peligrosamente, prácticamente te hizo escoger entre ella y yo.

Lo que menos quería era hacerte tomar esa decisión, la idea de dejarte libre rondo por mi cabeza aún más al notarte distante esos días, pero, no jugaba cuando dije que te amaba, no jugaba al pedirte que te casaras conmigo, no estaba jugando, decía la verdad, te amaba demasiado, entonces, ni demente te soltaría, claro que no, si era necesario luchar por tu amor lo haría, a menos que fueses tú mismo quien me pidiera que me alejara…

El día de la boda llegó, nuestros grandes amigos estaban ahí; Watanuki, Doumeki, Yuko, Himawari, Shougo, Primavera, Tomoyo, Sakura, Shaoran, mis padres y tu padre. Debo confesar de que aun estando ahí en el lugar, tenía un miedo atroz de que no llegases, sentimiento que no desapareció a pesar de verte llegar y colocarte frente a mí con una sonrisa radiante, ni cuando dijiste “acepto” en lo que me parecieron siglos, solamente desapareció al sentir tus labios presionando con avidez los míos y yo tomándote de la cintura atrayendo tu cuerpo al mío, entonces lo supe, era tuyo y tú eras mío, sería de esa manera de ahora en adelante, todos aplaudieron, ya éramos esposos.

La recepción fue muy amena y pues la noche de bodas… “hacer el amor” es exactamente como se define nuestra entrega.

 

Tu madre cumplió y desde ese entonces únicamente te dirige dos o tres palabras y a mí me detesta cada día más (no creí que eso fuera posible). Tardamos algo en acoplarnos a la vida juntos pero lo logramos, nos desarrollamos profesionalmente, el tiempo pasaba hasta que cumplimos cinco años de casados…

 

Ocurrió quizá de forma desapercibida, en lugar de hacer el amor ahora teníamos sexo, eso sí, siempre con la misma entrega de ambas partes, pero sexo al fin. También desapercibidamente pasó el hecho de que discutíamos, primero por razones justificadas, luego por cualquier cosa ¿Por qué ninguno de los dos se dio cuenta? Tampoco lo hicimos cuando empezamos a pasar menos tiempo juntos, ni que las pláticas ahora eran silencios extendidos, realmente me pongo a pensar ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste? Quizá desde la última navidad, sueles sonreír cuando hay otras personas a nuestro alrededor… no lo sé, quizá nos falte ese factor que hace que los matrimonios perduren… “hijos”, quizá cuando los sentimientos comienzan a decaer la unión de algo como un pequeño los mantenga siempre unidos, procurar su bienestar, no lo sé, sólo, quizás.

 

 

 

“¿El amor es para siempre?”

 

 

 

Ahora… tengo la sospecha, de que no es así…

 

Sería tonto el  negar que has sido la persona que más eh amado en la vida, no me arrepiento de los años que pase contigo, es por ello que odiaría odiarte o que llegaras a odiarme, eso me dice que esto es lo mejor, retomar nuestros caminos por separado, llevándonos con nosotros los recuerdos buenos, un divorcio y un adiós… te deseo lo mejor y que vuelvas a encontrar en tu camino la felicidad.

Notas finales:

T.T


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).