El precio de un favor
Allen y Kanda se encontraban en la ciudad de Roma, acababan de encontrar la inocencia y lo único que querían ambos jóvenes era regresar cuanto antes a la Orden Oscura, sobretodo el alvino quien no había podido comer en todo el día a causa de buscar la inocencia.
En medio del gran silencio que ninguno de los dos quería interrumpir, se escuchó un estridente ruido proveniente del vientre del más joven.
-Pff Moyashi, tan temprano y ya tienes hambre- Apenas eran las diez de la mañana y su glotón compañero ya se moría de hambre, si tan solo supiera que su tren para regresar a casa y poder comer en la cafetería de Jerry partiría en tres horas seguramente se desmayaría.
-Cállate, recuerda que soy tipo paracito, por eso es que debo alimentarme mejor-
-Yo creo que es porque estas en crecimiento pequeño enano- Algo que alegraba los días de Kanda sin duda era molestar al más joven de la orden, sus berrinches eran tan adorables y lo mejor solo él podía sacar esa faceta del menor.
-Bakanda tonto- Iba a comenzar con su habitual pelea pero en ese preciso instante pudo observar un anuncio de concursos de pareja.
El anuncio decía: Se les invita a las parejas enamoradas a participar en un concurso donde deberán vestirse para la ceremonia nupcial, los jueces serán las personas que gusten observar el evento, y habrá tres premios;
1 lugar: Un viaje todo pagado a Egipto
2 lugar: 10 caballos
3 lugar: 5kg de carne de vaca y pollo.
A el inglés se le ilumino la mirada, podría comer una deliciosa carne si ganaba ese dichoso concurso, Kanda noto como su compañero miraba embobado la propaganda, luego posaba su plateada mirada sobre el dando a entender que lo ayudara a conseguir el premio.
-Ni lo sueñes idiota-
-Kanda solo esta vez, te lo ruego- Puso una de sus mejores sonrisas acompañada de una mirada cargada de ternura y esperanza.
-Con una condición-
-Sí, la que sea-
-Tu serás la chica- Una cosa era ayudar a su compañero a alimentarse y otra muy diferente era vestirse de mujer por un capricho del inglés.
-Pero Kanda tú tienes el cabello más largo- Sintió como Kanda lo tomaba bruscamente de su chaqueta de exorcista y lo pegaba a su cara-
-Escucha bien, el que quiere la carne eres tú, así que mínimo agradece que te ayude, no te aproveches o sino lo lamentaras con sangre- Y sin mas lo soltó bruscamente para poder inscribirse, gracias a sus facciones andróginas Allen no tuvo problemas en pasar como chica.
Ahora ambos debían de escoger un buen atuendo para empezar el concurso que se desarrollaría en frente de una linda laguna plagada de personas dispuestas a juzgar quien sería la pareja ganadora.
Kanda se estaba comenzando a arrepentir de su acto altruista ya que no lograba encontrar un buen atuendo para el estúpido concurso, Allen lo noto y decidió ayudarlo.
-¿Qué te parece este Kanda? Sé que no es tradicionalmente oriental pero creo que te verías muy guapo con el- Observo sorprendido al inglés por su declaración, luego poso su vista en el dichoso traje, era negro con el cuello y puños dorados y una corbata también dorada, sin duda no era su estilo pero lo acepto.
No supo si fue porque ya no quería seguir buscando o porque fue precisamente el alvino quien se tomo la molestia y esmero de conseguirlo.
Ahora quien tenía problemas de elegir entre tanta ropa femenina era el inglés, observaba con temor como las mujeres corrían de un lado a otro con zapatos y vestidos hermosos mientras que él no sabía ni por dónde empezar.
-Solo escoge uno, te veras bien con cualquiera que elijas- Yuu lo saco de sus pensamientos asombrándolo por su comentario inmediatamente sus mejillas adquirieron un tono carmín.
-Gracias, es solo que no soy bueno en esto- Kanda eleve su mirada y enseguida encontró el vestido adecuado para el menor, era un vestido de cola larga pero de frente solo tenía una pequeña falda que no alcanzaba cubrí sus rodillas, el corcel era de cuello de tortuga sin mangas y con una rosa blanca adornándolo. Lo tomo rápidamente cuando noto que una mujer descarada lo quería agarrar.
-Toma pruébatelo y terminemos rápido con esto- Le aventó el vestido al menor en la cara que hizo un mohín con sus labios.
Al salir al concurso había en total diez parejas con ellos incluidos, la mayoría de los hombres vestía el típico esmoquin negro y las mujeres exageraban en sus maquillajes y accesorios haciéndolas parecer unas prostitutas según el gusto de Kanda, quien busco con la mirada al Moyashi ya que aunque eran la última pareja en presentarse igual debían estar preparados.
Cuando lo vio salir del probador quedo embobado con los ojos abiertos como platos, un gran y grueso problema en su entrepierna y su sangre circulándole al mil gracias a los acelerados latidos de corazón.
Allen vestía el vestido blanco que Kanda le dio, donde podía apreciar sus lechosas piernas, en sus pies llevaba zapatillas con una rosa como adorno, el corcel acentuaba perfecto su pequeña figura, se puso unos guantes negros para disimular su inocencia, y se peino el cabello en una coleta para resaltar sus finas facciones faciales, tenia puesta una corona de flores blancas con un largo velo blanco, parecía la típica princesita de hadas.
Cuando fue su turno, los presentes quedaron maravillados, excitados y asombrados de la hermosa pareja; representaban a la perfección al ying y yang, por un lado estaba el fornido, varonil y atlético azabache, que al usar ese traje negro con detalles dorados lo hacía ver como todo un príncipe dorado, tenía un porte seductor y una mirada enigmática que dejaba a varias jovencitas flechadas, y por otro lado estaba el delicado, adorable y tierno alvino, que vestido completamente de blanco con excepción de sus brazos parecía un lindo ángel perdido, su mirada demostraba ternura y vergüenza.
Caminaron tomados del guante, Allen se apoyaba un poco de Kanda ya que le costaba caminar con tacones, Kanda no desaprovechó la oportunidad y tomo al menor de la cintura acercándolo más a su varonil cuerpo para que tuviera mejor soporte.
Al llegar al final de la pasarela había un fotógrafo dispuesto a tomar una foto, Allen dio una de sus mejores sonrisas y Kando lo acercaba cada vez más a su cuerpo en un posesivo abrazo, de repente los presentes gritaban: Beso!! Eso alarmo a ambos exorcistas, el plan para conseguir comida ya se estaba saliendo de control, pero si querían ganar debían de darle al público lo que pidiera.
Kanda tomo a Allen del mentón notando la suavidad de su piel, dispuesto a darle un beso pero el inglés volteo el rostro a causa del nerviosismo, cuando Kanda acomodo su rostro mirando nuevamente hacia la cámara el alvino se paró de puntitas y beso la mejilla del azabache quien sonrió con superioridad, y en ese momento el fotógrafo capturo tan preciada imagen.
En la pizarra de competencia se encontraban las fotos en el momento del beso que el fotógrafo había capturado, los presentes debían de colocar una estampilla en forma de corazón debajo de su pareja favorita.
Rápidamente la foto de la linda alvina besando la mejilla del atlético japonés se lleno de corazoncitos, era la pareja preferida por todos los presentes.
Al final del día le entregaron los boletos del viaje a Egipto al inglés quien los miraba un poco decepcionado, Kanda lo miro divertido, después de vestirse de mujer ni siquiera había obtenido su preciada carne, sin más fue esa el arrebatándole los boletos violentamente.
-Disculpen, nosotros no iremos a Egipto ¿Quieren cambiar el premio?- Pregunto a la joven pareja del tercer lugar quien había ganado la carne.
-Claro!- Dijeron al mismo tiempo felizmente, Kanda tomo la carne y se la extendió al alvino quien lo miraba aliviado.
-Gracias Kanda- Tomo feliz mente la carne entre sus brazos y luego abrazo enérgicamente a su amigo restregando su cara en el pecho contrario.
-Si de verdad quieres agradecerme, conozco un mejor método- Sonrió perversamente mientras aspiraba el delicado aroma natural del joven niño.
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Ahora ambos exorcistas se encontraban en el hotel que usaban para hospedarse en esa misión.
-Kanda ¿Qué hacemos aquí, nuestro tren parte en hora y media?- Advirtió el alvino observando como el mayor cerraba la puerta con llave y se aflojaba la corbata.
-Ya te dije, agradecerás que te consiguiera comida moyashi- Acorralo a Allen entre la pared y su cuerpo aprisionando ambas muñecas del menor con una sola mano y subiéndolas arriba de su cabeza.
-¿Qué se supone que haces?- Callo al sentir como la gruesa y húmeda lengua del exorcista mayor paseaba descaradamente por una de sus mejillas hasta tocar sus labios, los cuales cerro fuertemente ante el contacto.
A Kanda no le importo y continuo pidiendo permiso para ingresar con la lengua en la boca contraria, paseo una de sus manos entre el estorboso vestido hasta tocar uno de los suaves y tiernos muslos el inglés que al sentir el contacto abrió la boca para quejarse cosa que no fue desaprovechada por el mayor e inmediatamente metió su lengua explorando todo a su paso.
Allen solo forjeaba intentando liberarse, el oxígeno era requerido por el menor, Kanda lo noto y separo sus labios del contrario mara comenzar a morder el lóbulo de la oreja y desatar los listones del corcel.
-Esta es la única manera en que puedas pagarme por hacerme usar este ridículo traje- Al desatar el corcel lo apartó bruscamente para tener acceso al tierno pecho y comenzar a besar uno de los sonrosados pezones mientas que al otro lo atendía con su mano pellizcándolo sutilmente.
-mmmm…..ahhh!!- Jadeos era lo único que salían de los labios de Allen quien se asusto al sentir como era cargado estilo nupcial y tirado bruscamente a la cama, cuando quiso reprochar por tal acción al apones se quedo con las palabras en la boca.
Kanda se quitó la corbata completamente, y se deshizo de su saco con facilidad, ahora desabotonaba la camisa sensualmente mientras miraba la roja cara del menor.
-Cu-cúbrete Kanda- Volteo el rostro cuando sintió que Kanda volvía a la cama para besarlo y comenzar a acariciar sus piernas las cuales cerró rápidamente.
-¿Por qué? ¿No te gusta lo que ves… o será que te gusta demasiado?- Sonrió con superioridad mientras quitaba completamente la estorbosa falda admirando las delicadas piernas ajenas.
-Parece que te gusta demasiado.. Moayshi- Kanda se encontró con los bóxers blancos del menor y en estos se apreciaba claramente como el pequeño pene comenzaba a despertar.
Separo las piernas con la intención de deshacerse de esa estorbosa prenda, cuando Allen lo descubrió quiso detenerlo, pero sus intentos fueron en vanos cuando Kanda tomo su corbata y abarro ambas muñecas del menor a la cabecera dejándolo totalmente expuesto.
El japonés continuó con su tarea de retirar el bóxer y una es cumplida a misión, abrió las piernas del menor colocado la cabeza entre ellas para comenzar a recorrer la pequeña extensión con su lengua, repartiendo besos y mordidas aleatoriamente.
-pa-paraaaahh!!...mmmmm…..ahhhhh!!!- Allen sentía que estallaría en cualquier momento, sintió como una fuerte corriente eléctrica recorría todo su cuerpo.