Era temprano en la mañana y Greed-ler se encontraba en su escritorio pensando en una nueva forma de ganar dinero, no había dormido en días pensando y dando vueltas a su oficina como león enjaulado, ¿la razón? Se le estaba acabando la materia prima de su último invento y si no encontraba algo ingenioso que hacer sus ganancias estarían en problemas, se levanto de su asiento y se dirigió a paso lento al gran ventanal, aparto un poco la cortina con su mano dejando ver el paisaje casi destruido, quedaban solo unos pocos árboles de trúfula a la vista, cerro la cortina con enojo y volvió a su asiento dejándose caer bruscamente sobre el, en ese momento Oncie se asomo a la puerta alegre de ver a su novio, entrando rápidamente y cerrando tras de si
-¿quieres venir a tomar desayuno conmigo? Hace tiempo que no estamos juntos- hablo con dulzura-además ni siguiera as ido a dormir en estos últimos días debes estar…-no logro terminar la frase ya que Greed-ler le había lanzado un hacha que tenia guardada en su escritorio, quedando el filo a pocos centímetros de su rostro y el mango lo mantenía acorralado por el cuello contra la puerta sin escapatoria
-Necesito ideas para el negocio y si interrumpes de esta manera nunca conseguiré pensar en algo bueno ¿entiendes?- se levanto nuevamente y se encamino hasta el asustado muchacho que luchaba por sacar el hacha, el ojiverde con una de sus manos tomo el rostro de Oncie con fuerza, apretando sus mejillas obligándolo a mirarlo a los ojos, esos ojos verdes y fríos que solo el poseía, no como los contrarios que eran azules, calidos y tiernos pero ahora llenos de temor -Después habrá tiempo de estar juntos ahora necesito estar solo-con su otra mano libre sujeto el mango del hacha y de un solo jalón logro quitarla de la puerta, para luego apartarse de su novio e ir a guardar el arma nuevamente en su escritorio, acto seguido sentándose sobre el con las piernas cruzadas
-¡nosotros nunca podemos estar juntos!- grito el chico de ojos azules muy enojado y triste desde la puerta, sorprendiendo al ojiverde- siempre estas ocupado con esta entupida empresa, ya no tienes tiempo para mi, apenas si te veo durante el día y en las noches no vas a dormir por quedarte en la oficina ¡siento como si tan solo fuésemos unos desconocidos viviendo bajo el mismo techo! si a esto le puedo llamar vivir contigo…- termino de decir para luego marcharse dando un portazo tras de si, dejando a Greed-ler mas que furioso y sorprendido, se bajo de un brinco del escritorio, caminando a paso decidido y peligroso tras de Oncie que acababa de entrar en la habitación, perfecto le daría una lección que jamás olvidaría
Al entrar en la habitación el ojiazul se encontraba sentado sobre la cama sollozando en silencio, sin compasión el ojiverde se acerco y lo abofeteo con toda sus fuerzas, dejando marcada la mejilla del contrario que había detenido su llanto abriendo de sobre manera los ojos sorprendido por el golpe propinado, luego se acerco aun mas y lo beso sin cuidado alguno, mordiendo su labio inferior con fuerza hasta sacar sangre, que comenzó escurrir por su rostro haciendo un camino por cuello y pasando por el pecho machando su ropa, la cual el ojiverde saco a jalones del cuerpo del ojiazul, mordiendo su cuello, su pecho, cadera y piernas con fuerza sacando una buena cantidad de aquel liquido rojo manchando la cama y el resto del cuerpo del chico, que solo se limitaba a soltar unas pocas lagrimas de dolor de sus ahora inexpresivos y vacíos ojos
Estando desnudo y recostado sobre la ensangrentada cama, Greed-ler bajo el cierre de su pantalón, sacando su ya excitado miembro posicionándolo en la entrada de Oncie que no hacia nada por detener aquella pesadilla, sabia que si intentaba algo mas en su contra le iría aun peor si es que se podía, sin previo aviso el ojiverde con una sonrisa sádica en sus labios, entro de una sola estocada a su interior, provocándole un dolor insoportable y un pequeño sangramiento por no haber sido lubricado con anterioridad, estaba siendo prácticamente violado, no sentía placer alguno con el acto que el ojiverde realizaba, solo dolor tanto físico como psicológico, en definitiva no podría olvidar jamás estos actos de brutalidad, no era como en otras ocasiones, que lo hacían por amor pero esta vez lo utilizaba como una tortura
-¿p-por que?…-susurro débil el ojiazul llorando casi inmóvil, respirando con dificultad
-esto es para que aprendas a no ser grosero conmigo, nadie me contradice o me habla de mala manera Oncie ¿comprendes?- hablaba con fiereza y enojo mientras lo embestía con brutalidad
-detente m-me duele…-rogó con sus ultimas fuerza antes de desmayarse sin previo aviso dejando perplejo a Greed-ler, que salio de su interior alejándose con temor de la cama, observando la horrible escena que parecía sacada de una película de terror, el ojiazul parecía estar muerto y su cuerpo cubierto por su propia sangre al igual que sus alrededores
El ojiverde se dejo caer sobre sus rodillas, no podía soportar observar la escena un segundo mas, había llegado muy lejos al punto de hacer que la persona que amaba se desmayara, lo mas probable por la perdida de aquel liquido vital
cuando recupero un poco la calma se levanto y se acerco a la cama tomando a Oncie entre sus brazos para llevarlo a la bañera, donde lo deposito con todo el cuidado posible, abrió la llave del agua caliente y un poco de la fría para que la temperatura del agua fuese tibia, lleno hasta un poco mas de la mitad de esta y cerro las llaves, dejo al ojiazul en la bañera mientras el cambiaba las sabanas de la cama que estaban manchadas, no se lo pediría a una de sus sirvientas ni de chiste o preguntarían que había sucedido y seria un fastidio dar explicaciones a alguien que no las necesitaba
Cuando termino de poner sabanas limpias fue a buscar al ojiazul a la bañera, que aun seguía inconciente, espero a que toda el agua saliera y con una toalla lo saco del baño, lo recostó nuevamente en la cama, volvió al baño por el botiquín de emergencias y busco alcohol para limpiar las mordidas de su cuello, pecho, cadera y piernas que había dejado marcadas horriblemente, cuando lo encontró y limpio sus heridas, coloco un par de vendas sobres estas y lo vistió para acostarlo en la cama , cubriéndolo con la dulzura que nunca nadie a visto en el
-te diré un pequeño secreto que de seguro cuando despiertes no recordaras así que no importara si lo digo…yo…l-lo siento-dicho esto acaricio su rostro y beso su frente para después salir de la habitación volviendo a su oficina a trabajar nuevamente
Horas después Oncie despertó solo en la habitación, estaba oscuro y su cuerpo muy adolorido, sus heridas estaban vendadas, estaba vestido y cubierto hasta el cuello con unas cuantas mantas limpias ¿Greed-ler había hecho esto? No, eso era algo imposible y menos después de lo que había hecho, de seguro había sido una de las sirvientas que lo habría encontrado en ese espantoso estado y lo ayudo ¿o seria posible que el lo hiciese hecho por sentirse culpable?, con mucho esfuerzo se sentó en la cama y encendió una pequeña lámpara que estaba en el velador junto a el, no sentía ganas de llorar como pensó que tendría, ya que la persona que ama le había hecho un grave daño, aun así no le sorprendía para nada, sabia que el ojiverde era capaz de todo estando enojado, no sentía nada mas que un gran vació en su interior
Las horas pasaban y Oncie observaba un punto fijo de la habitación, su mirada parecía estar muerta y ausente, no pensaba en nada simplemente estaba en blanco, mientras Greed-ler trataba de distraerse con el trabajo pero no lo lograba, por su mente rondaba la horrible imagen de su novio ensangrentado y desmayado sobre la cama, ya cansado de esa imagen y el remordimiento decidió ir a la habitación para comprobar que el ojiazul se encontrara bien, camino unos minutos por el gran pasillo hasta detenerse ante la puerta dudando si entrar o no, luego de unos segundos de disputa consigo mismo decidió entrar, lo primero que diviso al asomarse fue al chico sentado en la cama, simplemente observando un punto fijo e indefinido del inmenso lugar
-¿que observas?-pregunto curioso el chico de traje, tratando de descubrir en donde tenia puesta su vida
-nada…-dijo en un susurro el ojiazul
-¿necesitas que te traiga alguna cosa?-pregunto un poco preocupado el ojiverde por el estado en había quedado su novio
-no…-volvió a susurrar el chico sentado sobre la cama sin dirigirle la mirada a la persona que se encontraba en la puerta
El ojiverde cerró la puerta lentamente, preocupado e insultándose en sus interiores sintiéndose culpable por el visible daño psicológico causado al chico de la habitación, lamentablemente ya no había vuelta atrás, tal vez había perdido para siempre a aquel chico dulce tierno y preocupado, dejando en su lugar a un chico triste y ausente
UNAS SEMANAS DESPUES
El ultimo árbol de trufula había caído ente sus ojos, ya todo había acabado su empresa se fue a la quiebra por falta del material, los animales se marcharon buscando un mejor lugar para vivir y el lorax se marcho en cuanto callo el ultimo árbol, se había quedado solo
-ahora que debo hacer….estoy solo…no estoy solo tengo a…¡Oncie!-corrió hacia la mansión lo mas rápido que pudo revisando todas las habitaciones y pasillos desolados, cuando escucho un sonido proveniente de la cocina, al entrar y estaba cocinando, aun no se recuperaba del todo del incidente y en su cuello se podía apreciar una de tantas cicatrices causadas por el, este volteo a observar al ojiverde que se le acercaba peligrosamente, el ojiazul retrocedió unos cuantos pasos asustado por el repentino acercamiento, le tenia temor al ojiverde, que se lanzo contra el en un abrazo cariñoso y desesperado, rompiendo en llanto
-¿por que no te has ido aun? ¿Por que decidiste quedarte si me temes?, pensaba que después del incidente de hace unas semanas te marcharías, que ya no querrías verme nunca mas después de todo…soy un monstruo que no merecía ni merece tu amor, tus cuidados, tu tiempo… ¿Por qué sigues aquí conmigo cuando todos ya se han ido?- preguntaba llorando a mares sin soltar al sorprendido ojiazul que correspondió su abrazo y soltando un par de lagrimas
-por que te amo, no puedo alejarme de ti a pesar de los malos tratos, yo se que no eres tan malo como aparentas ser…-respondió a sus preguntas el ojiazul besando a su novio en todo su rostro y quitando las lágrimas con una de sus manos
-a pesar de todo lo que te hice, de lo mal que te e tratado… ¿aun así me sigues amando? Eres increíble…-termino por decir Greed-ler besando apasionadamente Oncie que correspondía con los mismos ánimos, las cosas se habían arreglado entre ellos ya no tenían la empresa ni las grandes cantidades de dinero que ganaban con ella, pero lo mas importante es el amor que ambos se tenían, con eso les bastaba y sobraba para ser felices
¡¿THE END?