Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Me gustas más que las golosinas. © por lyio harrison

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Holo a todos! Bienvenidos a mi fic... O la desafortunada vida de Clyde Belfort.

Bueno quiero avisar que a parte de actualizar lo estoy editando, así que para los que estén leyendo esto, pues ya estan leyendo el capitulo editado, ship... Y así. es por eso que algunos capitulos estarán "Bien"y otros serán caca, cuando termine de editarlos, pues ya dejaran de ver caca jaj xD... al menos hasta el capitulo 19 que ya no se necesitara editar y seguirá el curso natural de las cosas va?

Espero que sigan el fic hasta su largo final. 

Sin mas preámbulo...

¡Puedes comenzar a leer!

Notas del capitulo:

Espero les guste.

Sin mas a leer ;) 

 El primer capitulo ha sido editado.

Los adolescentes de antes, no se pueden comparar con los adolescentes de ahora. Los de antes callan y los de ahora hablan.

Los de antes no crecieron con el pastoso ruido de la época moderna.

...

—   ¿Desde cuándo crees qué, comenzó todo esto?

—   Algún día tuvo que iniciar.

—   Así es, pudo ser un día cualquiera, quizá ni te diste cuenta.

—   Lo hice.

….

Prologo.

Un día, mi vida comenzó a desmoronarse. Pedazo, por pedazo.

Recuerdo vagamente, como si fuese hace. No sé ¿Qué? Quizá siete años.

Pertenecía a la escuela elemental,  solo era un niño más, incluso recuerdo que en ese tiempo mi cuerpo ya era más  grande  del promedio. Nunca le di muchos rodeos, pues mi madre hablaba de que los niños suelen estar llenos de amor, y puedo agregar que no todo es mentira.

O estaba lleno de amor, por Lupita Rodríguez.

Lo que recuerdo era a Lupita Rodriguez, mi primer amor, recuerdo que era una niña robusta, de cabellos negros y un poco peluda por doquier, me encantaba su uniceja —aunque a muchos les parecía graciosa— tenía brazos fuertes y piernas gruesas, era muy alta, de tez morena,  que siempre llevaba como si de adornos se tratasen su cabello trenzado con listones rojos, esos adornos eran lo único que no me gustaba de ella. Solía observar como jugaba fútbol con los chicos y la similitud que había entre ellos, que no era mucha, porque incluso los niños se veían como palillos frente a ella. Pero yo no, tal vez ella sí que era diez centímetros más alta que yo, pero no importaba porque dábamos “la talla”. O eso era lo que creía.

Pues ella siempre fue perfecta —para mí lo era— (Claro que las cosas han cambiado para mejor supongo) era una niña  fuerte pero a la vez sensible. Un día como cualquier otro en la vida de un niño de siete años, decidí declararme esperanzado que  el amor de mi vida me dijese que sí... Aún puedo sentir el olor de su sudor impregnar mis fosas nasales, pues se lo había pedido después de clase de gimnasia. La había llamado amablemente y ella me dio una sonrisa antes de irse con sus amigas quienes me miraba con asco, sin embargo en ese tiempo nadie me importaba más que lupita.

“Me gustas Lupita" Le había dicho a lo que ella contestó con un simple: “No me gustas, eres gordo y enano... Además a mi me gusta Harry" no me pude enojar con ella al no amarme, ni por qué le gustara la gente delgada, ni la alta, pero al mencionar a un niño rubio de la otra clase me derrumbe, recuerdo que a muchas niñas les gustaba él, pero... Que a Lupita, el amor de mis amores, también le gustase él... Fue un shock, un gran shock para mis jóvenes siete años...

Ese día  ardí en cólera y le di una paliza a ese niño pero no recuerdo quien ganó, ni que fue lo que paso en sí, recuerdo haberlo golpeado y haber sido golpeado, pero no recuerdo haber sufrido un castigo por ello.

En casa, después de pasarme todo el día llorando por Lupita, mi papá me aconsejo que debería buscar a alguien más bonita y que si me quisiera...

Al final Lupita perdió su encanto, se volvió más alta y delgada con el tiempo, pareció haberse quitado el bello y con el maquillaje su cara perdió toda la masculinidad, sin embargo nunca pudo quitarse la costumbre de usar accesorios rojos. Incluso en [preparatoria, aun lleva una linda diadema de color rojo, no parece recordarme, pero no es como si me siguiese interesando.

En secundaria, intente seguir los “pasos de conquista” de mi padre.  Pase buscando a la persona correcta por un buen tiempo, no determinado, hasta que al entrar a secundaria, me encontré con ella: Lina Stwart.

Bonita, delgada, inteligente, buena persona, aunque otra vez más alta que yo. Eran los requisitos perfectos de lo que mi papá dijo que tenia que buscar, pero no me convencía, no tenía brazos fuertes, ni piernas gruesas y peludas, no contaba con cabellos gruesos, ni fluidos corporales olorosos, se veía simple, como cualquier otra chiquilla, nada especial, ni siquiera tenía una uniceja ¿Que clase de mujer era esa? Dios era todo lo contrario a lo que yo quería, no era nada parecida a mi Lupita de sangre latina...

Y ya al pasar aquello, intente convencerme de que estaba enamorado de ella, ahora que lo pienso creo que con Lupita más que enamorarme, me obsesione con que tenía que amarla, sin embargo no lo hice. Así que decidí darle una oportunidad a Lina, el que fuese fea y nada hermosa como Lupita no hacía que no tubiese buenos sentimientos ¿No? El caso es que, nos hicimos amigos, y si, comenzó a agradarme, le hablé de que siempre quise buscar a alguien como Lupita pero que a los únicos con quienes tenían similitud eran con niños y mi papi no quería eso. El no parecía agradarle nada de lo que hacía.

Ella comprendió y al poco tiempo volví a declararme y ésta fue su respuesta.

“Eres muy tierno, pero no me gustas…  siendo sincera, creí que eras gay”

Fue lo que me dijo, hoy en día lo agradezco, porque ya que la conozco, creo que no me gustaría y a ningún chico le gustaría ser novio de esa cosa.

Realmente no sé si me hice gay o nací así y la verdad no importa, es lo que soy , no hubo un momento, ni un lugar, solo fue un descubrimiento más sobre mí mismo y no creo que lo cambiaría. Pues el en día que entre en primer semestre de preparatoria conocí a alguien, bueno de hecho fue mucho antes—un periodo entre segundo y último grado de secundaria— pero hasta en primero de preparatoria logre tener una conversación decente con él.

Conseguí hablarle, a mi sueño.

Cameron.

 

Capítulo 1.

El chico de la dulcería Galaxi.

Yo te conozco, se quién eres:

            Eres amable y coqueto con las chicas, a veces un poco torpe y olvidadizo, tu sonrisa se ve cálida, muy sincera, al igual que las chicas es una sonrisa que me vuelve loco, eres alto y guapo con un cuerpo deseable. Como un sueño.

¿Sabes? Te he observado por casi un año, ocho meses, una semana y dos días para ser exacto, te diría las horas y los minutos, pero no soy ningún acosador; siempre me ves a diario, pero dudo mucho que me recuerdes por mi nombre, ya que aún recuerdo como si fuera hace siete meses y ocho días, que me preguntaste mi nombre. Quizá me conozcas como el chico gordo come dulces que siempre es perseguido por los brabucones, pero al menos me conoces. No conoces al chico tonto que llora siempre, ni aquel que es intimidado en la escuela, no ves aquel que te idolatra con locura, no me ves realmente.

 Como ya saben, si soy gordo y las personas se alejan de mí por eso, no soy muy sociable—ni anqué lo intente lo seré—, pero la gente me conoce aunque lamentablemente nunca mencionan cosas agradables de mí. Soy esa conversación graciosa entre los alumnos, ya no mencionan ballena, cerdo, hipopótamo, vaca, all about that bass sin hacer referencia a mi nombre. Es vergonzoso, humillante, penoso, triste, estresante, pero es lo que es. Y es mi vida.

Solo tengo dos amigos en toda la escuela, nadie más me habla de buena manera, aunque a veces habló un poco con los maestros.

Estoy enamorado de él hijo del dueño de la dulcería Galaxi, sólo se su apellido, es por eso que sé que es su hijo. Él es la razón que me motiva a bajar de peso, pero también es algo que me detiene, porque si dejo los dulces, ya no podré verlo. Él es mi luz cuando Harry y León a los que mi amiga Lina (Ustedes ya la conocen) llama potenciales penetradores, quienes me golpean, ellos son unas bestias, dicen que yo soy el gordo cuando se comen doble porción y aparte me quitan la mía.

Por el lado bueno están Thomas y Lina, mis mejores amigos, por su parte me gusta más Thomas ya que él no me repite en la cara que si sigo comiendo dulces en su mundo jamás podre ser penetrado y eso es algo... ¿Cómo decirlo?  Triste.

Lo observaron ¿no? A Lina, a pesar de que es una insensible a ella también la quiero pues yo antes no le daba importancia mucho a las orientaciones sexuales, pero sabía que no me van las mujeres a menos que te llames Lupita y fue gracias a Lina que logré entender  que mi atracción no era el labial, si no otra cosa, eso fue la causa de que ahora me sienta mejor conmigo mismo, claro que ella siempre intenta meter a Thomas en su mundo, pero este siempre  pone peros, lo conocemos como “El chico pero”.

Thomas es mi mejor amigo, es callado, pero sabe escuchar y siempre está apoyándome y ayudando en mi toma de decisiones, siempre parece estar a mi nado y no parece quererse ir de allí.  Es bastante tranquilo, lo contraria a Lina que es escandalosa, yo soy algo así con la mezcla de los dos. No es mu listo, pero no es tan tonto como yo, al menos el saca buenas calificaciones en algebra. Él si es flaquito y tiene una anatomía muy singular, muy "Pasivo" como le dice Lina, mi amigo no tiene nada especial, salvo que hay dos con su cara, él y su hermano gemelo Carter.

Su hermano es muy pesado con las bromas,  y tiende a insultarme mucho cuando su hermano no está cerca, él se junta con una bola de bastardos , bestias,  malnacidos, caídos a los suelos chupados por el diablo, tontos, feos, apestosos brabucones. Lo sé, mis insultos no son lucrativos, pero nunca dije que era mal hablado; aunque le digo zorra a mi vida...es que si, ella se lo busca, es como si fuese una persona que escribe mi vida feliz y hermosa y de repente decida ponerme en situaciones vergonzosas e incrleiblemente incomodas, incomodas como los supositorios a los diez años... Pasando de la personificacion de mi vida, volviendo con los brabucone: Leon y Harry, dos hermanos chulos que se creen la gran cosa, aunque su coeficiente sea menor a el 4%,

León es el hermano mayor, por ocho meses, pues el más pequeño nació prematuro, tal vez por eso su cerebro no se desarrolló bien y ahora Harry padecede Tontilulis Musculatoris aguda.  Desde primaria el menos me ha molestado, pero hace solo apenas unos años el mayor se le unió, convirtiéndose en mis némesis.

Siempre huyo de ellos cuando intentan meter mi cabeza dentro del escusado y llenarme de papel higiénico, así como cuando me toman fotos con labial en los labios y parezco Britney Spears en tiempos de cosecha, embarazada y con una mala operación de nalgas extra gigantes. Ellos, suelen  hacerlo los jueves, pues ese día no tengo clase después de receso con ellos y no tiene que aguantar mi olor a caño, son impotentes y caminan de una forma lucida y guapa, justo como ahora.

Re pámpanos.

— Miren a quien tenemos aquí, al roba lonches —.¿Cómo me llamó? Si el que me los roba es él, que pesada.

 — Sí, ejem…yo…pues, como que yo ya me iba, se me hace tarde para hem... Ed. Fisica jeje, nos vemos Harry— Dije intentando escapar pues mi defensa no estaba; era ridículo, no podía escapar, no tenía ninguna clase, era el almuerzo y mis amigos ya había ido a sentarse, yo decidí quedarme para comprar un chocolate. Que el rubio, apenas lo vio, me lo quito.

—    Oh, no…usted señor no se escapa de su baño matutino del almuerzo — Hablo Harry con mofa en su voz, se reían de mi, de nuevo ¿Recuerdan al rubio que me quito a Lupita? ¿A Harry? Ah, pues ese Harry es  éste mismo Harry...

Harry su hermano y yo, siempre hemos estado en la misma escuela, la misma secundaria y ahora en la misma preparatoria, pero siempre y lo cual agradezco en distinto salón. Desde que comenzamos el semestre han insistido en molestarme mucho más, trayendo a personas que ni siquiera son de mi clase al club “Molesten a la ballena Clyde”.

Sabía lo que venía, el inodoro, sí señor, recordé cuando intentaba burlarlos, así que rendido no me resistí para nada, después de todo, me alcanzarían y me mojarían igual.

Mi olor después de eso no solía ser a rosas.  Lina siempre trae perfumes por si acaso, aunque siempre me encarcelan cuando mi amiga no esta cerca.

—    ¡No! Esperen,por favor esperen— Rogué no  tener al w.c frente a mi rostro, me sentí realmente asqueado, siempre, se veía limpio pero..¡ugh! Un inodoro sigue siendo un inodoro.

—    Oh, no gusano...— Dijo  el rubio divertido cargándome con esfuerzo junto con su hermano quienes me llevaron al baño, cerraron con pestillo y me tiraron en el cubículo, cabeza contra aquel engañoso inodoro.

           —Mira como te llama el apestoso baño— Pasaron unos segundo antes de que sintiera el agua pasar por mi cara, aguante la respiración y cerré los ojos. Asco.

        Sacaron mi cabeza por lo que di una bocanada de aire, hace mucho aprendí que no se debe respirar saliendo de una nube de agua, el agua se mete en tu nariz. Y la metieron de nuevo... Mi cabeza, bueno mi cara. La sacaron y volvieron a meterla.

Al terminar mi baño matutino, me dejaron ir no sin antes reafirmarme que era una escoria, okey una gigantesca escoria, la albóndiga con patas me decían en primaria, aun puedo decir que me duele ese insulto.

Aproveche que ya estaba en al baño para secarme y quitarme la sudadera, es que ¡Agh! No hacia frío, pero el clima era fresco para ser las 10:20 de la mañana. Bacile entre quedarme en el baño o buscar a mis amigos en el comedor. Ya se casi se terminaría la hora del almuerzo.

Me tarde demasiado en acomodar mi cabello, estaba mojado por todos los montones de agua que use para limpiarlo ¡Ay! Como me gustaría ser un pez, así podría aguantar la respiración y no gastaría tanto tiempo en limpiarme. Quizá pesque un resfriado... jaja pesque jaja de pescar jaja... De pescado... jaja porque quiero ser un pez... jaja... ¡Ay! Por eso Lupita nunca me amo.

 Me rendí con mi maraña y fui a parar a la cafetería con mis amigos. Los demás hacían gestos al pasar por mi lado, como dije no olía muy bien.

 — Te dije que eso no hace ver bien tus cachetes de pasivo, te vas a atragantar  —Decía Lina regañando a Thomas quien comía su hamburguesa muy brusco—, ¡ugh! Clyde... Hueles mal.

—¿Donde te metes Lina?  Esos bestias salvajes me tomaron por sorpresa. Perfume— Extendí mis brazos dejando que ella rociara mi cuerpo con el perfume.

—¡Oh lo siento! Es que estaba hablando con Thomas sobre el sueño que tuve la noche pasada sobre él y un camionero sexy, donde lo violaba y lo hacían en distintas poscisiones.

— Pero qué asco ¿Sólo piensas en KamaSutra gay? — El comentario de Thomas me dejo con cara de póker. Hice una mueca incomoda y me senté; ya no tenía dinero, León y Harry se lo llevaron, y eso que las hamburguesas se veían deliciosas hoy. Que mala suerte.

— Claro que no. También pienso en sexo normal gay...  —Responde Lina con un puchero Menciono  esa cosa gay, es una pequeña pervertida. ¿Les conté que tengo palabra-sexo-fobia, si bueno, pasando de que el nombre de esa fobia esta mal, me da como cosita decir sexo o pensar en eso o cualquier otra cosa, pues... Soy muy vergonzoso para aquello. A demás de que dada mi situación si lo menciono llegaran cosas como el hecho de que tengo esperanzas de casarme y si no me convierto en monja o padrecito la vida ya no tendría sentido, ustedes saben qué tipo de cosas. Esas cosas que los idiotas dicen sin embargo nadie niega.

— Claro, pero y si mejor piensas en Clyde teniendo sexo con Harry ¿Ok? Sabes que odio que tengas fantasias sexuales conmigo—Pregunta Thomas tranquilo... Qué… gran amigo tengo ¿Me hecha a la psicópata pervertida a mí? Jump pos este…

— Contigo y con un camionero—Corrigió ella— Aparte ¡No!,  esa escena no me termina de gustar ¿Crees que no lo he imaginado?—Lina hizo cara de asco... Y yo hice la mia de indignación, son malos amigos—, No... Primero que baje de peso y luego lo imagino hasta con un trió contigo y tu hermano —Dijo la pequeña tomando sus propias mejillas... esperen ¿Me dijo gordo? ¿Y quiere que tenga un trio con mi amigo y su hermano?

— Torpe...pervertida —Ese fue otro de mis insultos no-lucrativos. Ella me miro escéptica sorbiendo de la malteada.  No sé qué me ve, sus insultos no son más lucrativos que los míos.

Así que ustedes díganme, mi propia familia de amigos (De dos integrantes) se burla de mí ¿Acaso no parece una parodia?

—    Mejor piensa en el incesto, si entre Thomas y Carter—. Me permití ser malvado e intentar regresársela a mi amigo.

— Eso hacía — Aseguró ella, haciendo que Thomas se enojara.

Él no era muy tolerante y menos si temes a los homos y su hermano en una oración, así como sexo. Por suerte, él sabe que soy homo y por alguna extraña razón me aguanta a mí, si no tendría dos pares de hermanos bestias detrás de mí.

Las clases siguieron normales, aburridas, tediosas y por mucho pacíficas, para mí eso es el acoso de los brabucones todo el día. Las cosas como son, si es acoso, anotan cosas en mi banca, rayan mis cuadernos, hacen dibujos “míos los avientan, me colocan cosas en la espalda, a veces llegan a escupir o golpearme, no puedo decir más de tres palabras porque ya están imitando animales gordos, me ponen los pies, cosas en el cabello,  una vez fueron creativo y colocaron pegamento a la anca, tuve que inventar una buena excusa a mis padre para explicar el hueco del pantalón. Mis padres no saben nada sobre el acoso y prefiero estar así. Si lo supieran tal vez me cambiarían de instituto y tal vez me vaya peor, al menos aquí tengo amigos.

Cuando menos pensé ya estaba fuera del instituto. Y era tiempo de acosar a Paeton Marfert. Caminaba por los pasillos rápidamente esquivando cuerpos adolescentes y alborotados intentando ir a observar con amor a un adolescente mucho mejor, hasta que choque con otro.

— ¿Otra vez tu majin-bu? Maldito hipopótamo —Harry, el cuerpo con el que había chocado era de él. Moluscos—. De esta no te salvas, te golpeare—. Aseguro—, y esta vez será agradable ya que estamos en la salida —Yo tenía miedo de otra paliza como la última vez, no podría hablar bien por el esfuerzo que se me hacía mover el estómago, solo de recordarlo se me hace un nudo allí mismo.

Sin dignidad que perder me puse a correr a esa dulcería donde conocí al ángel de mis sueños, escapando una vez más de las bestias. A los pocos segundos después de correr con todas las fuerzas  (Que un chico con 1,56 cm de altura y 81,5 k. puede tener) Al final los perdí,  bueno no exactamente así, me estaban comiendo vivo, llegaron a sacarme algún moratón en las piernas, pero ya no me hicieron nada cuando entre a la tienda, es mágica y no solo porque mi amor este allí.

— Bienvenido —Me dijo esa voz angelical que ya conocía bien (por todo el tiempo que lo he acosado).

 Sonreí para mis adentros mientras intentaba regularizar mi cuerpo, no me entra oxígeno, las personas gordas no fueron hechas para correr, alguien debería tener sentido de lógica aquí.

— Si… —Respondí ya sin aire. Mi estilo no era correr, el sudor se desplegó por mi  cuerpo y la respiración ajitada me lo gritaban constantemente.

— ¿Estás bien chico? —Me preguntó Paeton viéndome preocupado.

— Sí, estoy perf… —Me desplome contra el suelo desmayado antes de terminar la frase.

Notas finales:

Los proximos caps etarán medios caca y les dará cancer, pues aun no estan editados, espero que puedan soportarlo xD jaja.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).